Uno
Aclaraciones y advertencias al inicio de cada capitulo si se cree pertinente.
Pareja: Auron x Luzu - Luzuplay.
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Auron fue obligado a ir, él quería terminar su libro ese día, pero Mónica no le permitiría faltar a su cumpleaños, mucho menos a qué se perdiera la presentación de su novia ahora de manera oficial. Aunque Auron ya la conoce, para Mónica es un evento social sumamente importante y su amigo debe estar ahí.
Es así que apenas llega y saluda a un par de personas sin importancia, busca el sofá y de inmediato va a leer el último capítulo de su libro. Su ego le dice que debe finalizarlo antes de que se estrene en el cine la -muy probable- mala adaptación de aquel ejemplar.
Poco a poco la gente fue llegando a la reunión, la música comenzó a sonar más y más fuerte, el ambiente pronto era un descontrol de baile y bebidas alcohólicas además de la infaltable calentura de algunas parejas que se quedaban en los rincones.
Por suerte Auron había desarrollado la capacidad de ignorar todo a su alrededor y concentrarse en su lectura.
Pero Mónica nunca le dejaba las cosas fáciles, llegó de pronto y le tomó del brazo con brusquedad para arrastrarlo a la otra habitación.
—Eres un asqueroso asocial.
—Yo no quería venir.
—Hola Auron —la suave voz de Lanita relajo el ánimo de Mónica y Auron.
—Lanita, un placer verte.
—No creí que vendrías —Ella se ríe, sabe de sobra cómo es que Auron terminó ahí. Solo se está burlando un poco. —Ah, te presento a mi mejor amigo, Luzu.
Es en ese momento en que los ojos de Auron caen en cuenta de que había una cuarta persona allí, elevó la mirada y se encontró con un par de ojos azul cielo, una sonrisa tranquila, y toda la apariencia de un soft boy como esos que ve en Tumblr. Además de bastante atractivo.
—Un gusto —El otro extiende su mano la cual es tomada de inmediato por Auron.
—El gusto es mío... —y aún debe procesar el bello tono de voz de Luzu.
—Ole, puerco llévate a Luzu a alguna parte que quiero estar con Lanita a solas.— Monica toma la mano de Lana y solo a ella le dedica una sonrisa.
Ah, eso explica por qué la insistencia en que viniera, debe ir de acompañante del amigo. Vaya mejor amiga tenía.
—No hace falta, de verdad —dice el otro, avergonzado.
—No, está bien, si tengo que hacer de chaperón por la 'Doña' ésta me lo tendré que tragar con patatas.
Se está quedando en un intento por no ser tan obvio con el flechazo reciente, y más o menos le sale bien. O al menos ante los ojos del nuevo -que no le conoce lo suficiente- y a los de Mónica cuya atención está totalmente en Lanita, y ella, pues ella puede leer a todos aquí como un puto libro abierto.
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Luzu sigue a Auron por la casa en silencio, mirando a la gente que bailaba por los rincones y descartando a los que se veían con pareja. Antes de que Mónica llegase con Auron a presentarlos le había hecho una pequeña advertencia.
"Con Auron no"
El tono amenazador que usó supo que no era una simple broma.
Para su suerte, los que le conocen saben que tiene cierta fama en las reuniones grandes y está bien, por que Luzu siempre ha ido sólo a divertirse un poco, la universidad le estresa mucho, no le da tiempo para nada así que cuando puede salir a una fiesta se asegura de pasarlo lo mejor que puede.
Si no fuera por la amenaza de Mónica y por qué es la novia de Lanita, desde el segundo uno habría intentado pasar un buen rato con Auron. ¿Lo podían culpar? Su voz grave, sus ojos oscuros, su cabello aparentemente desaliñado, y esa mirada de dominante que se cargaba junto a la indiferencia que mostraba a las miradas interesadas a su alrededor. Todo ese conjunto erizó sus bellos y la emoción le comía las manos por tratar de descubrir de qué manera le gustaba ser besado.
Así que se fija en el resto de personas solteras y disponibles, de todas formas, Auron no parece interesado en nada más que el libro que tiene en sus manos.
—Yo quiero leer —y es su voz grave la que le devuelve a la realidad, parece un poco avergonzado, Luzu no sabe por qué —, las fiestas grandes no son lo mio.
—Está bien —le responde Luzu de inmediato —, yo puedo entretenerme solo, descuida.
Y Auron siente que un enorme peso se va de sus hombros con esa respuesta, ya más tranquilo vuelve a sentarse en el sofá a terminar su libro, aunque su atención está dividida en el castaño y las interesantes letras del último capítulo de manos de Terry Pratchett.
Ve a Luzu pasearse por la pista de baile con demasiada confianza, como se acerca a un par de chicas que conversaban en un rincón, como una de ellas se aleja con una sonrisa cómplice y como la otra comienza a jugar con su cabello mientras habla con Luzu. Auron quiere concentrarse en la narrativa del autor, pero sus ojos le traicionan y vuelve a mirarlo.
¿Se están besando?
—Joder... —murmura, definitivamente debe volver a su libro.
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La chica parece demasiado avergonzada como para continuar hablando, y con demasiadas copas de alcohol como para pensar bien, Luzu le sigue la conversación un poco más hasta que ve a su amiga cerca, le hace una señal con la mano y un consejo para que la acerque al baño.
Se aleja de ambas para ir en busca de un trago y así entrar en más calor.
¿Es su idea o tiene encima la mirada de Auron?
Bebe un poco de cerveza barata, mientras el amargo líquido con gas se resbala por su garganta observa su alrededor con la mirada con la pequeña esperanza de que en efecto sea la mirada de Auron la que lo ha estado siguiendo; pero no. En cambio, se cruza con un par de ojos verdes y una sonrisa coqueta al otro lado de la sala.
Auron logra terminar una página sin levantar la vista del libro y como premio se permite buscar a Luzu con la mirada. El castaño camina delante de él con un vaso en la mano y paso firme, no evita adelantar sus ojos hacia la persona a la que asume se está dirigiendo, un chico joven, de cabello albino y ojos verdes se afirma en la pared y le balbucea algo en cuanto Luzu está cerca.
Le ve reír, les ve reír juntos de alguna tontería y en ese momento a Auron le queda claro que Luzu es, como mínimo, bisexual.
Y que posiblemente le esté molestando un poco no ser ahora mismo ese albino, que ahora ha puesto sus manos en la cintura de Luzu, aprieta la tela, acerca mucho más sus cuerpos, la mano de Luzu se va a la pared acorralando al extraño, continúan con la conversación entre risas, jugueteos sobre la ropa y finalmente, Auron puede ver como el extraño se inclina hacia adelante y pronto Luzu le corresponde el beso.
Es en ese momento que decide dejar de mirar.
Sí, Luzu le ha dado una fuerte impresión y es totalmente su tipo en apariencia, pero si es el tipo de hombres que va por las fiestas comiéndose a la gente sin descaro puede que no se lleven del todo.
En todo caso, Auron tiene aún un par de páginas para terminar el bendito libro, en vez de perder su tiempo siguiendo todo el rato con la mirada a Luzu.
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La música suena más fuerte, su concentración se ha perdido porque sus pensamientos se esmeran en repasar la manera en que los labios de Luzu acarician los de otros. Dejó de lado al albino hace ya media hora y rápidamente encontró a otro suertudo donde posar sus labios. Uno más bajo, delgado y con un crop top morado; Auron les ve bailar en la sala, ambos cuerpos están muy apegados uno con el otro y los roces de sus manos viajan por zonas peligrosas.
La sesión de besos se tarda en llegar pero no debería llamar la atención de Auron el instante en que el nuevo toma la mano de Luzu y lo arrastra hacia el pasillo donde están las habitaciones.
Sí Mónica los descubre los va a castrar delante de todos.
Y a él de paso, ya que se supone que debe cuidarlo.
Mónica es demasiado inteligente para el gusto de Auron. Rápidamente se levanta del sofá y corre en dirección a la pareja antes de que se internen en el pasillo, sin pensarlo dos veces le toma de la muñeca para llamar su atención.
Mierda, olvidó lo bonitos que son sus ojos celestes, la confusión en su rostro solo pone de los nervios a Auron, pero guarda la compostura.
— Mónica te va a castrar y a mi de paso si te dejo seguir — Le advierte, ganándose la mirada de odio del otro.
Auron puede vivir con eso.
— ¿Qué?
— Lo que vas a hacer ahí.
— Yo no...
— Joder, Luzu, no puedes follar en casa de Mónica — Esta vez usa un tono más severo, junto a ello aprieta su muñeca.
Luzu se le queda mirando largos minutos, pero no le mira a los ojos, Auron sabe que toda su atención se ha ido a sus labios.
Y no se siente mal esa atención, incluso se le llena el pecho de orgullo por ganarle al otro tipo. ¿Ya se había ido?
Oh, no está cerca.
Auron suelta la muñeca lentamente, desvía la mirada en busca de la presencia de Mónica, al notar que su querida amiga no está ni cerca suelta un suspiro de alivio.
— ¿Has estado vigilándome toda la noche? — Pregunta Luzu con una sonrisa divertida que no viene al caso según Auron. Entonces Luzu sí notó su mirada.
— Y no es fácil, no te quedas quieto ni cinco minutos, no pude leer mi libro en paz — se queja, lo que no desvanece la sonrisa descarada de Luzu.
— Lo siento mucho.
No es cierto, no lo siente. Luzu ha descubierto que ver el rostro preocupado y un poco cabreado de Auron le gusta.
Auron suspira, toma al castaño de la muñeca arrastrándolo de vuelta al sofá dónde trataba de leer su libro, le obliga a sentarse, advirtiéndole que se mantenga en su rango de visión por seguridad mutua.
—O sea qué si me muevo por la sala está bien —Luzu quiere tantear terreno, saber que es lo que hace que el otro haga esas muecas, quiere saber que es lo que está pasando por su mente, quiere entenderlo — ¿Sí me beso con alguien por aquí está bien?
Se asegura de usar un tono suave, amable, aunque quiera reír por la mueca de sorpresa mezclada con disgusto que ha revelado Auron.
—Supongo —responde el otro, abre su libro y finge que no le ha sorprendido lo directo de esa pregunta, que no le ha dado un vuelco en el estómago pensar en volver a ver a Luzu besando a otros y desear estar ahí por medio segundo —, solo no folles con ellos en esta casa, quisiera tener hijos algún día.
—¿De verdad?—Luzu encuentra un hilo de conversación del cual tirar mientras su mirada se despega del otro, aún hay mucha gente que no conoce en la sala, muchos solteros y solteras en el área.
—Claro, ¿Tu no? —pregunta Auron, ojea por encima las páginas buscando cuál fue el último párrafo que leyó.
—No tengo prisa, hay muchas cosas que quiero hacer antes de pensar en hijos... —pausa por segundos, cree reconocer a una compañera de facultad con la cual ha pasado buenos momentos en fiestas cómo estás, ¿Será Nieves?
—¿Pero?
Oh, Auron le sigue preguntando. Luzu retoma el hilo anterior más rápido de lo que acostumbra con otros.
—Algún día, sí, algún día me gustaría uno — aún es un tema que no ha meditado bien, antes de ello necesita una carrera, un trabajo, una casa y una pareja estable, por ahora las cosas le van bien, poco a poco pero seguro.
Auron detecta un brillo especial en Luzu, uno soñador, uno que le hace preguntarse qué otras cosas le emociona al hablar, ¿Le gustará leer? ¿Las series, las películas o los videojuegos? Quiere saber, quiere seguir escuchando su voz calmada y la ligera risa que libera entre las palabras por qué realmente parece entretenido ahí a su lado, eso quiere pensar Auron.
Por qué él si está entretenido con aquella conversación banal.
Ve que Luzu no le mantiene la mirada, ve que está buscando a otros y Auron se frustra, no puede ser tan poco interesante o atractivo como para ser dejado de lado.
—¿Qué lees? —Luzu le pregunta, ha puesto su brazo en el respaldo del sofá, detrás de Auron, aunque respetando una distancia entre ambos como los perfectos desconocidos que son.
—Terry Pratchett.
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Auron no sabe en qué momento desistió completamente de leer su libro y centró su atención en Luzu, o cuando fue que acortaron tanto las distancias, puede sentir su rodilla apegada a el muslo del otro y lo cómodo que se siente con tener el brazo de Luzu en el respaldo del sofá, casi rozando su hombro.
Por el sonido de la música tuvieron que hablarse al oído para entender del todo el debate que tienen frente a la diferencia entre moral y ética.
Auron le dió un ejemplo, uno bastante básico, tanto que Luzu no pudo evitar reírse, dada la poca distancia la risa del castaño opaco todo sonido externo en los oídos de Raúl. Pronto ya ni se acordaba de cuál era el punto de su ejemplo.
Por suerte, Mónica apareció tomando la mano de Lanita caminando hacia ellos.
—Luzu, vamos a casa— le dice Lana una vez llegan al sitio. Se le notaba el sueño en el rostro, y mañana comenzaba su rutina de estudio.
—¿Tan pronto? —interrumpió Raúl cuando vio como Luzu se levantaba del sofá.
Se ganó las miradas de los tres presentes. Lanita sorprendida, Mónica con el ceño fruncido, y la sonrisa en el rostro de Luzu.
¿Demasiado evidente?
—Lanita...
Luzu iba a comenzar a hablar, pedir más tiempo para quedarse y charlar, a saber sí podría volver a encontrar a Auron para hablar. Pero solo bastó un bostezó de parte de Lanita para saber que no se iba solo por cansancio, estaba muerta de sueño.
Y por la forma en que Mónica le sostiene de la cintura y cubre sus oídos con su mano libre sabe que hasta ella prefiere que se vaya a descansar a un sitio más tranquilo.
Entonces Luzu se voltea hacia Auron, nota como está decepcionado por la despedida tan repentina y eso le da esperanza de encontrarse nuevamente.
— Auron, antes de irme ¿Me das tu número?
Y el rostro de Auron se ilumina, más no logra contestar por culpa de Mónica que se gana las miradas de los otros tres.
— No.
— ¿No?
Dice Lanita igual de sorprendida que el resto, eso la despertó.
— Como que no, — Auron la encara — ¿Mónica que cojones?
Ella se cruza de brazos.
— ¿Para qué o qué? Si no están en la misma universidad.
Y podría ser un argumento si eso tuviese algo que ver con toda la situación.
— Eh ¿Por qué le puedo dar mi número a quien me salga de los huevos?
— Ay Raúl, no lo conoces. — obvia Mónica, rodando los ojos hacia un lado.
Quiere evitar algo pero no puede decirle a ninguno de los presentes. Maldito el día en que hizo esa promesa.
— Manda cojones — Auron se exaspera, da un paso adelante y apunta a Luzu con el dedo— tu me dejaste a cargo de este niño-boca-sociable, déjame ser.
Mónica frunce el ceño, pero eso no intimida a Raúl. Luzu por su parte hace un intento por mostrar presencia.
— Yo sigo aquí eh.
— Lo saben, Luzu. Lo saben.
Lanita le palmea el hombro en señal de apoyo, les están ignorando muy bonito.
— Mira Mónica, si quiero darle mi número a un vagabundo, a Donal Trump, o a este de aquí por que tiene bonitos ojos lo haré.
Y tarde se da cuenta que de todos los adjetivos que pudo haber usado para apuntar a Luzu, en comparación con sus ejemplos anteriores, eligió el peor. Sonaba demasiado a que estaba coqueteando (de una manera bastante torpe) con él.
Eso dejó un margen de segundos en silencio.
— Dioses Raúl, acabas de escucharte como el más gay de este sitio.
— ¡Lo sé!
Le grita avergonzado, Mónica quiere reír, reírse de él y toda la situación pero tiene demasiado presente que si esos dos se juntaban iban a pasar cosas malas. Y odia quedar en medio de una pelea.
Peor si es entre Raúl y su hermanito.
¿Por qué demonios le guarda secretos al hermano?
— ¿Cuál es el problema en que se lo dé a Luzu? Mónica.
Y la corta pero certera intervención de Lanita hace estragos en la postura rígida de Mónica. Quién comienza a jugar con sus dedos.
— ¡Sí, cuál es el problema! — Luzu secunda pero detrás de su amiga. Para luego dirigir su mirada a Auron con un brillito especial de ilusión. — ¿Crees que mis ojos son bonitos?
Auron asiente más rápido de lo que quería en un inicio. Maldice haberlo dicho en voz alta, y admitir que entiende cómo es que consigue tan rápido a alguna persona en la fiesta para irse a comer el morro.
— ¡Bien! Hagan lo que quieran, si esto se complica no vengas a pedir consejos — le acusa Mónica.
Lanita parece feliz, y el sueño vuelve a cambiarle el rostro, así que su novia le ayuda a abrigarse.
— Te espero en la entrada Luzu.
Una vez quedan solos Luzu ya estaba sacando su teléfono para anotar su número. Ya hasta sabe cuál será su primer mensaje.
Auron no tarda demasiado y le dicta el suyo casi al oído pues con la prisa no se movieron a un sitio con menos ruido. Siguen en medio de la fiesta.
Una vez termina de anotar y guardar los números Luzu se pone a escribir, quiere asegurarse de que es realmente su número, él mismo ha usado antes la táctica de dar uno diferente.
El celular de Auron vibra y en la pantalla aparece el contacto de Luzu con un mensaje.
[Luzu: Tus ojos también son bonitos.]
Antes de levantar el rostro para agradecer o contestar, un beso cae en su mejilla y lo último que ve es a Luzu corriendo a la entrada. El maldito no esperó su respuesta.
Auron se queda quieto en medio de la sala, mirando hacia dónde se ha marchado Luzu con las palabras en la boca y apretando el celular entre sus manos.
— Lo sé. — susurra como respuesta al aire.
Él quería parecer seguro frente a Luzu por un momento antes de revelar que ese mensaje le hizo latir el corazón.
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