Capítulo 11.
Las puertas se abrieron y un hombre muy apuesto de larga cabellera celeste salió a su encuentro, él no estaba portando su armadura, pero tenía su tridente en las manos, el peliceleste sonrió a sus sobrinos y nietos, se acercó a cada uno para saludarlos apropiadamente, tomando las manos de estos viéndoles con mucho detenimiento como si aún no pudiera creer que realmente se encontraba frente a ellos, cuando estuvo frente a la mas pequeña de ellos, aquella nieta que no logró conocer, sintió un vació en su interior, si tan solo hubiera sido mas cuidadoso como lo fueron Hades y Camus, tal vez su amado y sus hijos se encontrarían hoy en día a su lado, sintió esa punzada en su alma, aquel dolor que le recordaba constantemente la perdida de sus hijos, estos deberían tener mas o menos la edad de 17 y 14 años respectivamente, pero si habían logrado salvar a la diosa del destino cuando era tan solo una bebé no tenía porque perder las esperanzas, aún podía existir alguna vida donde este con aquellos que perdió.
Si el plan funcionaba como alguna vez otra Destiny le había dicho en sueños a su padre, todo sería diferente para cada uno, las cosas tomarían el rumbo que debieron de tener, ahora era su turno de tenderles una mano para poder lograr aquel propósito.
Hilda junto a su hermana Freya, Lyfia, además de la ayuda de algunos de sus dioses guerreros salieron a dar la bienvenida a los visitantes, dándole a cada uno abrigos, esto fue bastante agradecido con toda el alma por las mellizas, un poco mas y estarían de un color azul, An avanzaba por la nieve como si nada junto a su padre y a Hyoga, mientras que ellas junto a Adrien sentían que en cualquier momento se congelarían.
-Siguen llegando mensajes urgentes sobre su secuestro, dicen que han atacado al averno y que esto amerita una búsqueda masiva. -Dijo el dios de los mares con un tono grave mientras los guiaba a la parte trasera del castillo, allí fue que otros portales de agua se abrieron dejando ver generales marinos, dioses guerreros y otros sirvientes.
-¿Saben que estas libre? -Cuestiono Milo frunciendo el ceño, pero el dios negó enseguida.
-No se lo esperan siquiera, esto va a jugar a nuestro favor hijo, cuando digo que nos llego el mensaje es porque le llego a Hilda, los dioses están enviando a todos sus ejércitos para buscar a los niños, aunque ver tan fuertes a mis generales y a los dioses guerreros los a alarmado un poco, por eso deben estar apresurando la toma del averno. -Soltó un suspiro cansado. -Todos saben que lo primero que yo haría sería liberar a Hades y tratar de despertar a Destiny, así también lograríamos despertarte a ti.
-Pero dos de esos pasos ya están hechos, padre intenta relajarte un poco. -Milo sabía que pedir eso era casi imposible, pero quien se altera solo perdería.
-A nosotros no nos secuestraron. -Se quejo por lo bajo Antonella formando un puchero, eso provoco una sonrisa en los adultos, era reconfortante que siguiera siendo ella a pesar de tantas cosas que estaba viviendo, pero ellos no sabían cual era la verdadera razón de que esto fuera así, la Destiny que recordaban los adultos, aquella que apareció en el juicio contra Saori parecía ser totalmente distinta a la que ellos conocían ahora.
-No, pero al decir que fue así tienen libertad de acción para actuar. -Hyoga abraza a su hermana menor por el costado, añoraba tanto que todo eso acabará y poder conocerla como conocía a sus otros hermanos.
Llegaron al fondo del jardín, Poseidón movió su tridente en el aire, el suelo tembló al dejar aparecer una pared de roca enorme, una pieza de esta se movió dejando ver oscuridad, el dios de los mares se adelantó cubriendo a todos con una luz especial para que no fueran a hacerse daño atravesando el pasillo, al final del pasillo era que se encontraba la urna que tanto habían buscado.
-Mamá. -Shun se acerco junto a su hermano a la urna, tocó está con cuidado para sentir enseguida aquellas vibraciones que les confirmaron que si era la urna correcta. -Pronto te liberaremos mamá, espera un poco más.
-Si estuvo aquí ¿Por qué no podían encontrarla? -Cuestiono Adrien frunciendo el ceño, fijo sus ojos en sus tíos y hermano mayor los cuales se encogieron de hombros, todos pensaban que la urna estaba en el centro de la tierra o algo así, pero no, estaba en la superficie en una cueva junto al castillo de asgard, algo demasiado fácil de hallar.
-Esta cueva está protegida por el poder de Odín, no es posible solo encontrarla sin saber su ubicación exacta, es como los talleres de Hefestos nadie puede dar con su entrada o su salida, en este lugar se bloquean los sentidos, nadie puede sentir el cosmos de Hades, así como ahora no pueden sentir el de ustedes. -Explico Lyfia con una pequeña sonrisa, An fijo sus ojos en ella analizándola con detenimiento, mientras que el resto solo asentía a sus palabras.
-¿Segura que solo es por el poder de Odín? -Ladeo su cabeza Antonella separándose un poco de su padre y sus hermanos. -¿No hay nada mas que quieran decirnos?
-¿A qué intentas llegar? -Mordió el interior de su boca retrocediendo unos cuantos pasos.
-Cuando mi madre estaba embarazado por primera vez se enfrentaron contra Boreas. -Cruzó sus brazos sobre su pecho. -Al ser derrotado y no cambiar con el pasar del tiempo se tomo la última medida, pero necesitaban a algún dios que se hiciera cargo del invierno, del viento frío del norte. -Todos sintieron una corriente eléctrica recorrer sus cuerpos, sentían que estaban frente a la Antonella que vieron esa vez en el juicio muchos años antes de su nacimiento y no de la que hace unos momentos se encontraba haciendo pucheros y no queriendo apartarse de su padre. -Fue entonces que mi hermano mayor, nacido bajo la protección de la constelación de cisne se le entregó aquella posición. -Relamió sus labios. -Odín es solo un dios inferior a nosotros, no está a la altura del primer nieto de los tres grandes, su poder no debería de anular el suyo...
-Pero Hyoga a estado entregando parte de su cosmos para mantener estable la tierra. -Interrumpió a la menor antes de que continuara con su explicación Freya.
-¿En serio te atreves a interrumpir mis palabras? sino fuera por tu hermana solo serías una simple humana. -Rodó sus ojos, alzo su mano señalando a Freya, impidiendo que pudiera volver a hablar hasta que ella se lo concediera.
-¡¿Qué crees que haces?! -Hilda se iba a ir en su contra por defender a su hermana, pero en cuestión de segundos las ramas del árbol de la vida surgían del suelo aprisionando sus muñecas.
-Esto no es en vuestra contra Hilda, por favor no se meta o yo no tendré problemas de dejar que su cosmos sea absorbido por el árbol. -Se preguntaran que hacían los dioses guerreros, pues estaban inmovilizados, los generales marinas no se atrevían a atacar a la nieta mas pequeña de su dios y el resto no podían creer como se estaba comportando Antonella. -¿Seguirás sin cambiar tus palabras Lyfia? -Volvió a mirar a esta, aquella mirada fría que les recordaba que era una de las nietas del dios del averno.
-Esto es absurdo, solo perdemos el tiempo que no tenemos, Escorpio creo que sería mejor que aprendas a controlar a tu... -No pudo continuar hablando debido a que en un solo movimiento, An desenvaino su espada/cetro amenazando con la punta de este atravesar su cuello.
-¿Sabes? es increíble que te sientas la gran cosa cuando solo eres el recipiente de un dios. -Encendió su cosmos el cual no era el mismo, era mas oscuro que luminoso, pero aún así no parecían estar compitiendo oscuridad y luz por tener la misma presencia en este. -O dices lo que hiciste o me temo que Odín tendrá que buscar un nuevo recipiente.
-Yo no quería. -Accedió con voz temblorosa, al borde de sus ojos se acumularon lágrimas debido a esto. -Pero ellos se lo buscaron.
-¿Tanta desesperación por ser amada por un hombre? eres patética. -Alejo por momentos su espada y cuando creyeron que eso había acabado, atravesó con esta el pecho de la chica de un solo golpe. -De vista perdí el corazón de ese único ser en que siempre mi alma confió, el amor y los sueños no son nada mas que castillos de arena, efímeros y desmoronados ante ti, aunque eso no es lo que deseabas tú. -Murmuro bajo, cada uno de los presentes estaba atónico, pero no entendían, no veían ni una sola gota de sangre cayendo, An saco su espada que al alzarla formo una esfera mostrando algo parecido a una visión. -Mi cetro no es capaz de matar, pero si es capaz de encontrar esos recuerdos en donde la maldad en nuestro ser tomo posesión de nosotros y otras cosas mas.
-¡Señorita Lyfia! -La llamaron Hilda junto a sus dioses guerreros al verla caer sentada en el suelo, pero efectivamente, ella seguía con vida.
-¿Qué haces princesa? -Milo era el único que entendía el actuar de An, el era el único que conocía el cosmos de la otra Destiny que alguna vez existió en otra línea temporal.
-Lyfia y Freya arruinaron parte de mis planes en esta línea temporal, por culpa de ellas mis mejores amigos no existen en esta vida. -Tomo la esfera en una de sus manos y la lanzo hacía arriba, esta aumento en tamaño permitiendo que así todos pudieran ver de que se trataba aquel recuerdo que había sacado del profundo ser de Lyfia. -En cada una de las líneas temporales que cree, en cada intentó... sabía que siempre estarían ellos aquí, pero ustedes solo lo arruinaron, ¡pudieron condenarnos!
-Antonella ¿de qué hablas? -Hyoga ante las palabras de su hermana sintió un vació en su pecho, no ese que estaba acostumbrado a sentir por todos los sucesos, uno que no sabe como llenarlo, como ignorarlo, como si algo en esa vida tuvo que haber pasado, llegado a el y no pasó.
-Hyoga no fue tu culpa. -Miro con tristeza al rubio, este al ver los ojos de su hermana comprendió que no era la Antonella que el conocía, era aquella otra, aquella de otra línea temporal. -Tú y Aioria si iban a tener hijos, no es que por dar tu cosmos a la tierra no puedas llevar vida en tu vientre. -Volvió a mirar hacía la chica que seguía en el suelo. -Pero ella y Freya se encargaron de arruinar esa parte de ti y no feliz con eso... ¡Acabó con la vida que ya se estaba gestando en ti!. -Chasqueó sus dedos permitiendo así que todos pudieran ver aquel recuerdo de la chica, aquel que compartía a Freya.
En este se podía ver a ambas planeando usar una poción que provocaría infertilidad como doncel en el caballero de cisne, Lyfia había pensando que de esa forma Aioria volvería a poner sus ojos en ella y Freya que Hyoga voltearía a verla, estás hicieron un trato con la diosa Afrodita para que les diera aquella poción, esto a cambio de que no hubieran mas posibles seres capaces de vencerlos, mucho menos si se tratará de un semi dios, por lo que debían hacer lo mismo con el hijo menor de Hades, Shun, luego se podía ver que cuando el primogénito de los guardianes de la tierra se quedo en el castillo de asgard, siendo acompañado por su tío, para luego verse con su ex novio Isaac para arreglar las cosas con este y quedar en buenos términos, echaban aquella poción tanto en lo que bebieran como en lo que comieran.
-¡Eso no es verdad, el no estaba esperando un bebé de nadie! -Alzo la voz Lyfia poniéndose de pie de golpe.
-Si lo estaba... -Bajo la mirada apretando sus puños ante aquel doloroso recuerdo. -Aquella vez comencé a sentirme mal luego de la cena... yo quería contarle todo a Isaac cuando lo viera al otro día, pero esa noche... perdí a mi bebé... y siempre me culpe de esto... de no ser mas cuidadoso... hace unos años con Aioria intentamos muchas veces... al no lograr nada solo nos rendimos... yo siempre me culpe pensando que era un castigo por el bebé que perdí... -El guardian de Leo abrazo contra su pecho a su pareja, su relación pasó por muchas crisis en ese entonces.
-Debías tener esa primera vez un niño dos años mayor que yo y luego una niña de mi misma edad. -Rompió la esfera que todos miraban para crear una nueva y acercarse con esta a su hermano junto a su cuñado, en esta se podía apreciar a un chico y una chica sonriendo en grande hacía la cámara. -Siempre fueron los mejores amigos del mundo entero. -Sonrió con tristeza, toco la esfera y luego envió tres luces hacía cada uno, así sabrían que es lo que les había sido arrebatado. -Por ellos y otros mas es que no puedo perdonarlas. -Camino hacía donde estaba Shaka junto a Shun, para formar otra esfera dejando ver a unos gemelos. -Ustedes tendrían gemelos un año mas grandes que yo, pero ya saben porque no pudo ser. -Hizo el mismo procedimiento para volver a mirar a las causantes. -Como pienso restaurar el tiempo, la línea temporal que esta vez debía de ser, será en esa nueva línea temporal que lo que provocaron tendrá su castigo. -Chasqueo sus dedos devolviéndole el habla a aquella rubia.
-Por favor... ten piedad, no sabíamos que... -Se dejo caer sobre sus rodillas suplicando clemencia, An las mirada sin ninguna expresión en su rostro, con apenas algo de brillo en sus ojos, si, la Destiny que estaba actuando en esos momentos no era la An que ellos conocían.
-¿Piedad? -Igual de rápida que la luz tomo a ambas por el cuello alzándolas, impidiéndoles respirar y que sintieran desesperación. -No soy la que ustedes conocen, soy quien destruyo cada línea de tiempo luego de fallar en cada intento, no tengo porque sentir piedad por ustedes cuando ni siquiera la tuve para interpretar la canción de la mortalidad y acabar con todos, terminar con todo ese ciclo continuo de sufrimiento. -Lanzo a ambas a metros de donde estaba parada. -Luego de tantas vidas intentando salvarlos la oscuridad de mi cosmos fue tomando terreno, fue entonces que entendí que solo luz no era una opción, así como también no lo era solo oscuridad, debían ser ambas, en una nueva vida, un ser puro que pudiera hacer lo que yo jamás logré, una Destiny que si fuera creada por muestra de amor bajo un eclipse, una que no tuviera recuerdos de ninguna línea temporal mas, es por eso que Antonella, vuestra Antonella Crystal no recordaba nada de mi, no podía despertar sin ayuda y es por eso que fácilmente causa la debilidad tanto en buenos y malos, con ayuda de ella hasta el peor ser existente podría tener un nuevo destino, incluso a mi me salvó aunque para ella solo fue un sueño mas, no tiene la menor idea de que mientras yo destruía todo en mi tiempo, ella logró transportar su alma pura hasta aquí y enseñarme aquella canción perdida que neutraliza a la mía.
-Destiny ¿qué hiciste? -Milo se acercó a esta, sabía que no permitiría que nadie mas se acercara tanto. -¿Por qué decidiste eso?
-Papá. -Una solitaria lágrima bajo por su mejilla. -Ellos lograron engañarme, hicieron que acabará con quien amo mas... me hicieron asesinarte. -Si no fuera por las lágrimas que corrían por sus ojos, no percibirían arrepentimiento alguno de su parte, pues su voz seguía careciendo emoción alguna. -Aún puedo mostrarles, antes de que finalmente mi alma desaparezca y sea solo mi poder el que quedé fusionado con el de Antonella.
-Por favor. -Milo asintió sabiendo que todos estaban demasiados shockeados aún como para poder hablar, Destiny asintió, liberó primero a Hilda y a sus dioses guerreros, para luego concentrar su poder en mostrarles aquel último recuerdo de lo que hizo en esa última línea temporal, aquella donde dejo de ser un ser tanto de luz como de oscuridad para ser absorbida por la oscuridad.
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