Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo ocho / Somos muy jóvenes para llorar

Dentro de un cuarto iluminado por luces color amarillo se ve una tina gigante: dentro de la tina hay una niña humana semidesnuda, tiene puesta un buzo especial en su rostro, uno que le permite respirar bajo una sustancia gelatinosa color carmesí. Entran dos Doctoras, con un bisturí sacan a la pequeña de la tina, su cuerpo comienza a temblar de frío. una Doctora de ojos café y de baja estatura le quita la ropa con cuidado, envuelve el cuerpo con una toalla, otra Doctora empieza a escribir dentro de su libreta sonriendo, los resultados son correctos, nace una persona modificada sin la necesidad de un vientre natural.

—Cera Allison, bienvenida al mundo real. —dice la Doctora de baja estatura, revisa el rostro de la pequeña con delicadeza, luego sus ojos con una lupa.

La pequeña abre un poco sus ojos, intenta caminar, en el intento cae al suelo, no entiende lo que ocurre, observa a las dos mujeres con curiosidad, es primera vez que ve a dos humanas, para ella todo es nuevo, intenta hablar:

—Ola... a lo.

—¿Eso es normal? Parece un bebe. —dice una mujer entrando al cuarto iluminado, su nombre es Livia: madre de la pequeña.

La Doctora toma en sus brazos a la pequeña que aparenta sus cinco años, la lleva a otra habitación, allí la viste con un vestido color gris, le deja una mamadera de leche tibia, la pequeña la observa con curiosidad, no sabe lo que está pasando, no sabe cómo comunicarse, ni caminar, solo mira a su verdadera madre sin poder articular ninguna palabra. El tiempo pasa, los días se convierten a años, Cera no es la única humana artificial en ese lugar, comienza a ver a más niñas de su edad, poco a poco le enseñan a comunicarse y caminar, ella cree que solo existe un género: "el género femenino". Escucha por primera vez sobre los hombres a la edad de quince años, ve pocas imágenes de ellos, algo no logra entender

"¿Cómo nacen? ¿Dónde están todos"? Ella lo piensa bien.

Lejos de ella escucha una alarma, las puertas principales comienzan a cerrarse, eso asusta a la adolescente, deja de leer su libro de biología, empieza a correr por un largo pasillo, ve a una Doctora salir de otra puerta, ella sube a un ascensor con un bastón eléctrico entre sus manos. Cera escucha una voz grave y aguda a la vez, al final del pasillo, la voz viene de una puerta semiabierta: ella entra con cuidado al cuarto, hay una camilla cubierta con una sustancia parecida a la jalea color azul: esa sustancia está esparcida por todo el cuarto, detrás de ella escucha un susurro, luego un grito grave. Alguien la toma por la cintura y la avienta contra un mueble grande, la pequeña lo ve, por primera vez, ve a un humano más alto que ella: esta usando una camisa, su cuerpo es blanco pálido, no tiene pechos, sus brazos tienen músculos, es un niño.

—¿Eres un hombre? —pregunta ella, sorprendida, se queda paralizada.

—¿Qué es esto? —el muchacho cierra la puerta y se acerca un poco a la adolescente con lentitud.

Ella se aleja sin entender lo que está pasando.

—Ayuda... yo, correr de aquí. —dijo el muchacho desconocido.

—No te entiendo, habla más...

—¡Soy un error en la inseminación! Ayúdame.

El chico iba a acercarse más a Cera, pero es interrumpido por una soldada que entra al cuarto, el chico la mira con miedo e intenta correr lejos de ella, la soldada es más rápida y atrapa al chico con fuerza: le susurra unas cuantas palabras en el oído y luego le pone un chaleco que tiene unas cuantas ataduras, el pequeño comienza a gritar y Cera corre hacia la soldada, intenta detenerla, pero es inútil, la mujer la empuja al suelo.

—Sujeto tres, no estás listo para juntarte con los demás especímenes... camina...

—Estás haciéndole daño... ¡para! —La pequeña le quita el bastón eléctrico, lo enciende y lo lanza a la mujer, esta comienza a gritar del dolor, el chico se libera de sus ataduras y toma de la mano a Cera, ambos comienzan correr hacia la salida.—. Espérate un poco, tengo muchas cosas que preguntarte.

El chico deja de correr, ve una ventana abierta, aprieta sus puños y lo piensa bien, desea romper el cristal del ventanal, antes de hacerlo, le pide ayuda a la pequeña.

—Ayúdame a escapar, por favor...

—¿De dónde vienen los hombres? ¿Cómo llegaste aquí?

—... nací aquí. —el chico se acerca al ventanal, está a segundos de romperlo, su cuerpo comienza a temblar, se arrodilla en suelo y vomita una sustancia parecida a la jalea, nuevamente las alarmas comienzan a sonar con intensidad. —Quiero salir, no debo ser el único hombre... deben existir más. —El chico cierra sus ojos y se acuesta en el suelo.

—Eres artificial.

—Tengo que huir, antes de qué... —el chico vuelve a vomitar, esta vez una sustancia color azul, sus labios comienzan a perder su color.

Cera se quita su suéter de lana y le limpia un poco la boca al chico de nombre desconocido, su pecho comienza a doler, ahora siente un cosquilleo en su estómago, ve que se acercan tres Doctoras, una trae una silla de ruedas, una de ellas la mira decepcionada, la segunda se acerca al muchacho y nota que su rostro está más pálido que de lo habitual, luego lee sus papeles.

—Tenemos que mejorar tu metabolismo, está fallando...

—No, quieren convertirme en un arma. —El chico intenta levantarse del suelo, su cabeza empieza a doler, tiene un leve recuerdo de sus dos compañeros que escaparon de la clínica, sonríe un poco, en su brazo siente un pinchazo, poco a poco su vista se va nublando.

—Allison, lo siento mucho, pero... él no es como tú, necesita mejoras.

—Quiero verlo otra vez, quizás necesita compañía... puedo ayudarle a...

—Suficiente por hoy, cuando él se mejore, podrás hablar con él bajo vigilancia. —la Doctora interrumpe a Cera.

En la noche, la adolescente Cera estaba pensando en cómo ayudarle a escapar, su madre adoptiva la iba a cuidar después de unos meses, mientras que ese niño no, lo mantendrían bajo vigilancia hasta convertirse en adulto, eso Cera no lo quería permitir, le hizo daño a una soldada, él casi logra escapar, no debía ser tan difícil, sus compañeras le preguntaban cómo era ese chico, algunas tenían mucha curiosidad, otras sonreían avergonzadas. La adolescente pelirroja se mantiene firme en un plan, quiere ayudarlo, se siente extraña, en su estómago vuelve a sentir un cosquilleo cada vez que piensan en él, siente un sentimiento nuevo, uno que nadie le quiso enseñar.

—Quiero que distraigan a las soldadas y a las Doctoras... por favor...

—¿Es por ese chico? —su amiga la interrumpe, se ríe con las mejillas coloradas

—Tiene que ser libre, vamos, nunca te he pedido nada. —la adolescente pelirroja se pone sus zapatillas y les cuenta el plan a sus nuevas compañeras de cuarto, ella conoce la habitación donde lo mantienen encerrado, solo basta que alguien distraiga a las soldadas.

...

El chico que intento escapar despierta dentro de una bolsa plástica, en su boca tiene una mascarilla especial, intenta levantarse, no puede, sus manos están atadas arriba de su rostro, eso lo irrita demasiado, intenta quitarse la mascarilla de su rostro usando sus pies, no alcanza bien, desea salir de esa sustancia pegajosa. Una Doctora de baja estatura lo ve desde lejos; entra al cuarto de paredes color blanco, luego entran dos mujeres vestidas prendas color verde oscuro, son soldadas, una de ellas saca al muchacho a romper la bolsa, él se resiste y se niega a caminar, la Doctora le quita la mascarilla de su rostro.

—Sujeto tres, te advertí que no puedes escapar...

—Son crueles, me usan para pruebas donde, seguramente, moriré. —el chico empieza a toser un poco de sangre, esta es más clara y pegajosa. —. ¿Qué pusieron dentro de mí? ¿Bombas? Ja, ja, ja

—Llévenlo a su cuarto. —La Doctora deja de mirar al muchacho que aparenta sus quince años.

Hacerle eso a un chico es difícil de superar, la Doctora Cindy se arrepiente por meterle bombas dentro del estómago al muchacho, se arrepiente de darle vida, y torturarlo encerrándolo en su habitación sin poder hablar con alguien, ella no puede evitarlo, debe seguir las órdenes de la Cirujana Mengele, su nueva jefa, quien planea convertir a niños de género masculino en "armas", suena macabro y peligroso, Reltih no lo sabe, ella nunca permitiría que experimentaran con pequeños en sus laboratorios. El chico se rinde, camina hacia su habitación diciendo malas palabras como:" mierda", palabra que la escucho cuando una soldada no le quiso dar de comer, eso fue hace años.

—Perfecto, otro día más en esta jaula blanca... me pregunto si me darán de comer. —dice el muchacho, ve que las puertas de su habitación se cierran, se sienta en el suelo y mira los dibujos de sus dos anteriores compañero de cuarto: sus amigos que lograron escapar—. Espero que estén bien, sea donde estén.

Cierra los ojos, su temperatura corporal comienza a subir hasta los treinta grados, de su nariz sale un poco de vapor, abre sus ojos: sus pupilas están oscurecidas, se ven grandes y alerta, es un niño artificial, tiene unos cuantos trucos bajo la manga, piensa en un nuevo plan, se pone a dibujar los pasillos que vio durante su escape, tiene una probabilidad, es muy baja, muerde su lápiz de madera, sus pupilas vuelven a su estado normal, en el techo escucha unos murmullos, no está loco, alguien está cerca de él. Se sube a la cama y observa el conducto de aire, es una pequeña ventanilla color plateada: dentro de la ventanilla ve unas manos muy blancas, eso lo asusta un poco, se aleja al verlas, se cae el metal dejando ver una muchacha con pecas en su rostro, es Cera.

—Te encontré, vi lo que las Doctoras hacen contigo... es inhumano. —Ella se ve triste—. Puedo sacarte este lugar, pero tienes que cooperar...

—¿Por qué me salvas? La primera que te vi, te ataqué creyendo que eras una soldada. —el chico la interrumpe.

—... tengo a una madre que va a adoptarme, pero, tú no tienes a nadie que saque de este infierno.

El chico lo estuvo pensando un buen rato, no confía en una chica que no conoce, no tiene otra, esa debe ser la única manera en la que pueda escapar para juntarse con sus dos compañeros, recoge un frasco de pastilla y se acerca a la ventanilla de ventilación, con ayuda de Cera él sube y entra a un túnel de aire, ella avanza hasta a la izquierda, el túnel se vuelve más alto y ancho de los lados, con cuidado y lento, empiezan a gatear hasta llegar una puerta de madera, la muchacha golpea unas cuantas veces, una joven de piel morena y ojos color amarillo las deja pasar, el chico se siente nervioso y asustado.

—Chico tres, confía en mi... baja. —Cera ordena al estar de pie fuera del túnel de ventilación.

El muchacho apenas salió del túnel de ventilación, las compañeras de Cera se amontonaron para recibirlo, algunas se sonrojaron: una sintió un cosquilleo en su estómago, otra se alejó rápido y otra chica más alta que todas intento abrazarlo, pero, él un poco asustado corre al baño, abre la puerta y se encierra dentro, la adolescente pelirroja nota que lo están asustando, intenta explicarles a sus compañeras que deben ayudarlo.

—Él no sabe nada del exterior, ¿Por qué se comportan así?

La chica más alta y de ojos color almendra siente sus mejillas coloridas, nunca había experimentado la "atracción hacia alguien", a Cera le susurra:

—Es que... siento que me atrae un poco, es lindo.

Todas están de acuerdo en algo, no es un chico feo.

—Solo es un... —Cera camina hasta el baño de damas y le pregunta al muchacho—. ¿Qué eres tú? ¿De dónde vienes?

Las compañeras escuchan una fuerte carcajada del chico, luego unos golpes secos en la muralla y finalmente unos sollozos.

—Soy un hombre en la etapa de adolescencia, nací dentro de un vientre artificial... a diferencia de ustedes, yo no tengo libertad, no puedo elegir una madre...

—¿Estas triste? Escucha, podemos sacarte de aquí... ten paciencia. —La joven de piel morena interrumpe al chico.

—Lo siento, pero, es primera vez que vemos a alguien como tú... nos dijeron que los niños varones estaban extintos por la guerra, ya no nacen...

—La Doctora Cindy no quiere a los niños, quiere armas y yo soy una...fui creado para eso. —El chico interrumpe a una joven de cabellos dorados.

Cera revisa el calendario del cuarto: un lugar grande rodeado de seis camas, dos baños, muebles color rosa y una pequeña área de muñecas. Mañana su nueva madre adoptiva la llevará a su nuevo hogar, la adolescente pelirroja planea disfrazar al chico de niña para que pueda escapar, es arriesgado, debe intentarlo, no tiene una segunda oportunidad. En la mañana se prendieron nuevamente las alarmas, se escucharon a las siete del día, el chico se esconde dentro de la ventilación, las soldadas buscaron por todas partes, incluyendo la habitación de damas. Después de buscar por dos horas, no encontraron rastros por ninguna parte. La Cirujana de nombre Serena se veía enfadada, muy enfadada, ella mandó a torturar a las vigilantes del cuarto del chico, envió a las mujeres de vigilancia y a tres Doctoras al "Congelador humano", era una piscina gigante con la función de congelar todo a su paso, esas mujeres se congelaron hasta los huesos del frío.

—Se escaparon tres chicos en una semana, con esto dejan claro que son inútiles en su trabajo, la segunda vez... pagarán con su vida. —dijo la Cirujana Serena al ver a las mujeres adultas congelarse, cuando sus labios perdieron su color, ella ordenó sacarlas del frio, quedaron vivas de milagro.

Después de una hora, las adolescentes artificiales fueron a almorzar en los comedores, dos de ellas no fueron a alimentarse, estaban esperando a su nueva madre, una adolescente de cabello pelirrojo y pecas en su rostro, la otra niña era de piel pálida, estaba usando un gorro de lana y un vestido largo de color gris, se veía incómoda. Una mujer adulta de cabello pintado color negro se acerca a las pequeñas, mira a las dos, ella solo quiere a una hija, la chica pelirroja le suplica con la excusa "Un paseo" Livia queda convencida de que iba a salir a pasear con una niña nueva, ella planea devolverla después. Cuando salieron de la ciudad, la "niña nueva" se baja del auto y le ruega a la mujer adulta a que llamara a las autoridades de la ciudad de hombres. Cera le dijo la verdad a su nueva madre en la carretera, gracias a ella, un chico logró escapar de las instalaciones, eso la asusta bastante, si alguien lo llegase a descubrir, castigarían a las dos. Livia lo pensó bien y pidió a fuerzas especiales vinieran a buscar al muchacho de piel pálida.

...

La historia del muchacho artificial fue hace mucho tiempo, logró  encontrar a sus dos compañeros. Cera despierta dentro de un cuarto grande: el cuarto tiene diez camas, donde duermen niños pequeños, doce muebles donde se guardan ropa, cuatro duchas con agua caliente y dos baños, la adolescente se pega un poco en la mejilla, su temperatura corporal aumenta un poco, ya no siente frio, se pregunta si alguien puede controlar la temperatura de su cuerpo, escucha su estómago rugir, eso hace que sus manos tiemblen, tiene que alimentarse bien, su metabolismo es diferente comparado con los demás pequeños, se viste y sale de la habitación sin hacer mucho ruido, su sentido del olfato se pone en alerta, huele a carne al final del pasillo, sigue caminado hasta llegar a un gran salón con mesas y sillas, algunas mesas tienen pan y mantequilla para comer, se sienta y comienza a devorar el pan rápido. Una señora la esta viendo con dudas, saca un cucharon y lo mete dentro de una fuente de avena con chocolate y luego vacía el contenido dentro de un plato hondo, es una cocinera, ella camina hasta llegar a la mesa de la adolescente y le deja el plato en la mesa.

—Eres nueva, por lo que veo... tienes un buen apetito. —La cocinera se ve amable.

—Javier me trajo aquí, ayer fui secuestrada por un grupo de rebeldes y gracias a la tía Gema me salve... creo.

La mujer de amable sonrisa vuelve a la cocina caminado despacio, desde lejos mira a la pequeña.

—En este hotel nos ayudamos mutuamente, es uno de los mejores refugios creado por la líder Neko... encantada de conocerte.

Cera nunca había visto tanta amabilidad en una persona, su pecho comienza a doler un poco, su garganta se siente apretada, de sus ojos salen lágrimas por cierta nostalgia, Livia no solía ser cariñosa con ella. Observa su desayuno como el mejor regalo que pueden darle a un niño, empieza a comer disfrutando el sabor de la avena con una alegría inmensa a pesar de qué lágrimas corren por sus mejillas llenas de pecas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro