—¿Hola? ¿Mina? —Nayeon habló primero luego de que haya transcurrido un minuto de la llamada, su voz era algo raspoza pero a la vez suave—. ¿Estás bien?

Mina tragó saliva, e intentó abrir los labios para decir algo pero nada salía y eso le frustraba. Sabía desde tiempos que era mala al actuar en las llamadas, peor cuando estaba nerviosa, aún así hizo su vago intento de contestarle.

—¿Mina? ¿Estás ahí? —cuestionó otra vez Nayeon, pero su tono sonando algo más alarmado.

—Mmh... —solo salió eso como respuesta, Mina no sabía por qué no podía hablar. No es como si su voz fuera fea, incluso han habido veces dónde le envió audios a Nayeon.

Simplemente Mina no estaba segura.

Se escuchó un profundo suspiro tras la línea.

—Bien... Si se te hace incómodo hablar entiendo, de todas formas y-

—T-Te amo Nayeon unnie...

—Yo también te amo, bebé —contestó inmediatamente Nayeon, y aunque ambas no podrían verlo, una sonrisa estaba en sus rostros.

A Mina no se le hacía sorpresa que Nayeon sea algo dulce en estos instantes, en realidad, a pesar que ella se halle borde o fría casi siempre sacaba su lado más cálido con la japonesa. Cualquiera podría juzgarla de bipolar a simple vista pero ¿Saben qué? Mina entendía de manera perfecta a Im Nayeon, porque eso era lo que buscaba, dejar de preguntarse las acciones que comete Nayeon y de forma sutil asumir que así era la personalidad de ella, de su chica.

Hubo otro silencio.

—¿Tam... también me amas? —dijo perdiendo un poco la inseguridad, mordiendo su labio inferior.

—Sí por.

—¡Nayeon unnie! —exclamó Mina, con un puchero y escuchó la risa de Nayeon en ese instante, uh tiene una risa muy, muy bonita y contagiosa—. Usted es malita.

—No, sólo soy simpática que es otra cosa —se defendió la coreana.

—Y con una risita muy linda... —murmuró lo suficiente audible para Nayeon, quien luego de eso se quedó en silencio total, asustándola—. ¿Nayeon unnie? ¿Está ahí? ¿Dije algo mal? ¡Perdón! ¡En serio no quise!

—No sólo quería fingir que tus palabras lograron desmayarme para colgarte...

Mina suspiró de manera pesada, se había preocupado por las puras.

Cambienme de novia pensó, pero se arrepintió rápido al entender que Nayeon le quiso decir algo lindo.

Sonrió tonta.

—Buen intento de ser linda ¡Pero yo soy la más linda de esta relación! —recalcó con una risa.

—Y quien me lo hará linda

Hubo otro silencio porque Mina dejó de reír al no entender lo que Nayeon se refería. Ah supongo que otra vez quiso decir algo bonito.

—Por supuesto que se lo haré linda, unnie. Yo todo lo que hago es lindo~ —canturreó, muy ajena a lo que la coreana se refería.

Al escuchar la risa de Nayeon una vez más se confundió más, sin embargo le restó importancia ya que quería preguntarle algo que había escuchado ¿Y quién mejor que su unnie para que le responda? Ella siempre tiene una respuesta para todo al fin de cuentas.

—Mmmh... Por cierto, Nayeon unnie. Momo me ha explicado algo sobre eso de pasiva y activa, pero no entendí mucho pero quería saber algo de-

—¿¡QUÉ MOMO HIZO QUÉ!? —soltó un chillido de horror, casi tapando la oreja de la pobre japonesa.

—¡No hay necesidad de gritarme!

—...

—La cosa es que no entiendo eso de dar y recibir...

—Mina, tengo que hacer algo. Luego te llamo ¿Si? —inrrumpió Nayeon—. Debo ir a hacer una peluca con el cabello de la novia de Jeongyeon —sonrió con malicia—. Y usar mi bate.

—Uh... —murmuró, algo extrañada y decepcionada pero hey, dijo que hablarían más tarde, o sea, le gustó hablar contigo ¿Verdad?—. ¡Mucha suerte con tu peluca, Yeonnie! ¡Me saludas a tu bate!

—Hasta luego, bebé —soltó Nayeon, cortando la llamada, para luego girar a ver su bate con púas que de hallaba apoyado en una esquina de su habitación, tan tranquilo—. Maldita japonesa, ahora vas a ver por estar corrompiendo a mi niña.

¿Por qué nadie pueden andar ahí por la vida diciéndoles cosas de doble sentido a la inocente de Myoui Mina? Exacto, porque les cae bate.

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