Ella solo bufó y se cruzó de brazos mirándome de frente.

-¿Qué quieres?- suspiré, no era fácil decirlo, pero lo tenía que hacer.

-Lo siento- mi orgullo me estaba apuñalando por lo que acababa de hacer- Por lo de hoy

Me miro fijamente sin decir una palabra

-Fuiste muy idiota- soltó.

Solo cuenta hasta 10 ____ solo hazme ese favor...

-¿Yo, idiota?- me estaba descontrolando- Pues tu cara nunca dijo lo contrario- Enid reaccionó al instante y me golpeó en el rostro, volteando mi cara, un golpe duro y seco. Dolió, pero fingí lo contrario.

-Al final de todo no eras tan inútil como pensé- dije casi gruñendo- perra- dicho esto me fui caminando por otras calles antes de que me arrepintiera y volviera a patearle el trasero como se merece.

                               ~•~

Tengo que admitir que estaba caminando en círculos y estaba perdida. Siempre fui mala ubicándome.

Encontré la vivienda que era mi actual hogar y no me quedó más remedio que entrar.
El rostro cada tanto me daba un fuerte ardor, fui directo al baño a verme a algún espejo.

Mi pómulo tenia una herida que sangraba un poco, limpié la sangre, lo tapé con mi pelo para disimular el golpe que me habían dado.
-Es peor de lo que pensé..- dije en voz alta

- ¿Qué cosa?- Se escuchó una voz del otro lado de la puerta, J.C.

-¿Que qué cosa?- pausé para pensar en mi excusa - Es que estoy mas cerda de lo que pensaba, solo eso- mentí, ya que siempre me mantenía en forma.

-Si.. Tal vez un poco..- dijo él

-!¿Qué?!- chillé y salí del baño y quedé frente a frente con él- se supone que las parejas deberían convencerse de lo contrario- qué acababa de decir, él levantó las cejas algo sorprendido- No... No quise decir...- unió nuestros labios como nunca antes, reaccioné tomándolo por la nuca y me abrazó uniéndome a él. Como si nunca más quisiese soltarme.
Me tomó de las mejillas, puse una mano en su pecho para separarme de él, dejando ver mi mueca de dolor y dejando oír mi suspiro entrecortado
Tomé una de sus manos, la que estaba sobre la herida y la alejé lentamente.

-¿Qué...-miró su mano, noté que estaba roja, mi sangre. Agaché la cabeza para que mi pelo tapara lo que no quería que viera, J.C levantó mi cabeza por el mentón y corrió mi cabello hasta detrás de la oreja, dejando ver la herida, la cual ardía como si me acercaran fuego ardiente al rostro.

-Solo fue un árbol- mentí rápidamente- me choqué contra un árbol- repetí.

-Pues qué interesante árbol- dijo él algo serio. Se fue caminando escaleras abajo, no pude evitar largar todo mi alivio en un suspiro, pero no duró por mucho.

-___- se escuchó su voz abajo- Cuando estés lista para decirme la verdad, aquí estoy para escucharte.

-Mierda- pensé- Debí haber sabido que no era buena mintiendo.

-¡Y ____!- siguió hablándome- No estás cerda- rió por lo bajo y se escuchó el sonido de la puerta cerrarse.

Una sonrisa se formó en mi rostro.

Me fui a mi cuarto, me miré al gran espejo y me dediqué junto al botiquín a desinfectar la herida.

Al terminar me senté en la cama bien tendida, pero noté algo extraño, un sonido crujiente, veloz me paré y me alejé de la cama y observé atenta.
Solo era un papel, no cualquiera, una nota, ahora poco arrugada con letra algo desprolija, la tomé y comencé a leer.
~•~
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Ve a la plaza central al anochecer te espero ahí

No venía firmada, pero era obvio que esta letra era de J.C. Lo conocía