Epilogo.
[ZAYN]
Dos años despues...
Balanceando la silla en sus patas traseras, mantuve un precario equilibrio en ellas y arrojé mi cabeza hacia atrás, observando con fascinación los hermosos vitrales en la parte superior del enorme edificio. Habia investigado lo suficiente para saber que el lugar habia sido construido por un magnate hacia más de un siglo, el hombre era un devoto de la iglesia, así que los dibujos de angeles en los cristales no fueron una sorpresa. Aun así, cada vez que visitaba el lugar, no podia evitar mirar hacia ellos, contemplarlos.
Ambos auriculares colgaban de mis oidos, no estaban reproduciendo nada pero el estar allí era suficiente para que las personas no intentaran entablar una pobre charla conmigo. Los pocos tontos que lo habian intentado, habian terminado hablandole al aire cuando decidí hacer una rapida salida para evitar el dialogo. No era buena en la socialización, no lo era ni jamás lo seria, los tartamudeos sin sentido y las ganas de devolver mi estomago me atormentarian para el resto de mi vida cada vez que intentara entablar algún tipo de comunicación verbal con un extraño.
La historia de mi vida, nada nuevo.
Las patas de la silla golpearon el suelo con un sonido hueco cuando el sonido de voces estridentes llegaron a mis oidos, sorprendiendome. Parpadeando con rapidez, miré hacia la puerta justo a tiempo para verlo entrar a través de las mismas. Llevaba unos jeans holgados colgando de sus caderas y una chaqueta de cuero que cubria sus anchos hombros. Su rostro estaba contraido en una expresión de fastidio mientras observaba sobre su hombro a las feminas tontas que lo seguian hablando a mil por hora sin borras las tontas sonrisas de sus rostros.
Rodé los ojos, soltando un sonido fastidiado. Estupidos niñitos de oro.
Mi celular sonó en mi mochila y aparte la mirada de la escena en el momento en que el chico se giraba para enfrentar a su grupito de fans. Habia comprado el aparato luego de lo que habia sucedido con los amigos de mi hermano y me habia negado totalmente a separarme del mismo. Era el tipo de personas que aprendia de sus errores, así que no dejaria que me sucediera lo mismo por segunda vez.
Quitandome los auriculares, miré la pantalla. Un mensaje de Harry.
Sabia que tener quince era dificil, ¿pero era necesario que me enviara un mensaje cada una hora preguntandome sobre sexo? Si, me habia ofrecido a aclarar sus dudas, si las tenia, pero no me referia a relaciones sexuales. Escribiendo una rapida respuesta, resumida y totalmente profesional, envie el mensaje y arroje el telefono dentro de mi mochila nuevamente.
Levantando la mirada, parpadee rapidamente al ver al tonto niñito de oro sentado frente a mi, al otro lado de la mesa.
—Hola —sonrió brillantemente—. Mi nombre es Liam Payne y estoy buscando un nuevo mejor amigo, ¿te interesa el puesto?
Puse los ojos en blanco pero no pude evitar la sonrisa—. ¿Acaso tienes cinco años? Ese tipo de preguntas son utilizadas por los infantes para conseguir que les presten un juguete que les interesa.
—Definitivamente tu tienes un juguete con el que me interesa jugar —movió las cejas sugestivamente.
Le lance la goma por la cabeza—. Aquí no —sisee cuando él comenzó a reir. Mirando alrededor, fruncí el ceño—. ¿Donde esta tu club de fans?
—Finalmente logré librarme de ellas, al parecer le tienen alergia a los libros o algo así —me miró con una ceja alzada—. ¿Por qué? ¿Estas celoso?
Estreché los ojos a él pero me negué a caer en su trampa, así que decidí cambiar de tema—. ¿Hablaste con tu madre?
—Sip —sacando todas las gomas que tenia de repuesto, comenzó a apilarlas una sobre la otra—. Me dijo que te informara que Orión y los demás estan extrañandote y que Frida Kalho y Mr. Pompis se convirtieron en orgullosos padres de dos pequeñas bolas de pelos.
Lo miré con una sonrisa enorme—. Te dije que era mala idea meter a tu tonto conejo con los míos, ni siquiera sé porque te lo quedaste.
—Hey, el idiota de Louis pensó que seria una buena broma obsequiarme un conejo para mi cumpleaños, no fue mi culpa encariñarme con la bola de pelos. Además, me encariñe y me quede contigo, que eres aun más molesto.
Le lance una patada bajo la mesa pero solo logré rozarlo—. No me busques o te obligaré a usar la última ropa que intentaste lavar, la que tiene manchas negras por todos lados.
—Eso fue tu culpa, te pedi que me ayudaras.
—Yo no soy el simio descerebrado que no sabe cumplir una simple orden —me defendí—. Te dije clarisimo que debias separar la ropa oscura de la blanca para evitar manchas.
—No sabia que las medias se catalogaban como una prenda de ropa —se cruzó de brazos.
Rodé los ojos hacia él, intentando no golpearlo en la cabeza con uno de los libros, habia veces en que en verdad queria hacerlo. Mi celular volvió a sonar y miré la pantalla, gruñendo bajo al ver que era el rizado nuevamente.
—¿Harry de nuevo? —asentí, respondiendo la estupida pregunta. Liam rió—. Eso te pasa por ofrecerte a enseñarle, tendrias que haber hecho como yo hice con Todd y pasarle un par de paginas porno, allí puede encontrar todo lo que necesita saber.
—Tu eres el rey cerdo de ese tipo de cosas —bufé.
Él rio—. Sip, ese soy yo —aseguró antes de volver a juguetear con las gomas. Se aclaró la garganta—. Volviendo al tema de la llamada que mantuve con mamá, tambien dijo que nos espera a cenar este fin de semana, ella esta perdiendo la mente desde que nos mudamos.
—Te dije que iba a suceder, ella se niega a tener a su bebé lejos.
—Sus bebes —me enseñó la lengua—. ¿Acaso olvidas que le aseguró a todos nuestros vecinos de habitación que eramos sus bebes y que si se metian con nosotros se enfrentarian a ella?
Sentí mi rostro caliente al recordar esa escena. La madre de Liam habia llegado a nuestro edificio de habitaciones para "asegurarse" de que sus niños estuviesen bien cuidados, era gracioso teniendo en cuenta que una de las razones por las que Liam habia querido mudarse, además de estar más cerca de la universidad, era tener un poco de independencia de ella para que pudiese recontruir su vida sin su hijo en el medio. Ahora, ella se habia asegurado de que nadie nos molestara cuando lo grito que eramos sus bebes para que todo el mundo la escuchara.
Habia sido muuuy vergonzoso.
—¿Que contigo? —preguntó con cautela—. ¿Hablaste con alguien de tu familia?
—Aun no. —susurré.
Suspiró—. Sé que no te gusta, bebé, pero es tu cumpleaños —me recordó con suavidad—. No cumples dieciocho todos los días, al menos habla con tu padre y tu hermana para saber si quieren ir a cenar a casa de mamá, ella me dijo que estan invitados si quieres que vayan.
Me mordisquee el labio con nerviosismo. Luego de salir del hospital, habia tomado todas mis cosas y me habia mudado a casa de los Payne con el permiso de mi padre. Él era quien se habia hecho responsable de todos los asuntos legales con respecto a mi, eso seria hasta dentro de dos días cuando cumpliera dieciocho. Aun hablaba con mamá a veces, la amaba, despues de todo ella era mi madre y no habia dejado de ser cariñosa conmigo, pero seguia sintiendo que la brecha que se habia formado entre nosotros, hacia casi dos años, seguia creciendo.
—Lo haré —aseguré—. Los llamaré cuando lleguemos a casa.
Su mano atrapo la mia cuando intenté tomar un boligrafo, él no me dejaria escapar con tanta facilidad—. Sabes que estaré a tu lado siempre, ¿verdad? —acarició mi muñeca con el pulgar, en una suave caricia que sabia me tranquilizaba—. No importa lo que suceda ni lo que nos golpee, me quedaré a tu lado sin importar nada.
Asentí suavemente, negandome a las lagrimas que querian bajar por mis mejillas—. Aun es dificil —acepte en un susurro, quitandome los lentes un momento para eliminar la humedad—. Necesito tiempo para sanar, supongo.
—Tienes todo el tiempo del mundo, solo no te cierres.
—No lo haré. —prometi con una sonrisa, empujando mis lentes por mi nariz.
Me devolvió el gesto antes de suspirar—. Necesito encontrar un libro —me dio un pequeño jalón—. Ayudame a buscarlo.
—Tengo que estudiar esto, Liam.
—Y yo necesito tu ayuda, tenme piedad —se puso de pie y lo dejé sacarme de la silla con facilidad—. Para algo elegí un novio inteligente.
—Es por lo único que me quieres, deberia haberlo sabido. —bromee.
Puso su mano en la parte baja de mi espalda, por debajo de mi sueter, mientras me guiaba a la sección que deseaba—. Sabes que no es por eso —me dio un guiño y sabia que habia un doble sentido en sus palabras.
—Voy a ignorar ese comentario en base al hecho de que a tu edad, tu testosterona aun no ha disminuido, lo que te lleva a tener todo el tiempo el deseo irracional de aparearte con el cuerpo disponible más cercano. Mientras me tengas como primera opcion en todo momento y tu bajo nivel de inteligencia no te lleve a buscar alivio en otra persona, estaré bien con tus comentarios subidos de tono.
—Solo tengo veinte —señaló—. Aun voy a estar cachondo un tiempo más, así que es bueno que estes bien con ello porque eres, y siempre serás, el único objetivo de mi lujuria.
—Creo que la convivencia contigo ha logrado que sea más tolerante a ti, así que puedo soportar tal tortura.
—Eso esta bien —beso mi nuca antes de tomarme de la cintura y subirme como si no pesara nada, me trague el grito que quiso salir de mi boca al ser sorprendido y le dedique una mala mirada que contrarresto con una sonrisa—. Busca el libro que quiero.
Miré los estantes frente a mi—. ¿Cual quieres? Hay muchos aquí —fruncí el ceño—. ¿Y por que querrias un libro de ficción? Tu dijiste que era mejor vivir la vida real a leer un libro.
—Porque hay uno que mi interesó y quiero leerlo —contestó—. Es el cuarto a la derecha desde la tabla, tomalo.
Buscando rapidamente, extendí la mano y tomé el indicado logrando que me bajara. Observé la tapa un momento y fruncí el ceño—. ¿Casate conmigo? —me giré a mirarlo—. ¿Para que querrias...?
Mis palabras se desvanecieron al verlo sobre una de sus rodillas en el suelo, abriendo una cajita de terciopelo hacia mi. Sonrió—. ¿Quieres casarte conmigo, mi pequeño nerd?
Abrí la boca y la cerré y entonces la volví a abrir. Estaba totalmente aturdido, me habia atrapado fuera de guardia, ni siquiera hubiese pensado que Liam tenia en mente algo así. Él no habia mencionado nada y mi cabeza era un remolino de cosas.
—Yo... no creo que sea una buena idea, Liam. —susurré—. Las encuestas realizadas dicen que el casamiento es el factor predominante por el cual las parejas tienden a...
Se levantó y dejó un beso en mis labios, silenciandome—. No quiero encuestas, no necesito saber datos cientificos ni ningun resultado de los estudios que se hayan realizado recientemente. Quiero escucharte decir que crees en que nosotros podemos mantenernos juntos —sus brazos rodearon mi cintura—. Quiero que me digas si realmente crees que podemos dar el siguiente paso. Si o no, cariño, ¿quieres casarte conmigo?
Lo miré directamente a los ojos, viendo la vulnerabilidad brillando en ellos y dije lo único que podia decir:— Si.
Solté un pequeño chillido al ser aplastado contra su pecho y besado como si no existiera un mañana. Ahora, ¿por que querria dejar de ser un nerd socialmente torpe cuando tenia a la única persona con la que necesitaba socializar justo a mi lado?
FIN.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro