Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8

Llegamos arrastrando los pies.

Los otros dos grupos habían vuelto ya, El grupo de Fancy había vuelto con las manos vacías. Mientras que el de Pam volvía con un pequeño petirrojo.

Nosotros habíamos sido el grupo que más comida había obtenido, pero no parecía alegrarnos demasiado.

Al vernos todos se levantaron y vinieron a nuestro encuentro.

— ¿Y Oliver? — Exclamó preocupado Ares — Hemos visto su cara en una roca, ¿Le ha ocurrido algo? ¿Dónde está?

— No estará... — Comenzó Dorian.

— Comió unas bayas venenosas. Nos ha... dejado — Dije, aunque no lo conociera, no me gustaba pronunciar aquellas palabras.

— No...

Ares tomó un semblante sombrío y bajó la cabeza. Debía ser muy difícil perder un amigo. Miré inconscientemente a Rick y Gillian, que estaban cada uno a un lado mío. También miré a Pam y Timothy.

— Ares... — Empezó Rick.

— ¡No, dejadme! Se me... pasará.

Comenzó a caminar y se sentó en una roca, la roca en la que se había sentado Gillian la noche anterior, frente el acantilado.

El resto siguió con normalidad.

La noche cayó y por fin las estrellas salieron de su escondite.

Kenzo y Damián habían hecho una hoguera y Dorian asaba el Petirrojo junto con dos patas del ciervo en el fuego. Timothy a su lado aguantaba el petirrojo clavado en un palo, mientras que Dorian sostenía las dos extremidades del animal.

Gillian también estaba sentado allí, también asaba su conejo en las llamas.

Las demás partes del ciervo estaban guardadas en la despensa de nuestra cabaña, la sala que había construido mi compañero de habitación para guardar provisiones.

Pam estaba sentada delante de una roca y sostenía una piedra en la mano. La reconocí, era la roca donde aquella mañana dibujaba junto con Timothy.

Me senté a su lado y observé los garabatos. Pam había dibujado un jabalí, al lado de éste había una replica mal dibujada, suponía que esa era del pequeño de ojos esmeralda. Ahora la chica escribía algo al lado. Si no te fijabas parecía que hubiera rasgado la roca, nada importante, pero si te fijabas había cuatro palitos idénticos.

— ¿Qué haces? — Cuestioné.

— Marco los días que llevamos aquí. Mañana ya serán cinco. — Y señaló otro sitio donde había más palos aún — Y aquí estamos nosotros, tacho un palo cada vez que alguien muere. Ya he tachado uno, así que quedamos catorce.

— ¿Y eso? — Señalé el dibujo.

— Ah. Timothy me pidió que le dibujara un cerdito, le dije que esto era un cerdo de montaña.

— ¿ Y qué te dijo?

— Qué era el cerdito más bonito del mundo. Si viera alguno de verdad... Saldría por patas.

*****

No pude coger demasiado.

El petirrojo lo repartieron entre Timothy, Gea, Pam y Félix.

Después las patas las partieron en trocitos con una de las dagas y todos se tiraron en avalancha a por la comida. Fancy y Daphne se quedaron con los trozos más grandes. Yo me quedé con lo que nadie quería.

Gillian a mi lado tenía todo el conejo para él solo, como se había acordado. Había cogido una mochila que estaba al fondo de la caja de armas y había partido el conejo en trozos. Los había guardado todos y ahora se comía una pata.

Al ver la miseria que tenía para comer miró hacia delante.

Yo me quedé ensimismada observado las llamas. Hasta que alguien me tocó el hombro.

Me giré y él me tendía la otra pata del conejo.

— Ten, come.

— No puedo, es tuyo, ese era el trato.

— Tú come y calla. Tienes que mantenerte fuerte.

Lo miré y sus ojos azulados me miraban severamente, « cógelo » me decía con la mirada. No apartaría la mano hasta que aceptara.

Finalmente le hice caso.

— Gracias... — Dije bajito.

— No hay de qué.

*****

Cuando me dormí comencé a soñar cosas raras.

Me encontraba a oscuras, todo estaba negro. Una puerta se abrió. De ésta salió un resplandor blanco.

Un a mano gigante apareció des de dentro de ella y unas voces se escucharon.

— Kailee... Kailee — Susurraban.

La mano negra se cernió sobre mí y me llevó hacia la luz. Noté como mi piel se pudría y se tornaba de un color verdoso. La piel se me quebraba y se caía a escamas como cuando una serpiente muda. De mi garganta salieron gritos desgarradores pero nadie logró oírme, nadie me ayudaba, porque estaba sola.

Nada más traspasar la puerta me encontraba en un sitio distinto. Me mire el cuerpo pero mi piel era de un tono normal. Me encontraba en el campamento. Al mirar bien no pude creer lo que veía. El suelo se encontraba teñido de rojo y todos estaban bañados de sangre. Chillaban desesperados. Todos venían hacia mí. Estaban mutilados, algunos incluso tan solo eran polvo. Allí estaban mi amigos, e incluso Nick y mis padres.

Me tapé los oídos y comencé a chillas yo también. Todos se tiraron encima de mí. Me aplastaron y fueron cegándome al tapar la luz del sol con sus siluetas, hasta que lo único que pude ver fue sangre y cuerpos. De golpe todo se tornó oscuro.

Ahora estaba en una habitación. Arropé a un pequeño niño que me sonreía.

De golpe me dijo:

— Mami, comprueba que no hay monstruos bajo la cama.

Asentí para complacerlo, y entonces lo vi a él debajo de la cama, otro como él, que me miraba aterrado y decía:

— Mami, hay alguien en mi cama.

La cara no era de un niño cualquiera. Era de Nick.

Me desperté saltando en el sitio. Estaba empapada de sudor.

Vi que la cabaña se había llenado de una extraña niebla blanca. Empecé a mover las manos para intentar que se fuera. Entonces vi a Gillian.

Se removía inquieto en el suelo. Le caía un sudor helado por la frente y apretaba la capa de hojas con fuerza. Tenía las venas de las manos muy marcadas. Estaba haciendo fuerza. Le castañeaban los dientes.

Me puse a su lado y comencé a zarandearlo con suavidad. Empecé a susurrarle dulcemente que despertara, que solo eran pesadillas.

Se despertó gritando. Comenzó a chillar aún más y a sollozar. Yo lo abracé y él apoyó la cabeza en mi hombro.

— Shhh... Ya está... Sólo es una pesadilla...

Se separó y me dijo « Estás viva».

— Es muy extraño que los dos tuviéramos pesadillas a la vez, y ahora con esta niebla... ¡La niebla! — Me levanté de golpe y salí de la cabaña. Todo el suelo estaba lleno de niebla. Blanca y espesa. Como si el cielo hubiera bajado al suelo para saludarnos con la calidez de las nubes.

— ¿Qué? — Preguntó Gillian saliendo ya recompuesto.

— Tú sólo... asegúrate de despertar a todo el mundo.

Comencé a meterme dentro de las cabañas. Todos se removían por el suelo, en tensión. Primero desperté a los niños. Fui entrando por todas las cabañas. Los desperté a todos y salieron fuera.

Cuando hube acabado pensé que aún me faltaba alguien.

— Ares — Dije.

El aludido apareció ante nosotros con una pistola en mano.

Se la puso en la frente y fue a disparar cuando dije:

— ¿Ares, qué haces? ¡Deja el arma!

— No. Tú no lo entiendes Kailee. Él está aquí – En sus ojos no se veía nada, tan solo el blanco reflejo de la nieblas mezclarse en su pupila.

— ¿Quién?

— ¡Oliver! ¡Está a tu lado, ha venido a matarme! ¡Tu también estás muerta, todos lo estáis, venís a matarme!

— No Ares, son alucinaciones. La niebla te está provocando pesadillas, no dejes que te venza. Esto no es real – Di un paso hacia él.

— ¡No! — Se alejó. Estaba llorando. – No te acerques. ¡No me toques! - Pegó un grito — ¡Agh! ¡No puedo aguantarlo más! Lo siento Kailee – Apretó la pistola contra la sien. Cerró los ojos con fuerza, apretando mucho la mandíbula.

Y la recámara de la pistola quedó vacía.

La bala le atravesó el cráneo y cayó desplomado hacia atrás, salpicándose a si mismo de sangre.

Ya en el suelo estaba con los ojos abiertos, y a pesar de estar muerto una lágrima resbaló por su mejilla.

Los fuegos artificiales se alzaron en el cielo estrellado. Y a los dos minutos su rostro apareció proyectado en la hierba verde, seguido de una «X» que tapó su cara.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro