
Treinta y tres
Lo esquivo y sigo de largo.
—Hey...te hice una pregunta.
Su voz levemente alta y autoritaria me persigue,pero finalmente llego al baño y me encierro en este.
Le cierro la puerta en las narices pero eso no impide que empieze a forcejear la cerradura y dar patadas como un loco.
—¿Puedes dejar de hacer tanto ruido?—le digo con fastidio—me duele el maldito estómago.
Dejo caer mi bolso en el suelo y las pocas cosas que traigo en él,se desparraman por todos lados.
Respiro profundo antes de tomar la prueba entre mis manos y hacer pis en ella.
El resultado estará dentro de unos diez minutos,me deslizo por la pared hasta que toco el suelo.
Y cierro los ojos.
"Que no esté"
"Que no esté"
"Que no esté"
—Seremos padres—la voz cínica de Luis regresa de nuevo.
—No.
—¿Qué crees que será, niña o niño?—se acluclilla al frente de mí—siempre he querido un niño.
El ruido afuera sigue,lo que indica que Alain sigue aporreando la puerta.
—¿Escuchas eso? Es el silencio que viene antes del terrible final,cuando se derrumba todo.
—Shh...
—Sólo seremos tú,mi hijo y yo,para siempre.
La puerta se abre bruscamente y las bisagras protestan por el fuerte golpe.
La prueba se me resbala de las manos y cae al suelo con un ruido sordo.
Él sigue la dirección de mi mirada y su cara es de un claro espanto.
—No puede ser cierto.
—Alain yo...
Antes de que pueda reaccionar toma la prueba y la observa.
—¿Qué significa dos rayas?
Mi cuerpo se paraliza y noto como mi temperatura baja a cada segundo que pasa.
—Es...¿Estás?
Sacudo la cabeza en forma afirmativa,en estos momentos no estoy capacitada para hablar, mi mente y mi cuerpo se encuentran en un bloqueo total.
Sin yo decir nada más sale del pequeño espacio con una rápidez increíble.
Está huyendo,hace eso cuando no quiere arruinar las cosas más de lo que están.
Pero por otro lado,odio que me deje sola en estos momentos.
Cruzo las manos por encima de mi pecho en un intento de colocar una barrera que me proteja.
Quiero que la Tierra me tragara aquí y ahora.
¿De qué sirve querer ser feliz?
Si cuando piensas que todo ha acabado pasa algo y te demuestra que nunca podrás serlo.
Luis se ha esfumado y en parte le agradezco a esa parte se mi cerebro que me haya dejado descansar un rato.
—Has arruinado todo—le susurro a mi estómago.
El día pasa muy lento,limpio un poco la casa,pongo un progama de concursos de fondo para intentar distraerme y no sentirme tan sola,hasta intento leer una novela romanticona.
Pero nada logra distraerme,la noche llega y trato de preparar algo sencillo para comer y sentarme al lado de la ventana a esperarlo.
—¡Estúpida silla!—el ruido me despierta.
Y me enderezo de la incómoda posición en la cual me encontraba.Me cuesta tomar el equilibrio debido a que aún estoy media dormida.
Me dirijo al salón y lo encuentro tirado en el suelo,con golpes en la cara y completamente borracho.
—¿Qué te pasó?
—Já,mira quien llegó,la pequeña mentirosa—ríe y trata de ponerse en pie pero falla y vuelve a caer al suelo.
Me acerco a él,para intentar ayudarlo.
—No—se aleja—no me toques,yo puedo solo.
—No puedes,mirate.
—Claro que puedo—vuelve a intentarlo y cae nuevamente.
—Déjame ayudarte.
—No quiero—vuelve a negar—¿Sabes? Creo que nunca te he contado mi historia,creo que ya es hora de que sepasss.
Arrastró la S de la última palabra.
—Cuando Alexander me contó lo que tenía que hacer para quedarme con todo,me caracajee porque lo que me pedía era tan absurdo y tan fácil como quitarle el caramelo a un niño.
Sonríe y me mira.
—Todo sería mío,el negocio,el dinero,los hombres,había ideado un plan para ampliarnos y no quedarnos sólo aquí,quería estar por todos lados,que las autoridades comieran de mi mano y demostrarle a mi madre cuanto se equivocó cuando le encargó el negocio a su "amante".
—...pero todo se arruinó cuando llegaste tú con ese carácter de mierda,las ganas que tenía de domarte y de protegerte eran tan grandes que me absorbieron por completo,mis prioridades dejaron de serlo y tu te convertiste en la única—vuelve a sonreír y se pasa las dos manos por el pelo desornedoselo—Joder,antes ni siquiera hubiera dicho esta mierda,el amor es para los débiles y supongo que me convertí en uno.
Intenta ponerse en pie y está vez lo logra,aunque se tambalea un poco.
—Tú...—me apunta con el dedo índice—Defne Morán te odio y te amo en parte iguales.
Camina hacia el sofá y se deja caer en él,mi corazón está desbocado,a pesar de todo lo que hemos pasado en estos últimos días él aún me ama o al menos es lo que quiero creer.
La idea de quedarme sola se me hace insoportable,antes estaba acostumbrada pero ese tiempo ya pasó,no podría continuar sin un Alain en mi vida y sé que él lo sabe.
Me acerco al sofá y noto como sus párpados se han cerrado y lo acompaña una respiración lenta y pausada.
Suspiro.
Se ha quedado dormido;lo cubro con una manta para que no pase frío y lo beso en la frente.
—Te amo tanto garrapata—cierro los ojos y aspiro su olor—no me dejes nunca.
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