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Capítulo 14.

Hades miraba con anhelo hacía donde se escondía su nieta, lo que mas quería en esos momentos era poder abrazarla, tenerla en sus brazos, tener cerca el último regalo que les había dejado su hijo en el mundo.

-Princesa, tu abuelo quiere conocerte. -Milo miro detrás suyo a su pequeña, tenía una idea de que estaba planeando algo, así como lo hacía su amado, pero ya habían hecho esperar demasiado tiempo al dios del averno como para hacer que siguiera siendo así. -¿No tenías una misión? 

-Ajam. -Asintió con su cabeza un par de veces, quejándose por hacerlo demasiado rápido, respiro profundamente cerrando sus ojos unos segundos. -"Vamos, tu puedes" -Se dio ánimos así misma, salió de detrás de su padre para dar unos pocos pasos, alzo la mirada para fijarla en los ojos de su abuelo, Hades sentía que su hijo estaba presente allí, detrás de su nieta apenas noto sus ojos tan distintos a cualquier otro que pudiera conocer. -Soy Antonella Crystal, pero a veces me dicen An o si quieren llamarme la atención me dicen Crystal, soy la sexta hija de los guardianes de la tierra, nieta de los tres grandes, mi lugar es ser princesa tanto en el averno, olimpo, mar y tierra, pero mi lugar entre los dioses es ser la diosa del destino, Destiny. -Sin que nadie se lo esperara o viera venir, extendió levemente su pies derecho detrás del izquierdo, reposando sobre la parte anterior de la planta del pies, mantuvo su espalda completamente resta, tomo las esquinas de la falda de su traje con sus manos, inclinando levemente su cabeza flexiono sus piernas hacia los lados hasta que su rodilla derecha estuvo a punto de tocar el suelo, haciendo ante todos una perfecta reverencia de corte, esto sorprendió a todos los presentes inclusive a sus hermanos los cuales compartieron el mismo pensamiento que ahora esperarían algo similar de ellos, pues al parecer necesitarían clases de su hermana menor. -Soy aquella nieta que tanto ansiaba conocer. 

-Antonella... -Susurro Hades atónico, sintió sus ojos acumulándose de mas lágrimas, un instantáneo recuerdo de su hijo Camus haciendo eso cuando tenía un año y luego cuando comenzó su entrenamiento luego de recuperarlo cuando tenía 16 años, sintió su corazón latir con pasión una vez mas, como todo el frío que estuvo en su cuerpo desapareció para ser reemplazado con calor.

La menor se había mantenido en esa distancia prudente, recuperando luego su postura, Milo soltó un suspiro y le dio un pequeño empujón a su hija para que se acercará mas, antes de que diera los pasos faltantes, Hades corto con aquella sofocante distancia para estrecharla contra su pecho, beso su cabeza muchas veces como le hubiera gustado hacer aquel día de su nacimiento, An rodeó con sus brazos el torso de su abuelo, refregó con suavidad su mejilla en el pecho de este llenando al dios de confort ¿era posible que alguien pudiera ser capaz de entregar tanto consuelo con solo un abrazo? solo ese abrazo necesito para darle fin a aquellos inviernos solitarios. 

-Mi Antonella... aún no lo puedo creer... tantos años han pasado. -Meció con suavidad a su nieta entre sus brazos, ninguno de sus descendientes sintió celos o favoritismo, solo era un abuelo que acababa de conocer a su nieta, aquella nieta que es el recuerdo viviente de sus padres y que con solo una sonrisa podía llenarlos de calor. -Se que no hay posibilidades de que me recuerdes, pero... has estado tan presente en mi mente todos estos años... a diario preguntándome como serías... si tu nombre te gustaría... -Mas de uno de los presentes se sintió emocionado de tan solo ver a aquel dios que siempre solía ser tan frívolo actuar de esta forma. 

-¿De verdad? -Pregunto con una vocecita apenas audible, toda su vida sintió que solo tenía a sus hermanos y a nadie mas en el mundo y de un día para otro fue enterándose que tenía a tantas personas que la amaban, pero ser así de importante para un dios del cual había escuchado y leído lo imponente y hasta intimidante que podía mostrarse, se sentía extraño, no se quejaba, pero todo eso era tan hermoso que la hacía sentirse tan diminuta.

-Claro que si princesa, pero ahora las cosas serán diferentes, ahora que estamos juntos podremos arreglar todo este enredo y vengarnos de todo ese sufrimiento que nos has causado. -Todos sabían que allí había una promesa lanzada al aire, An se separo un poco de su abuelo que se había puesto a su altura para verla mejor. -Dioses... son tantas cosas que quisiera saber y tanto que hacer... -Mordió el interior de sus labios, se sentía rebasado por lo rápido que se iba el tiempo.

-¿Abu? -Llamo su atención para luego sonreír entrecerrando sus expresivos ojos, alzo una de sus manos y toco la punta de la nariz del dios para luego guiñarle un ojo. -Será la próxima vez ¿sí? -Nadie se esperaba que esa simple he inocente acción pudiera hacer romper en llanto al gobernante del inframundo, pocos de ellos sabían a que se debía, eso era algo especial que solía hacer Camus con su madre cuando el tiempo les iba en contra como una promesa entre ellos que sin importar cuanto tardarán, cumplirían con cada una de las que hicieran, volvió a atraer a sus brazos a la menor, podía sentirlo claramente ahora, parte de su hijo como también de su yerno vivían en Antonella, siempre lo harían, An acerco sus labios al oído de su abuelo para que solo este pudiera escucharle. -Mamá dijo que no dejará ir el amor otra vez por miedo y aproveche está nueva oportunidad con el. -Se separo del pelinegro yendo de vuelta con su padre, el dios del averno guío sus ojos a través de los presentes hasta encontrarse con ese chico de castaños cabellos y ojos chocolatados, al conectar sus miradas este alzo su mano dejando ver aquel anillo de la promesa que hicieron meses antes de aquel día, llevo su mano sobre su corazón para decirle de esta forma que seguía permaneciendo en ese lugar, ya tendría tiempo y mas privacidad para ponerse al día con este, respiro profundamente para recomponerse de tantas emociones que fueron causadas por estos reencuentros, aclaro su voz una vez pudo lograrlo. 

-¿En dónde están esos dioses de pacotilla? -Cuando Hades pregunto esto el suelo tembló, un aura negra comenzaba a formarse a su alrededor, demostrando que con solo pensar en esos dioses su sangre comenzaba a hervir.

-Deben estar en Guidecca perdiendo la cabeza por no poder encontrar a las princesas y al príncipe, por lo que no tardarán en subir a la superficie. -Hécate fue la que hablo acercándose al dios, este tomo su mano dejando un beso en su dorso en respeto y gratitud.

-Gracias por quedarte escondida cerca de ellos con tal de protegerlos. -La diosa asintió, si lealtad siempre estaría con ellos, el dios pelinegro guío sus ojos hasta su hermano.

-Hécate tiene razón, ahora que has sido liberado no tardaran en aparecer, tu poder pronto se sentirá de nuevo en cada rincón de la tierra, el mar y el olimpo, hermano. -El tiempo que tendrían para que el poder de ese lugar logrará cubrir los cosmos de ambos y del resto, era limitado. -Ya que se a confirmado que son las manos de Ares y Apolo que están detrás del poder, podremos prepararnos. -Soltó un suspiro, pero ante la negación de su hermano se extraño.

-No son solo ellos quienes están detrás de todo esto, ellos son solo peones en el juego, puede que si se hayan aprovechado de los escombros y tratado de apoderarse de nuestros reinos, pero. -Miro significativamente hacía el escorpión dorado, este sintió un mal sabor de boca al confirmar que no estaban siendo exagerado o paranoico con sus suposiciones. -Esto no fue su plan, mi reino no tardó en ser tomado a pesar de que mas de un posible heredero sigue con vida. 

-Sea quien sea o quienes sean los que están detrás de todo esto, esta vez hermano las cosas serán diferentes, ahora atacaremos con todo, ahora sabrán de lo que estamos hecho. -Poseidón abrazo a su hermano, ese abrazo fue fuerte compartiendo el dolor y el pesar que ambos padecían, era de conocimiento general que ambos dioses siempre fueron mas cercanos a Zeus que entre ellos, pero la relación en ambos dioses debido a lo sucedido en ese tiempo se había afianzado tanto que si te metías con uno, te metías con ambos. 

-Tú cuentas conmigo así como yo pude hacerlo contigo en el pasado, esta vez debemos asegurarnos que la sangre que corra no sea de nuestros inocentes, debemos recordar hoy mas que nunca a mi hijo, mi nieto, tus hijos, al regente caído y todos nuestros guerreros aliados que dieron su vida por protegerlos. -Ambos dioses estrecharon sus manos con fuerza. -Durante mi encierro he podido ver casi todo, pero con lo que he logrado ver en mi ausencia es suficiente para querer un castigo mucho mayor que ser encerrados en el tártaro. 

-Mamá si no son Ares y Apolo los que planearon todo esto ¿quién fue? -Cuestiono Ikki algo impaciente, tanto el como todos siempre creyeron que fueron esos dos los que se encargaron de arruinar sus vidas. 

-Tengo mis sospechas, pero aún no lo puedo confirmar sin temor a estar equivocado. -Dio por respuesta comenzando a caminar por la cueva tratando de aclarar sus pensamientos, Antonella pidió permiso a su padre antes de ir con su abuelo y detener su andar, se abrazo de este dándole de esta forma paz y mayor concentración al dios. 

-Hermano, no muchos tienen el poder suficiente para hacer lo que hicieron con mi esposo, con mis hijos, con tú hijo y tu nieto. -La expresión de furia de Poseidón era notoria cada que recordaba aquello. -Pero de igual manera será mejor que nuestros ejércitos estén preparados, los ejércitos del inframundo no tardarán subir a tierra y debemos estar listos. 

-Déjalos que vengan, no serán los únicos que vendrán, no olvides que esos siguen siendo mis ejércitos y siempre serán leales a mi y a mi familia, no a esos. -Dijo Hades sonriendo de medio lado, su sed de venganza estaba por encima de todo. 

-Abu... los jueces fueron enviados al tártaro, todas las criaturas fueron enviadas a otras dimensiones o asesinadas, nuestros ejércitos han ido disminuyendo con los años, no queda nada de lo que alguna vez tuvimos. -Explico la situación Hyoga sonando en verdad preocupado. 

-Pero aquí tu abuelo sigue siendo el dios de los muertos, aquel que gobierna el inframundo, con mi poder haré que nuestros ejércitos se levantes y peleen por nosotros, liberaré a mis jueces, solo dejen todo en mis manos, nos levantaremos con mas grandes y fuertes que nunca, pero necesitaré la ayuda de cierta canción para esto. -Miro a su nieta mas pequeña que asintió, camino junto a ella por el pasillo hasta la salida de la cueva, cerro sus ojos en concentración, su cosmos creció llenando todo a su alrededor lo que lo hacía visible a largas distancias, en esos momentos el suelo comenzó a temblar, pero no como aquellas veces en que un arrebato o manifestaciones a montones estaban actuando, varias figuras en ese momento fueron apareciendo en el salón, los tres jueces del averno estaban entre ellos, al inició se mostraron tan confusos, pero al ver a su señor de pie ante ellos no tardaron ni dos segundos en ponerme de rodillas en señal de respeto, Hades abrió los ojos y sonrió, pero aún así con todo su poder el sabía que no sería capaz de revivir a su hijo, nieto, ni a la pareja he hijos de su hermano, el poder que se los había arrebatado era incluso mas fuerte que el propio, la única forma de que estos volvieran sería venciendo a aquellos que les causaron todo ese dolor. -Es hora de recuperar lo que nos han robado, es hora de erradicar al usurpador de nuestros reinos, vengar las muertes de nuestros inocentes, la muerte y desaparición de esta dimensión de mi hijo, de mi nieto, de mi cuñado y mis sobrinos, de aquellos que estuvieron presentes en esos momentos dando sus vidas por protegerlos, es hora de hacer correr la sangre de nuestros enemigos. -Miro a su nieta que asintió, necesitaban que todos los presentes estuvieran al máximo y para eso necesitarían de su poder para curar daños físicos y que estos pudieran estar en su mejor forma, An se apartó un poco de su abuelo para encender su cosmos y cubrir a todos los presentes con este, junto sus manos entrelazadas sobre su pecho para cerrar sus ojos y comenzar.

https://youtu.be/fM1oJr2p4vg

Una canción que despierta y llama

Las personas la repiten en su corazón

Deseo iluminar con amor el cielo

Donde la luz a desaparecido

Sin importar cuanto oremos 

Las personas siguen equivocándose

Por eso nos perdonamos unos a otros

Y soñamos en un viaje sin fin

Todos buscamos el significado de esta vida

En eso la presencia de otro cosmos se hizo presente en alma, uno que todos recordaban y extrañaban, aquel que había sido quien escribiera esas letras para que su hija mas pequeña pudiera controlar algunos de sus poderes, cada uno tuvo recuerdos preciados con el, aquel chico de cabellos aquamarina y ojos amatistas, el mismo que ahora estando su alma en otra dimensión dormida en el supuesto sueño eterno de la muerte daba mayor fuerza al ruego en la canción de su hija mas pequeña, que abría sus ojos para poder encontrarse con los suyos, sintiendo algunas lágrimas que no podría retener, ni quería hacerlo comenzaban a caer, sintió como la frente de su madre se apegó a la suya rozando antes unos segundos sus narices, ambas miradas se encontraban cristalinas dejando caer aquellas lágrimas debido a que solo tenían minutos como este para estar juntos, tomo sus manos entre las suyas para darle mayor fuerza en su voz, si solo tenía esos instantes para compartir algo con su madre, agradecería esos instantes entregando todo de si para dar aquella curación que todos necesitaban para ir a la batalla.

El mundo es una nave delicada

Se balancea y tambalea

Envuelve a todo y acepta a todos tal como son

El mundo es una nave delicada

Se balancea y tambalea

Carga la tristeza de las personas y algún día saludará al amanecer.

Cuando aquella melodía termino, lentamente fue apagando su cosmos, todos allí miraron con sonrisas el pequeño encuentro momentáneo de madre he hija, la despedida llego en cuestión de segundos, pero solo eso y sus ruegos en aquella canción que interpretaron a la par fueron suficientes para que todos tuvieran claro su objetivo.

Recuperar de la forma que fuera aquello que les habían arrebatado sin que pudieran hacer algo al respecto. 

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