Capítulo 10.
A los pocos minutos llegaron los caballeros dorados que habían logrado sobrevivir de aquella masacre, Adrien y Aileen sonrieron al verlos, los recuerdos de su niñez volvieron a ellos como avalancha, en especial cuando estos se acercaban a abrazarlos, hasta sentía un poco de lastima por ellos debido a la broma que había planeado su padre que ahora fingía dormir a un lado de Antonella.
-Sabía que un día volverían con nosotros. -Aioria sostenía a ambos por los hombros, finalmente sus cuñados habían vuelto a casa y las piezas comenzaban poco a poco a encajar. -Dioses ¿cómo es esto siquiera posible? ellos aseguraban que habían acabado con su hermana y ahora están los tres aquí.
-Trata de no marearlos tanto cariño. -Pidió Hyoga rescatando a sus hermanos de ser mareados por su pareja, ambos miraron boquiabiertos cuando el león dorado abrazo por la cintura a su hermano mayor, eso jamás, nunca en sus vidas se les habría pasado por la cabeza, ni siquiera sabían cómo se tomaría eso su padre, ya que había cierta diferencia de edad que aunque no se notará seguía estando. -¿Acaban de ver un fantasma acaso?
-No, no, nada de eso. -Respondieron atropelladamente, Camille se reía de su melliza y de su hermano, al parecer no recordaban todo tan bien como creían.
-¿En serio les sorprende? llevan milenios juntos, tan así que papá y mamá ya lo sabían. -No podía evitar soltar carcajadas debido a eso, podía notar como su padre aún fingiendo trataba de no fruncir el ceño.
-Tal parece que An no es la única inocente entre nosotros. -Pincho las narices de sus hermanos menores para luego apartarse junto al quinto guardián.
-Dime que no nos hemos perdido de conocer a algún sobrino o sobrina. -Pidió Aileen juntando sus manos.
-Pues sobre eso. -Relamió sus labios mirando hacía arriba, ese fue el límite para seguir fingiendo del escorpión.
-¡Ni dormido hubiera dejado que ocurriera eso! -Se sentó de golpe dejando a todos en silencio, se puso de pie caminando hacía su hijo mayor que estaba mirando divertido a Aioria que casi tenía la mandibula por el suelo. -¡Mas te vale no haberle tocado ni un solo cabello cuando el era tan solo un niño!
-Milo... -Apenas lograba pronunciar, casi balbucear su nombre.
-¡Jamás te perdonaría que se casarán y tuvieran hijos mientras yo estaba dormido! -Lo señala con su aguja escarlata.
-¡MILO! -Llamaron todos los dorados que quedaban para que les pusiera atención y dejara aquel discurso que dejaba ver sus celos como padre.
-¡¿Qué?! -Miro al resto que casi provocan que cayeran ante el abrazo grupal que dieron comienzo, faltaban muchos de ellos, pero eso no hacía ese reencuentro menos deseado. -Pero ya en serio, díganme que no paso nada de eso.
-No papá, nada de eso a pasado. -Negó Hyoga moviendo su cabeza en negación, no es como que pudiera pensar en eso con la vida que habían llevado durante todo ese tiempo. -No podemos seguir perdiendo tiempo, tenemos que quitar el sello de sus cosmos, pero para eso tenemos que ocultarlos de ellos, An ya tuvo que haber llamado lo suficiente la atención.
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Luego de que lograran despertar a Antonella que permanecía escondida entre los brazos de su padre ante tantos rostros nuevos, fuera de que no terminará de acostumbrarse que todos la miraran de esa forma, con esa nostalgia que solo le recordaba lo que estaban viviendo, Milo como pudo convenció a su hija para que se quedara en medio de la estancia junto a Adrien y Aileen, los caballeros dorados unieron sus fuerzas para crear un campo de fuerza lo suficientemente poderoso como para que ninguno de sus enemigos supiera que finalmente habían acabado con aquellos sellos. Ikki tomo la mano de su hermano menor para concentrar su poder, con ayuda de Hécate que comenzó a recitar un cántico antiguo, logrando luego de escucharlo un par de veces imitarlo durante varios minutos, las cosas comenzar a cambiar, las antorchas se apagaban y prendían, rayos y truenos comenzaron a escucharse en las afueras, halos de luz como corrientes eléctricas fueron visibles por todo el salón.
Aquellos halos de luz envolvieron a los tres hermanos provocando una nueva explosión de luz que llenó todo, los dorados tuvieron que concentrarse al máximo para no dejar que alguna señal de cosmos saliera de la barrera, pero esa luz no duro mucho, así como apareció se desvaneció, todo volvió a la normalidad y el silencio fue lo que reinó la amplia habitación.
Algunos de los dorados cayeron de rodillas al suelo, el esfuerzo había sido demasiado debido a los fuertes cosmos que estuvieron sellados durante tanto tiempo, sus dueños estaban algo adormilados siendo sostenidos por Hyoga, Camille y Seiya, pero todos tenían una gran sonrisa al percibir que si dio resultado, por fin algo les estaba saliendo como habían planeado.
-Debemos ocultar su cosmos. -Hécate actuó rápido antes de que estos lograran recobrar todos sus sentidos, saco tres joyas, un collar, una pulsera y un anillo, eran joyas muy hermosas pero sencillas, en ellas relucían distintas piedras, la pulsera de Adrien tenía una amatista, el collar de Aileen una turquesa y el anillo de Antonella una piedra luna, nadie sospecharía de sus verdaderas intenciones y así los menores estarían a salvo.
-¿Dio resultado? -Preguntó Adrien siendo el primero en lograr reaccionar del todo, se sentía extraño, había perdido la costumbre de sentir su cosmos recorrer con esa intensidad su cuerpo.
-¿Acaso no sientes? -Aileen se acercó a su hermana que miraba sus manos con algo de miedo, cuando toco una de estás entendió el porque, una corriente eléctrica sintió enseguida apenas toco a la menor. -¿An?
-Es demasiado. -Retrocedió unos cuantos pasos topándose con su padre que la abrazo. -Papá no, te haré daño. -Intento alejarse, pero este no la dejo.
-A mi no puedes hacerme daño. -Quito el collar que antes ella había puesto en su cuello para ponérselo, una vez lo hizo la piedra cambio a ser casi multicolor. -Esto te ayudara a contenerlo en lo que aprendes.
-Gracias. -Se acurruco entre sus brazos sintiéndose aliviada de ya no sentir que podría dañar a cualquiera con solo tocarlo. -Pero lo necesitas para estar a salvo. -Formo un pequeño puchero.
-Lo importante es que tu estes a salvo. -Sonrió queriendo que dejará de preocuparse, el sabía lo que probablemente pasaría cuando fueran al campo de batalla, pero no quería que fueran a alterarse y arrepentirse de hacerlo por eso.
-Ahora a lo que vinimos. -Hécate los miro dejando aparecer unas cosas que necesitaba. -Debo hacer un ritual para poder encontrar la urna que tiene encerrado a mi señor.
-Nosotros llevamos tiempo buscando, pero no logramos nada. -Dijo Seiya bajando la mirada, se había sentido inútil en todas esas búsquedas.
-Pero ahora tenemos mas recursos. -Señalo hacía los descendientes del dios del averno, pero no entendieron del todo a que se estaba refiriendo la diosa.
-¿Nosotros? ¿cómo? -Shun había intentado todos los rituales posibles para dar con su madre, pero nada funcionaba.
-Zeus fue quien lo sello en esa urna, ustedes son sus hijos también por lo que necesitan también de la sangre de los nietos, mientras mas sangre con el poder del averno será mas precisa su ubicación. -Movió su mano enseñando una daga incrustada con piedras preciosas.
Ikki miro a la hechicera y extendió su mano, la diosa sonrió ante su disposición inmediata, tomo con delicadeza su mano para realizar un pequeño corte y así echar un poco de su sangre en una vasija, repitió el proceso con cada uno de los descendientes de Hades, cuando tuvo finalmente el ingrediente principal, se acercó a Seiya que asintió con su cabeza para entregarle aquel anillo que simbolizaba su promesa con el dios de un futuro juntos, camino hacía una de las mesas que estaba en una de las esquinas, esta la había dejado con un mantel blanco en el cual dejo caer la sangre que estaba en la vasija, al principio nada ocurrió hasta que la hechicera comenzó a pronunciar un cántico, sus ojos permanecían cerrados teniendo así mas concentración.
Los cielos comenzaron a nublarse y rayos lo iluminaban, el suelo tembló ligeramente bajo sus pies y fue allí que sobre aquella tela comenzó a formarse un mapa, se pudo ver la silueta de un castillo y un arco de piedra junto a la estatua de Odín, alzo el anillo que formo una luz sobre el castillo con eso ya sabían dónde se encontraba la urna del dios.
-Ese es el castillo de Asgard. -Saga había estado alejado en silencio la mayoría del tiempo, pero frunció el ceño al reconocer el paraje. -¿Tendrá algo que ver Poseidón en esto? pero a el también lo encerraron. -Pero podía haber una posibilidad de que el dios de los mares se haya podido liberar y no se hubieran enterado.
-Tal vez, eso explicaría porque los últimos meses los que quedaron del ejercito de Poseidón se han estado movilizando, al igual que los dioses guerreros de Asgard. -Aioria había estado saliendo continuamente del santuario debido a esto, tanto el como Mu y Shaka apenas lograban estar un par de horas en su hogar.
-Según todos los últimos informes las regiones gélidas han permanecido en movimiento, no hemos logrado comunicarnos con Hilda de Polaris, lo último que supimos fue que estaba haciendo todo lo posible por encontrar a Poseidón. -Shaka había intentado en mas de una oportunidad acercarse al castillo en asgard, pero todos los intentos eran fallidos.
-Mis explosiones no han podido llegar hasta esos lugares. -Comento An que mantenía sus ojos cerrados, intentaba de esta forma saber que lugares se vieron afectados por las explosiones de poder de ese día, pero esas regiones no estaban en la lista.
-Entonces tendremos que ir a investigar, pero ¿cómo llegaremos? -Pregunto Camille algo aprehensiva.
-Por un portal de agua, por supuesto. -Una varonil voz se hizo escuchar desde el final del templo principal, cuando todos voltearon la mirada, una figura se acercó a la luz dejando que pudieran verle, sin apartarse mucho del portal de agua. -La profecía está cada vez más cerca, las señales de los últimos meses no se equivocan. -Isaac de kraken se encontraba justo frente a ellos, a su lado Sorrento de sirena, ambos portando sus armaduras.
-Nuestro señor Poseidón fue liberado hace pocas semanas, nos hemos estado refugiando con la ayuda de la señorita Hilda, nos a dado toda la ayuda que a podido este tiempo, pero nos llego una alerta sobre que los nietos de Hades que estaban en el inframundo fueron secuestrados, Zeus esta enviando a todos los que puede para encontrarlos, pero por suerte hemos llegado a tiempo antes de que los encontrarán, deben venir ahora con nosotros, no nos queda mucho tiempo.
-¿Por qué deberíamos ir con ustedes? -Aioria dio un paso al frente dejando detrás suyo a Hyoga. -¿Cuantas veces les preguntamos si sabían algo? -Sorrento evito la mirada unos segundos. -Y siempre nos dieron negativas.
-¿En serio prefieres perder tiempo por hacer tu escenita de celos? -Cuestiono Isaac cruzando sus brazos, la historia entre ellos permanecía siendo tensa.
-No tengo razones para sentir celos debido a ti. -Antes de que estos comenzaran una pelea en medio de todo el caos que se avecinaba, Hyoga detuvo a su novio y miro a su antiguo mejor amigo.
-¿Ustedes se robaron la urna de mi abuelo? -Cuestionó mirando a ambos, estos le miraron arrepentidos. -¿Por que?
-Escuchen, es verdad que la señorita Hilda robó la urna donde esta encerrado Hades, pero lo hizo para mantenerlo a salvo antes de que alguien mas lo hiciera, todo este tiempo solo hemos estado intentando liberarlo, pero no hemos tenido éxito porque fue Zeus quien reforzo aquel sello. -Sorrento avanzo un poco mas, no quería causar problemas, mas de los que ya se venían. -Se que debimos decirles la verdad antes, pero no estábamos seguros de que Destiny siguiera con vida o si Escorpio despertaría, además tenemos algunas pruebas de nuestras sinceras intenciones. -Señalo a su espalda al portal donde salieron los dioses gemelos que habían sido desterrados del averno, Aileen en cuestión de segundos fue directo a los brazos de Thanatos, el dios de la muerte no tardo en estrecharla entre sus brazos, el alivió que invadió su cuerpo al saber que estaban bien era inexplicable.
-No sabíamos en donde estaban. -Susurro la rubia intentando contener su emoción, otra vez podía estar entre los brazos del peliplateado que amaba.
-Vagamos durante mucho tiempo tratando de escondernos, cuando llegamos hasta asgard y fue entonces que las señoritas Hilda y Freya nos acogieron, apenas Hypnos logro dar con los sueños de tu hermana y saber que estaban con vida, que estaban aquí, no podíamos tardar en venir por ustedes. -Explico el dios de la muerte para luego besar la frente de la rubia, esta con su mano quitó una solitaria lágrima que logro escaparse de sus ojos.
- No se imaginan todo lo que hemos hecho para liberar a Hades, con Poseidón fue sencillo, pero ni siquiera el logró romper aquel sello, Athena tuvo que haber hecho el sello y esto ser reforzado por Zeus, entonces nosotros no podemos liberarlo por mas que intentemos. -Continuo la explicación el dios del sueño. -Pero si la señorita Destiny despertó, puede que haya aún una forma de hacerlo, pero necesitaremos tanto a los jovenes príncipes como a las princesas dispuestas a unir sus cosmos y canalizar todo esto en la espada de Destiny, no hay otra forma.
-Pero mi hija apenas a estado unos minutos con todo su cosmos liberado, entregarle mas poder podría causar desastres que son innecesarios en estos momentos y sus hermanos no tienen control total de sus poderes . -Milo se posiciono delante de sus hijos de forma protectora y posesiva.
-Pero tu podrías ayudarla como solías hacerlo con Camus. -Comento Shun mirando a su cuñado. -Antonella solo parece confiar en ti del todo, no a estado un segundo lejos de ti por lo que podría funcionar como lo hacía con mi hermano.
-No tenemos muchas alternativas. -Adrien miro a su padre con suplica, no existían demasiadas opciones y tenían que hacer que la balanza dejará de inclinarse a favor del enemigo.
-Esta bien, será mejor ir y dejar de perder tiempo, luego quiero respuestas sobre ustedes dos. -Señalo a su hija Aileen y al dios de los muertos que no tardaron en asentir, de cierta forma era reconfortante que ese día llegará.
Todos los presentes sin seguir dudando, tomaron sus bolsos de emergencia que tenían preparados por cualquier posible ataque y fueron pasando por el portal de agua, un remolino de luces y colores los envolvió para luego verse de pie a las afueras del castillo de asgard, pequeños recuerdos sobre visitas a ese lugar aparecieron en las mentes de cada uno, para aquellos cuatro hermanos que estuvieron tantas veces antes en ese lugar los recuerdos con su abuelo Julián, su consorte y sus hijos presionaron su pecho, este último junto a sus hijos, había tenido el mismo destino que su madre y su hermano de tres años, mientras que la quinta hermana miraba todo a su alrededor intentando recordar todo lo mejor posible así podría tener distintas imágenes en su cabeza cuando le relataban cosas que sucedieron.
Aquel castillo no era para nada mas grande que Guidecca, pero de igual forma se veía austero, frío e imponente.
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