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6

  — Bien chicos, hay que buscar comida. Nos dividiremos en varios grupos y buscaremos reservas por todo el bosque. Veamos... – Richard se rascó la barbilla meditando a los integrantes que compondrían cada grupo - Daphne, Fancy, Félix, Damián y Gea juntos. Pam, Timothy, Ares, Kenzo y Dorian otro grupo – Me miró de refilón alzando una ceja – Y... Kailee, Gillian, Oliver y Cedric conmigo.

Me acerqué a Dorian y le hablé al oído — Vigila a esos dos por favor.

Ella me miró de refilón - Lo haré, no dejaré que les pase nada mientras yo esté aquí.

Asentí.

Dorian era una buena tía. No habíamos hablado demasiado, pero a pesar de su aspecto rudo, por lo poco que había podido ver, era una bella persona.

Dirigí mi mirada a ellos dos. Pam estaba sentada en el suelo y con una piedra dibujaba algo en la gran roca. Timothy a su lado hablaba con ella. Acto seguido dirigí la vista hasta la otra niña.

Fui hacia Rick y lo agarré del brazo.

— Rick, no creo que sea buena idea dejar a Gea en manos de aquellas dos.

— Estate tranquila. Serán creídas pero no le quitarán el ojo de encima. Espera — Alzó la voz para anunciar algo — Vamos, grupo uno hacia allí, grupo dos allá a la derecha. Grupo tres venid conmigo, iremos todo recto.

Comenzamos a caminar. Giré la cabeza para ver a Timothy, éste saltaba de piedra en piedra para que su camino fuera más "divertido" mientras que seguía a los demás. Pam estaba a su lado y lo cogía de la mano para que no cayera al suelo. Al ver que la miraba se despidió con la mano libre y sonrió.

— Kailee, vamos.

— ¿Qué?... oh, sí...

Después de llamar mi atención Gillian siguió caminando. El grupo se había alejado bastante. Corrí hasta ponerme a su altura y todos comenzamos a observar como linces los arbustos, por si algún animal se escondía allí.

— Hagamos una cosa— dijo Oliver para animar un poco la cosa — El primero que cace algo tendrá una recompensa, esa presa se la podrá comer solo y no tendrá que compartirla.

Tras pensarlo unos instantes decidí que no era una mala ideal.

— Esta bien — Todos estuvimos de acuerdo.

Rick no estaba muy convencido pero finalmente acepto.

Caminamos a través del bosque intentando hacer el menor ruido posible. Escuché unas pisadas rápidas, estaba claro que eran de un animal y obviamente no había sido la única que lo había oído. En un movimiento rápido vi una flecha volar.

Gillian corrió en la dirección en la que había ido la flecha y lo perdimos por unos segundos de vista. Al volver hacia nosotros pudimos apreciar mejor su imagen, llevaba algo en la mano, un conejo.

— Reto conseguido— dijo mientras elevaba el conejo como si fuese un trofeo.

Seguimos caminando, todos con la mano en el cinturón, preparados para sacar lo que hiciera falta.

Me avancé a los demás al ver un aleteo entre las hojas de un árbol. Subí por las ramas y al estar ya a una altura considerable vi un pobre pájaro herido. Saqué una daga de mi cinturón y me preparé para atacar.

El pájaro indefenso estaba delante mio, tan solo movía un ala y me miraba suplicante. Observé sus ojos negros y vi dolor. Fui a acercar la daga pero no pude. No podía matarlo.

Escuché que mis compañeros reclamaban mi presencia.

— ¡Kailee!

—¡Kailee donde estás!

Distinguí entre las voces las dos que me llamaban más veces y con tono más preocupado. Rick y Gillian.

Cogí al pájaro con las manos y escalé unas cuantas ramas más, en un agujero en el árbol metí al pájaro.

— Aquí estarás mejor.

Bajé deprisa del árbol y corrí hacia ellos. Sus caras fueron de alivio nada más verme. Rick me abrazó y me separó al momento.

— ¿Dónde te habías metido Kailee?

— ¿En qué estás pensando? ¡Podría haberte pasado algo! — Éste había sido Gillian. Los dos mostraban en la voz una preocupación excesiva. No era para tanto. Este último intentó disimular y evadir la atención sobre su persona carraspeando.

— Estoy bien, tranquilos. Solo... me pareció ver algo.

— ¡Ey, mira! — Exclamó Oliver tocando el hombro de Cedric.

Éste miró en la dirección que decía y vio un ciervo. Automáticamente sacó una daga de su bolsillo y la lanzó por los aires. La daga se clavó en el pecho del animal y éste cayó muerto al instante.

Cedric y Rick cargaron con él hasta el campamento, pero antes de llegar ocurrió algo.

Gillian, Oliver y yo íbamos detrás de ellos dos. El de cabellos casi blancos renegar. Su estómago, al igual que el de todos, no dejaba de rugir.

— ¡Dios que hambre tengo!

Siguió caminando mientras arrastraba los pies con lentitud 'por la graba. Posó la vista en diferentes lugares, aburrido, y al instante se le iluminaron los ojos y corrió hacia un arbusto. Vimos cómo se metía unas bayas rojas con puntos rosas en la boca, no paraba de comer y comer.

Gillian alertado se arrimó corriendo al rubio platino.

— ¡Suelta eso! — Chilló, y se tiró encima suyo. Le arrancó todas las que tenía en la mano y las tiró al suelo — No te las tragues.

Pero antes de que lo dijera la garganta de Oliver ya había succionado todo a su paso.

—¡Son bayas venenosas, escúpelas!

Oliver fue a hacer el intento de vomitar. De golpe comenzó a convulsionar ligeramente y se le quedaron los ojos en blanco. Intentó abrir la boca para pronunciar alguna palabra pero la cabeza se le fue hacia atrás y cayó al suelo. Sus ojos estaban abiertos, muy abiertos. Gillian lo zarandeaba, intentaba que si quiera respirara. Rick y su amigo el castaño se giraron al escucharnos.

Cedric llegó corriendo y le puso un dedo en el cuello.

— No tiene pulso.

Una especie de espuma azul asomó por la comisura de los labios de Oliver antes de morir intoxicado.

Aun estando de día el cielo se iluminó con unas luces de colores similares a unos fuegos artificiales, acto seguido se escuchó la explosión de un petardo y los destellos de luz desaparecieron del cielo.

Una luz se posicionó en el suelo y como si un proyector enseñara la imagen, el rostro de Oliver apareció en la hierba. Su nombre y su clase salían justo al lado de su cara. De golpe una cruz gigante tapó su rostro y comenzó a parpadear, entonces se acabó la emisión.

— Está muerto.

Inconscientemente me tapé la boca al pronunciar aquellas palabras y mis ánimos bajaron notoriamente. Rick me apretujó un hombro en señal de afecto y apoyo. Sollocé en voz baja y Gillian me acarició el brazo.

Volvimos al campamento conmocionados.

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