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El sueño.

Pov de Freen.

El día había sido espectacular.

Becky y yo nos levantámos del césped después de haber compartido besos durante varios minutos. Enseguida comenzámos a caminar de vuelta a nuestra cabaña.

Cuando llegamos, tomamos los aperitivos que la mamá de Nam había comprado con anticipación y comimos un poco.

Me sentía bastante agotada pero completamente feliz.

-Beck, dame tu ropa. -Le pedí, mientras terminaba de darle el último bocado a mi comida.

Ella me miró sin decir nada durante un par de segundos.

-¿La que tengo puesta? -Preguntó.

Asentí.

-Para lavarla. -Respondí.

-Puedo llevarla a la tintorería cuando llegue a casa, no te preocupes. -Comentó.

La ropa de ambas estaba llenada de tierra debido al día que habíamos pasado y suponía que la de ella también estaba muy sudada considerando que la mía lo estaba.

-¿Cómo las vas a guardar así? -Cuestioné. -Si la lavo hoy ya estará seca a medio día mañana.

Ella aceptó después de algunos segundos de pensarlo.

Lo que yo no esperaba era que comezara a quitarse la blusa enfrente de mí.

Tensé la mandíbula por reflejo.

Me di la vuelta y caminé hasta el pequeño baño de la cabaña para evitar verla.

Aporveché para cambiarme de ropa con las prendas que ya tenía listas y dobladas sobre el tocador. Cuando salí después de unos minutos, tomé su blusa y su pantalón que ella había dejado sobre la cama.

Abrí la puerta trasera de la cabaña y  me dirigí al lavabo que conectaba las dos cabañas. Dejé mi ropa a un lado y traté de priorizar la suya. Incluso en antes de mojarla podía sentir el aroma a su perfume impregnado en sus prendas y eso me hacía sonreír automáticamente.

Comencé a lavar, encargándome de tallar bien a pesar de que la temperatura se sentía muy baja esta noche.

Ella salió minutos después.

Centré mi mirada en ella sin dejar de tallar y le ofrecí una sonrisa.

-Entra, hace frío. -Expresé. -Yo voy en unos minutos.

-Te acompaño mientras terminas. -Contestó.

No hablábamos mucho, pero el solo verla al lado de mí me hacía feliz y me hacía sentir acompañada.

-Gracias. -Dijo cuando vio que iba a empezar a tender la ropa.

-No es nada. -Respondí.

Ella tomó dos de las prendas y caminó conmigo hasta las cuerdas, ayudándome a colgar el resto.

Becky terminó  de acomodar la ropa primero que yo y mientras yo me encargaba de asegurar la ropa con pequeñas pinzas de mandera, noté que me estaba viendo mientras yo tendía su ropa.

Terminé y me quedé mirándola de frente con una sonrisa, secando las palmas de mis manos en mi t-shirt.

-Eres tan linda. -Comentó. -Te amo.

Sentí una sensación que nunca había experimentado antes. Sentí comos si mis huesos se quebraran y luego se repararan de nuevo con sus palabras.

Podría parecer que no había sido un momento especial para el primer "te amo" pero sí lo era. Me había dicho que me ama en un momento aleatorio del día... cuando menos lo esperaba y haciendo una tarea común del día a día. Para mí, había sido lo más especial del mundo aún más considerando que ella estaba acostumbrada a lujos y a experiencias caras. Ella estaba aquí en medio de la noche en un campo conmigo, en una cabaña de madera y lavando ropa...

Sentí ese "te amo" tan genuino.

-Gracias por amarme. -Fue lo primero  que dije. -Yo te amo también, con todo mi corazón.

Sonrió y se acercó a mí.

Yo puse mis manos sobre su cuello para sostenerla de manera corrrecta y poder besarla pero ella se apartó con un pequeño salto.

-¡Estás muy fría! -Exclamó.

Me reí y me alejé de ella levemente.

-Sí, estaba lavando. -Contesté. -No planeaba congelarte, lo siento.

Ella tomó una de mis manos y la enrolló entre la suya para poder soplar y llenarla de aire caliente. Después repitió lo mismo con mi otra mano. Yo solo la miraba con una sonrisa mientras lo hacía y cuando terminó... Me incliné ligeramente a besar su mejilla.

-Voy a darme una ducha rápido y regreso adentro. -Mencioné.

Ambas cabañas tenían su ducha, cada una, pero estaban en el exterior. Eran sencillas y no tenían agua caliente, pero funcionaban y era lo importante. Además, tenían tejas de madera y estaba perfectamente construida, impidiendo que se viera hacia adentro.

-Te vas a congelar. -Contestó. -Mejor espera a mañana temprano.

-No voy a poder dormir bien si no me quito la tierra de encima. -Admití.

Ella asintió, dejó un corto beso en mis labios y volvió a la cabaña.

Después de que ella entrara en la cabaña, yo me dirigí a la ducha. Cerré la puerta con el peuqeño seguro que tenía y comencé a desvestirme. Dejando mi ropa colgada a un lado.

Definitivamente estaba congelándome.

Después de ducharme lo más rápido posible y mientras me moría de frío, me di cuenta de que no había sacado mi toalla de la maleta.

Me puse la parte de abajo de mi ropa interior y tomé el resto de mi ropa para vestirme salir sin secarme porque no tenía opción, pero justo escuché que la puerta de tejas se empezó a abrir.

No había puesto bien el seguro.

Volteé por encima de mi hombro y vi a Becky.

-Pensé que ya estabas vestida, lo siento. -Se disculpó. -Venía a traerte tu toalla porque me acabo de dar cuenta que no la trajiste.

Me cubrí el pecho con un brazo y extendí mi otra mano hacia atrás para tomar la toalla.

-Gracias. -Expresé.

Ella cerró la puerta y escuché que regresó de nuevo a la cabaña, casi como su corriera.

Por suerte solo había visto mi espalda.

Becky es mi novia y sabía que no había nado de malo con que me viera sin ropa, el problema es que yo no sabía si la incomodaba o si era muy rápido. Tampoco quería que ella pensara que yo la estaba presionando o algo así. Becky y yo nos besábamos mucho, pero nada más había sucedido entre nosotras. Yo ni siquiera sabía si Becky había estado sexualmente con alguien antes y sé que ella probablemente se preguntaba lo mismo sobre mí.

Para mí, no había ningún problema si ella ya había estado con alguien más pero de ser así, eso me hacía inexperta con ella porque yo era quien nunca había estado con nadie antes de esa manera.

Nunca quise llegar a ese paso con alguien porque nunca me había enamorado. Me habían gustado mujeres antes pero nunca sentí amor por ninguna. Con Becky era diferente y eso era lo que más nervios me hacía sentir.

Terminé de vestirme, puse la toalla a secar y regresé a la cabaña.

Ella ya estaba acostada y arropada en una de las camas.

Tenía que respetar su espacio, así que caminé hasta la otra cama y me acosté ahí.

Ella se apoyó sobre sus codos y me miró durante varios segundos.

-¿Qué haces? -Preguntó. -¿No quieres dormir conmigo?

Me levanté ligeramente y la miré.

-No es eso. -Negué. -Es solo que no quiero incomodarte y quiero que tengas tu espacio.

Ella sonrió, mirándome de manera tierna.

Se levantó de la cama, caminó hasta donde estaba yo y me pidió que me moviera para hacerle un lugar.

Yo la miré con duda durante varios segundos pero ella no parecía que iba a desistir. Me hice a un lado. Ella se acomodó en la cama y yo tomé mi oportunidad para envolverla en mis brazos.

-Agradezco que seas tan cuidadosa... -Aseguró. -Pero eres mi novia.

La miré fijamente.

-Sé que siempre vas a actuar como consideres correcto, así que no te preocupes. -Agregó. -No me molesta ni me incomóda nada de lo que haces.

-Está bien. -Acepté. -Solo hazme saber si alguna vez sucede, ¿Bueno?

Ella asintió mirándome con una sonrisa.

-Te amo muchísimo. -Expresó. -Nunca me había sentido tan cómoda con nadie.

Sonreí y dejé un beso en su frente.

Sentir sus brazos alrededor de mí y saber que ella escuchaba mis latidos porque tenía su cabeza recostada en mi pecho me hacía sentir como si lo tuviera todo... Como si pudiera vivir para siempre en cada uno de los segundos que pasaba con ella.

Era la primera vez que dormíamos juntas y yo me sentía completamente segura y feliz alrededor de ella.

El calor de sus brazos era un calor parecido al que sentía cuando mi mamá me arropaba y me abrazaba para dejarme durmiendo cuando era niña; también era parecido al de mis abuelos cuando iban a casa a visitarme; era parecido al de mi papá cada vez que sentía orgulloso de mí por algo. Todas esas cosas me hacían darme cuenta de que Becky era mi destino.

Ella no solo me hacía sentir extremádamente enamorada... Ella me hacía sentir como si estuviera en mi hogar. 

No pasó mucho tiempo hasta que me quedé dormida. Incluso podía asegurar que me quedé dormida mientras tenía una sonrisa en el rotro.

Pov de Becky.

Mi cuerpo sufrió de una descarga eléctrica con tan solo ver su espalda completa cuando le pasé la toalla.

Lo que ella me generaba era algo que nunca había sentido con nadie antes.

La manera en la que Freen me trataba me hacía pensar que tal vez ella no había tenido sexo antes. Eso me hacía pensar también en que si pronto dábamos el siguiente paso en nuestra relación, tendría que hacerle saber que yo por mi parte si había estado con mujeres antes, solo para no mantener secretos entre nosotras. No había sido la gran cosa y tampoco había sido destacable. En realidad habían sido cosas de unos cuantos minutos y sin ningún vínculo especial de por medio. La realidad era que yo ni siquiera había estado desnuda enfrente de nadie antes porque siempre era yo la encargada de dar placer. A pesar de que yo quería seguir avanzando con ella y me moría por dar ese paso, no podía evitar sentirme nerviosa.

Freen era diferente. Freen no era una persona con la que quisiera tener algo de diez minutos y ya. Yo con ella quería tener algo especial y algo de toda la noche si era posible, ¿Pero y si ella aún no se sentía segura o si aún no quería?

Me daba un poco de miedo que ella se intimidara cuando le dijera que yo sí había tenido sexo antes. Ambas tenemos veintidos años pero si ella nunca ha tenido una experiencia así, lo mejor era ir despacio.

Traté de olvidarme de todo eso y me acosté al lado de ella.

Después de unos minutos, me quedé dormida.

A la mañana siguiente, yo me desperté primero que ella. Freen me había dicho que saldríamos al medio día, así que no me molesté en poner alarma. Terminé despertándome a las once. Definitivamente el día de ayer había sido agotador.

Dejé un beso suave en su frente antes de levantarme de la cama y me paré de la manera más silenciosa y cuidadosa que pude para no despertarla.

Caminé hacia el lugar de la habitación en el que estaban nuestras maletas, incluso salí y recogí la ropa que ella había lavado el día anterior. Después de volver a la cabaña, empecé a guardar mis cosas y también guardé las de ella hasta que escuché que los resortes de la cama sonaron.

Ella estaba despertando.

Dejé de hacer lo que estaba haciendo y la miré con una sonrisa.

-Buenos días. -Expresé.

La observé sonriéndo mientras se estiraba.

-Qué lindo escuchar un "buenos días" con tu voz. -Comentó con la voz rasposa. -Más aún viniendo de la misma habitación.

Se levantó con cuidado, se acercó despacio hasta mí y dejó un beso dulce en mis labios.

-¿Ya guardaste la ropa? -Preguntó.

No sabía si es solo porqué es ella pero su voz rasposa de recién levantada era demasiado, demasiado atractiva.

Asentí con una sonrisa.

-Gracias. -Expresó. -Suelo dormir mucho cuando me canso el día anterior.

Me reí levemente mientras la observaba caminando de regreso a la cama en la que habíamos dormido. Ella s sentó en una de las esquinas de la cama y comenzó a ponerse sus tenis.

Estaba un poco despeinada y mezclado con su voz de recién levantada me hacía verla el doble de atractiva.

No sabía si contarle sobre el sueño que tuve con ella anoche.

Me daba un poco de vergüenza porque definitivamente lo había soñado porque tenía ganas de que en realidad pasara.

Todo había sido por su idea de subirse a ese árbol. Mi mente no puedo silenciar mis pensamientos ni cuando dormía.

Había soñado tal cual con toda la situación del árbol... solo que en el campo estábamos solo nosotras dos, solo que ella estaba quitándome la ropa y besando mi clavícula al mismo tiempo que yo deslizaba mis manos por su espalda.

Ahora estaba en un mood en el que me sentía mal cada vez que la veía, todo por ese sueño.

Decidí no decirle nada pero verla mientras se ponía sus tenis solo me hacía pensar en verla vistiéndose así, tal cual... Después de habérse acostado conmigo.

Tragué en seco, tratando de ahogar mis pensamientos.

Terminé de cerrar la maleta y me levanté enseguida. Le dije que saldría brevemente para tomar un poco de aire y dejé la habitación de manera automática.

Minutos después, Nam llegó.

-Hola, Becky. -Me saludó. -Buen día.

-Hola, Nam. -La saludé de vuelta. -Gracias, buen día.

-¿Tienes unos minutos? -Preguntó. -Quisiera hablar contigo.

-Claro. -Acepté.

Ambas comenzámos a caminar hasta que nos alejamos un poco de la cabaña.

-Escucha... Freen es mi mejor amiga y es casi como mi hermana. -Empezó a decir. -Ella es la persona más dulce y gentil que conozco.

Asentí.

-Al principio tenía mus dudas sobre ti, no te voy a mentir... -Admitió. -Pero ahora que las veo juntas puedo observar el amor que se tienen.

Sonreí.

-Ahora no tengo dudas de que la amas. -Comentó. -Y por supuesto tengo por seguro que Freen te ama mucho a ti.

Me hacía sentir muy bien escuchar estas palabras de una persona que la había visto crecer desde niña.

-Freen nunca estaría con alguien si no la amara incluso antes de salir con ella. -Agregó. -Así que solo quiero pedirte una cosa...

-Claro. -Respondí.

-Sé honesta siempre con ella y sigue amándola como lo haces. -Pidió. -Ella te va a amar siempre, eso lo sé.

-Lo haré. -Aseguré. -Ella de verdad es lo más importante que tengo.

A Nam se le cristalizaron los ojos.

-¿Puedo darte un abrazo? -Preguntó.

Asentí riendo.

Ambas nos acercamos y nos abrazamos.

Freen salió segundos después.

Ambas nos apartamos y la miramos.

-Mi novia y mi mejor amiga ahora son mejores amigas. -Comentó riendo. -Eso sí no lo esperaba.

Nam y yo nos reímos.

Ella venía con mi maleta y la suya en las manos, las acercó hasta el carro y después fue a tocar la puerta de la otra cabaña para que la mamá de Nam y su papá salieran.

-¿Todo listo? -Les preguntó. -¿Nos vamos?

-Sí, hija. -Respondió.

Ambos salieron. Pude observar que su papá le entregó las llaves de las cabañas a su amigo que ya estaba esperándonos afuera pero a cierta distancia de nosotros.

La mamá de Nam y el papá de Freen se unieron a nosotros después de entregar todo. Freen abrió la puerta trasera para que su papá y yo subiéramo y enseguida, abrió la puerta del copiloto para que Nam subiera a su asiento. Ella subió después de que todos lo hicimos, sentándose al lado de mí.

La mamá de Nam encendió el auto y después de pocos segundos, ella aceleró.

En un momento del camino, Freen por inercia puso su mano sobre mi pierna. Yo no podía dejar de pensar en lo que había soñado.

Tragué en seco.

Tomé su mano y la entrelacé con la mía para que ya no hiciera contacto con mi pierna.

-¿Qué te pareció todo, Becky? -Me preguntó su papá.

-Me encantó cada segundo del viaje. -Admití. -Les agradezco a todos.

-Nada que agradecer, hija. -Respondió. -Eres como mi hija también, espero que lo sepas.

Sonreí.

Me sentía más en familia que con mi propia familia.

...

Pienso que el próximo capítulo les va a gustar bastante.

Pienso...

¿Qué opinan de este nuevo capítulo?

Gracias por todo el apoyo que le han demostrado al fanfic!!

-Key.

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