4#¿A dónde iremos?
Mamá ya terminó de cargar sus cosas, fuimos hasta la puerta delantera de la casa, subimos al auto y nos dirigimos hacia la ruta.
Seguimos varios días, ninguno sabía donde pararíamos, si tendríamos un nuevo hogar, hasta que encontramos un grupo, con el tiempo ibamos integrando grupo por grupo, todos morían o eran malas personas, ya no se podía confiar en nadie.
5 meses después
El último grupo en el que estuvimos fue hace un mes, escapamos, entre ese conjunto de personas había asesinos, malas personas y otras inocentes, pero buenas, recordar el hecho de que había niños allí me causaba escalofríos.
Caminabamos sin rumbo por el bosque, sigilosamente, tratando de no tropezar con las raices de los árboles que sobresalían de la tierra.
Nos quedaba poca agua, solo para dos días, me estaba dando miedo.
En nuestro camino nos encontramos con seis caminantes yo me encargué de uno, Jacob de dos, Clary, mi madre, estaba matando a uno mientras otro se acercaba a sus espaldas, Jacob corrío hacia el caminante que se dirigia hacia Clary.
Algo me tomo del hombro, me dio la vuelta y caí al suelo de espaldas, era un caminante, mierda, la tomé por los hombros para apartarla de mí, pero no lo lograba, su boca estaba a centímetros de mi cuello, un estallido se oyó, era un disparo, no sé de donde venía, el cuerpo del caminante cayó muerto sobre mí, lo aparte rápidamente, tirándolo hacia un lado y comencé a buscar a mi hermano y mi madre. Los encontré con la vista, pero luego de un segundo todo se volvió oscuro y negro, solo se veía la última imagen que habia visto, mi hermano arrodillado en el suelo, entre sus brazos, el cuerpo sin vida de mi madre, sus cabellos rubios ahora estaban pintados de rojo...
《Sangre》 pensé automáticamente.
Sentía que mi mundo venía abajo, la mujer que me dio la vida, esa mujer fuerte que me crió a pesar de todo lo que hubiese pasado, la que me enseñó a dar mi primer paso, la que me amaba y cuidaba con su vida, ésa mujer, estaba muerta, no volvería a sentir el calor de sus abrazos, su dulce voz que me consolaba, no existía, y lo único que sabía era que yo no estaba lista para perderla, para dejarla ir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro