Capítulo 5: "En busca de una oportunidad"
Un grupo de jovencitas platicaban en la sala de la casa de una de ellas mientras compartían unas galletas y refrescos.
Y este es uno de los motivos de este compartir, claro además que es una pequeña reunión de despedida, pues a partir de mañana algunas de ustedes si no deciden aceptar lo que les acabo de proponer volverán a sus actividades cotidianas, y ya no nos veremos tan seguido, solo nos mantendremos en contacto por llamadas telefónicas o cada vez que haya algún partido de la selección, decía una castaña.
Si, ello es cierto, por ello chicas piensen bien la respuesta que nos darán, pues si ella es positiva, a partir de mañana tenemos que empezar con la búsqueda de un club que nos dé la oportunidad de mostrar nuestro talento, acotaba emocionada Maki, mientras miraba a sus amigas.
Sé que a alguna de ustedes ya se les había comentado esta idea, pero no me anime a proponerles que lo intenten también, por ello ahora lo hago, porque confío en su talento chicas, además ¿no creen que sería una linda oportunidad para compartir nuevamente más tiempo con nuestros soccers Angells además de tener la posibilidad de vestir los colores de nuestro país?, agregaba la castaña.
Pues la verdad la idea es tentadora, pero no creo poder tomarla Sany, yo estoy abocada en mis prácticas, ya sabes es la parte final de mi carrera y no quiero descuidarla, decía Yukari.
Te comprendemos, dijeron de manera simultánea Sanae y Maki, mientras posaban su mirada en sus otras amigas.
Yo al igual que Yuka prefiero abocarme a las prácticas Sany, además no soy tan talentosa para el deporte como Maki o como tu Sanae, una cosa es un campeonato local estudiantil y otra cosa es un campeonato nacional con deportistas profesionales, y yo no la soy, ni tengo el talento para hacerlo por más que me esfuerce sé que no podré llegar en tan poco tiempo hacer la mejor portera de nuestro país como para llenarle los ojos a los seleccionadores, porque por más que los que vayan a seleccionar sean nuestros novios, yo sé que ellos serán bastante justos en la elección que harán, acotaba Noriko.
Eso es cierto, dijo Yoshiko.
¿Entonces tú tampoco Yoshiko?, decía Maki.
No chicas, yo prefiero dedicarme a mis estudios y a ver todo lo que respecta a mi boda, además chicas yo confío que ustedes dos y las chicas que quieran acompañarlas calificarán y podrán cuidar de mí Hikaru por mí de las lagartonas, respondió Yoshiko sonriendo.
Por supuesto que los cuidaremos, claro si logramos lograr un cupo entre las seleccionadas, aunque para ello primero tenemos que encontrar un club, decía Maki, mientras la castaña asentía.
No les será difícil encontrarlo, son bastante buenas, tengo que reconocer que ustedes dos fueron las mejores del equipo que se formó en la preparatoria, cuando ustedes lo dejaron porque terminaron los estudios, el equipo no volvió hacer el mismo, incluso yo decidí dejarlo pues me di cuenta que el soccer dentro de un terreno de juego no era lo mío, a mí me gusta, pero desde el punto de vista de espectadora, respondía Kumi, sonriendo.
Con ello nos estás diciendo que tú tampoco aceptas la propuesta, ¿verdad?, decía Sanae.
No Sanae, pero eso sí, si ustedes dos logran ser seleccionadas yo estaré en cada encuentro suyo alentándolas, respondió Kumi.
Y nosotras también, dijeron a coro Azumi y Yayoi.
Bien, no podemos obligarlas, dijo Sanae con nostalgia.
Sanae, yo prefiero estar apoyándolas desde la parte del equipo médico de la federación, además así también podré estar cerca de mi Jun, claro no tendré mucho tiempo a su lado como las seleccionadas, pero al menos podré compartir momentos con él, además no soy tan buena para el fútbol, solo para verlo, como dice Kumi, respondió Yayoi sonriendo.
Al igual que yo, dijo Azumi, una cálida sonrisa.
Pues conmigo si cuenten, al menos quiero intentarlo, respondió Narumi sonriendo.
Yo también quiero intentarlo, dijeron de manera simultánea Reiko y Mei.
Bien, dijeron Sanae y Maki.
Chicas si bien nosotras no vamos a volver a las canchas de juego si podemos apoyarlas en su entrenamiento, acotaba Yukari.
Claro, eso sí podemos hacerlo, no seremos futbolistas profesionales, pero el que tengan con quien entrenar les puede ayudar, ¿no?, decía Azumi.
Claro que nos ayudará, respondieron a la vez Sanae y Maki.
Entonces vayamos haciendo un horario para su entrenamiento, dijo Yayoi sonriendo.
Sí hagámoslo, respondió Yoshiko, mientras las demás jóvenes asentían.
En tanto:
Un par de lindas jovencitas bebían unos refrescos en un local mientras platicaban.
Entonces es mucho más apuesto en persona, decía una jovencita peliroja y ojos azules, que estaba sostenido en una coleta alta.
Sí Yuna, decía Sachi.
Y a Kojiro, ¿lo viste?, preguntó la joven peli roja.
No Yuna, él no estuvo, solo Tsubasa, parece que lo llamaron de su club antes del tiempo indicado, decía Sachi, haciendo una pausa para acotar: pero no te preocupes en un mes lo conocerás en persona y serás entrenada directamente por él.
Si, tienes razón, respondió Yuna, haciendo una pausa para acotar: No me vayas a dejar fuera de la selección.
Claro que no Yuna, como puedes pensar ello, eres mi amiga, te recomendare con ellos, aunque la verdad no necesitas recomendación, tus goles en la liga hablan por sí solos, no creo que exista otra chica con tan buena patada como tú, como para que no te tomen en cuenta a pesar de mis consejos, dijo Sachi.
Uno nunca sabe Sachi, en cuanto se reinicie el campeonato sabremos si aparece una nueva estrella del balón, respondió Yuna.
Al día siguiente: "Universidad de Tokio"
Un par de hermosas jovencitas platicaban con un hombre de buzo en un terreno deportivo.
Pues las inscripciones del taller ya se cerraron señoritas, decía el hombre con calma.
¿En verdad?, respondió con nostalgia Maki, fingiendo desconocer lo que ella ya sabía.
Sí señorita Ozora, además usted más que nadie debe saberlo pues pertenece al club de softball desde que ingresó a la universidad, dijo el hombre.
Pues pensé que una cosa era pertenecer a un club deportivo y otro a un taller universitario, agregó la jovencita de porte atlético.
Pues no señorita Ozora, los talleres son una puerta para los clubes profesionales de la universidad, si bien es cierto usted no necesito pasar por el taller de softball para entrar al club pues todos aquí saben de su talento para este deporte, sin embargo, el procedimiento normal para las personas que quieren pertenecer a algún club deportivo de la escuela es pasar primero por el taller, aunque hay carreras en que la universidad les obliga a tomar talleres así sea solo para des estresarse, añadió el hombre sonriendo.
Eso lo sabemos, dijo Sanae, haciendo una pausa para agregar: Pero nosotras no queremos tomar el taller como un pasatiempo, por ello creo que no puede ser tan rígido en las normas, ya que el taller no será parte de nuestra boleta de notas.
Cierto, nosotras queremos tomar el taller para poder ingresar por medio de él al club de fútbol femenino de la universidad, acotó Maki con firmeza.
Pero señorita Ozora, no la comprendo, ¿por qué quiere cambiar de club?, si usted es una gran deportista del Softball, es más muchos le auguran que será la futura estrella de este deporte, decía el hombre.
Estuve meditando sobre mi futuro y no quiero encasillarme en un solo deporte, si bien es cierto que me gusta el softball, también me encanta el fútbol, yo descubrí esta pasión cuando participe junto a mis amigas en un campeonato estudiantil, si bien no continué en ello es porque no me fije que había ese taller para chicas aquí, pero ahora que lo descubrí quiero volver a este deporte, por ello me alejaré del softball por un tiempo, quiero dedicarme a mi otra pasión el fútbol, respondió Maki con firmeza, dejando sorprendido al hombre.
No sabía que también jugaba fútbol señorita Ozora, dijo el hombre.
Juega, y juega de manera extraordinaria, ¿acaso usted no vio el campeonato estudiantil de preparatorias que se llevó a cabo en la ciudad hace 5 años?, acotó Sanae.
No, no tuve la dicha de verlo señorita, dijo el hombre.
Pues que lastima, se perdio ver a las futuras estrellas del balompié de Japón, agregó Maki sonriendo.
Tanto así, dijo el hombre sonriendo.
Sí, pero podría volver a verlo, claro si nos permite hacer la prueba de admisión al taller, así sea con retraso, respondió Sanae.
Ello es imposible, dijo el hombre con nostalgia.
¡Por favor no se niegue la oportunidad de ver desarrollar nuestro talento! Piense que frente a usted podría tener a la nueva proeza del futbol femenil nacional, agregaba Maki.
Si no se niegue esa oportunidad, piense que, si usted nos permite entrar al taller y de este nos promueven al club y luego a la selección, cuando nos entrevisten nosotras podemos hacerle famoso, dijo Sanae.
¿Hacerme famoso?, respondía el hombre.
Sí, mencionaremos su nombre públicamente, y diremos que usted nos descubrió, acotó Maki sonriendo.
En tanto: "España"
En una habitación frente a un gigantesco televisor, estaban sentados un grupo de jóvenes que vestían buzo deportivo, mirando junto a su entrenador, un partido diferido del equipo al que enfrentarían en la próxima jornada deportiva.
Cuando en eso un hombre de lentes y bigote entró al lugar.
Joven Ozora, tiene una llamada de la federación de su país, dijo el hombre de lentes y bigote.
Tsubasa posó su mirada en su entrenador, quien con un gesto de cabeza le dio la orden de salida. Luego de ello el joven de cabello desordenado se puso de pie y abandonó el lugar.
Minutos después:
En uno de los ambientes del club Tsubasa recibía una llamada.
¡Buen día, habla Tsubasa! decía el nombrado.
¡Tsubasa! escucho el joven.
¿Quién habla?, dijo intrigado el joven de cabello desordenado.
Sachi, escuchó.
¿Sachi?, dijo Tsubasa confundido, mientras pensaba: No se supone que era una llamada de la federación.
Si Sachi Yamamoto, estoy en la federación de fútbol, el señor Katagiri tuvo que salir de improviso y como yo llegué de casualidad y la llamada ya había sido contestada, me pidió que esperara hasta que tú contestaras la llamada para darte un recado suyo, escuchó.
Claro, ahora comprendo, respondió Tsubasa.
Este fin de semana habrá reunión con los miembros de la federación, el señor Katagiri considera que tú y los demás seleccionados que están apoyando en el reclutamiento estén presentes en ella de manera virtual,...., escuchaba Tsubasa.
Minutos después:
¡Gracias por la información Sachi! Yo me encargo de difundirla con los muchachos, decía Tsubasa.
No hay de que, estoy para apoyarte y apoyarlos, escuchó Tsubasa.
Japón: "Universidad de Tokio"
¡Gracias! decían sonriendo Maki y Sanae, mientras abrazaban al hombre.
Espero que el entrenador no se dé cuenta que ustedes no estaban en el taller, respondía el hombre sonriendo.
Ni lo notará, por lo que vimos cuando nos registró, hay muchas escritas, además podemos decir que usted nos cambió de grupo, ¿no?, dijo Sanae sonriendo.
Sí, eso haré, respondió el hombre.
Minutos después:
Ya tenemos club decía Maki abrazando a su amiga castaña.
Si Maki, respondió Sanae correspondiendo el efusivo abrazo de su amiga.
¿Y cómo les estará yendo a Mei, Reiko y Narumi?, decía Maki, al romper el abrazo.
Llamemoslas, respondió Sanae, mientras la jovencita de porte atlético asentía.
En tanto: "En un club de fútbol de Tokio"
¿Qué?, decía sonriendo Narumi.
¿Cree que podemos ingresar?, acotaba Reiko sonriendo, mientras posaba su mirada en un hombre mayor de gorra.
Lo hicimos tan mal, decía Mei con una ligera sonrisa en su rostro.
Sí lo que quieren es aprender más de fútbol, creo que tienen las condiciones, respondió el hombre.
¿Entonces si nos acepta?, dijeron las tres jóvenes.
Si las puedo registrar como alumnas del taller del club, como les dije según su rendimiento a las chicas con talento se las va promoviendo al club principal, respondió el hombre.
Ello ya lo tenemos claro, dijeron las chicas.
Entonces las registraré, respondió el hombre, mientras tomaba un bolígrafo de una mesa.
¿Cuánto tiempo cree que nos tome para poder ser incluidas en el equipo que juega el campeonato nacional?, dijo Reiko.
Eso depende de ustedes, el entrenador es quién promueve de acuerdo a sus capacidades y desempeño en el terreno de juego, respondió el hombre.
Pero al menos un aproximado, el reclutamiento para la selección de Japón empieza en un mes, decía Mei.
¿Quieren ser parte de la selección juvenil de fútbol femenina de Japón?, respondió el hombre.
Sí, dijeron las jóvenes.
Pues así estén el taller, si muestran talento en los compromisos locales podrían ser seleccionadas, pues los reclutadores no solo buscan jugadores de la liga principal, acotó el hombre.
Entonces si tenemos opción, dijo Narumi sonriendo, al tiempo que su celular sonó.
¿Quién te llama?, dijo Reiko.
Es Sanae, respondió la joven, empezando una plática con la nombrada.
Universidad de Tokio:
Consiguieron Club, decía sonriendo Sanae, mientras miraba a su amiga de porte atlético, que sonrió de alegría.
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