Como cada sábado ellos lo pasaban juntos, salían al centro comercial o alguna atracción de parque gracias a que a KyungSoo aún le divertían los juegos de carpas, o como es más en su mayoría, se quedaban en la casa del menor.

YoonOh salía en turno tarde por la universidad y Jennie probablemente recurra a hallarse con Lalisa, así que otra vez decidieron ver películas, y para la sorpresa de ChanYeol es la misma de princesas que le gusta a su omega.

La princesa y el sapo.

La cabeza del retozón KyungSoo yacía en el hombro del alfa. Las respiraciones de ambos eran tranquilas mientras atisbaban con atención el final de la película, a la vez que comían las palomitas que se encontraban a un lado de ellos.

ChanYeol sonrío al vislumbrar a su omega sorprenderse en la última escena del villano, como si nunca lo hubiera esperado, sabía que el pequeño era un total adicto a Disney, y no podía negar que las mismas hazañas típicas que se dan en la cinta lo estaban hartando, sin embargo, si a su novio aún le gustaba pese a su edad, ChanYeol lo acompañaría porque con verlo feliz es más que suficiente.

La sonrisa de KyungSoo era preciosa. Cuando sus ojitos se enchinaban y sus regordetas mejillas salían a flote, el alfa juraba que estaba viendo un amuleto de felicidad encima de una nube del cielo, porque él era tan malditamente precioso que con cada acto suyo lo conmovía hasta sentir las ganas de llorar.

Pero ChanYeol no lloraba desde el día en que su novio lo vio hacerlo por perder un partido contra un equipo prestigioso, recuerda cuando el omega también con lágrimas en sus ojos le dijo que no se ponga triste. Ahí el alfa también supo que KyungSoo era diferente, al igual que sensible.

Cuando siente al rubio removerse a su lado sacando la película ChanYeol sale de su trance, observando con detenimiento los pasos de KyungSoo. Él saca el disco y vuelve caminando hacia ChanYeol, tirándose a su costado con pereza, tomando el control para ver canales al azar mientras se iba formándo un leve silencio en el momento.

─ Channie... ─ Murmura el omega de repente, obteniendo al segundo el miramiento de éste, KyungSoo en esta ocasión se veía con un semblante cabizbajo lo cual se le hizo raro ─. ¿C-Crees que debería cambiar mi actitud?

El ambiente se hizo mudo por un momento.

ChanYeol arqueó una ceja armando una respuesta en su cabeza, sin usar palabras bruscas y con los hombros tensos, paseó la frase por sus labios.

─ ¿Quién fue ésta vez? ─ Preguntó claramente en un tono dudoso y molesto. El menor tragó un poco de saliva pero no por miedo, él conocía mucho a ChanYeol y sabe que es incapaz de dirigirse a él con una línea despectiva y tosca pese a que se halle enfado. De repente el alfa tomó un suspiro buscando tranquilizarse ─. Mi amor, Soosie, sabes mi respuesta ¿verdad?

Le pregunta y el omega asiente levemente.

─ Sí, Channie...─ Susurra jugando con sus pequeñas manos, aún con la televisión prendida.

─ Bien, Soo, te lo volveré a decir pero mírame a los ojos cuando te lo digo. ─ Y como el alfa dictó, KyungSoo lo miró fijamente en sus orbes color chocolate ─. No necesito que cambies tu actitud, creeme que en realidad estoy enamorado de todas tus facetas.

El dedo del alfa tocó la pequeña nariz del omega, haciéndolo reír.

─ Amo que seas a veces perezoso, me gusta llevarte cargado en mi espalda desde la escuela cuando puedo. ─ Dijo a la vez que iba dejando un beso en su frente ─. Amo tus quejas, son dramáticas pero especiales para mí.

El omega sentía su corazón palpitar y sus rechonchas mejillas hervir.

─ Tus chillidos te hacen único, bebé, no necesito que cambies, ¿sí? ─ Posa sus labios por la coronilla del más bajo llevando su mano hasta donde de encontraba su corazón ─. Toda tu actitud es vida para mí, porque estoy orgulloso de tener a un omega diferente a los demás y que sea propio.

Y como último le da un beso en los labios, uno suave y necesitado por parte de KyungSoo. Cuando el aire faltó, ellos se separaron, quedándose viendo a los ojos firmemente. Fue ahí que se percató que los del omega brillaban y ChanYeol supo que quería llorar.

─ Eres mi sapo, Channie... ─ Setenció, yéndose a colgar de él con un abrazo fuerte sentándose en su regazo, por el cual el alfa no dudó en soltar caricias por su espalda fortaleciéndolo. Quería que toda inseguridad se disipara.

─ ¿Por qué sapo? No soy tan feo. ─ Comenta arrugando un poco el ceño y KyungSoo ríe levemente, aún escondido en su cuello ─. Es más, soy un alfa aún codiciado pero que pertenece a un sólo omega, claro. La cosa es que no soy feo, mi cabello me hace ver genial.

KyungSoo sale de su escondite y otra vez lo encara, posando las manos en su fuerte pecho.

─ Porque a pesar de tu ego elevado y tu torpeza en ocasiones, te preocupas por mí. ─ Le dice robándole un beso en la mejilla rápidamente a ChanYeol ─. Porque el príncipe Naaven era muy bonito, pero se volvió sapo y luego nadie lo quiso a excepción de Tiana. Channie, te estoy diciendo que aunque seas un sapo así todo baboso y verde, ¡te querré! ¡Lo digo en serio!

ChanYeol parpadeó.

─ Entiendo tu punto, y yo también te quiero bebé. ─ Lleva sus manos y las entrelaza con las del omega, sacándole una sonrisa ─. Pero si somos sinceros, Tiana es fea a tu lado, tu eres más bonito.

KyungSoo hizo un puchero.

─ Lo sé... ─ Barboteo el menor ─, tú me haces sentir así.

─ Y lo eres, te lo juro por el dedito. ─ ChanYeol extendió su meñique y KyungSoo también lo hizo.

─ ¿Prometes que siempre seré bonito para ti, Channie? ─ Pregunta él con curiosidad.

El alfa asintió sin dudar.

─ Prometo que siempre serás lindo para mí.

Y ambos, alfa y omega, sellaron el pacto con amor cruzando sus dedos mientras juntaban sus frentes.

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