Veinticuatro✔️
Me libera después de lo que me parece una eternidad.
—Anda,vamos a lavarte.
¿Eso es posible?
Puedo limpiar mi cuerpo pero ya estoy sucia,no puedo lavar mi alma,algo muy dentro de mí se ha roto.
Fue tan ingenua de pensar que con sus tontos juegos crueles tendría suficiente,que sólo tendría que luchar por comer cada día,por alguna razón nunca pensé en la posibilidad de esto,o simplemente mi mente la empujó a un rincón lejos para no abrumarme.
No me muevo y me da la sensación de que tampoco parpadeo.
Siento como me desprende de las sábanas frías y empieza a caminar conmigo hacia algún lugar,como si fuera un saco de papas que no le cuesta a nada levantarme y trasladarme a su antojo.
La punta de mis pies toca el frío suelo y es cuando miro a mí alrededor,estamos en un pequeño baño,la ducha no funciona como era de esperar por lo que mis ojos se dirigen a una pequeña bañera colocada en el centro.
No es mucho, pero al menos tiene agua caliente y jabón.
Los lujos no se deben tener en cuenta en estos momentos.
—¿Puedes dejarme sola?
—hablo y es lo primero que digo después que le supliqué que parara y no lo hizo.
Me preparo para recibir una negativa pero para mis sorpresa se va y me deja un poco aunque sea de privacidad,y en ese instante me desmorono.
Mi espalda choca con la pared más cercana y comienzo hiperventilar,me llevo mis manos desesperadamente a mí cuello y me deslizo hacia el suelo,un sollozo sale desde lo más profundo de mi garganta y siento como mis pulmones se quedan sin aire.
Me obligo a mi misma a a calmarme,no puedo darme un ataque de pánico,me pongo en pie inspirando hondo y dejo caer la sábana blanca que cubría una parte de mis desnudo cuerpo.
Introduzco un pie y luego el otro,el agua está caliente pero agradable, al bajar puedo sentir el ardor que se produce entre mis piernas al hacer contacto con el agua,como si fuera un vil recordatorio de lo que acaba de pasar.
Mis muñecas la rodean una franja rojiza,muestra de mi forcejeo,mis pechos tienen un un reguero de marcas hasta el ombligo y mis muslos tienen las marcas de sus dedos como si fueran huellas en mi piel.
Tomo el jabón y la esponja que reposa a un lado y me froto con fuerza hasta sentir dolor,me froto una y otra vez por todas partes,necesito borrarlo,borrarlo de mí.
Después de un tiempo puedo ver como la piel brilla,pero me siento igual de sucia,no he podido sentirme mejor.
Tomo la toalla para secarme y me doy cuenta que no tengo nada que ponerme,no tengo ropa.
Antes de pueda seguir pensando tocan a la puerta,no respondo y me apresuro a enrollarme la toalla alrededor del cuerpo,la puerta se abre y deja a la vista la piel pálida de Dante,sus ojos avellanas me tranquilizan como si supiera lo duro que es esto para mí y se disculpara en silencio, deja ropa en mesilla que está pegada a la pared.
—Estaré afuera,sal cuando estés lista—y sin decir nada más,se va.
No se porqué siento que en él puedo confiar, pero aún así mi mente me grita que no sea ingenua,que nadie aquí quiere ayudarme.
Y vuelvo a hacer a la misma pregunta que he formulado tantas veces.
¿Qué sacan con esto?
¿Por qué lo hacen?
Creo que nunca lo sabré.Me acerco donde yace la ropa que me ha traído,y mis cejas se hunden al notar la ropa interior.
Una tanga de encaje roja y un sujetador a juego,no piensa parar,se me estruja el pecho al pensar que se puede repetir lo de hoy,pienso en la idea de no ponerme la ropa interior, pero supongo que eso sería peor,así que de mala gana deslizo la prenda por mis largas piernas.
Para mi alivio la sudadera gris gigante y el short me hacen ver menos "apetecible"
Después que estoy completamente vestida me giro hasta quedar delante de un espejo empañado y en deterioro,pero aún puedo visualizar mi imagen.
Con la manga de la sudadera trato de limpiarlo y unos ojos verdes me devuelven la mirada,están apagados mientras que mi pelo despeinado y sin brillo cae por lo largo de mis hombros,mi rostro esta pálido y he bajado de peso,es normal.
Me acerco más aún y fijo mi vista en mis labios resecos,paso la lengua por estos y me peino con los dedos haciéndome una coleta alta.
Me hecho un poco de pasta de dientes en el dedo y procedo ha cepillarme los dintes,esto por lo menos me permitían hacer cuando me llevaban al baño para hacer mis necesidades.
Cuando termino de hacer todo,me obligo a despegar la mirada del espejo soltando un suspiro.
"No puede haber lugar para la pena hacia mí misma ahora"
No me interesa como luzca,mientras peor lo haga mejor,a Luis le dará asco y no me tocará,al menos es una esperanza.
Salgo y Dante tiene el hombro apoyado en la pared y los brazos cruzados por encima de su ancho pecho.
En la cinturilla de su pantalón reposa una pistola.Pero aún así no se ve amenazante o al menos no quiere parecermelo,me guía hasta mi antigua habitación que no es más que un aula invadida por la humedad y con la solitaria compañía de un viejo colchón,no hay gritos ni malos tratos,sólo me guía hasta allí en silencio.
Al entrar en el aula se queda mirándome fijamente como si quisiera comunicarse conmigo en un lenguaje desconocido,pero no entiendo lo que me quiere decir,después de guiñarme un ojo se va y en el medio de las cuatro paredes que me rodean,por primera vez en este lugar me siento aunque sea mínimamente segura,abrazo mis rodilla y me hago un ovillo en el colchón mientras siento los muelles crujir.
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