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Acercamiento...

Pov de Freen.

Estábamos demasiado cerca y mis manos seguían en su cintura, rompí el contacto visual y me alejé de golpe.

-Discúlpame. -Expresé. -Pensé que te ibas a caer.

-No pasa nada. -Contestó. -Gracias, no mentiste... No me dejaste caer.

Sonreí levemente.

Comencé a caminar al final de la calle para recoger mi tabla de skate y al llegar de nuevo a donde ella estaba, ambas nos mirámos con una sonrisa.

-Nos vemos. -Me despedí.

-Cuídate. -Respondió.

Yo estaba a nada de alejarme pero ella se inclinó levemente y dejó un beso suave en mi mejilla, a manera de despedida.

Definitivamente se me aceleraron los latidos.

Cuando se alejó de mí, ondeé mi mano para despedirme y ella hizo lo mismo. Dejé caer mi tabla de skate en el piso y tomé el primer impulso para avanzar.

No pude dejar de pensar en ella durante todo el camino.

No pude dejar de pensar en como su mano encajaba perfectamente con la mía ni en cómo sus ojos parecía conocer a los míos, ni en como sentía mis latidos en un ritmo melódico y sincronizado después de el beso que dejó en mi mejilla.

He leído muchos libros durante toda mi vida. He escrito poesía también.

Me servía para reconocer algo...

Ella no solo me gustaba... Yo estaba empezando a enamorarme.

Asustaba muchísimo, pero al mismo tiempo se sentía muy bien.

Mi papá me recibió en cuanto llegué a casa.

-¿Cómo te fue? -Preguntó cuando me vio.

Dejé mi tabla de skate en una de las columnas de la casa y lo miré detenidamente.

-Papá. -Lo llamé. -¿Cómo uno puede saber cuándo está enamorado?

Él sonrió.

Se levantó de su silla y se acercó a mí, apuntando con su dedo índice a mi pecho.

-Se siente ahí. -Aseguró.

Bajé la mirada y me llevé la mano a la altura de mi corazón. 

Lo miré buscando su aprobación pero él negó con la cabeza, sin dejar de sonreír.

 Señaló desde lejos en medio de mi pecho.

-Sí se siente en el corazón, mi vida. -Comentó. -Pero también ahí, en medio. Tu cuerpo te avisa incluso antes de que tu mente sea consciente.

-¿Por qué aquí? -Cuestioné señalando en medio de mi pecho también.

-Se dice que ahí es en donde está nuestra alma. -Comentó. -Te podrás enamorar muchas veces y la punzada se siente sobre el corazón, pero solo cuando es tu persona se siente en medio.

Era muy extraño.

Lo que decía mi papá era muy poético, ¿Pero era verdad?

La primera vez que vi a Becky sentí la punzada en mi corazón y cuando tomé su mano la sentí ahí mismo, muy profundo en el corazón, ¿Era posible sentir eso mismo en la mitad del pecho como aseguraba mi papá?

-¿Tú lo sentiste la primera vez que viste a mamá? -Cuestioné.

Él sonrió.

-No, Freen. -Negó. -La atracción es una cosa, el gusto es otra, enamorarte también es distinto y amar es completamente diferente a todo lo anterior.

Lo miré confundida.

-Solo sentí eso hasta que estaba completamente enamorado de tu mamá. -Agregó. -No te voy a decir en qué situación porque le quitaría el misterio pero solo ahí supe que si no era con ella no era con nadie.

Suspiré y me quedé pensando en sus palabras.

-¿Estás enamorada? -Preguntó.

Caminé hasta el sofá y me dejé caer, completamente agotada.

-No lo sé. -Aseguré. -Tal vez lo estoy.

Él sonrió.

-Nunca lo he estado antes. -Aclaré. -Pero por alguna razón siento que esta vez sí lo estoy.

-He sentido atracción antes, me han gustado mujeres antes... -Aclaré. -Pero... Esta vez se siente distinto y es lo que me hace pensar que estoy enamorándome.

Él se acercó y se sentó a mi lado, llevando una de sus manos gentilmente a mi hombro.

-No evadas lo que sientes. -Me aconsejó.

Esta situación, era más difícil de lo que pensaba.

-Enamorárse es muy especial. -Agregó. -No huyas de un sentimiento así de lindo.

Siempre he sabido que el amor y el enamoramiento son cosas diferentes pero lo sé por el lado técnico. Lo sé porque lo he aprendido mediante la poesía y la música pero... Una cosa es saberlo y otra cosa muy diferente es sentirlo.

Eso me dejaba saber que en realidad no sabía nada del amor en realidad. No se puede estudiar ni tratar de entenderlo. Solo se trata de sentirlo y de vivirlo y eso es lo que hacía todo el tema complicado para mí.

Pov de Becky.

Había sentido más con ella con nuestro simple contacto visual que con cualquier otra persona antes.

El momento había sido espectácular y por alguna razón sentía que había sido vulnerable también.

Cuando sentí sus manos en mi cintura solo podía desear que no se apartara.

Se apartó.

Al menos ya estábamos más cerca después del día de hoy.

Incluso me pidió disculpas por tomarme de la cintura para evitar que me cayera.

Sus padres habían hecho un muy buen trabajo criándola.

Cuando ella se despidió de mí, tomé las llaves de mi moto y me fui a mi casa.

La casa estaba vacía como de costumbre, a expeción de la empleada encargada de la comida quien siempre era muy amable conmigo. Después de saludarla coordialmente, subí a mi habitación y me recosté en mi cama.

No podía dejar pasar el detalle de que se había interesado en porqué mi bebida favorita era mi favorita.

Ella además había pagado y eso era algo destacable. No por el dinero en sí, pero sí por el gesto.

Siempre cuando salía con alguna de mis novias o citas pagaba yo por cortesía, ya estaba acostumbrada a que siempre fuera así. No era un secreto que Freen tenía menos dinero que yo y el hecho de que ella a pesar de eso se hubiera ofrecido para pagar sí me impresionó.

Durante toda mi vida me habían molestado diciéndome "princesa" pero yo nunca me sentí como una. Esta vez había sido diferente, esta vez me sentí totalmente escuchada y hasta consentida por alguien a quién conocía hace no más de dos semanas. Tal vez por primera vez no me molestaba sentirme "una princesa".

Tal vez sentirse la prioridad de alguien no era tan malo después de todo.

Pasé bastante tiempo pensando en nuestra conversación, en nuestras miradas y en releer el poema que había escrito, una y otra vez hasta que escuché que me estaban llegando mensajes al celular.

Tomé mi celular y vi que tenía un mensaje de ella.

Freen: Gracias por la invitación.

Freen: Espero que el resto de tu día sea excelente.

Sonreí.

Era la primera vez que me escribía sin que yo lo hiciera primero.

Estaba a nada de contestarle cuando el celular se me resbaló de la mano.

Lo recogí de mi cama de inmediato y miré la pantalla.

Le estaba marcando por error.

Entré en pánico absoluto.

Iba a colgar de inmediato pero para mi sorpresa ella contestó.

-Hola. -Dijo.

Podía asegurar que casi escuchaba su sonrisa cuando me saludó.

-Ho... Hola. -Tartamudeé. -¿Qué haces?

Traté de disimular porque tenía que aprovechar que había contestado.

-Estoy doblando ropa. -Contestó. -¿Y tú?

-Solo recostada en mi cuarto. -Respondí.

Hubo silencio que duró un par de segundos.

-Me... -Intenté decir. -Me equivoqué.

-¿Qué significa? -Preguntó. -¿No querías llamarme?

-Bueno... -Dudé. -Sí pero no apropósito, es decir...

Suspiré.

Escuché una leve risa de su parte desde el otro lado de la llamada.

-¿Quieres que cuelgue? -Cuestionó.

-¡No! -Exclamé. -Es decir, me equivoqué pero sí quería hablar contigo pero...

Me quedé en silencio.

-No, no cuelgues. -Expresé.

-Bueno. -Contestó.

Ambas nos quedámos sin decir nada durante muchos, muchos segundos hasta que ella cortó el silencio.

-¿Por qué manejas moto? -Preguntó de la nada. -¿No te da miedo caerte?

Me reí.

-Si pensara así con todo no sería capaz de hacer nada. -Comenté. -Claro que es posible que me caiga pero no me da miedo.

Y así empezó una conversación de horas.

Hablamos principalmente de su carrera y de mi pasión por el box y por el fútbol.

Ella me confesó que no sabía jugar fútbol y que solo estaba ahí ese día para que le subieran calificación.

De un tema llegamos a otro y de repente ya estaba hablándole sobre fruta.

-¿Sabes que todas las frutas tienen diferentes procesos de riego? -Comenté.

-Me imagino que sí. -Aseguró. -Pero no sé los procesos en específico.

-Por ejemplo, mi fruta favorita es el mango y... -Me detuve.

Por un momento dudé en si seguir hablando o no porque pensaba que la estaba aburriendo.

-¿Sigues ahí? -Preguntó. -Te estoy escuchando.

Me reconfortó.

Me reconfortó mucho.

-¿Requiere mucha agua? -Agregó. -Lo único que sé es que tardan como cuatro meses en dar frutos.

-Utiliza poca agua porque sus raíces suelen llegar a grandes profundidades. -Mencioné, emocionada.

-¿Es decir que puede obtener agua del subsuelo? -Cuestionó.

No solo me estaba escuchando, me estaba prestando especial atención y se interesaba realmente por lo que le estaba contando.

-Así es. -Respondí con una sonrisa.

Ella rió levemente.

-No sé mucho sobre el proceso de las frutas ni verduras... -Comentó. -Pero tengo un leve conocimiento sobre la siembra debido a las flores, si es que se le llama así.

-¿Cuál es tu flor favorita? -Expresé.

-Me gustan todas. -Admitió. -Específicamente los tulipanes y los claveles, ¿A ti te gustan?

-Las clásicas. -Exclamé. -Los girasoles, las rosas...

-Son lindas. -Contestó.

-Deberías hacer un poema sobre ellas. -Sugerí. -Escribes muy lindo.

-Gracias. -Respondió. -Lo tendré en cuenta.

Seguimos hablando durante un tiempo más y después terminámos la llamada. Ni había notado que ya era la una de la mañana.

Al siguiente día también hicimos una llamada breve y hablamos un poco sobre nuestro día.

Ya no solo me gustaba. Me habían gustado muchas personas antes, pero esta vez se sentía diferente. Como si no fuera solo atracción física, más bien como si fuera una mezcla de todas las atracciones posibles.

Cuando amaneció el lunes, antes de irme a la escuela le mandé un mensaje.

Becky: Buenos días.

Becky: Espero que tengas un lindo día.

No lo vio, pero ya me estaba acostumbrando. Esta vez, los mensajes ni siquiera aparecían como "recibido".

Tomé mi moto sin dejar que eso me afectara porque ya la conocía y me dirigí a mi universidad. Estacioné mi moto en el mismo lugar de siempre. Mela e Irin estaban esperándome ahí.

-¿Por qué tienes un brillo especial hoy? -Preguntó Mela. -¿Por fin Freen te quitó el visto?

Me reí.

-Aceptó mi invitación a comer. -Comenté. -Nos hemos acercado más desde entonces.

Mela e Irin se miraron con una sonrisa.

-¿Y solo estás hablando con ella? -Cuestionó Irin. -¿Con nadie más?

-No me interesa hablar con nadie más. -Aseguré.

Ambas alzaron las cejas e intercambiaron gestos de complicidad.

Todas tomamos nuestras cosas y subimos al salón de clases, dejando el tema momentáneamente de lado.

Seoul llegó a la segunda hora.

El día estaba transcurriendo bien pero aún no tenía respuesta de Freen.

Tomaba mi celular entre clases pero los mensajes seguían sin marcárse como recibidos y mucho menos tenían una respuesta.

No sabía si era algo negativo o si por el contrario debería preocuparme. Ya no me estaba dejando en visto recientemente y ya no tardaba tanto en contestarme como al principio.

Nos encontrábamos en clase a la mitad del día cuando la voz de la profesora nos desconcentró a todos los que teníamos la mirada clavada en la pizarra.

-¡Señorita! -Regañó a alguien.

Primero pensé que era conmigo porque me estaba quedando dormida pero era con una compañera que estaba a dos asientos de distancia de mí.

-¿Podría dejar ese celular? -Le pidió.

-Una disculpa maestra. -Dijo. -Es que estaba viendo lo que pasó en el Colegio Philips.

Fruncí el ceño al escuchar que estaba hablando de la escuela de Freen.

Giré en mi asiento para prestarle atención.

-¿Qué fue lo que pasó? -Pregunté.

-Están evacuando a todos. -Comentó. -Hay una fuga de gas y riesgo de explosión por eso mismo.

La miré detenidamente, me levanté de golpe de mi lugar y me acerqué a ella.

Ni siquiera pensé en lo que estaba haciendo y le quité su celular de la mano.

Miré la pantalla detenidamente.

Era verdad, incluso habían vídeos desde afuera de la escuela.

-Señorita Armstrong. -Me llamó la profesora. -Vuelva a su lugar, por favor.

Puse el celular sobre la mesa y enseguida salí corriendo del salón de clases.

-¡Becky! -Alcancé a escuchar que me gritó Seoul.

Bajé corriendo las escaleras, haciéndome camino entre las personas que estaban esperando sus clases y dirigiéndome velozmente al estacionamiento.

Me subí a mi moto después de varios intentos de introducir las llaves, fallidos, porque las manos me temblaban y cuando lo logré, aceleré y me dirigí rápidamente hasta la escuela de Freen.

Ni siquiera podía concentrarme correctamente en manejar con lo que estaba sintiendo.

Al llegar a la universidad, estacioné cerca de la entrada y pude ver una gran cantidad de alumnos afuera.

Di vueltas por todos lados buscando a Freen pero no la veía. Le pregunta a personas aleatorias por ella. Algunos la conocían pero no la habían visto y otros no sabían a quién me refería.

Me acerqué a uno de los bomberos que estaban afuera, controlando el perímetro.

-¿Aún hay personas adentro? -Pregunté.

-No, ya no. -Negó. -Nos asegurámos bien de que así fuera.

-¿Está seguro? -Dudé. -Estoy buscando a alguien y no la encuentro.

-Totalmente seguro. -Confirmó. -Dimos una vuelta más para comprobar.

Suspiré preocupada.

Volví a buscar a mi alrededor entre todos, pero no la veía.

En uno de los momentos mientras estaba buscando se escuchó un gran estruendo. La parte de la cafetería había explotado por completo.

Inevitablemente, no pude controlar mi preocupación y al contrario, me puse mucho peor.

Por suerte vi a su amiga Nam a lo lejos, pero lo preocupante es que no vi a Freen con ella.

Me acerqué corriendo.

-¿Has visto a Freen? -Le pregunté.

-No, desde la segunda hora de clases. -Contestó. -También estoy preocupada por ella.

Empecé a sudar frío.

-¿Me pasas su dirección? -Pedí. 

Ella sacó una hoja de papel de su mochila y la anotó.

-¡Espera, te acompaño! -Me dijo ya cuando yo había empezado a correr.

No podía esperarla. Estaba muy preocupada.

Me subí a la moto y aceleré enseguida.

Cuando llegué a su calle, estacioné la moto en el primer espacio que encontré y me acerqué a su puerta.

Esperaba que aunque sea su papá supiera algo de ella.

La puerta se abrió y ella estaba ahí.

Me miró con el ceño fruncido, evidentemente confundida.

Me apoyé con una de mis manos en mi puerta, sintiéndome totalmente débil después de la preocupación que había sentido.

Suspiré de alivio y sin pensarlo para nada, me acerqué lentamente y la abracé, envolviéndola tiernamente en mis brazos y situando mis manos firmemente en su espalda.

Aferré mis manos a su espalda con fuerza y cerré los ojos sobre su hombro.

Ella subió lentamente las manos a mi espalda también, correspondiéndome el abrazo.

-¿Qué hice para merecer una sorpresa así de agradable? -Preguntó con un tono de voz muy bajo pero muy acogedor.

Me había vuelto loca de solo pensar que le había pasado algo.

...

¿Les gustó el capítulo de hoy?

Becky finalmente tiene a alguien que le presta atención a las cosas que le gustan y Freen finalmente tiene a alguien que la admira.

-Key.

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