Alain:

Después de convencer a mi madre de que Defne no fue la responsable de mi estado de salud,accede a ayudarme.

Aún estoy un poco dubitativo con su nueva actitud,pero en estos momentos es la mejor opción,de otra manera me acarrearía más complicaciones.

Me lleva dos días recuperarme,aunque aún me duele la herida, soy consciente de que debo levantarme ya, estos días son muy valiosos,no sé lo que ellos le estarán haciendo con sus sucias manos,aún no he podido contactarme con Dante.

Los golpes en la puerta interrumpe mis pensamientos  y me incorporo un poco en la cama,me debo ver ridículo con esta estúpida bata de hospital.

—Entra—ordeno.

Y la figura que entra en la blanca habitación de hospital me llena de alivio.

"Hablando del rey de Roma"

Mi mano derecha se para en frente de mí e inclina levemente la cabeza en modo de saludo.

Puedo ver en sus ojos oscuros el alivio de que esté bien,su piel pálida siempre me ha parecido lo que más resalta de su cuerpo fornido.

—¿Cómo está?—sabe a lo que me refiero,él ha sido vivo testigo de mi amor desenfrenado.

Aparta la mirada y vuelve a mirarme, y con ese simple gesto sé que algo va mal,se me hace un nudo en mi garganta al pensar que es demasiado tarde.

Trago con fuerza y hago la dichosa pregunta.

—Dante...¿cómo está?—repito, y es una de las cosas que más odio es "repetirme"

—Físicamente bien,a pesar de algunos golpes y moratones y también está un poco más delgada— sé que me oculta algo y estoy en empezando a perder la paciencia.

—Dante—vuelvo a decir con impaciencia,creo estoy comenzando a volverme loco.

—Es Luis—mi mandíbula se tensa al oír su nombre—la ha estado "tocando" desde que Alexander se la dio.

Sé que "tocando" es una forma sutil de decirlo y no me falta tiempo para ponerme en pie de la maldita cama y destruir todo lo que hay en la habitación.

No lo soporto,le fallé,tiro cosas contra la pared hasta que se hacen añicos,no soy consciente ni de lo que es,Dante se mantiene al margen,sabe que es mejor dejarme cuando estoy en este estado, o lo pagaré con él.

"MALDITA SEA"

Lo mataré es una promesa es una maldita promesa,imaginarme sus manos acariciandola bruscamente,mientras ella llora,es una maldita película de terror.

Me jalo de los pelos y grito frustrado,después mi mirada se encuentra con la de mi mano derecha,mis ojos deben ser dos llamas intensas queriendo incendiar todo a su paso,porque él da un paso atrás con prudencia.

—Prepárate,vamos a rescatarla.

En el hospital sólo hay hombres de confianza,Daniela se aseguró que Alexander no supiera de mí ubicación después de enfrentarse a él y dejarle en claro que "todo" lo que él creía que le pertenecía y se creía dueño, era mío y suyo,eso por supuesto a Alexander no le gustó y por eso Daniela se encargó de desaparecerme a mí y a ella misma del mapa, días después de que capturaran a Defne,pues ya no se fiaba de él y estoy seguro de que nos debe estar buscando por tierra y mar ahora mismo.

En cambio nosotros siempre hemos tenido la confianza de Dante,junto con otros cientos de hombres que tienen claro quien es el jefe,Alexander trató de eliminar a unos cuantos,pero aún nos queda muchos a pesar de las pérdidas,donde él queda con desventaja,pues sólo tiene alrededor de treinta como mucho,  y sabe que si se enfrenta a nosotros es una guerra perdida,por lo que está tratando de buscar aliados que lo ayuden,y cada segundo que pasa es en nuestra contra pues debemos aprovechar,ahora que está débil.

Camino con pasos seguros y decididos  hacia la salida,pero una mano me bloquea,la miro con desconcierto,nunca se había atrevido a tal atrevimiento.

—Hay que hacer las cosas bien,no podemos actuar sin haber ideado un plan antes.

Me fastidia que tenga razón, y descalzo y con una bata de hospital no me veo muy atemorizante que digamos,por lo que trato de calmarme,tomando dos respiraciones profundas.

"Primero lo primero"

—Dante hazme el favor de consiguerme ropa decente,para así parece más hombre ,por Dios.

Hago una mueca.

Por fin salgo de el hospital,donde todo ha salido bien,por suerte no tuvimos intromiciones de la policía,y eso es una ventaja,no tengo la suficiente energía para lidiar con esa banda de estúpidos.

Me subo al auto,donde dos furgonetas nos siguen hasta la finca en medio de la nada donde se encuentra Daniela,allí pensamos en varios planes,pero el que menos me gusta es el único capaz de cumplirse en un noventa por ciento y no acarrea muchos riesgos,sólo una buena actuación y nos saldremos con la nuestra.

Después de planear todo detalladamente,nos ponemos en marcha,Dante me ha informado de cada cosa que le pasa y cada vez que me dice que ese hijo de perra se la a vuelto a llevar me dan ganas de mandar a la mierda todo e ir a buscarl,aunque me llenen el cuerpo de balas,y para mi sorpresa mi madre siempre está allí para impedirlo,dándome infinitas razones de el porqué de no hacerlo.

Llegamos a su ratonera,mis músculos se tensan al observar donde tienen a mi luna,mientras que Alexander debe estar perdiendo el tiempo rodeado de lujos en su maldita mansión,siempre nos ha dejado en nuestras manos hacer el trabajo sucio para no manchar su lujoso traje caro.

Le he avisado que vendría por lo que lo he sacado de su zona de confort por un ratito.

Nos recibe rodeado de hombres y me es imposible aguantar la sonrisa que amenaza con salir.

"Me tienes aunque sea un poco de miedo ¿ehh?"

Me acerco a él hasta quedar frente a frente.

—Me conmueve tu cálida bienvenida "papá"

Arruga las cejas con desconcierto,sabe que nunca me ha gustado que me llame "hijo" y no entiendo la razón de yo lo llame así ahora.

—¿No te alegra verme?

Sé que no,pero sabe que no le conviene tenerme de enemigo,no es tan estúpido para ello, por lo que fuerza una sonrisa muy mal disimulada.

—Claro.

—Bueno ¿dónde está la perra que intentó matarme?

—Aún me cuesta creer como fuiste tan estúpido para dejarte disparar de una tía.

Lo  fulmino con la mirada,él sabe que no tiene ninguna ventaja sobre mí,ahora tengo todo el poder y eso le preocupa,lo sé.

—¡Luis!—grita.

De la multitud sale el tipo que mataré lentamente  muy pronto.

Me mira con odio,siempre nos hemos odiado,desde que competíamos por quién se quedaría con el mandato,pero esto ya no se trata de una competición,ahora es algo más.

—Llevalo con mi hijita querida,denle mucho amor.

¿Hijita?

Las piezas en mi cabeza se arman y el entendimiento llega a mí.

"Menudo cabrón de mierda"