-Sólo quería saber a que se debía tanta conmoción, pude sentir su energía desde el templo donde me hospedo y bueno... quise ver que tanto problema estaban haciendo aquí, creí que era parte de las normas que siempre debía haber un caballero dorado supervisando los entrenamientos y así evitar accidentes o lo que fuera. -Este se acercó lentamente hacía el castaño y alzo unos segundos la vista. -Además tienen entre ustedes a el primogénito de los guardianes de la tierra, no sería bueno que algo le ocurriera o al nieto que tendrán en unos meses estos. -Volvió a fijar sus ojos en el castaño intentando acariciar su mejilla, pero este golpeó su mano para no dejarse tocar, Shun miro a Shiryu para que fuera a buscar pronto a alguno de los adultos, este asintió yendo lo mas rápido posible. 

-Ándate a la mierda, ni el, ni yo necesitamos que te preocupes de que estemos bien, sabemos cuidarnos. 

-Lo se, pero era mas divertido cuando dejabas que yo te cuidará ¿qué dices Seiya? ¿quieres volver conmigo? tengo los días disponibles algo reducidos, pero puedo hacer un espacio para ti. -Tomo al de ojos chocolatosos del brazo y lo jalo apretándolo contra su cuerpo, este se removió indignado y lo empujo con todas sus fuerzas, este cayó al suelo riendo, ganas no le faltaban al pegaso para golpearlo, pero no era justo golpear a un enemigo que estaba en el suelo, por mas que se tratará de el. 

-¡No te acerques ni a Hyoga, ni a mi! -Apretó sus puños con irá. -¡No me busques mas y por sobre todo ni se te ocurra intentar tocarme, si lo haces... no respondo, ya estás advertido!

-Eso... quiero verlo. -Se puso de pie y tomo las dos lanzas que estaban ahí, lanzo una a los pies del castaño que tomo luego de tomar un poco de agua.

-Es tu funeral.

-¿Acaso olvidas quién soy?

-No, se muy bien quien eres y que la única razón por la que sigues siendo un marina es por un bebé que es inocente y tiene la mala suerte de que tú seas su padre. -Tronó su cuello y miro al contrario dejando ver la ira en sus ojos, levanto la lanza defendiéndose del ataque de Isaac. 

Shun y An estaban pálidos, esa era sin duda alguna de las peleas más sucias que hubieran visto en su vida, ninguno de los dos estaba conteniéndose, Ikki estaba meditando si aprovecharse de ser uno de los príncipes del averno o no, esto podría traer otras consecuencias con el ambiente que tienen los dioses, pero esa pelea estaba siendo desigual, Adrien estaba a punto de llamar a sus padres o meterse, esa pelea no era justa, Seiya estuvo entrenando muchas horas y estaba cansado, en cambio el marina estaba fresco y aún así lo estaba atacando con fuerza logrando incluso estrellar al castaño contra uno de los pilares como resultado de una patada en el pecho que recibió,  Hyoga apretaba cada vez mas sus puños comenzando a bajar la temperatura del lugar

-¡Ya basta, es suficiente Isaac! -Hyoga saltó a la arena, pudo notar claramente un rastro de sangre corriendo de la boca de Seiya, pero el terco volvió a levantarse y a poner a el rubio detrás de el. 

-No... te metas... no puedes... alterarte... -Dijo con algo de dificultad. 

-¿Sigues queriendo mas? no me sorprende, siempre pedías mas, eres un insaciable y es lo único bueno que tienes. -Dijo con una sonrisa torcida Isaac, pegaso volvió a lanzarse al ataque provocando un choque brutal, pero no tomo mucho tiempo para que su contrincante lo desarmara y volviera a lanzarle contra uno de los pilares, acorralando en cuestión de segundos a este, delineando con uno de sus dedos la mandibula del castaño. 

-Déjame desgraciado. -Susurro mirando al que alguna vez lo enamoro con profundo desprecio. 

-No, necesitas aprender modales niño, las cosas no se acaban cuando tu lo dices, se acaban cuando a mi me da la gana, serás mío y si es necesario le daré pruebas a tus amigos, pero no quisiera tener que humillarte tanto, bueno mas de lo que ya he hecho, así que... -No pudo continuar hablando debido a una ráfaga de hielo que le llego por el costado, la cual tuvo que retroceder para evitar. -¿Celoso?

-Nunca. -Rodó los ojos y hizo una mueca asqueado. -Mas bien creo que tú eres el celoso, no soportas que yo acepte a alguien mas en mi vida sabiendo que espero un hijo tuyo. -Solo esa distracción necesito Seiya de su contrincante para acercarse y presionar una daga contra la entrepierna de este, provocando que palideciera. 

-¿Cómo te atreves?

-Me atrevo a lo que me de la gana, no vuelvas a molestarme y tampoco sigas rondando a Hyoga. -Ordeno sin dejar de presionar aquella daga, Isaac trataba de no moverse mucho, no sabía hasta que punto estaba dispuesto a llegar en su enojo el castaño. 

-No lo hagas... piensa en las consecuencias...

-La mayor consecuencia de esto sería librar al mundo de una alimaña como tú, así que todo esta bien, ahora Isaac... es en serio cuando te digo que nos dejes en paz, recuerda quienes son mis padres y que mi madre es mi maestro, recuerda que mi mamá es especialista en infiltración de territorio enemigo y asalto, el me a enseñado todo lo que sabe... si me sigues molestando no te sorprendas que una noche de estas, tu amiguito aquí presente abandone tu cuerpo de manera forzosa ¿a quedado claro?

-No serías capaz...

-No me conoces lo suficiente como para saber de lo que soy capaz o no, deja de molestarme Isaac, deja que Hyoga este tranquilo en su embarazo, es la última vez que te lo pido amablemente, no quiero escuchar mas chismes rondando, ni que pronuncies nuestros nombres, olvida nuestra existencia ¿entendido?

-Esta bien... -Se rindió finalmente al sentir como presionaba mas la daga, tanto que lo lastimo ligeramente provocando que saliera una gota de sangre. 

-Muy bien. -Se aparto dejando que el contrario respirara aliviado, para que no se esperará el puñetazo que le dio mandándolo al suelo, Seiya volvió con el resto que lo miraban con la boca abierta, nadie se había atrevido a tanto antes, este sonrió, pero su sonrisa se borro en cuanto vio a su tío al borde del coliseo, el dragón marino le hizo una seña por lo que se acerco, le quito aquella daga y chequeo su brazo que era la parte mas lastimada en su cuerpo, pero no estaba roto, soltó un suspiro y negó con la cabeza. 

-Dile a Mu que se encargue de curarte, luego te das un baño y a dormir, por favor por lo menos por el resto de esta noche ya no salgas del templo de aries, hazlo por mi ¿si? -Pidió tomándolo suavemente por los hombros.

-Si tío. -Asintió mirando hacía otro lado, no estaba realmente arrepentido de hacer lo que hizo. 

-Mañana hablamos, ya vete. -Le dio un suave empujón para que se encaminara hacía el primer templo.