Ultimátum.
Pov de Freen.
5 meses después.
Becky y yo habíamos estado viviendo juntas por poco más de cinco meses hasta la fecha. Cinco meses maravillosos en los que cada día me enamoraba más de ella y en los que cada día que pasaba me sentía la mujer más afortunada del mundo por el hecho de que ella decidiera compartir su vida conmigo.
Cinco meses podían no parecer una gran cantidad de tiempo pero considerando que vivimos juntas... Era bastanta destacable decir que nuestra relación estaba mejor que nunca.
Ambas habíamos mantenido la casa de manera casi perfecta después de que lográmos estabalizárnos. Justo como lo habíamos hablado en el primer mes, las dos nos encargábamos de la mitad de las tareas de la casa y además nos dábamos tiempo como pareja y con nuestro pequeño perrito.
Becky estaba a poco de termina su primer semestre en la carrera que tanto le gustaba y realmente... Me hacía feliz verla a ella con una sonrisa en su rostro cada vez que la veía llegando de la escuela a diferencia de como solía ser cuando estaba en su anterior universidad.
Ella ya teníaun círculo de amigos estable en su nueva escuela y además mantenía su vínculo saliendo a comer con Seoul, Irin y Mela de vez en cuando. A veces ella me incluía en los planes con sus amigas pero a veces yo prefería darle su espacio.
Por otro lado, yo iba muy bien con la florería. Incluso estaba a muy poco tiempo de abrir la segunda tienda. El dinero que Becky me había dado para invertir había sido de mucha ayuda tanto para la publicidad como para invertirlo en el proceso de cultivo de las flores.
Solía ir a visitar a mi papá a menudo a la clínica. Él se sentía muy tranquilo y ya estaba mejor, pero por su propia voluntad quiso quedarse algunos meses más para recuperarse por completo. Ambos hablabámos mucho cuando iba a visitarlo y él siempre me decía que estaba muy feliz de saber que Becky estaba viviendo conmigo porque sabía que así yo estaba acompañada.
Había estado estudiando en mi unversidad también pero la verdad es que no podía enfocarme como quisiera porque estaba muy enfocada en la florería.
Esta mañana, Becky se fue a la escuela y yo fui a la mía para presentar un examen y después irme.
Tomé mi tabla de skate y me dirigí a la universidad. Hace poco habían terminado de repararla y me alegraba finalmente poder regresar a mi facultad.
Tenía los audífonos y estaba disfrutando bastante de el recorrido que había terminado. Me bajé de mi tabla de skate y le di un golpe suave con el pie para levantarla del piso pero me vi interrumpida por una mano tocando mi hombro.
Volteé enseguida con el ceño fruncido. Sabía que no era Nam porque la conozco y no suele llamar mi atención de esa manera.
-Te preguntaría si tienes dos minutos para que hablémos pero no creo que tu tiempo sea tan valioso. -Dijo Marie.
¿Qué hacía la insoportable ex de Becky aquí?
-Puede que no, pero de todas maneras no los tengo para ti. -Respondí.
Me di la vuelta y empecé a caminar pero ella me tomó con fuerza del brazo.
Bajé mi mirada y la clavé en la mano que tenía sobre mi brazo.
Hice un gesto brusco para que me soltara.
Ella dio dos pasos hacia atrás.
-¿Becky ya se aburrió de ti? -Preguntó.
-Sigue viviendo conmigo. -Contesté. -¿Qué crees tú?
Me miró molesta.
-Pensé que eras diferente pero ya veo que también dejaste que te hicieran un juguete. -Agregó.
Estaba comenzando a molestarme.
Suspiré y volví a darme la vuelta, tratando de evitar problemas.
-Becky solo está divirtiéndose contigo. -Comentó con un tono de voz bastante alto. -Jamás llegaría a algo más serio.
-Como digas. -Expresé.
-¿De verdad crees que la niña rica y mimada de los Armstrong va a pasar toda su vida contigo? -Cuestionó.
Me molestó el doble que hablara así de Becky pero también en mi mente pasó algo extraño, como si por primera vez hubiera sentido miedo de pensar en qué haría si Becky en realidad no quería construir una vida conmigo como yo lo quería.
Después de todo, las relaciones son frágiles y cualquier cosa puede llegar a romperlas y yo no quería que eso pasara. No habíamos tenido ningún problema fuerte hasta el momento ni diferencias considerables pero...
¿Y si Becky en algún momento decía que ya no quería esa vida conmigo?
¿Y si ella quería regresar con su familia?
Ella podía regresar con su familia y por supuesto, yo no tendría ningún problema...
¿Pero y si esa decisión conllevaba a que nos separáramos?
Traté de ignorar el pensamiento por completo y la miré de frente, sintiendo un enojo absoluto.
No podía dejarme llevar por lo que estaba diciéndome.
-Sabes bien que eres el juguete desechable de una niña rica. -Agregó.
Tocó mi hombro, intentando molestarme. Ese fue el momento exacto en el que cruzó mi límite.
La empujé con fuerza desde los hombros haciendo que cayera al piso sentada.
Ella levantó la vista y me miró con cierto miedo.
Me acerqué y me incliné hacia enfrente.
-No me provoques, Marie. -Advertí. -Quieres molestarme, entiendo... Pero no hables de esa manera de mi novia de nuevo y respétame a mí o te romperé la cara.
Aún sentía el enojo recorriendo mi cuerpo entero. Me acerqué tan solo un poco más pero me detuve debido a que sentí que alguien me tomó del brazo.
Volteé con un gesto de seriedad en mi rostro. Nam estaba ahí con el ceño fruncido en preocupación absoluta.
-¿Qué haces? -Me preguntó.
Nam no había escuchado nada de lo que había pasado. Probablemente estaba mirando de lejos solo para intervenir si algo como esto pasaba.
Nam le extendió la mano a Marie para ayudarla a levantarse pero yo se la bajé con fuerza, impidiendo que lo hiciera.
Todos alrededor estaban atentos a la situación.
-Levántate y lárgate. -Exclamé.
Ella se levantó del piso despacio y yo no le quité la vista de encima hasta que vi que empezó a alejarse.
Sentía mis huesos ardiendo debido a la molestia que sentía.
-¿Te volviste loca? -Me preguntó Nam. -Si en la escuela te vuelven a ver en una pelea no van a pensarlo para expulsarte.
-Me da igual. -Aseguré. -¿Quién es ella para hablar mal de Becky?
-Tienes que controlarte. -Expresó. -Te estás haciendo daño.
Ella señaló mi mano.
Bajé mi vista despacio y solo en ese momento noté que tenía el puño cerrado. Abrí la mano despacio y entonces pude ver un poco de sangre saliendo de las marcas que habían dejado mis uñas clavadas en la palma.
Respiré profundo y traté de bajar la guardia.
-Me dejé llevar por el enojo. -Admití.
-Respira y ve a lavarte la cara. -Sugirió. -Vamos...
Asentí.
Nam me tomó del brazo suavemente y me guió hasta los baños para poder lavarme la cara.
Pero algo en mi mente seguía haciendo un ruido ensordecedor a pesar de que intentaba alejar el pensamiento lo más que podía...
¿Becky aceptaría casarse conmigo si se lo pidiera?
Toda la situación con Marie había quedado en el pasado. Sabía que lo estaba haciendo solo por molestarme.
Me había lavado la cara, Nam se había quedado sentada conmigo hablando y tranquilizándome hasta que pasó un corto tiempo.
Menos mal llegué con media hora de anticipación a la escuela, de no ser así me habría perdido el examen.
Me senté en una de las bancas y recibí las hojas para empezar a rendir el examen pero no podía concentrarme en absoluto.
Todo lo que había en mi mente eran pensamientos sobre anillos, compromiso y matrimonio.
¿Me estaba volviendo loca al querer casarme con Becky tan pronto?
Ya vivíamos juntas y ambas teníamos participación activa en las finanzas de la casa. Ambas estábamos estudiando y teníamos un negocio propio. Tal vez no era una idea tan loca.
¿Ó sí lo era?
¿Becky pensaría lo mismo que yo?
Ella se había alejado de su familia y su vida de lujos para estar conmigo, ¿Pero y si ella no quería que fuera así para siempre?, ¿Y si ella en algún momento ya no quería tener nada conmigo?
¿Por qué no podía deshacerme de ese pensamiento?
¿Por qué tengo ese pensamiento ahora?
Estaba demasiado concentrada en todo eso y cuando elevé mi vista al reloj del aula noté que ya habían pasado más de cuarenta minutos. Me faltaban veinte minutos para entregar el examen y yo no había completado ni la mitad.
¿Qué tipo de anillo le gustaré a Becky? -Pensé.
¿Cómo debería pedirle matrimonio si me decido a hacerlo? -Pensé.
Me pasé la mano por la cara, tomé aire y traté de concentrarme en el examen.
Era el cincuenta por ciento de mi calificación final en esta materia; si lo reprobaba, reprobaría el semestre y sería díficil recuperarme después con todo el trabajo que tenía encima.
Aún después de que lo intenté, mi mente se dejaba llevar y apenas pude terminar el examen a tiempo.
Sabía que era probable que lo reprobara.
Salí del aula sintiéndome completamente agotada y tomé mi celular.
Tenía algunos mensajes de Becky que lograron hacerme sonreír al instante.
Becca: Babe, voy a quedarme a dormir con mi hermano hoy.
Becca: Nos vemos mañana.
Becca: Te amo.
Tal vez era una señal para preparar todo para mi propuesta de matrimonio, pero aún tenía dudas sobre si hacerla o no.
Tal vez estaba siendo una decisión impulsiva.
Pero tal vez no...
Ya llevábamos siete meses juntas y vivimos en pareja desde entonces, tal vez sea momento de dar un paso más serio.
O tal vez es demasiado pronto...
¿Era correcto casarme a los veintitres años?
Papá y mamá se habían casado un poco más jóvenes y yo estaba segura de que quería que Becky fuera mi esposa.
En medio de todas esas preguntas, tomé mi tabla de skate y me dirigí a un mall que no estaba tan lejos. Entré a una buena joyería y me pasé bastante tiempo viendo anillos de compromiso.
Todos eran costosos, no había ni como negarlo.
Estaba a días de abrir la tienda nueva, si tomaba un poco del dinero de la tienda no pasaría nada, solo tardaría un poco más en abrir la nueva pero valía la pena si Becky y yo nos comprometíamos.
Decidí eligir un anillo de plata que tenía una piedra verde preciosa en el centro.
Cuando iba a dar mi tarjeta de débito lo dudé por un momento pero terminé pagando por él. De todas maneras si no le pedía matrimonio pronto, sería algún día. Al menos ya tendría el anillo listo.
Salí de ahí y me dirigí a varios lugares más para tener todos los preparativos listos para hacer la propuesta mañana.
Durante algunos momentos me puse a pensar si era lo que de verdad quería ahora o si solo me estaba dejando llevar por las palabras de su ex. No se trataba de que no quisiera comprometerme con Becky porque sí quería hacerlo... Se trababa de que no sabía si debíamos comprometérnos siendo tan jóvenes.
Lo iba a dudar hasta el último segundo que tuviera antes de pedírselo...
Compré un montón de ingredientes para la comida que quería preparar; compré champagne a pesar de que ninguna de las dos tomaba pero debía tener una bebida así si se trataba de nuestro compromiso. Finalmente, me dirigí a nuestra florería en donde compré flores de colores para esparcirlas por todos lados.
Un picnic en un jardín lleno de flores sería el mejor lugar para una propuesta de matrimonio íntima y nada ostentosa.
Sabía que a Becky le encantaría.
A menos que ella no quisiera casarse conmigo.
Mi duda sobre eso se generaba debido al hecho que Becky siempre se refiere a nuestra casa como "tu casa", nuestra florería como "tu florerería", entre otras cosas... siempre lo individualiza, nunca lo dice como lo que es... Como algo de las dos.
Tal vez era algo que no tenía mucho sentido pero... Después del día tan estresante que había tenido... Empezaba a generarme ruido.
Pov de Becky.
Esta tarde terminé mis clases y salí en el carro de mi amigo que había estado llevándome a la escuela y dejándome de vuelta en casa de Freen. Estaba disfrutando el recorrido y solo despegué mi vista de la ventanilla cuando escuché que me estaban llegando mensajes al celular.
Reese: Becky, ¿Podrías ayudarme con la niña?
Reese: Estoy agotado y mi esposa tuvo una reunión de su empresa familiar.
Me reí al leer sus mensajes.
Becky: Voy para allá.
Le pedí a mi amigo que me bajara en donde pudiera y tomé un taxi para ir hasta casa de mi hermano.
Cuando llegué, toqué la puerta y él me recibió enseguida.
-Primero que nada, graciar por venir. -Expresó. -Segundo, perdóname.
Él se veía nervioso y yo no pude evitar mirarlo con el ceño fruncido mientras pasaba a su casa.
Yo no entendía nada.
Lo miré detenidamente hasta que la puerta se cerró a nuestras espaldas y cuando llevé mi vista a la sala fue cuando vi a mi papá sentado en el sofá.
Suspiré y clavé mi mirada en Reese.
-Dijo que quería hablar contigo para arreglar las cosas. -Aclaró. -No quiero que sigan peleados.
-No tengo nada de qué hablar con él. -Respondí.
-Hija, por favor. -Agregó papá.
Me llevé una mano al rostro y respiré con fuerza.
-Los dejaré solos... -Expresó Reese.
-¿Y Lia? -Pregunté. -¿Y tu esposa?
-Becky, lo siento... -Contestó. -Ella fue a ver a su familia con la niña y yo estaba aquí pero papá vino y me dijo que quería hablar contigo para arreglar las cosas... Por favor, inténtenlo.
No dejé de mirarlo sintiéndome completamente molesta hasta que él salió de la casa.
El sonido de la puerta fue lo único que se escuchó en medio del silencio que había entre papá y yó.
Me acerqué lentamente y me senté en el sofá que se encontraba enfrente de mi papá.
-¿De qué quieres hablar? -Cuestioné.
-¿Cómo has estado? -Cuestionó. -¿Has estado comiendo bien?
Giré los ojos.
-¿Cuánto dinero piensas que gana Freen en la florería? -Pregunté molesta. -Hablas como si no tuviera un solo peso.
-No me malinterpretes. -Expresó. -Solo quiero saber cómo has estado.
-He estado mejor que nunca... -Aseguré. -Siendo quien de verdad soy, tomando mis propias decisiones y teniendo a alguien que me ama incondicionalmente y a quien amo con todo mi corazón.
Él me miró con tristeza.
-Tú no sabrías de amor incondicional. -Agregué.
-Becky, no tienes un buen futuro con ella. -Dijo. -Yo solo quiero lo mejor para ti.
-Tengo un buen futuro con ella. -Aclaré. -He vivido los mejores cinco meses de mi vida desde que estoy a su lado.
Él asintió con la mirada clavada en el piso.
-La menosprecias sin razón. -Mencioné. -Lo único que te importa para que alguien esté conmigo es que sea de una familia adinerada.
Tomé aire y seguí hablando.
-La compañía que a ti te tomó diez años levantar, ella lo podría hacer en la mitad de tiempo que ti y reduciendo costos. -Aseguré. -Si tan solo hubiera tenido los mismos recursos que tú...
-Bien, ya entendí. -Respondió. -No es capricho y la amas.
Asentí.
-Así es. -Confirmé.
-Becky, te entendí incluso después de que me dijiste que te gustaban las mujeres. -Me recordó. -Ahí tienes a Marie, puedes formalizar algo con ella.
Me llevé una mano a la cabeza porque estaba empezando a dolerme después de tanto estrés.
-Y si me hicieras caso y confiaras en mí sabrías que lo mejor para ti es William. -Agregó.
-Suficiente, papá. -Expresé. -Contigo no se puede arreglar nada.
Me levanté del sofá y le di la espalda.
-¿Cómo va su florería? -Preguntó.
-Mejor que nunca. -Contesté. -Está por abrir una tienda más.
-Entiendo. -Respondió. -Sería lamentable si perdiera la que tiene.
Me di la vuelta y lo miré sin poder creer lo que estaba insinuando.
-¿Por qué la perdería? -Cuestioné. -¿Qué intentas decir?
Él subió ambos hombros.
-Por el capricho de su novia tal vez. -Mencionó.
No podía creer que mi propio padre quisiera destruir mi felicidad así.
Mis ojos comenzaron a llenárse de lágrimas mientras él trataba de no mirarme directamente.
-Es la florería de su madre fallecida. -Comenté. -¿No tienes corazón?
-Tengo. -Aclaró. -Soy solo un padre que se preocupa por el bienestar y por el futuro de su hija.
Mi papá ya había entendido que yo de verdad amaba a Freen y ahora estaba usando eso en mi contra.
-Termina con ella y deja que encuentre a alguien que combine con su estilo de vida. -Agregó. -Tú encontrarás a alguien mejor.
Las lágrimas empezaron a caer de mis ojos. Eran lágrimas de tristeza, de decepción y de enojo.
-Papá, la amo. -Dije. -Ella me ama a mí. No la voy a dejar.
-Becky, tiene un papá alcohólico y tiene problema de ira. -Comentó. -No pienses que no la he investigado. Con una sola conversación con el director de su universidad puedo hacer que la saquen entonces, piensa bien en tu decisión porque entonces... No será solo la florería, hija.
-¿Cómo puedes ser tan cruel? -Cuestioné con el corazón destrozado. -Podría ser tu hija también, tiene mi edad. Nunca te ha hecho nada.
-Pero no lo es y si esa es la única solución que tengo para protegerte, la tomaré. -Aseguró. -La amas, bien... Pero eso no quiere decir que debas estar con ella.
-Nunca me diste nada de amor, ni de ternura, ni un poco de comprensión o atención. -Comenté. -¿Ahora quieres alejarme de la única persona que me ama y valora por completo?
-No es la única que lo hará. -Aseguró. -Me avisas sobre tu decisión. En dos días tenemos una cena con la familia Wright.
-Te odio. -Exclamé entre dientes. -Su papá es el mejor hombre del mundo y ella no tiene problemas de ira. Ni siquera sabes lo que dices.
Él asintió mientras suspiraba
-Puedo vivir con tu odio porque después te darás cuenta de que lo hice por tu bien. -Respondió. -Y por el bien de la compañía.
Él se levantó del sofá. Mis puños estaban completamente apretados pero él trataba de no mirarme.
Empezó a caminar hacia la puerta, dejándome completamente destrozada. Tan solo escuché el sonido de la puerta cerrándose y me derrumbé en el sofá.
¿Cómo mi papá podía hacerme esto?
Mi llanto incrementaba con cada vez que repasaba las palabras de mi papá en mi mente.
No sabía qué haría.
Freen no podía perder esa florería, era lo único que le quedaba de su mamá.
El papá de Freen tampoco podía perderla, menos ahora que se estaba recuperando del alcoholismo.
Pero por otro lado... sabía que destruiría a Freen si la dejaba. Ella me amaba muchísimo y había estado dando todo de ella por mí todos estos meses.
No había nadie mejor que Freen para mí, pero tal vez si habían mejores personas que yo para ella.
Tal vez podría tener una relación con alguien con quien pudiera llevarse bien con sus padres también.
De pronto me puse a preguntarme en serio si yo de verdad seguía mereciendo a Freen.
*Flashback*
-Beck. -Expresó Freen recostada en la puerta.
Salí del cuarto y la vi con la correa de Toby en la mano a punto de salir.
Ya era oscuro afuera y estaba haciendo un poco de frío.
-Dime. -Contesté.
-¿Me prestarías mi sudadera? -Pidió. -Llevo tiempo sin usarla y la extraño.
Justo ahí me di cuenta que hace días no veía su sudadera verde por ningún lado.
-Dame cinco minutos. -Dije. -Voy a buscarla.
Ella asintió y regresó al sofá con Toby.
Fui al cuarto y me puse a buscar en todos los cajones, también en el clóset y en cada rincón del cuarto.
No estaba por ningún lado.
-Mi amor, déjalo. -Expresó -Me pongo otra mientras y después la buscas con calma.
Ella regresó al cuarto y tomó una sudadera cualquiera, se la puso y salió.
La busqué por toda la casa durante varios días y no había podido encontrarla.
Era el último regalo que su mamá le había dado y yo no había podido atesorarla como debía aún sabiendo que ella me la había prestado a mí.
*Fin del flashback*
Freen no me la había vuelto a pedir pero yo me seguía sintiendo mal por no encontrarla.
Tal vez eso fue una señal de que había empezado a dejar de merecerla.
¿De dónde iba a tomar el valor para terminar con ella?
No quería hacerlo...
Quería seguir viviendo con ella; dormir juntas en la misma cama, disfrutar el desayuno preparado con sus manos y que ella disfrutara de mis cenas cuando llegara del trabajo. Incluso yo en mi nueva escuela ya era Rebecca Chankimha... yo quería construir un futuro a su lado y ahora mi papá me había arrebatado esa posibilidad.
...
Un poco de drama es bueno para la historia, será leve...
En serio, será leve.
Qué tengas excelente inicio de semana!!
-Key.
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