Trece✔️
Pensaron que lo iba a dejar sin el plan del Alain jejeje ...pues no :/
Diez horas antes:
—No, creo que sé cómo desviar la atención de la caja fuerte—piensa por un momento—hay una alarma de incendios instalada en la casa, solo hay que buscar un punto en específico para hacer un poco de humo, presta mucha atención, esto es lo que vamos a hacer.
Me agarra por el antebrazo y me acerca a él,para que me diga el plan un poco más bajo.
***
Entro en la habitación de Jennifer, con un encendedor, lo paso de un lado a otro y juego con él en mis dedos, en mi otra mano libre tengo un recipiente repleto de gasolina. Enfoco mi objetivo “La cama”, gracias a su carácter de mierda que tiene maléfica va a ser esto creíble, pues lo tomarán como un acto de rebeldía o algo así. Mientras vierto gasolina en la cama con sábanas negras, Alain se mete al cuarto de cámaras para alterar las grabaciones, en este corto tiempo donde yo entré en la habitación y las cámaras lo registran aparcerá Jennifer entrando y saliendo con el corte de la grabación de esta mañana,el tiempo corre y el plan se pone en marcha.
¡Ya!
Vierto gasolina en la cama, junto con el recipiente que ya no me hará falta y tiro el encendedor incendiando el colchón que es consumido por el fugo rápidamente y el humo empieza a crecer cada vez más contaminando el aire.
El fuego es algo también de admirar,pero es muy utilizado como instrumento de destrucción por lo que es muy conocido como sinónimo de destruir y eso opaca totalmente su belleza, en sí es hipnotizante,pero debo salir antes de que el sonido de la alarma comience a sonar. Un pie delante del otro, miro hacia el suelo cuando camino, pero algo llama mi atención por el rabillo del ojo, un destello plateado, es un cuadro, varias personas se encuentran en él, no había visto uno de estas en otro lugar de la casa por lo que antes de pensarlo siquiera ya lo he agarrado y he salido de la habitación.
No han pasado cinco minutos y el estruendo sonido se escucha, Alain quedo en ir por las cosas de la caja al yo darle el código de esta, mi labor es simplemente crear el caos para que todos salgan de la mansión.
Suelto una risilla.
“Esto va a ser divertido”
El objeto que traigo entre las manos lo guardo en mi mochila que se encuentra en mi habitación para luego empezar con mi rol.
— ¡Fuego! ¡Fuego, tenemos que salir de aquí!—Aporreo la puerta con detalles dorados.
— ¿Donde?—abre finalmente y sus profundos ojos grises me miran, ya se imaginaba esto porque por supuesto como todo el mundo ha oído la alarma.
—En la habitación de la señorita Jennifer.
—Esta niña me va a volver loco—farfulla, el de mantenimiento se asomó por detrás, es un hombre mayor, sus canas quedan a la vista junto con las arrugas esparcidas por su rostro—Tú, llama a los bomberos—le indica a este.
Stefan a pesar de ser un hombre de aproximadamente treinta años, su porte es elegante, es de esas personas seguras de sí mismas que algunas veces mantenerle la mirada es un gran reto porque puede a llegar a intimidar y esto es lo que pasa en este caso que Hairon aunque sea mayor le obedece rápidamente a Stefan que podría ser su hijo por el poder que irradia aparte de sea su jefe.
Mucho más allá puedo observar la caja fuerte aún cerrada y todo tipo de instrumentos esparcidos por el suelo, la puerta es cerrada sin previo aviso por Stefan.
—Salgamos de aquí—el humo ya ha llegado al pasillo, por lo que dificulta un poco la visión, los tres salimos en fila, pero con la diferencia de que Stefan me agarra fuerte de la mano, es un poco extraño ya que no demuestra mucho el afecto si es que este gesto lo es.
Toso y el me mira por un momento.
— ¿Estas bien?—su voz no deja a la vista ningún sentimiento, pero su leve apretón de manos me indica.
¿Qué le importo?
Supongo que cuida por la salud de sus empleados o algo por el estilo.
Al llegar abajo se suelta del agarre y se quita la blanca camisa dejando a la vista sus perfectas abdominales y me la entrega .El perfume masculino llega a mi nariz.
—Iré a arreglar el desastre que esta niña a creado, Sandra se tendrá que ocupar de ella, no la aguanta más—dice esto último en voz alta pero fue como si estuviera hablando consigo mismo—ve al jardín y espera que llegue los bomberos.
Atravieso el jardín por los lindos caminos de piedras blancas hasta cruzar el portón que da a la salida. Brooke y Valeria están juntas afuera, Valeria ha regresado de donde sea que estuviera, la primera tiene unas ojeras horribles junto con un moretón a un lado de la cara, su madre tiene su brazo entrecruzado con el de ella en un instinto protector.
Un grupo de personas se ajuntan en el barrio rico, cuchicheando de lo que está pasando, pues desde la calle de al frente se puede ver como las llamas crecen cada vez más y un nubarrón negro comienza a hacer el centro de atención. Solo espero que “garrapata” encuentre una manera de salir por algún lugar puesto que esa parte no estaba del todo definida. Comienzo a acercarme a Brooke para averiguar que le sucedió pero antes de que ella logre verme, una niña de la altura de mi cintura me jala de la falda del uniforme, sus ojos tristes se encuentran con los míos es la misma que vi anoche que estaba peleando con sus padres.
— ¿Dónde está el chico?—frunzo el ceño al no saber de qué me habla.
—¿Qué chico?
—El que pelea con las plantas.
— ¿Alain?
—Sí, el chico rubio—dice con seguridad pero a la vez con un toque de preocupación.
¿De dónde conocerá esta niña a Alain?
—Está haciendo un recado—digo lo primero que se me viene a la cabeza— ¿y de dónde lo conoces?
—Cuestiones de amor—me dice seria y se aleja con otra chica de su edad, escucho que se llama Isabela pero luego desconecto de ese asunto al escuchar el sonido característico de los bomberos y al mismo tiempo Alain aparerece por una esquina y nadie lo toma en cuenta ya que están abrumados con la ambulancia y el gran carro rojo.
La niña con la que estaba hablando hace uno segundos le da los pulgares arriba y sonríe, él asiente en un gesto casi imperceptible.
—Gracias a esa niña de allá estoy aquí —dice ante mi mirada de pregunta—me ayudo a salir de la casa, a través de la suya.
—Súper—me limito a decir—me sorprende la comunicación que existe en nuestra relación—agrego.
— ¿Me estas pidiendo que sea tu novio?
— ¿Es que no lo éramos?
Aunque no hayamos hablado de nuestra situación se suponía que estábamos ¿juntos? ¿No?
—Claro…claro…—dice rápidamente escondiendo una sonrisa que comienza a formarse en sus labios.
— ¿Te estas burlando de mí?
—No que va—dice rápidamente, de una forma tan graciosa que me es incapaz contener una carcajada.
Los bomberos ya han invadido la propiedad y Stefan sale rato después con manchas negras adornando su cuerpo, sus pantalones han quedado arruinados. Jennifer que hasta ahora no la había visto se acerca a él, y él se distancia de ella ignorándola por completo.
—Creo que alguien se va de casa hoy—enfunda sus manos en los bolsillos de su verde uniforme—por cierto escondí las cosas en el jardín, debemos esconderlas en algun lugar no podemos dejarlas en donde están y en nuestras habitaciones no es seguro, lo mejor es enterrarlo por ahora.
— ¿enterrarlo?
—Sí, de todas formas no necesitas el dinero ni las ubicaciones ni esa carta, ahora me tienes a mí.
—Aun así quiero esas cosas, por eso estoy aquí.
—Las tendrás pero ahora no es seguro que estén en tu poder, a su debido tiempo volverán a ti.
— ¿Y por qué simplemente no nos largamos ya, y nos ahorramos el trabajo?
—No es seguro.
— ¿Por qué?
—Primera regla, siempre harás lo que yo diga ¿recuerdas?
—Bien.
—A la hora maldita, encuéntrame detrás de los grandes arbustos.
Una mujer rubia, Jennifer, Stefan y una mujer que esté sujeta por la cintura en forma cariñosa se le ve relajada mientras unos hermosos hoyuelos quedan a la vista en sus mejillas resposa una mano en su pecho y un anillo resplandeciente está colocado en su dedo anular. Por deducción creo que la primera mujer es Sandra, la madre de Jennifer y la otra debe ser la esposa fallecida de Stefan.
Quito la foto del marco para ver si tiene algo escrito por detrás pero en vez de eso, al suelo cae una foto diferente a la primera.
Mi padre está en esta imagen y Stefan también, a su lado hay un hombre que no conozco, tiene una expresión fría y calculadora, su pelo es rojo y no un rojo cualquiera sino un rojo brillante que roza lo mágico igual que…igual que el mío, será familiar, nunca lo conocí pero quisiera buscarlo, giro la foto para ver si tiene alguna dirección o algo pero solo hay unas cuantas letras escritas y ninguna es un nombre.
“¿Tres hermanos? ¿O enemigos?
No traiciones a tu amigo
Porque de lo contrario obtendrás
Un tiro y tu descendencia caerá contigo”
Porque extrañamente todo rima, aunque me huele a amenaza y también a perdida, perdida de un posible familiar que no llegué a conocer posiblemente nunca lo haga. Me quedo con las fotos y salgo de la habitación en el pasillo me encuentro a Brooke.
— ¿Me vas a contar?—me siento un poco mal por dejarla abandonada en la fiesta.
—No hay nada que contar—se acomoda el pelo para que el golpe se note lo menos posible—solo que el chico de la barra tenía novia y me hizo un recordatorio de que no debo meterme con tipos ajenos debo quitarme esa manía.
—Lo siento—no soy de pedir disculpas a las personas fuera de mi círculo familiar pero ella me ha ayudado en momentos duros y nuevos de mi vida.
—No es tu culpa, es la mía y me alegro que hayas arreglado las cosas con tu chico.
—Gracias por estar ahí—mis brazos la rodean, fundiéndonos en un abrazo cariñoso.
—No es nada ¿y por qué me suena a despedida?
—Serán ideas tuyas—dejo una mano que reposa en su hombro—cuídate Brooke y recuerda que esta casa esta embrujada.
—Veo que crees en el rumor—sonríe.
—Algo así.
Tres de la mañana, oscuridad y silencio total.
En estos días que he asado aquí he podido ver que los hombres que custodiaban la puerta de la entrada en realidad no eran de Stefan, alguien estaba aquí hablando con él y esa persona se siente lo bastante importante como para creer que quieran atentar contra su vida, cámaras si hay, pero solo las monitorea Stefan por lo que el cuarto de seguridad siempre está cerrado, para Alain no fue para nada un obstáculo, y aunque sé que Stefan es peligroso, alguien es más peligroso que él y es que le da órdenes.
Dilia y su madre no murieron por causas naturales, aunque en la primera es bastante obvio sin embargo la segunda no se ha demostrado nada, sus muertes no son mi asunto, ya llevo mi propio muerto a la espalda.
La mansión no sufrió grandes calor el incendio por lo cual seguimos viviendo aquí,aunque el segundo piso esta deshabilitado,mañana empezarán con las reformas.
Salgo al jardín donde es levemente iluminado por unas lámparas. La luz se va haciendo más débil según me voy acercando al gran arbusto por lo que si alguien me viera desde alguna de las ventanas de la casa solo podría ver una sombra.
En estas dos semanas han pasado tantas cosas que mirar hacia atrás es como si hubieran pasado años desde que lo conocí a él, suena loco que me haya enamorado de la persona que quería matarme pero así es, aún no tengo claro todos los detalles y esta vez si le voy a hacer caso a mamá “ignorar las cosas a veces nos puede salvar la vida”. La USB aún la tengo guardada en el fondo de mi mochila, aunque no se para que me podría ser útil ahora, pero aún la conservo.
Alain esta recostado a un árbol, fumándose un cigarrillo.
“No lo había visto hacer más eso”
En el suelo están tirada una pala y una bolsa que rápidamente la tomo y en su interior encuentro mis cosas,dinero,ruta y el sobre.
Alain tira el cigarrillo y toma la pala para enterrarla con ímpetu en la tierra.
— ¿Te has quedado mudo?—me dirijo a él.
—Tú eres la que no saluda, ven aquí—me toma de la nuca para acerma mas a él y me recuesta en el tronco del árbol, tomándome el muslo para rodearlo por su cintura, luego me besa.
Nuestras lenguas bailan entre sí y enredo mis dedos en su pelo para acercarlo lo más posible a mí. Gruñe y empieza a pasear sus dedos por mi vientre, luego me da otro beso y se separa de mí.
Trato de tomar el aire que ha abandonado mis pulmones, él toma nuevamente la pala que había tirado en el suelo y continúa con la tarea.
—Bueno, a lo que vinimos ya luego continuaremos con aquello.
Mi cuerpo se calienta y mis piernas comienzan a fallarme por lo que decido sentarme en la roca más cercana a mí.
La pala se entierra cada vez más profundo en la tierra y el hoyo se va haciendo más grande. Estamos detrás de los más grandes arbustos de la casa, aquí el hoyo no se notara. El plan de Alain aunque fue arriesgado nos salió bien.
En el cielo no hay estrellas, la noche se vuelve fría con un toque tenebroso y nuestras sombrías siluetas se marcan en el suelo. Alain sigue cavando, yo juego con mi colgante sentada en una roca.
Un ruido me hace levantar la vista, la pala ha chocado con algo, y ese algo no ha sonado como una roca aunque es algo sólido.
— ¿Qué es eso?
—No lo sé, tendría que cavar un poco más para descubrirlo.
Alain sigue cavando, y cada vez más la intriga crece en mi interior.
¿Qué abra allí?
Un olor putrefacto llega a nosotros, es casi insoportable por lo que tapo la nariz con el fin de poder bloquearlo.
Me levanto y miro hacia el hoyo. Una tela rasgada por algunas partes se divisa, esta embarrada de barro. Alain se agacha para mirar un poco más cerca ,aunque se cubre la nariz con el dorso de la mano.
— ¿Es lo que creo que es?—le pregunto.
Descubre la tela por un lado y una mano huesuda queda a la vista, en el dedo anular aún se puede observar un anillo de matrimonio.
Ahogo un grito, que viene subiendo desde el interior de mi garganta.
—Pues al parecer sí.
—Dios, es la esposa de Stefan.
Alguien chasquea los dientes, detrás de nosotros.
— ¿Quién les manda a meterse donde no les llaman?—los dos nos giramos al mismo tiempo— ¿Se les olvidaron las cámaras niños?
Alain maldice por lo bajo.
¿Cómo se nos puede olvidar eso cuando ya lo sabíamos?
Los dos sacan sus pistolas antes de que pueda parpadear de nuevo, Stefan me apunta a mí y Alain a él, sus ojos grises brillan en la oscuridad.
—Baja el arma o disparo—gruñe Stefan, Alain me mira a mí y luego a él y empieza a ser lo que este le pide.
—Nunca debes tener un punto débil, pero te ayudaré y desde hoy ya no lo tendrás.
Me jala de modo que quedo recostada en su pecho y su pistola apunta directamente a mi cbaeza.Alain ha tirado al pistola lejos y se limita a mirarlo con ira y desprecio.
—¿Te excita esto Tatiana?—pasa su lengua húmeda por mi cuello.
— ¡No la toques, cabrón!—grita Alain, y trata de acercarse.
—No te muevas o le vuelo los sesos.
Su mano van bajando peligrosamente, pasando por mis senos luego por mis estómago y colándose por mis jeans, a pesar de que siento asco ante lo que me está haciendo, trato de parecer lo más tranquila posible para que Alain no se sienta tan mal.
Empieza tocarme y mi fuerza se va debilitando.
—Arrodíllate—me tira al suelo—vas a probar la polla que tanto goloseaste y quiero que tu novio lo vea antes de morir.
Se empieza a desabrochar los pantalones y mis ojos comienzan a arder.Me siento humillada y profundamente dolida ante esta situación.
—¡No la toques!—un chuchillo vuela por los aires clavándose en el cuello de Stefan, deja caer su arma y se quita el cuchillo de la yugular para caer segundos después desangrándose en el suelo.
Su puntería fue impresionante y su movimiento fue arriesgado.
Alain corre al lugar donde se encuentra el cuchillo y se lo clava una y otra y otra vez con rabia,hasta que toda su ropa queda bañada del líquido rojo.
— ¡Maldito cerdo! ¡Ella es mía me oyes, nadie puede tocarla!
Cuando se cansa de dar puñaladas comienza a dar patadas al cuerpo inerte. Yo aún estoy arrodillada en el suelo y una lágrima silenciosa se escapa de mi ojos, me pongo en pie tambaleándome y en acerco a él.
—Ya está, está muerto—trato de calmarlo—ya está.
Vuelvo a susurrarle.
—Tocó a mi luna, trato de opacar su brillo con sus sucias manos—dice con dificultad.
—Pero tú me has salvado—le rodeo la cintura con mis brazos y en el proceso me mancho de sangre también— ¿ahora qué hacemos?
—Dejemos que se pudra aquí.
— ¿Y la policía?
—Yo me encargaré de todo, tú solo ve por tus cosas, tenemos que irnos.
Hago lo que me pide y voy a una de las habitaciones de invitados para limpiarme, luego en silencio recojo mis cosas para no despertar a Brooke y a Valeria. Luego lo busco y lo encuentro como mismo lo deje.
— ¿No te vas a cambiar? ¿Y tus cosas?
—La sangre no me molesta, antes siempre me ensuciaba así, en el auto tengo algo de ropa y tú eres todo lo que necesito, sube al coche.
— ¿Antes?
—Sube al coche—ordena.
Me señala un brillante coche negro, tomo asiento y el hace lo mismo en el asiento del conductor, marca un número en su celular.
—Está en el patio—hace una pausa—amja desaparecelo,y diles a las dos mujeres de la casa que se larguen…amenázalas has lo que sea pero que no vengan nunca más a esta ciudad.
Cuelga.
— ¿Qué le harás a Broocke y a Valeria?
—Nada, solo que no nos conviene que abran su boca, pero estarán perfectamente, te lo prometo.
Pone el auto en marcha y conduce por la carretera decierta,después de atravesar la ciudad tomamos una calle cuyo los dos lados están rodeados de árboles, es una maraña de ellos por lo cual mirar a través de ellos es casi imposible.
El sonido que hace la puerta del auto me despierta, en algún momento me quedé dormida, empieza a amanecer y los pájaros cantarines se escuchan.
Bajo del auto quedando frente a una casa acogedora, no tiene lujos pero es ese tipo de casas que son cálidas a la vista y te hacen sentir como en tu propio hogar.
—¿Dónde estamos?—pregunto mirando a mi alrededor.
—En casa de mi hermano a partir de ahora somos fugitivos mi padrastro empezara a buscarme al mismo tiempo que se dé cuenta que lo he traicionado, no han sabido de mi hermano hace años porque dicen que es una vergüenza para la familia, pero yo nunca he perdido el contacto con él —en algún momento del viaje cuando estaba dormida se cambió, por lo que no hay ni rastro de sangre, supongo que no podía amanecer así pues parecería un asesino, bueno lo es,pero la cuestión es que no lo parezca.
—¿Quiénes es tu padrastro?
—Alexander pero te pondré al día más tarde—justo cuando dice eso la puerta es abierta y deja a la vista un chico delgado con tatuajes que le cubren los brazos, se acerca a Alain le da un cálido abrazo con unas palmaditas en la espalda.
—Cuánto tiempo sin verte, me alegro que nos hayas venido a visitar.
El chico de los tatuajes nota mi presencia y me da un beso en la mejilla.
— ¿Con quién tengo el gusto de hablar?—le pregunta a Alain.
—Defne, mi novia—Un silbido sale de sus labios y su cara es de pura sorpresa—, este es Somier la pareja de mi hermano.
Le regalo una sonrisa amplia, y para nada me sorprende el hecho de que sea homosexual pues lo veo como algo normal y desapruebo totalmente a esas personas que juzgan solo por amar intensamente a una persona en especial.
—Hermano debo decir que me tienes con la boca abierta,joder quien diría que asentarías cabeza algún día.
—Considerando que la chica que amo es la misma que tenía que asesinar…—Al ver nuestras caras serias se calla—sonó horrible ¿verdad?
—Lo siguiente, debes a aprender a ser más…prudente o a cerrar tu jodida boca—le lanza una mirada de desaprobación.
—Dafne no le hagas ni caso. Ya aprenderá—acuna mis manos con las suyas.
Es muy agradable y siento como si lo conociera de toda la vida.
—No te preocupes, es un idiota.
—Bueno entremos…
—Ahora ser sincero es ser idiota—se queja.
—Dije…entremos—Dice Somier diciendo la primera palabra más alta al contrario que la segunda que la dijo en una escalofriante calma.
—Iré por nuestras cosas—habló Alain, y yo seguí al chico al interior de la casa.
—El hermano de Alain llegará pronto—dice luego de darme un gran vaso lleno de zumo de naranja,que agradecí—espero no te sorprendas demasiado al verlo.
—Por qué lo dices
—Ya lo verás.
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