—Hazlo—Su pecho desnudo queda frente a mí.

—Es en serio—Una emoción se empieza a instalar en mi interior.

—En serio.

Siempre quise estudiar medicina, era mi pasión, en concreto quería ser cirujana para que mi necesidad de cortar sirviera para algo bueno, pero nada más pude hacer el primer año, para nadie es un secreto que quiero cortarlo desde que lo vi en aquel callejón oscuro. Esta sensación rara no sé de dónde salió,solo lo siento, de hecho no sé si tiene alguna justificación psiquiátricamente o algo, pero la realidad es esta, pues un día vi un perrito atropellado en la calle y desde que vi sus sangre y algunas partes de su cuerpo esparcidas por el suelo supe que lo intentaría ,y así fue ,con el bonito conejo de mi vecino.

Mi madre se escandalizó al ver lo que había hecho con el pequeño cuerpo frente a mí, pero mi padre sin embargo no me regañó por ello y aceptaba que esa fuera otra extensión de mí. Recuerdos de mi padre no tengo muchos, o no sé si es que lo he estado olvidando con el tiempo,a veces tengo miedo de olvidarme como era su rostro o su voz. Me aferro a  esos recuerdos que aún repercutan en mi mente, pues es lo único que me queda.

—Seguramente te quedará una cicatriz ¿no te importa?—apoyo el filo de mi navaja justo encima de su corazón y espero por su respuesta.

—Defne, ya es tarde,no ves que estoy dispuesto a morir por ti.

La borrachera se me ha pasado, por lo tanto es hora de que me dé una explicación.

—Me lo contarás ¿cierto?—me refiero ¿a como llegó a mi vida? y sobre todo ¿quién carajos es?

—Por favor hoy no, no quiero que me odies tan rápido,solo quiero que me marques como una vez yo pensé hacerlo contigo, hazlo por ti, pero también hazlo por mí ,por favor.

Apoya su frente junto a la mía.

¿Quién diría que después de no tener nada, lo tienes todo?

¿Quién diría que después de pasar la vida huyendo alguien me ha encontrado?

Para bien o para mal me ha hecho sentir viva, nunca me había sentido tan plena al estar  al lado de alguien y eso me hace sentir en paz conmigo misma. Pero aún así, tengo miedo de que todo sea una ilusión, de que mi príncipe simplemente no lo sea, porque a final de cuentas ni él es un príncipe ni yo he perdido un zapato.

—Eres una grosera, ¿por qué no respondes?

Hago el trazo lentamente mientras imágenes vienen a mi cabeza.

—Si señorita por favor ella es el amor de mi vida y la futura madre de mis trillizos Marcos, Miguel y Michel.

Sigo en línea recta,inspiro hondo mientras sigo dibujando sobre su piel.

—No todo puede ser bueno Tati, en la vida también hay cosas malas.

—Un poco de diversión  no nos vendría mal—tira el cigarrillo al suelo y luego lo aplasta con la punta del zapato.

—Te…te quiero Defne, mucho.

Mis manos me tiemblan y él me las sujeta. Me he puesto sentimental y no se siente tan bien como creía que se sentiría.

—Necesito que termines—me exige, sé que lo necesita,por eso continúo con lo que yo empecé,parece que ve esto como una especie de castigo o algo.Vuelvo a apoyarme haciendo la curva que termina de definir la primera letra de mi nombre, gotas de sangre le adornan el pecho.

—Este es el recordatorio de que he cometido el más grande error de mi vida, aunque lo sepa, no esto dispuesto a cambiar eso.

— ¿Y cuál es el tu mayor error?

—Creer que te podría destruir.

— ¿Por qué tengo la sensación de que todo lo que sé de ti es una mentira, que tu intensión no fue la mejor al conocerme y que me va a doler cada palabra que salga de tu boca cuando te atrevas a decírmelo?

—Porque es así, pero hoy te dije que te quiero y es cierto,te protegeré en vez de destruirte, ante todos ¿me entiendes?

Es frustrante,no necesito que me proteja, sé que  es uno de ellos, en el fondo creo que siempre lo he sabido,pero es más bonito vivir esto, aunque todo sea una hermosa mentira.

— ¡Eso no me basta Alain, nada de esto tiene sentido ¿de qué sirve esconderme si ya me han encontrado? acaba de decir que eres uno de ellos,dímelo!

Me quito la peluca y lucho con quitarme los lentes de contactos, el pecho le sube y le baja se pone de pie frente a mí pero no se atreve a tocarme. ¿De qué sirve esconder todo lo que amo de mi físico?

Ya no sirve de nada y todas las preguntas que he acumulado desde hace tres años se atascan en mi garganta y no me las trago, al contrario,le digo todo a la única persona que quiero en este mundo y está de pie frente a mí. Sus puños están cerrados a los costados de su cuerpo, los nudillos se le han puesto blancos, sé que esta noche no quería hablar de esto,pero de igual forma el momento iba a llegar, qué más da que sea ahora.

—Por tu culpa murió mi padre—lo empujo y retrocede un paso— ¿Qué quieres hacer conmigo? ¿matarme? Pues hazlo para que hacer este estúpido teatro, acaba de terminar el trabajo.

—Defne…—trata de hablar pero no lo dejo.

— ¡Mátame!

—Defne no…

— ¡QUE ME MATES!

Le grito mientras lo sigo golpeando.

— ¡Ya cállate joder!—el frío cañón  de una pistola queda en mi sien— ¿esto es lo que quieres? Pues te consederé el maldito deseo ¿contenta?

Mis pies fallan y es inevitable quedar arrodillada.

—Solo quiero ser libre y si esa es la única manera de obtenerlo,lo acepto—sonrío—y es irónico porque mamá me lo advirtió, me dijo que hasta mi propia sombra me podría traicionar pero no usé el último consejo que me dio, no supe cómo.

—Puedes confiar en mí, estoy enamorado de ti ¿no lo entiendes?—su voz se ha tornado más suave, el cargador cae a un costado—quisiera poder matarte,así todo sería más fácil,pero no, me voy a echar a todo el mundo encima por ti Solo tienes que hacer siempre lo que yo te diga y no hacer estas escenas por favor, me ponen nervioso y no es bueno cuando estoy nervioso.

—Lo necesito Alain, necesito poder volar, si en verdad me quieres concédeme ese deseo, te lo pido por favor.

Sus palmas de las manos tocan mi mejilla, lo miro a los ojos, con ojos suplicantes.

“Lo siento mamá pero tu princesa se está rindiendo”

— ¿Si mueres que hago yo?, no puedo vivir sin la mitad de mi corazón porque con solo una parte no funciona, si dejas de existir, yo también dejaré de hacerlo.

Me abraza, las mariposas de mi estómago revolotean, mi corazón va a mil por hora y aunque haya gritado, aunque me haya dolido su traición, no he dejado de quererlo ni un segundo.

—Recuerda que solo estoy en este mundo por ti, si me fallas ya no tendré nada con que aferrarme.

Le digo con mi rostro hundido en su cuello, mamá entendería mis razones y si muero,me reuniría junto con ella.

—Soy tuyo y tú eres mía, mi luna—respiro hondo por última vez en su cuello y me reincorporo para mirarlo ante el seudónimo que me ha colocado.

— ¿Cómo me has llamado?—sus labios se curvan hacia un lado formando una sonrisa de lado.

—Eres tanto o más hermosa que aquella a la que tanto admiras, te lo iba a dar luego,pero qué más da—se encoge de hombros y de su bolsillo saca un colgante con una media luna hermosa en el centro—nunca he hecho un regalo ¿si no te gusta puedes decírmelo?

—Me encanta, gracias—le digo maravillada, me extiende una mano para ponernos juntos en pie y me lo coloca.

—Se te ve hermoso en tu piel—lo mira por un momento y puedo jurar  que he visto un brillo en sus profundos ojos—ahora señorita vamos a dormir, que la noche ha sido larga.

Se pasa el pantalón por sus largas piernas quedándose en bóxer, hago lo mismo quitándome el vestido y quedándome en ropa interior.

— ¿Te encanta torturarme cierto?

—Tú has empezado—le paso por un lado y me acurruco en la cama.

Respira por la boca y se tumba a mi lado. Puedo sentir su calor.

— ¿Puedo abrazarte? Tengo frío—Cierra los ojos con fuerza y asiente lentamente, lo abrazo, me acurruco en su pecho y entrelazo las piernas con las de él. Empiezo a tararear mi melodía, mientras con el dedo índice empiezo a palpar mi inicial, en su piel.

—Tiene letra—me peina el pelo con los dedos.

—No, solo es una melodía.

Al terminar de tararear nos quedamos un rato en silencio, hasta que yo lo rompo.

—Parece mentira que hace poco te gritaba—no me responde— ¿garrapata?

Noto su respiración más lenta, se ha dormido, se ve tan tierno cuando duerme, le doy un beso en la mejilla.

—Estúpido traidor, te amo.

***

Limpio las grandes ventanas de cristal del segundo piso, y más allá de ellas puedo ver a mi guapo jardinero, cortando hojas aquí y allá,debo admitir que su desastre ha disminuido un poco “casi” esta igual que antes, pero aún queda quitar la palabra “casi”.

— ¿Babeando por el jardinero?—Maléfica se posa a mi lado.

—Con todo respeto, creo que se me permite porque es mi novio—digo orgullosa.

Pero su cara amarga me indica que no le ha gustado mi respuesta.

— ¿Me estas contestando?—grita indignada—debería despedirte por insolente.

—Déjala en paz Jennifer, y deja de gritar que me duele hasta el alma—declara Stefan—Tatiana dile a Valeria que me prepare un té y llévamelo personalmente a mi habitación.

En ningún momento nos mira,solo se masajea las sienes y sigue de largo.

—Tío—chilla indignada, y sale corriendo detrás de él a pasos agigantados.

“Qué bonita familia” pienso

Al parecer a Stefan le caigo bien desde que mire inconscientemente sus partes íntimas cuando nos pilló en el baño, pero que este bueno no significa que me agrade. Pero debo admitir que su benevolencia hacia mí, me queda como anillo al dedo, pero queda rezar para que no se pase de listo.

Alain mira hacia aquí, al parecer intuía mi presencia, levanta su mano derecha y mueve sus largos dedos en forma de saludo. Le sonrió y salgo en camino a la cocina pidiéndole a Valeria que prepare el famoso té, el cocinero está cortando trozos de carne .Mientras el de mantenimiento cambia una lámpara, que al parecer está estropeada.

El té tiene un vivo color rojo y lo olisqueo con curiosidad, bueno al menos no huele mal, pero me da un poco de revoltura el olor, supongo que eso es consecuencia de estar de fiesta ayer. Brooke está enferma según su madre, no se siente bien,luego de darme el largo sermón de que no me quiere cerca de su hija porque soy mala influencia para ella etc… parecía ofendida, pero yo debería ser la ofendida por que su hija es la mala influencia para mí.

“Que se ubique”

Me arreglo el uniforme preparándome para golpear la puerta que me separa de la habitación de Stefan, pero mi puño queda suspendido en el aire al quedar frente a frente con el sujeto que ha abierto la puerta.

—Has visto al chico este de…—se pellizca el puente de la nariz, al parecer ese gesto le ayuda a refrescar la memoria—…al de mantenimiento.

Bajo el puño para no parecer tonta.

—Si de hecho me lo cruce ahora en la...

—Pues ve por él y tráelo urgente.

Cierra la puerta en mis narices con gran estruendo.

Abro la boca y la vuelvo a cerrar,mientras parpadeo con desconcierto. Stefan vuelve a abrir la puerta.

“Bueno al menos se va a disculpar por ser tan brusco”

—Y ya no voy a necesitar el té, gracias—y vuelve a dar otro portazo.

“Bien retiro lo anterior dicho”

Bajo de nuevo las grandes escaleras buscando al famoso hombre que arregla cosas, le aviso y tras dejar lo que estaba haciendo se encamina a arriba para cumplir las órdenes de nuestro señor.

Tiro el té que debe estar empezando a enfriarse y me apoyo la cadera en la fría encimera, haciendo círculos en esta. El cocinero aún está en la misma posición que lo dejé hace un rato.

— ¿Piensas hacer postre?—trato de entablar una conversación con él.

—Si el señor lo añadió a la lista, sí—habla de espaldas, aún concentrado en lo que hace.

— ¿Él hace una lista de los alimentos que va a consumir?

—Anja, es muy estricto, por lo que solo me limito a cocinar lo que está escrito,porque no le gustan para nada las sorpresas.

—Ya veo—musito.

Hairon baja con cara de preocupación y me separo de la encimera acercándome a él, hasta quedar a un metro de su persona.

— ¿Qué pasó? ¿Sucedió algo?—Mi voz es casi un susurro.

—Se le olvidó la contraseña de su caja fuerte, pero yo no tengo los conocimientos necesarios para abrirla, pero él no quiere perder el tiempo buscando un profesional por lo que intentaré hacer lo que él dice que es parte de mi trabajo.

Mi cara toma un color pálido y siento como mi calor corporal empieza disminuir.

— ¿Qué caja fuerte?

—No sé, una que hay en su habitación.

— ¡Joder!—lo dejo hablando solo detrás de mí y me dirijo a jardín buscando a Alain, al parecer ese es nuestro lugar  favorito de la mansión porque por alguna extraña razón siempre nos encontramos ahí, aunque también ayuda que él sea el jardinero.

“O sea el jardinero”—pone cara de que es obvio.

—Lo descubrió—hablo más dramáticamente de lo que pensaba.

Él se sobresalta un poco, mientras se quita los guantes.

— ¿Que descubrió?

—La caja fuerte.

— ¿Cómo que la descubrió? se supone que la caja fuerte es de él ¿no?

—NO—ya me quiero arrancar los pelos con este tío.

—Bien,ahora literalmente no entiendo nada.

—Aaaghh, te lo explicaré luego, solo ayúdame a sacar lo que hay dentro de ella.

—Eso creo que ya lo hicimos una vez—se cruza de brazos.

—Pero casi nos pilla ¿recuerdas?

—No me menciones ese día,si eres tan amable.

Resoplo.

—Aún no lo superas.

—No, y creo que se cómo desviar la atención de la caja fuerte.

***

Diez horas después:

La pala se entierra cada vez más profundo en la tierra y el hoyo se va haciendo más grande. Estamos detrás de los más grandes arbustos de la casa, aquí el hoyo no se notará. El plan de Alain aunque fue arriesgado nos salió bien.

En el cielo no hay estrellas, la noche se vuelve fría con un toque tenebroso y nuestras sombrías siluetas se marcan en el suelo. Alain sigue cavando, yo juego con mi colgante sentada en una roca.

Un ruido me hace levantar la vista, la pala ha chocado con algo, y ese algo no ha sonado como una roca aunque es algo sólido.

— ¿Qué es eso?

—No lo sé, tendría que cavar un poco más para descubrirlo.

Alain sigue cavando, y cada vez más la intriga crece en mi interior.

¿Qué habrá allí?

Un olor putrefacto llega a nosotros, es casi insoportable por lo que me tapo la nariz con el fin de poder bloquearlo.

Me levanto y miro hacia el hoyo. Una tela rasgada por algunas partes se divisa, esta embarrada de barro. Alain se agacha para mirar un poco más cerca,aunque se cubre la nariz con el dorso de la mano.

— ¿Es lo que creo que es?—le pregunto.

Descubre la tela por un lado y una mano huesuda queda a la vista,en el dedo anular aún se puede observar un anillo de matrimonio.

Ahogo un grito,que viene subiendo desde el interior de mi garganta.

—Pues al parecer sí.