ZAYN.

¿Es normal que una persona desee matar a otra tantas veces al dia como mi instinto asesino me gritaba que golpeara a Liam con un palo en el centro de su cabeza? Realmente, realmente queria golpearlo, fuerte, tanto que quedara desmayado sobre la isla. Ya hasta podia imaginar el sonido hueco que su cabeza haria al tocar el marmol del la superficie, talvez si tenia suerte su rostro caeria sobre su sandwich y se embarrara con mayonesa.

—No sé si quieres matarlo o violarlo —Safaa golpeo con la uña del indice el borde de su vaso de jugo, inclinandose más cerca de mi—. Si vas a hacer algo de ello, inclinate por lo segundo, ¿si? Y si puedes, grabame un video, ganaria una fortuna vendiendo una porno de ustedes dos.

La miré incredulo—. A menos que quieras que le diga a mamá que tus practicas terminan dos horas antes de lo que le dijiste, te recomiendo que no vuelvas a mencionar algo sobre el burro parlante y yo teniendo algun tipo de contacto más privado que el de estrechar las manos.

—Hazlo y volveré a esconder tus bonitos libros —amenazó, sus oscuras cejas frunciendose por un momento antes de que una extraña sonrisa reemplazara la molestia en su bonito rostro—. Además, ustedes han tenido un contacto más amistoso que el toque de manos. Y dime, ¿fue con lengua o te comportaste como un pequeño puritano y apretaste tus labios juntos?

Abrí la boca dispuesto a discutir el punto de puritano cuando el sonido de una estupida melodia pegadiza hizo eco en la habitación. Vi a Liam revolver sus bolsillos con rapidez y sacar su celular, frunciendole el ceño a la pantalla por un momento antes de teclear algo.

Le sonrió con dulzura a mi madre—. Lo siento, olvide que debo llevar a mi primo al colegio, debo irme.

—Oh, es una lastima —mamá realmente parecia decepcionada—. Vuelve cuando quieras, cariño. Zayn realmente necesita tener más amigos, mi niño es muy solitario.

Gemí dolorosamente y Safaa rio a mi lado—. Mamá te esta hundiendo más rapido que El Titanic —comentó—. Yo que tu, intentó tener sexo con él antes de que le cuente sobre tus extrañas fobias.

—No tendré sexo con él y mis fobias no son extrañas.

—Seh —arrastro las palabras—. Todo el mundo le teme a los conejos.

—Callate, pueden ser animales muy peligrosos si se lo proponen —aseguré debilmente.

Ella volvió a reir.

—Zayn, acompaña a tu amigo a la puerta. —mamá interrumpio.

La miré y luego a Liam antes de negar con la cabeza—. Creo que él ya conoce el camino, dejalo irse solo.

—¡Zayn, no seas maleducado y acompaña a Liam a la salida!

Refunfuñando, me baje del banco donde me encontraba y arrastre los pies hacia la puerta principal, escuchado a Liam despedirse rapidamente antes de apresurarse detras de mi. Llegando a la puerta, abri la misma e hice un gesto hacia el exterior—. Ahí lo tienes, marchate.

—Ow, mi pequeño dulcesito amargo me esta echando —apreto mis mejillas con fuerza—. Que lindo eres.

—Sueltame o pateare tus pelotas de nuevo. —murmuré a traves de la presión en que mantenia mis labios.

Me soltó y cuando pensé que finalmente se marcharia, se detuvo un momento y dejo un suave beso rapido en mis labios antes de correr fuera de la casa, gritando una despedida sobre su hombro. Me quede de pie allí un momento, mis dedos flotando sobre mis labios ante la perdida de calor antes de sacudir la cabeza. ¡Joder, no era una niña enamorada! Debia comenzar a comportarme como un adulto y detener a Liam y su estupido jueguito.

Golpeando la puerta cerrada, me giré para volver a la cocina pero dos figuras femeninas bloquearon mi camino.

—¡Diste tu primer beso! —mamá saltó en la punta de sus pies—. Cuentanos todo.

Safaa, a su lado, se veia igual de emocionada que ella, lo que logró que rodara los ojos. En momentos como ese, deseaba que papá no trabajara tanto o que me entendiera realmente, y que Keegan no se hubiese ido. Liam me confundia, necesitaba poder hablar con alguien que no se emocionara o se pusiera a gritar por un simple contacto de labios.

LIAM.

Golpeando sus dedos sobre el tablero, Todd recorrio la calle con la mirada antes de voltear hacia mi. El mocoso parecia incomodo, como si quisiera decir algo pero no se atrevia a hacerlo. A decir verdad, preferia que se quedara calladito y quieto en su asiento, por su culpa habia tenido que salir corriendo de la casa de Zayn. Habia olvidado completamente que se suponia que debia llevarlo a la escuela, la madre del chico debia pensar seriamente en contratar algun tipo de trasporte para él, no podia convertirme en su chofer personal. Él me odiaba, no habia otra explicación para el desprecio con el que me veia o hablaba.

Todd era mi único primo, siete años menor que yo. Recuerdo que habia estado realmente feliz cuando nacio. Eso fue hasta que crecio y se convirtio en la molestia que era ahora. Era bastante pequeño para su edad y su cabello era de un rubio arena que caia lacio sobre sus ojos identicos a los míos. Tenia el mismo lunar en su cuello pero por lo demás era distinto, sus rasgos eran un poco más delicados y siempre tenia esa expresión de odiar al mundo. Me recordaba a Zayn en ese aspecto, ambos parecian tener un desprecio personal contra la humanidad y contra mi.

El niño se removió una vez más, esta vez su mano se deslizo hacia la guantera y la abrio, revolviendo lo que habia dentro. Alcanzando sus manos, las quite de mis cosas y cerré la tapa con un golpe brusco.

—¿Te puedes quedar quieto? Me estas poniendo nervioso.

Me miró por un momento antes de volver a la ventana—. Lo siento.

Lo miré extrañado, ya que él jamás pedia disculpas—. ¿Me vas a decir que te sucede?

—¿Por qué te interesa?

Rodando los ojos, estacioné cerca de la vereda—. A pesar de que pareces odiarme con todo tu pequeño corazón de renacuajo, eres mi primo y te tengo algo de aprecio. No me has insultado ni soltando ningun comentario de listillo desde que subiste al auto, eso quiere decir que algo realmente malo sucede contigo y quiero saber que es.

—¿Eso no es un poco extraño? —susurró, jugueteando con sus dedos. Lo miré extrañado y él suspiró—. Sabes que estoy mal porque no estoy siendo un malcriado contigo.

—¿Por qué te comportas como un malcriado en primer lugar?

Se mordisqueo el labio, sus ojos fijos en algun punto fuera de la ventanilla—. Es... complicado.

—Dado que ya perdi mi primer clase... —mire brevemente el reloj en mi muñeca—, tengo tiempo, explicame.

Él me miró, su rostro estoico y totalmente limpio de emociones, era increible como algunas personas podian hacer eso. Yo lo intentaba y parecia que estaba luchando para no hacerme encima. Seh, no era bueno ocultando mis emociones.

—Tu no lo entenderias —dijo finalmente, sacudiendo la cabeza—. ¿Puedes llevarme al colegio? Voy tarde.

—¿Como sabes que no lo entenderia si no pruebas diciendomelo?

—Porque tu eres tan... —movio las manos en mi dirección por un momento, al parecer luchando contra las palabras antes de soltar:—, intenso.

—¿Soy intenso? —elevé una ceja—. ¿A que rayos te refieres?

—A que si te digo mi problema, tu intentaras solucionarlo, siempre lo haces —me miró con aburrimiento—. No necesito un heroe, Liam. Lo que preciso es que me lleves al colegio y desaparezcas.

—¿Que tiene de malo que quiera ayudarte?

Se pasó ambas manos por el rostro con frustración—. A veces las personas no quieren que las ayudes, ¿por qué no puedes comprenderlo?

—Porque todos necesitamos un poco de ayuda de vez en cuando. —aseguré.

Inclinandose, giró la llave en el encendido, haciendo ronronear el motor—. No voy a luchar contigo, no tengo animos. Solo llevame al instituto, no quiero llegar tarde.

Soltando un suspiro cuando giró la mirada hacia la ventana, saque el auto nuevamente a la calle y conduje hasta el frente de su colegio. El edificio era inmenso, más grande que a la secundaria que yo iba pero el enano asistia a un instituto privado. Su madre temia que su pequeño retoño se juntara con malas compañias, a veces solo queria golpear a la mujer y dejar que el niño hiciera lo que quisiera, talvez eso lograra que dejara de ser un estirado.

Deteniendome en la entrada, fruncí el ceño cuando vi que Todd se deslizó en el asiento, ocultandose de la vista exterior.

—¿Que haces?

Sus enormes ojos café me miraron desde el suelo del auto—. N-nada.

Aunque no lo dijera, odia ver cierto grado de miedo en sus ojos. Estrechando la mirada, observé a traves del cristal de la ventana y busque algun peligro fuera. No habia mucho, un grupo de niñas pequeñas con coletas y gomas decorativas en su cabello corrian calle abajo, seguramente apresuradas para llegar a su propia escuela. Dos grupos de adolescentes se mantenian cerca de la puerta de entrada, uno de ellos estaba siendo acarreado hacia el predio, el otro se quedo donde estaba.

—Hey, esas son las hermanas de Louis —sonreí al reconocer a las dos chicas identicas. Subiendo una de mis manos, presione la bocina para llamar su atención.

—¡No, para, detente, idiota! —Todd apoyó su abdomen en el asiento del acompañante y batio sus manos hacia mi, golpeandome para que me detuviera pero ya era tarde, Daisy y Phoebe ya caminaban en nuestra dirección con grandes sonrisas y arrastrando a un chico con ellas. Todd dejo caer la cabeza contra el asiento—. Te odio, Liam.

Rodando los ojos, sali del auto y me dirigi hacia el pequeño grupo para poder saludar a las chicas. Una de las chicas -no reconocía cual era cual- señalo al joven que venia con ellas con una sonrisa—. Él es Harry Styles, se mudo aquí hace unos días.

Estreché la mano del joven de rizos con una sonrisa—. Un gusto, Harry.

—Lo mismo —los hoyuelos se marcaron en sus mejillas cuando me devolvió el gesto, su mirada verde parpadeo hacia mi auto—. Tu eres el primo de Todd, ¿verdad? ¿Él esta aquí?

Miré al chico con curiosidad, estaba a punto de responder cuando la puerta del acompañante se abrió y Todd salió de mi auto con mala cara, ignorando completamente el saludo de las gemelas mientras se dirigia a la entrada. Bien, estaba seguro de que estaba perdiendome algo aquí pero no podia poner el dedo en qué exactamente.

—Él no esta de buen humor hoy, ¿eh? —Harry se mordisqueo el labio, viendo en la dirección donde mi primo se habia ido.

Me encogi de hombros—. El día que él este de buen humor será cuando el cielo se caiga y me aplaste.

—Usualmente estaria de acuerdo en ello —una de las gemelas aseguró, frunciendo el ceño—. Pero últimamente ha estado más irritante que de costumbre.

—Dale unos dias y volverá a ser el de siempre —miré entre ellas, algo encendiendose en mi cabeza—. Hey, ustedes son chicas.

Ellas compartieron una mirada antes de reir—. La última vez que nos fijamos, lo eramos.

—Genial, porque necesito su ayuda con un chico.

—¿Un chico? —Harry parpadeo hacia mi, mirandome de arriba abajo con el ceño fruncido—. ¿Eres gay?

—¿Algun problema?

—N-no —sacudio la cabeza rapidamente—. No es eso lo que queria decir, es solo que tu... no pareces serlo.

—Las apariencias engañan —me encogi de hombros—. ¿Me ayudaran a conquistar a este chico o no?

Extrañamente, esta vez fueron los tres quienes compartieron una sonrisa complice—. ¡Estamos dentro!

Uh, ¿en que me habia metido?