Babe.
Pov de Freen.
Mi papá había estado fuera de casa todo el díy cuando finalmente me respondió una de las venticuatro llamdas que le hice, salí corriendo a buscar a Nam para que me llevara en su carro a recogerlo a la dirección que él me había dicho.
Se suponía que yo era la "adolescente" y el adulto pero nuestra dinámica siempre había sido así.
Cuando llegué enseguida me sentí aliviada de verlo y lo abracé, pero mi sorpresa fue gigante cuando me aparté de mi padre y vi a Rebecca Armstrong sentada enfrente de él.
Ambas nos observamos sin decir nada pero ella tenía una ligera sonrisa en su rostro.
-Hija, esta amable señorita compartió su tiempo conmigo. -Comentó mi papá.
Llevé mi vista a él y luego volví a verla ella.
Extendí mi mano para saludarla.
-Freen Sarocha. -Me presenté. -Es un gusto conocerte. Gracias por acompañarlo.
Ambas nos conocíamos ya pero me hice la desentendida y fingí que no me acordaba de ella.
Extendió su mano también y ambas la estrechamos.
-Becky. -Se presentó. -Solo Becky.
¿Por qué no se presentó como Rebecca Armstrong?
Él saludo con las manos duró más de lo normal, de parte de las dos.
-Gracias por dedicarle tiempo. -Expresé. -De verdad te lo agradezco mucho.
-No hay de qué. -Contestó. -Pasé un rato muy ameno.
Quería sonreír, pero hice todo lo que estaba en mí para evitarlo.
-Nos vemos. -Me despedí.
-¿Nos vemos? -Preguntó con una sonrisa.
Asentí sin agregar nada más y tomé a mi papá de la mano para llevarlo hasta el carro.
Ellos se despidieron muy tiernamente.
Cuando llegamos al carro, subí a mi papá a la parte de atrás y yo me senté enfrente con Nam.
Él no olía a alcohol como solía ser siempre.
-¿No tomaste? -Cuestioné sorprendida.
-Solo dos tragos. -Aseguró. -La señorita Becky me compró un agua gasificada y tomé dos vasos de eso.
Ahí sí ya no pude seguir evitando sonreír.
¿Había logrado que mi padre dejara de beber aunque sea por una noche?
Me sentía completamente agradecida con ella.
-¿Quién es Becky? -Preguntó Nam.
-Rebecca Armstrong. -Susurré.
Ella despegó la vista del camino y me miró sorprendida.
Yo también estaba sorprendida.
Normalmente ninguna persona además de Nam, su mamá, mis abuelos y yo, le dedicaba tiempo a mi papá y todos se iban de su lado cuando él empezaba a hablar. El hecho de que ella lo hubiera escuchado por horas me resultaba un gesto muy lindo de su parte.
-¿De qué hablaron, papá? -Pregunté.
-De todo, hija. -Respondió. -Ella es realmente amable.
Nam me miró con una sonrisa.
-Me dijo que soy un buen hombre. -Agregó con felicidad.
Lo miré por el retrovisor y lo vi sonriendo.
Justo lo que siempre había querido, que nadie se fijara en el alcoholismo de mi padre y que lo reconocieran por ser un buen hombre.
¿Rebecca Armstrong acababa de ganarse mi corazón?
¿En una sola noche?
-Si pagaste la cuenta, ¿Verdad? -Cuestioné.
Él se quedó en silencio.
Giré en el asiento para verlo.
-Ella se ofreció para pagar. -Admitió.
Me llevé la mano al rostro.
-¡Papá! -Lo regañé. -No debiste haberla dejado.
-Lo siento hija. -Se disculpó. -Ella insistió bastante.
No dije nada más y guardé silencio hasta que llegámos a casa.
Cuando bajamos, mi papá entró primero y Nam me llamó desde la ventanilla en cuanto cerré la puerta.
Me acerqué y la miré con atención.
-Freen, no te ilusiones con ella. -Advirtió. -Ella va de relación en relación como si de un juego se tratara.
Suspiré.
-Te va a lastimar. -Agregó. -Y no quiero que nadie te lastime.
-Te estás guiando solo por rumores, de nuevo. -Mencioné.
Ella negó con la cabeza.
-Puedes preguntar cuantás del equipo tienen su número. -Comentó. -¿Y no te dijeron que tiene novia?
Me desanimé bastante por ciertamente, Nam tenía razón...
Pero para mí ya había dejado de importar todo lo que se decía de ella. Lo único en lo que tenía que basarme eran en los hechos y en lo que yo misma había comprobado sobre ella.
Ella no era una niña rica que se besaba con todas, o tal vez sí lo era pero mucho más importante que eso... ella es una mujer amable que le había dedicado todo su tiempo y atención a mi padre. Había evitado que tomara y lo había hecho feliz.
Esa era verdaderamente Rebecca Armstrong.
-Gracias por tu consejo, Nam. -Contesté.
Ella asintió.
Ambas nos despedimos y yo entré a la casa.
Cuando me aseguré de que mi papá ya estuviera acostado, me acosté en mi cama y tomé mi celular.
Enseguida busqué en internet: "Rebecca Armstrong"
Salieron muchas cosas sobre su familia y su empresa pero muy pocas sobre ella y en la mayoría la definían solo como "la heredera", "la mimada" o la "rebelde". No me gustaba para nada que así fuera. Ella era una persona también. Por supuesto debía tener muchas cualidades, entre las más superficiales por ejemplo... jugaba fútbtol muy bien y nadie la destacaba ni siquiera por eso.
Cuando terminé de ver la página de su familia, me dirigí al menú del bar en donde mi papá había estado minutos atrás para poder tener un aproximado de cuánto tuvo que pagarle ella de cuenta.
Por suerte tenía un poco de dinero guardado y me dispuse a ir a verla a primera hora del lunes para agradecerle y regresarle el dinero.
Dejé de lado mi celular y no pude conciliar el sueño porque estaba pensando en ella.
Me había empezado a generar interés.
Yo estaba oficialmente acabada.
Pov de Becky.
Todo el camino a casa fui pensando en ella.
Ahora tenía sentido su pelea de la mañana y su comentario de "si vuelves a decir algo sobre mi padre te rompo la cara". Ella estaba defendiendo el nombre y la persona de su papá.
Literalmente la palabra para definirla era "encantadora".
Debido a la conversación que tuve con su padre sin saber que lo era, pude darme cuenta de que su mamá había fallecido y que esa probablemente una de las razones por las que es tan seria.
Estacioné mi moto en casa y me bajé. Puse las llaves sigilosamente en la puerta para no hacer ruido y giré la manilla.
Enseguida vi a mi papá sentado en la sala.
-Dos de la mañana, Becky. -Comentó. -A la próxima no me hagas esperar y no vengas a dormir.
Suspiré agotada.
-Hola papá. -Lo saludé. -Yo también te extrañé y me da gusto verte.
Él se levantó del sofá.
-Tu hermano nunca llegaba después de las diez cuando tenía tu edad. -Agregó.
Hasta en eso me comparaba.
-Es que yo soy la hermana divertida. -Bromeé.
Él negó con la cabeza.
-¿Cuándo vas a crecer? -Cuestionó. -¿Cuándo vas a tener sentido de responsabilidad?
-Papá, me encantaría poder tenerte una respuesta... -Comenté. -Pero tengo mucho sueño, permiso.
Él me detuvo tomándome del brazo suavemente.
-Dijiste que no te molestaba si salía. -Le recordé.
-No me molesta que salgas. -Aclaró. -Me molesta que llegues tan tarde porque vives en mi casa y eres mi hija. La próxima heredara de la empresa familiar, ¿Qué dirá la prensa de ti?
Giré los ojos y alejé mi brazo de él.
-Marie te llamó a la casa. -Cambió de tema, recuperando la compostura. -Me informó que terminaron.
Asentí.
-Así es. -Confirmé.
-¿No planeas durar con alguien mínimo un mes? -Preguntó molesto. -Todos en la sociedad saben que no eres una persona seria.
-Cuando me empiece a importar lo que diga la sociedad empiezo a preocuparme. -Agregué. -Buenas noches, papá.
Comencé a alejarme y subí los primeros escalones para dirigirme a mi habitación.
-Tu mamá y yo aceptamos que te gusten las mujeres... -Mencionó. -No que seas una mujeriega.
Traté de ignorar completamente lo que dijo y continué mi camino hacia mi habitación.
Enseguida que me acosté, tomé mi celular para buscar a Freen en redes sociales.
No pude encontrarla en ningún lado.
Cuando la capitana de fútbol del otro equipo me dijo que ella era crush de media escuela pensé que la iba a encontrar enseguida con una cuenta de muchísimos seguidores pero no fue así.
He de admitir que me dolió que no me recordara cuando nos vimos en el bar.
Yo aún no podía olvidar el "concéntrate, niña bonita" que me dijo cuando me ayudó a levantarme y ella ni siquiera se acordaba de mí.
Nunca antes me había sentido tan interesada por alguien. Tal vez sea debía a que me había ignorado o incluso a su personalidad distante que en lugar de hacer eso, distanciarme, me hacía querer acercarme más.
Dejé mi celular de lado e intenté dormir.
No pude hacerlo.
Todo lo que daba vueltas en mi mente eran las palabras de su padre diciéndome "Mi hija es un sol. Es la persona más noble y amable que existe".
Pasé sábado y domingo sin ningún cambio. En momentos aleatorios de mi día pensaba en ella y sonreía.
Cuando llegó el lunes, tomé mis cosas y me preparé para ir a la universidad.
Llegué un poco tarde como de costumbre pero por suerte nuestra profesora de la primera hora no había llegado.
Me acerqué a mis amigas enseguida.
-Y bien, ¿Cuál es el tema de hoy en la escuela? -Pregunté con interés.
-Freen Sarocha es el tema de hoy. -Comentó Irin.
La miré confundida.
-Todos están hablando de ella. -Agregó. -Si no hablan de su pelea hablan de su participación en el juego o de que rechazó a todo el mundo.
-¿Se volvió popular aquí en un día? -Cuestioné.
Ella asintió.
Imposible negar que me sentí un poco celosa.
-Lo entiendo. -Comenté. -Es el tipo de persona que todo el mundo ama.
Las tres me miraron confundidas.
-Una cosa es que atraiga a los demás y otra cosa es que la amen. -Aclaró Seoul.
Me delaté yo misma.
-¿O acaso hablas por ti? -Preguntó.
Me puse nerviosa.
-No, no. -Mentí. -Me equivoqué de expresión.
Intercambiaron miradas de complicidad entre ellas.
Dejámos el tema ahí. Noté que ninguna de las tres quiso continuar hablando sobre eso porque se dieron cuenta de que me puse considerablemente nerviosa.
Las clases siguieron aburridas, como siempre. Las clases eran aún más aburridas cuando estudias una carrera por obligación.
Cuando llegó nuestra hora de salida, las cuatro caminámos hasta la puerta principal como era de costumbre.
Solamente que lo que estaba por pasar no era algo de costumbre...
Irin me empujó con su hombro.
-¿Esa no es Freen? -Preguntó.
Volteé hacia enfrente.
Sí era ella.
¿A quién había venido a ver?
Estaba perfectamente vestida, con una t-shirt que le quedaba pegada al cuerpo y un pantalón ligeramente holgado. Tenía ropa casual y se veía bastante linda... Tal vez su tabla de skate en la mano le daba un toque especial.
Me quedé completamente congelada.
Me congelé aún más cuando vi que venía caminando hacia nosotras.
¿O era hacia mí?
Mis amigas intentaron disimular cuando la vieron subiendo las escaleras.
Eso quería decir que ella sí recordaba quién era. En el bar fingió que era la primera vez que me veía pero hoy había venido hasta mi escuela... Ella sabía que yo era la persona con la que se había estrellado en el partido.
Sonreí mientras la veía llegando a mí.
-Hola. -Nos saludó a todas. -Espero que estén teniendo un buen día.
Ella le dio la mano a todas mis amigas para saludarlas coordialmente.
Fue imposible no destacar que ninguna de las mujeres con las que había salido antes se preocupaba por mínimo, saludar a mis amigas.
Ella no me dio la mano a mí.
-¿Podría hablar contigo un momento? -Me preguntó.
El resto de las personas de la universidad que salían nos estaban viendo atentamente.
-Claro. -Acepté.
Bajé de las escaleras, siguiéndola y cuando terminámos ella puso su tabla de skate en el piso y le dio un pequeño golpe con el pie, logrando sostenerla con la mano.
Qué atractiva.
-Primero que todo, quería agradecerte por ser tan amable con mi padre. -Expresó. -A él le gusta hablar mucho y casi nadie lo escucha.
Sonreí levemente.
-No hay nada que agradecer. -Respondí. -Ambos nos hicimos compañía y fue todo un gusto para mí.
Ella asintió.
-Gracias. -Dijo una vez más, con una sonrisa
Noté que sacó algo de su bolsillo.
-La otra noche no sabía que habías pagado su cuenta. -Agregó. -Quisiera agradecerte también por eso y regresarte el dinero.
La miré confundida.
-Déjalo así. -Le pedí. -No fue nada.
-Por favor. -Insistió. -No me gustaría que se quedara así.
-En serio... -Repetí. -Déjalo...
-Por favor. -Exclamó.
Suspiré y tomé el dinero en mi mano.
-Eso es todo. -Finalizó. -Nos vemos.
-Espera... -La detuve con mi voz antes de que ella dejara caer su tabla de skate por completo en el piso.
Ella no se movió.
-¿Podría tener tu número? -Pregunté. -Solo en caso de que vuelva a ver a tu papá en alguno de los lugares que frecuento... Podría avisarte de esa manera.
Era una excusa muy tonta.
Normalmente era buena coqueteando y pidiendo números pero me volvía una tonta alrededor de ella.
-Claro. -Respondió. -Es bueno tener conocidos dispuestos a apoyar.
Ouch.
¿Conocida?
¿Ni siquiera amiga?
Asentí.
Saqué mi celular y se lo di para que pusiera su número.
Cuando ella terminó, me lo regresó.
-Cuídate. -Dijo para después darse la vuelta.
Ni siquiera me dejó decir nada para despedirme.
Me quedé hipnotizada viendo cómo se subía en su tabla de skate, tomando impulso para irse.
Y yo qué pensaba que lo más atractivo era la moto.
Tal vez era por ella. Tal vez cualquier cosas que ella hiciera era atractiva.
Mis amigas bajaron enseguida.
-¿Te pasó su número? -Exclamó Mela con felicidad.
-Lo hizo. -Respondí. -Pero dijo que era bueno tener "conocidos".
Trataron de no reírse, pero no pudieron evitarlo.
-Y así se siente ser rechazado. -Comentó Seoul. -Bienvenida Rebecca Armstrong.
Giré los ojos y me reí.
-¿Creen que me cueste demasiado invitarla a comer? -Cuestioné.
-Becky, no parece ser el tipo de persona con quien puedas jugar. -Comentó Irin.
-No voy a jugar con ella. -Aseguré. -De verdad me interesa conocerla.
Me miraron confundidas.
-Perdimos a Becky, amigas. -Comentó Mela. -Se encontró con una peor que ella.
Suspiré riendo levemente pero la realidad es que me sentía bastante triste al respecto.
Yo siempre había querido tener algo serio pero nunca lo había intentado de verdad porque mi propósito siempre había sido molestar a mis papás. No podía ser que cuando de verdad quisiera intentar empezar algo con alguien ella no se interesara ni en hablar conmigo.
Me despedí de mis amigas y me senté en mi moto lista para regresar a casa.
Antes de ponerme el casco, tomé mi celular y agregué su número a mis contactos.
La guardé como "Babe", asegurándome que algún día tenerla registrada así cobraría sentido.
Becky: ¿La tabla de skate es más peligrosa que la moto?"
Era un primer mensaje tonto también pero quería hablar con ella y no sabía cómo iniciar la conversación.
Esperaba que me respondiera enseguida porque estaba en línea pero no lo hizo. Ni siquiera había visto mi mensaje aún.
Guardé mi celular y me puse el casco para dirigirme a mi casa.
Ojalá que responda porque todo parecía indicar que no lo haría.
Ojalá que no le parezca que soy ridícula.
Nunca antes había dudado de mis habilidades para conquistar a alguien, hasta ahora.
¿Becky cayó primero?
¿Ambas cayeron al mismo tiempo?
Esperámos que les haya gustado el capítulo!!
-Key.
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