029.
LIAM.
—¡Alejense de mi cocina, ahora!
Salté hacia atrás, arrastrando a Zayn en mis brazos cuando mamá arrojó un paño en nuestra dirección. Ella no se habia tomado realmente bien el que hubiesemos quemado sus cortinas favoritas, ahora teniamos prohibido entrar a la cocina mientras preparaba la comida para la cena familiar navideña.
—Vamonos de aquí antes de que encuentre las cuchillas —susurré en el oido de Zayn.
—Espera —se zafó de mis brazos y se acercó a donde mi madre estaba. Con movimientos cautelosos, lleno sus manos con las cascaras de verduras que mamá habia estado pelando—. ¿Me puedo llevar esto?
Mamá lo miró confundida—. ¿Para que quieres eso, cariño?
—Para mi coneja, ahora necesita más comida porque tiene que alimentar a sus bebes.
Avanzando, abracé a Zayn por la espalda con una sonrisa—. El conejo que le regale a Zayn resultó ser una coneja, embarazada, la cual dio a luz hace unas horas seis pequeñas bolas pelonas.
—Aristoteles, Ana Frank, Frida Kahlo, Albert Einstein, Leonardo da Vinci y Eddie —Zayn se detuvo y parpadeo—. Liam no es muy creativo con los nombres.
Me trague una risa ante eso. Zayn habia insistido en ponerles nombre a las pequeñas bolas pelonas aun cuando no sabia si eran machos o hembras, el pequeño se habia encariñado con los conejos aunque no lo admitiera y tenia la impresión de que tenia que empezar a pensar en construir una conejera porque no habia forma de que el chico se deshiciera de los animalitos cuando fuesen más grande.
—Vamos, pequeño nerd, llevemosle su comida a Orión y terminemos de poner las decoraciones antes de que los demás lleguen. —arrastre a Zayn fuera cuando el rostro de mi madre se pintó con diversión, sino huiamos, la mujer seguramente comenzaria a burlarse de mi y no tenia ganas de presenciar eso.
Corriendo escaleras arriba, observé a Zayn dirigirse a la jaula de Orión, la cual habia colocado cerca de la ventana para que le diera un poco del sol de la tarde, antes de ir en busca de la última caja de decoraciones. Cuando Zayn se acercó a mi, saque el muerdago y lo puse sobre su cabeza.
—Besame. —ordené.
Miró hacia arriba, al ramillete que sostenia entre mis dedos, antes de volver a mirarme—. Lei sobre esto. No creo que la creencia del muerdago sea valida para mi persona ya que si tenemos en cuenta que nunca he festejado la navidad, este tipo de tradiciones simplemente se pierden en... mhpm.
Detuve el rio de explicaciones que sabia que estaba en camino, pegando mis labios a los suyos. Mi pequeño y hermoso nerd se hacia el dificil pero un solo toque de labios lo tenia derritiendose en mi contra al instante. Él era mi belleza, yo lo habia encontrado y me lo quedaria. Lo sostuve en mis brazos por un momento más antes de soltar un suspiro, debiamos comenzar a movernos para poner todos los adornos antes de que los invitados llegaran.
Una sonrisa tonta extendio mis labios cuando Zayn soltó un sonido de protesta y se aferro a mi al instante en que rompi el beso—. Luego, pequeño —susurré, besando la comisura de sus labios—. Terminemos esto antes de que mi madre ceda a su instinto asesino y nos convirtamos en sus victimas.
Puso mala cara pero de igual manera, hizo lo pedido, siguiendome fuera para poder decorar la sala. No teniamos que hacer muchas cosas, solo los toques finales como colocar los ramilletes de muerdago en lugares especificos para atrapar a los distraidos. Aun así, tardamos más de lo usual ya que cada vez que podia, atrapaba al chico para besarlo.
La navidad se hacia cada vez más divertida.
(...)
—No quiero ser maleducado pero, ¿en verdad tengo que usar esta cosa?
Me giré sobre mi mismo, viendo la expresión descontenta de Zayn mientras jalaba el borde de su sueter navideño. Esa era una tradición de mamá con la que no queria discutir, por lo que habia convencido a Zayn de usar uno de mis viejos sueteres con tema navideño. Le quedaba enorme y el muñeco de nieve al frente se veia un tanto deformado por culpa de los pliegues que se formaban con la tela sobrante. Eso no le quitaba la dulzura a la imagen.
—Te ves bien en él —elogie.
Puso mala cara pero soltó la tela—. Solo lo dices para que deje de quejarme.
—Yo tambien tengo que usar uno —jalé mi propio sueter antes de jalarlo sobre mi cabeza, el mio tenia un Santa sonriente al frente—. ¿Lo ves? Ambos nos vemos ridiculos ahora.
—¿Eso debe hacerme sentir mejor? Porque no lo estas logrando.
—Hago lo que puedo, ¿si? —le sonreí, jalandolo de la tela sobrante de su manga hasta que estuvo de pie frente a mi—. Te ves realmente hermoso en ese sueter.
—Eso realmente sonó como si te lo creyeras. —bromeo, lo que me sorprendio ya que Zayn jamás lo hacia.
—Lo creo —aseguré—. Realmente creo que eres increiblemente atractivo.
Parpadeo hacia mi, sus mejillas volviendose rojas—. Deberias ir a que te revisen la vista.
—Mi visión esta perfecta, deja esa baja autoestima y confia en mi.
Suspiró, apoyandose en mi pecho—. Creo que solo debo gustarte a ti despues de todo, así que esta bien.
—Mientras yo te guste tambien, creo que me agrada esa logica —estuve de acuerdo. Cuando miró hacia mi, no pude resistirme a besar sus bonitos labios.
Él me sonrió y me enamoré un poco más.
La cena pasó volando, mi escasa familia no parecia muy afectada por el hecho de que estuviese llevando a un chico a casa en vez de a una chica, a ellos realmente les importaba muy poco con quien estuviese mientras no los fastidiara y tenia toda la intención de seguir ese plan.
—¿Puedo hablar contigo? —me sorprendí cuando Todd se acercó a mi luego de la cena, moviendose incomodo sobre sus pies—. En privado, sino te importa.
Todd siendo educado, ¿quien lo hubiese dicho? Un milagro navideño, eso seguro. Asentí, dejando a Zayn con Harry y Louis, guie a mi primo hacia una de las salas contiguas que no estabamos utilizando y cerré la puerta cuando entró despues de mi.
Me giré a verlo con desconfianza pero decidí darle un voto de fe—. ¿Que sucede?
—Yo...uhm —su mirada parpadeo por el lugar con nerviosismo antes de que suspirara derrotado y mirara hacia la punta de sus tenis, sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans—. Creo que... que estoy confundido.
—¿De que hablas?
Se mordisqueo el labio—. Yo no sé hacia donde estoy yendo —me miró y pude ver la confusión y el miedo en sus ojos—. Nunca pensé en la posibilidad de que... —se detuvó un momento, su voz salió muy baja cuando siguió:— Que me gustaran los chicos.
Elevé una ceja, intentando no reirme de la angustia del chico—. ¿Te gustan los chicos o no?
—No sé —se encogio de hombros—. Habia una chica que me gustaba pero ahora apareció alguien y creo que me gusta más él que ella.
—Mmm-mm —asentí, llegando al punto del asunto—. ¿Pensaste tal vez que solo es algo pasajero?
—¿Puede ser algo pasajero? —me miró esperanzado.
Me encogi de hombros—. Puede que si o puede que no —negué suavemente—. Tienes catorce, Todd, estas en la edad exacta donde todas estas preguntas aparecen en tu mente y te abrumas intentando encontrar las respuestas a ellas pero tienes que darles tiempo, procesa la información que llega a ti y centrate solo en lo que tu deseas, sin prestar atención a nadie del exterior, verás que todas las respuestas llegan a ti con facilidad.
—¿Eso fue lo que sucedio contigo?
Hice una mueca confusa—. No, no exactamente —suspiré—. No supe lo que realmente queria hasta que Zayn llegó a mi. Él es irritante, frustrante, mucho más inteligente que yo y no tiene miedo de recordarmelo pero tambien es tierno, amable y hermoso, me quiere a su modo y... es exactamente lo que siempre he querido y jamás habia encontrado con nadie más, lo supe en cuanto lo vi.
—Entonces, ¿supiste que eras gay cuando Zayn aparecio? —preguntó con confusión.
—Nah, supe que me gustaban los hombres mucho antes pero tampoco me molestaba estar con una chica —explique—. Pero cuando Zayn apareció, no quise a nadie más. Él es lo que quiero y si estar a su lado, me cataloga como gay, entonces acepto la etiqueta con gusto. ¿Entiendes a lo que quiero llegar?
—¿La persona perfecta será quien define quien eres?
—Tu orientación sexual no define quien eres Todd —le sonreí—. Siempre serás el mismo irritante chico. A lo que voy es que cuando encuentras a la persona perfecta, no importa si es chico o chica, lo amas sin detenerte a pensar en ello y aceptas las etiquetas que pone la sociedad con una sonrisa tonta en el rostro.
Parpadeo confundido—. No logro visualizarlo, no puedo verme en una situación así.
—Entonces aun no estas preparado para entender realmente el concepto —le dedique una mirada simpatica cuando parecia aun más perdido que cuando la conversación empezó—. ¿Quieres un consejo?
—Si.
—Prueba todo lo que puedas, encuentra lo que te guste, aferrate a ello e ignora las etiquetas que pondran en tu camino porque lo que los demás dicen no importa, solo lo que tu creas es lo que vale. El camino será largo, tropezaras, te sentiras mal y tal vez rompan tu corazón algunas veces pero te prometo que al final, te encontraras a ti mismo.
Él pareció meditar eso por un momento antes de suspirar, asintiendo suavemente antes de cruzar la habitación y arrojar sus delgados brazos a mi alrededor, su cabeza castaña apoyada contra mi pecho—. Gracias, Liam, no sabia con quien hablar de esto, siento que todo el mundo podria juzgarme por mis decisiones.
Sonreí ante la inocente confusión en su voz, ¿quien hubiese dicho que el pequeño mocoso irritante tenia sentimientos?
Lo abracé de vuelta—. Siempre puedes venir a mi, Todd, te ayudaré en todo lo que este a mi alcance y jamás te juzgaré, te puedo prometer eso.
Asintió pero no hizo ningun movimento para alejarse así que lo sostuve. Tenia la impresión de que no era la primera vez que esto giraba por su cabeza y senti un poco de simpatia, ya que yo tambien habia estado confundido a su edad, solo que solia ser más abierto con mis sentimientos y no dude en tomar decisiones. Todd era todo lo contrario, serio y reservado, estaba seguro de que no seria capaz de llegar a encontrarse a si mismo sin tropezar todo el tiempo. Ahora estaba más que dispuesto a ayudarlo en su camino, solo esperaba que escuchara mis consejos cuando fueran necesarios.
Subiendo la mirada, visualice a Zayn de pie en la segunda puerta de la habitación. Tenia una sonrisita en sus labios y estaba mirandome de una forma extraña, cuando le guiñe un ojo, sus mejillas se sonrojaron y sonrió más ampliamente antes de hacer un gesto sobre su hombro, indicandome que me esperaba en la sala antes de desaparecer por el pasillo.
Sip, las cosas estaban yendo demasiado bien.
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