Emergencia.
Pov de Freen.
Al menos me sentía un poco más aliviada sabiendo que el papá de Becky estaba comenzando a ceder.
Cuando llegué a casa, Becky estaba sentada en la silla del comedor con Toby sobre sus piernas y la laptop abierta enfrente sobre la mesa.
-Hola, babe. -Expresó con una sonrisa. -¿Cómo te fue en la florería?
Sonreí, sin contestar por el momento.
Conozco bien a mi prometida, sé que no le va a gustar nada la idea del acuerdo prenupcial
Toby bajó corriendo de sus piernas para saludarme.
Yo lo cargué y me acerqué a Becky para dejar un beso en sus labios con el pequeño en brazos.
-¿Qué haces, mi vida? -Pregunté.
-Estoy llevando las cuentas de nuestros ingresos y gastos. -Dijo. -Estoy viendo que gastamos demasiado dinero en transporte.
Era una buena observación, ella tenía razón.
Desde que Becky había vendido su moto, el gasto con respecto a los taxis había incrementado demasiado.
-Estaba haciendo cálculos y creo que sería mejor intentar comprar un auto. -Sugirió. -Pero no sé qué opines tú.
Tomé una de las sillas del comedor y me senté enfrente de ella.
-También lo estuve pensando. Con las ganancias de ambas tiendas podríamos comprar uno en dos meses a más tardar, tal vez no un modelo del año pero se puede. -Respondí. -Pero es que me había quitado la idea yo misma porque a veces me da miedo manejar.
Ella me miró con tristeza y cerró la tapa de su laptop, centrando su mirada en mí.
-¿Es por el accidente de tu mamá? -Preguntó.
Asentí.
Ella movió su silla hacia mí y tomó mi mano.
-Sé que fue algo terrible, traumático y muy fuerte. -Expresó. -Pero no hay razones para que vuelva a pasar lo mismo.
Bajé la mirada, centrándome en su mano sobre la mía para tomar fuerza de eso.
-Si pensarámos así con el resto de cosas le tendríamos miedo a todo y no apreciaríamos la vida debidamente. -Agregó.
Sonreí levemente.
-Yo sé manejar también. -Comentó. -Podemos turnarnos.
-No es una mala idea. -Admití.
Ella sonrió.
-No lo es. -Confirmó. -Además estaba viendo todo sobre las florerías y vas muy bien, después de reponernos de lo del carro podrías abrir la tercera tienda.
-Vamos muy bien. -Corregí. -Recuerda que todo esto es de las dos y para las dos.
-Estaba pensando que cuando tengas la tercera tienda establecida podemos empezar a planear nuestra boda. -Mencionó.
Cada vez que recordaba que estábamos comprometidas era como si estuviera soñando.
-Primero logremos que nuestra florería se vuelva una marca como mi papá y mi mamá la tenían antes. -Comenté. -Eso nos ayudara a poder tener el suficiente presupuesto para tener una gran boda.
Ella asintió.
-¿Empiezo a ver opciones de carros entonces? -Preguntó.
-Sí, mi amor. -Contesté.
Ella me respondió con una sonrisa, abriendo la pantalla de su computador y centrando su atención en ella.
Me tomé un momento para respirar y cuando me sentí lista, di una palmada suave en su mano para llamar su atención.
Ella me miró detenidamente, con el ceño fruncido en confusión.
-Tu papá fue a verme a la florería. -Expresé.
Noté todo su rostro tenso de manera inmediata.
-Él... -Intenté decir.
-¿Te dijo algo para lastimarte? -Preguntó. -¿Fue grosero contigo?
Negué con la cabeza.
-No, mi amor. -Aseguré. -Él fue porque quiere que firme un acuerdo prenupcial.
Ella se llevó una mano al rostro de manera automática.
Me quedé en silencio por un momento para darle su espacio.
-No pasará. -Contestó con firmeza. -No pasará.
-Becky, escúchame un momento. -Le pedí. -Tu papá está intentando aceptar nuestra relación y el acuerdo prenupcial no me genera problema...
-Freen, no. -Respondió. -Es una falta de respeto que quiera hacerte firmar un acuerdo prenupcial.
-Bueno, no me agrada mucho porque prácticamente me está diciendo interesada, pero lo firmaré si es su única condición. -Comenté.
Ella negó con la cabeza.
-No vas a firmar nada porque yo no aceptaré ni un solo peso de su fortuna. -Aclaró. -No quiero nada que venga de él. Si no quiere conocerte y si no te respeta como mi futura esposa, yo no quiero mantener ningún vínculo con él.
Suspiré.
-Mi amor... -Expresé. -Sé que no te gusta el comportamiento de tu papá y sé que tratas de ser fuerte pero yo sé que todo esto te duele.
Ella me miró detenidamente mientras su cuerpo se deshacía de la tensión.
-Perder a mi mamá fue lo peor que me pasó en la vida y haría cualquier cosa para tenerla de vuelta. -Agregué. -Sí, tus papás no te han dado el amor y la atención que mereces pero yo sé que los amas... No quiero que pierdas la relación que tienes con ellos.
-Pero no es tu culpa, mi amor. -Respondí. -Ellos son quienes no quieren ceder.
-Lo sé... -Aseguré. -Pero tal vez este sea el primer paso para que quieran empezar a conocerme.
Ella suspiró con fuerza.
-No quiero que firmes, amor. -Admitió. -Siento que es una barrera sobre nuestro amor... Todo lo mío debería ser tuyo, no me parece correcto que sea lo contrario.
-Pero el acuerdo será solamente para tus bienes y fortuna adquirida antes de estar conmigo. -Le recordé. -Lo que construyámos y tengamos juntas será de las dos.
Su mirada se clavó en el suelo, con una tristeza absoluta.
-No mereces tener suegros como mis papás. -Comentó. -Realmente me siento muy avergonzada por lo que papá está haciendo.
Llevé una de mis manos a su rostro y acaricié su mejilla delicadamente.
-No te sientas así, mi vida. -Expresé. -Mira, tus papás están dando un paso... Tal vez dentro de un tiempo todo mejore.
Ella asintió.
-Honestamente, no quiero que lo firmes. -Insistió. -Pero si tú crees que está bien...
Ella se detuvo para cerrar los ojos y tratar de desvanecer las lágrimas que se estaban deslizando en sus mejillas.
Me incliné en mi silla para dejar un beso suave en sus labios.
-Hemos resuelto cosas más complicadas antes, amor. -Le recordé. -Esto no es nada. No me importa firmar un acuerdo... Me importa que el día de nuestra boda tus papás estén ahí.
-íbamos a casarnos de igual manera sin ellos. -Contestó.
-Sí, pero no quiero que eso genere una herida irreparable en ti. -Mencioné. -Fimaré el acuerdo, realmente no me genera ningún tipo de problema.
Ella asintió, levantando su rostro y extendiendo sus brazos para envolverme en ellos.
-Lo siento, en serio. -Expresó.
Negué con la cabeza mientras acariciaba su espalda.
-No pasa nada, mi amor. -Respondí. -Todo está bien.
Esto no era un problema, realmente yo no lo veía así.
No tenía ningún problema porque de igual manera, nunca me atrevería a tocar ni un solo centavo de la fortuna de Becky o de su familia.
Éramos jóvenes, pero teníamos nuestra visión clara sobre nuestro futuro, un negocio estable y nos amábamos infinitamente, lo demás podía resolverse.
Los días que vinieron siguientes a eso, yo estuve yendo a casa de los papás de Becky para intentar hablar con su papá sobre las cláusulas del acuerdo prenupcial pero desafortunadamente él había estado muy ocupado planeando un evento de su compañía.
Por lo poco que me había explicado las pocas veces que hablábamos por teléfono, entendí que era para promocionar el hotel que tenía en Filipinas ya que el flujo de gente que se quedaba en el hotel había disminuido.
Él planeaba hacer un evento en el hotel que tenía en Bangkok. Habría comida deliciosa y varios artistas presentándose.
Al menos ya hablaba conmigo, antes no quería ni dirigirme la palabra.
Tal vez realmente no quería hablarme y solo lo hacía porque Becky lo había bloqueado pero al menos era un paso. Él me preguntaba una vez al día por ella y... Eso era todo.
Becky estaba muy herida como para querer hablar con él y yo no iba a presionarla.
Esta tarde me encontraba en la casa sola con Toby. Becky estaría ocupada todo el día, ella había salido a ver lo de nuestro carro y después iría a la facultad de agronomía para pagar su colegiatura.
Ella se negó rotundamente a regresar a la escuela privada porque dijo que era un gasto innecesario de dinero. Discutimos un poco respecto a eso pero terminé cediendo. Había cedido a la idea de buscar una universidad pública, de igual manera... El contenido era el mismo y los pagos eran muchos menos.
Al final, si queríamos que nuestro negocio se volviera una marca y si queríamos abrir más sucursales, tendríamos que reducir costos.
Esta sería la tercera escuela de Becky. Lo único que me importaba es que ella se sintiera feliz y cómoda y parecía que ella lo estaba.
Me levanté para empezar a preparar la comida para Becky, para mi papá y para mí pero me vi interrumpida cuando una llamada comenzó a entrar en mi celular.
En la pantalla enseguida apareció: "Papá de Becky"
Tomé el celular y contesté.
-Buenas tardes. -Expresó. -Tengo el resto de la tarde libre.
-Buenas tardes. -Contesté. -¿Puedo ir a verlo en este momento entonces?
-Claro. -Respondió. -Quiero hablar contigo sobre algunas cláusulas importantes. Cuando terminémos podemos ir a la notaria para hablar con nuestros abogados.
-Eso está perfecto. -Aseguré. -Voy ahora mismo para allá, gracias Señor Armstrong.
Él no agregó nada más y entonces decidí cortar la llamada.
Me aseguré de dejarle suficiente agua y comida a Toby y cuando terminé, salí de casa con algunos documentos básicos en mano.
Tomé un taxi para llegar a casa de mis suegros, sería una de las últimas veces que lo haría porque próximamente tendríamos un auto propio.
Sin embargo, al llegar a la casa y tocar la puerta varias veces, nadie venía a abrir, incluso después de espar durante más de diez minutos.
Había un silencio absoluto dentro.
Volví a tocar, pero nada.
En ese momento decidí tomar mi celular y comenzar a llamarlo.
El celular se escuchaba adentro de la casa.
No sabía qué era lo que estaba pasando pero no parecía indicar nada bueno.
Traté de mirar por la ventaba pero las cortinas estaban cerradas.
Caminé una cierta distancia y fui al costado de la casa, cerca del área verde en donde había un ventanal que daba hacia la sala.
Fue entonces cuando vi al papá de Becky tirado en el piso.
Entré en desesperación y me acerqué para intentar abrir, pero fue en vano.
Volví corriendo a la puerta principal y forcé la cerradura, pero no había manera de abrir nada.
Tomé mi celular y llamé a una ambulancia, explicándoles brevemente la situación.
Mientras ellos llegaban yo trataba de abrir la puerta, lo hice más de diez veces pero no tenía éxito.
La ambulancia llegó casi quince minutos después de haberles llamado pero al llegar, el cuerpo de bomberos también estaba aquí para encargarse a abrir las cerraduras.
Por supuesto que estaba preocupada pero todo lo que estaba pasando me había dejado tan en shock que ni siquiera podía hablar.
Me hice a un lado mientras mi mano temblaba a un costado de mi pantalón, pensando en si debía llamarle a Becky en este momento o si aún no. No interferí en absoluto hasta que los paramédicos lo sacaron de su casa.
Estaba demasiado preocupada, no quería que nada le pasara al papá de mi prometida.
Al acatar la sugerencia de los paramédicos y subirme a la ambulancia con ellos, me explicaron que probablemente él había tenido algo relacionado con el corazón o con la presión arterial.
Muchas cosas habían pasado entre nosotros; me había intentado humillar, había manipulado a Becky para que se casara conmigo y me había hecho sentir miserable durante mucho tiempo pero no dejaba de ser una persona; no dejaba de ser mi suegro.
Todo el camino hasta que llegamos al hospital fui con lágrimas contenidas en los ojos mientras los paramédicos le daban los cuidados necesarios
Por supuesto, al llegar a la sala del hospital no pude seguir acompañándolo porque lo pasaron a emergencias.
No sabía cómo le diría a Becky, ella se pondría muy mal.
Pero tenía que hacerlo, ya era el momento.
Tomé mi celular y la llamé.
-¿Babe? -Preguntó. -¿Todo bien?
-Mi amor, escúchame... -Expresé. -No te alteres.
Ella se quedó en silencio.
-Tu papá está en el hospital. -Dije. -Estoy aquí con él pero creo que deberías venir.
-¡¿Qué?! -Gritó al otro lado de la llamada. -¿Qué fue lo que le pasó?
-Según lo que me dijeron tuvo un infarto pero aún no lo sé bien. -Comenté con la voz temblorosa. -Lo están atendiendo ahora mismo.
Becky no me dijo nada más y colgó la llamada.
Le mandé un mensaje con la dirección del hospital y ella lo vio enseguida.
En cuanto terminé de hablar con Becky, le hice una llamada a Reese para informarle lo que había pasado y pedirle que le dijera a su mamá.
Estuve esperando recargada en la pared por más de treinta minutos hasta que Becky llegó. Cuando la vi en medio de toda la gente alrededor del hospital, pude ver que estaba llorando a mares y que su cuello estaba completamente sudado.
En cuanto ella me vio, corrió hacia mí y me abrazó con fuerza.
-¿Mi papá está bien? -Me preguntó llorando.
-Lo estará. -Aseguré. -Le están dando toda la atención necesaria y pienso que lo encontré a tiempo.
Tuve que llevar mis manos a su espalda para sostenerla porque la sentía muy débil.
-Él me llamó para que hablaramos. -Agregué. -Cuando llegué no me abrió pero su celular se escuchaba adentro y eso me hizo entrar en estado de alerta.
Mientras ella procesaba la información, la doctora encargada de tratar al papá de Becky salió, acercándose a nosotras y haciendo que Becky se apartara levemente de mí pero aún sostenida de mi brazo.
-¿Son familiares del paciente? -Cuestionó.
-Soy su hija. -Contestó ella. -¿Él está bien?
-Afortunadamente pudimos atenderlo a tiempo. -Dijo la doctora. -El paciente presentó algo conocido como angina inestable, en términos más coloquiales, una amenaza de infarto. Las causas pueden varias pero normalmente se debe a una mala alimentación combinada con emociones fuertes.
-¿Él ya se encuentra estable, doctora? -Pregunté.
-Debido a la condición del paciente nos vimos en la necesidad de hacerle una angioplastia coronaria con colocación de stent -Explicó. -Le aplicamos anestia local para restaurar el flujo sanguíneo al corazón de manera efectiva. Es un procedimiento mínimamente invasivo comparado con la cirugía a corazón abierto.
Ni Becky no yo entendíamos muy bien acerca de la condición de su papá.
-Él ya se encuentra estable y podrá regresar a casa en cuanto se recupere. -Aseguró. -Puede ser en algunas horas o mañana. Su condición no era tan grave a comparación de casos similares y no tuvimos necesidad de hacer una cirugía a corazón abierto.
-¿Ella puede pasar a verlo? -Expresé
-El enfermero le dirá cuando pueda hacerlo. -Respondió. -Probablemente el paciente aún se encuentre bajo los efectos de la anestesia, permiso.
-Gracias, doctora. -Contesté mientras ella se iba. -Gracias.
Becky se dio la vuelta y me abrazó. Ella aún estaba llorando mucho pero era por todo el miedo que había sentido antes de saber que su papá estaba bien.
La tomé de la mano sin apartarme mucho del abrazo y la guié hasta las sillas para que pudiera sentarse.
-Todo está bien, mi amor. -Mencioné. -Tranquila.
Ella asintió.
-Iré a traerte un poco de agua. -Comenté.
Sus brazos se apartaron lentamente de mi espalda como si no quisiera soltarme pero terminó haciéndolo.
Me levanté de las sillas y al asegurarme de que ella estaba bien, comencé a caminar hacia la cafetería.
No esperaba para nada que esto pasara.
Había sido aterrador, pero afortunadamente el señor Armstrong estaba bien.
Pov de Becky.
Tuve tanto miedo al pensar que perdería a papá...
Por un momento incluso olvidé que estaba tan enojada con él.
El era mi papá después de todo y a pesar de lo que había pasado, yo sabía que él me quería a su manera y que era un hombre muy ocupado.
El mayor defecto de mi papá era prestarle más atención al trabajo que a sus hijos pero él nunca había sido "malo" conmigo, ni mi mamá tampoco... No hasta el momento en el que conocí a Freen.
En este momento tal vez lo estaba comenzando a justificar por lo que había pasado pero con todo esto... Me daba cuenta de que en realidad no quería estar lejos de él.
Eran muy estrictos y tenían su manera de pensar, pero en el fondo sabía que me querían y se preocupaban por mí.
En realidad mi papá nunca había sido malo conmigo hasta que intentó separarme de Freen, pero al menos estaba empezando a ceder, o eso parecía antes de que pasara todo esto.
Cuando Freen fue a buscarme agua a la cafetería, Reese y mamá llegaron a la sala en la que yo me encontraba sentada.
Yo me levanté de manera inmediata al verlos, logrando así unirnos en un abrazo.
Los dos estaban muy preocupados pero comenzaron a calmarse cuando les expliqué la situación.
Por supuesto también les dije que Freen había ayudado en todo. De no haber sido por ella, papá probablemente hubiera muerto. Reese no vive en casa, mamá estaría en la oficina hasta tarde y era el día libre de las empleadas domésticas...
Cuando Freen regresó de la cafetería con mi botella de agua, Reese se acercó a ella de manera repentina y la abrazó.
-Gracias. -Expresó entre lágrimas.
-Nada que agradecer, Reese. -Contestó. -Es lo menos que podía hacer, cualquier lo habría hecho en mi lugar.
Reese se apartó de ella con una sonrisa en el rostro y entonces mamá comenzó a acercarse lentamente.
Mi prometida la miraba con un poco de duda y después me miraba a mí, tratando de entender lo que estaba pasando.
Mamá tomó aire profundo y bajó la mirada al estar enfrente de ella.
-Gracias. -Exclamó. -De verdad.
Freen asintió con una sonrisa.
Mamá no agregó nada más pero esa pequeña interacción entre ambas me había hecho bastante feliz.
Freen se acercó a mí y después de abrir mi botella de agua, acarició mi mano suavemente mientras yo bebía de ella.
Tuvimos que esperar aproximádamente cuarenta minutos hasta que el enfermero salió.
Yo quise entrar primero, realmente quería que él me viera y supiera que estaba aquí.
Mi mamá y mi hermano aceptaron sin poner ninguna objeción al respecto y después de dejar mi bolso con Freen, comencé a caminar hacia la habitación en la que se encontraba papá.
Abrí la puerta despacio, él se encontraba despierto pero se veía ligeramente triste.
-Papá... -Expresé cuando lo vi.
Su mirada se centró en mí de manera automática.
-Becky... -Contestó en un susurro.
Me acerqué a él casi corriendo y cuando estaba a tan solo centímetros, lo envolví en una abrazo sin poder evitar llorar.
Él pasaba su mano por mi cabello delicadamente.
-Tuve mucho miedo de que te pasara algo. -Comenté.
-Yo también tuve miedo de que me pasara algo y de morir pensando que me odiabas. -Aseguró.
Negué con la cabeza de manera automática, apartándome levemente y jalando la silla para que se sentara a mi lado.
-Hija, yo iba a hablar con Freen. -Mencionó. -Iba a decirle que solo pondría una cláusula en el acuerdo prenupcial.
Sonreí.
-Ella fue quien te encontró. -Respondí. -Ella se asustó cuando escuchó tu celular adentro de la casa y no le abrías.
Él me miró sorprendido.
-Llamó a los paramédicos a tiempo. -Agregué.
-Vaya que la vida es impredecible. -Expresó. -La traté tan mal todo este tiempo y ahora le debo este momento... Y mi vida.
Papá tenía razón, la vida era totalmente impredecible.
-No quiero perderte, Becky. -Comentó. -Aún tengo algunas dudas sobre a tu suegro y algunas cosas pero te aseguro que no me interpondre más ni pondré condiciones.
-Al menos es un avance. -Contesté. -Puedes darte el tiempo para conocer más acerca de mi prometida ahora, ¿No te parece?
Él sonrió.
-Dile a Freen que pase después de tu mamá y tu hermano. -Me pidió. -Le debo una conversación desde hace días.
Me levanté de la silla y dejé un beso en su frente para salir de la habitación.
En cuanto mamá me vio en el pasillo, ella se apresuró para entrar a ver a papá.
Me acerqué a Freen y la tomé de la mano.
-Mi papá quiere hablar contigo. -Dije.
-No creo que sea buen momento. -Mencionó. -No quisiera alterarlo.
-Él de verdad quiere hacerlo. -Aclaré.
Ella me miró con duda durante algunos segundos pero finalmente cedió.
Mi mamá estuvo varios minutos en la habitación.
Reese había ido a pedir la receta con medicamentos de mi papá y mientras Freen esperaba su turno para hablar con él, su mano sudaba y temblaba ligeramente entre la mía.
-Antiplaquetarios y estatinas. -Comentó Reese. -No son muchos medicamentos. La doctora dijo que lo principal era la dieta, el ejercicio y el seguimiento médico.
Asentí de manera firme, procesando toda la información para tenerla clara.
Freen no decía ni una sola palabra. Ella estaba muy nerviosa y se mantuvo así hasta que Reese salió de la habitación y ella soltó mi mano para entrar a hablar con su suegro.
Sabía que esta vez papá hablaba en serio.
Pov de Freen.
No sabía si me diría algo positivo o negativo, pero de verdad lo único que quería en este momento era que se mantuviera estable.
Entré y cerré la puerta a mis espaldas, con su mirada clavada en mí mientras lo hacía.
-Le deseo una pronta recuperación, señor Armstrong. -Expresé sinceramente. -Estoy para ayudarlo en lo que necesite.
Él me hizo un gesto para que me sentara en la silla que estaba enfrente de él.
Suspiré, caminando despacio hasta la silla. Lo miré detenidamente en cuanto tomé asiento.
-Primero que nada, gracias. -Dijo. -Mi esposa no habría llegado hasta la noche y eso hubiera sido fatal.
-No tiene que agradecerme. -Respondí. -Era solamente lo que me correspondía hacer.
Él asintió con una sonrisa.
-El día que fuiste a comer a mi casa no lo quise admitir, pero eres una niña con muchos modales. Nos llevaste regalos a todos e hiciste lo posible para que la atención se centrara en Becky. -Admitió. -Además tienes un carácter fuerte y veo que amas a mi hija honestamente.
-Sé que ya le dije esto antes, pero yo lo único que quiero es poder amar a Becky y que ella sea feliz. -Comenté. -Ella es mi vida entera, yo no quiero nada más... Es por eso que firmaré el acuerdo prenupcial.
-Probablemente Becky ya te haya hablado de su infancia y sepas que no he sido el mejor de los padres. -Mencionó. -Pero mi tipo de crianza y varios factores hacen que me cueste entender algunas cosas.
Asentí.
-No te voy a mentir, me preocupaba que solo estuvieras detrás del dinero de mi hija. Exclamó. -El problema nunca se ha tratado de que ambas sean mujeres.
Él tomó aire.
-Pero no quiero perder a Becky por eso. -Agregó. -Y parece ser que eres una buena persona; la amas y ella te ama a ti.
-Así es. -Confirmé.
-Aún me cuesta un poco, honestamente... pero salvaste mi vida y quiero conocerte como mi nuera. -Aseguró. -Tratemos de empezar de nuevo, ¿Qué te parece?
-Ustedes son muy importantes para Becky. -Dije. -A ella le hará muy feliz que al menos no hayan sentimientos negativos entre nosotros.
Él asintió.
-Cuando salga de aquí, vayan a comer a la casa. -Me pidió. -Debemos hablar mejor todos, lo mejor será que Reese y mi esposa también estén presentes.
-Ahí estarémos. -Confirmé.
-Una vez más, gracias. -Expresó.
Le respondí con una sonrisa sincera.
Me levanté de la silla y le di la espalda para poder dejar la habitación.
-Freen... -Agregó. -Una cosa más.
Me detuve en seco y giré mi rostro para verlo.
-Olvida el acuerdo prenupcial. -Soltó.
Fruncí el ceño.
-Pero no tengo problema en fir... -Intenté decir.
-Olvídalo. -Insistió. -Es lo menos que puedo hacer después de que hayas salvado mi vida.
Estaba realmente sorprendida.
Ambas nos miramos por primera vez, con una sonrisa sincera al mismo tiempo.
¿Qué había pasado?
¿Todo se había solucionado ya?
Al fin...
...
Pienso que el próximo capítulo les vas a gustar...
Pendientes el viernes.
-KEY.
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