Estaba en medio del bosque caminando, mirando al suelo, silbando al ritmo de la melodía de una canción, miraba el camino que se enconcontraba delante de mí, al concentrarme en la canción recordé que de pequeña la cantaba mi madre para hacerme dormir, paré de tararear, al levantar la mirada quedé inmóvil, allí estaba ella, con la cabeza inclinada, unos cuantos rizos claros caían desde su frente hacia los ojos, tenía muchas ganas de tocar su rostro y colocar esos pequeños mechones alocados detras de sus orejas. Tenia la ropa que habia usado el día de su muerte impecable.
Me acerqué lentamente, dibujando una sonrisa asombrada en mi rostro, estaba tan feliz de verla.

-¿Mamá?- con un leve inclinamiento de cabeza me asintió y corrí a abrazarla- Mamá, no sabes cuanto te extrañaba, estamos bien ahora, en un lugar seguro, nuestro grupo nuevo no es peligroso mamá, puedes venir a acompañarnos, estar de vuelta juntos, Jacob, tú y yo, estando aislados de todo tipo de riesgo- dije posando mi cabeza sobre su hombro y cerrando los ojos.

-Nunca estarás a salvo ____...- dijo en un susurro, abrí los ojos de golpe, quede impactada por el comentario- nunca...- de repente sentí un agudo dolor en el cuello, me separé bruscamente de ella y miré hacia mi cuerpo. Al agachar la cabeza noté un fino hilo de sangre el cual goteaba en mi chaqueta de cuero marrón, sentía como si mi cuello estuviese ardiendo por dentro, hice una mueca de dolor y caí de bruces al suelo, entreabrí mis ojos en dirección a mi madre, pero no era ella, ya no, ahora era uno de ellos.

Un caminante.

Espero que les haya encantado muchísimo! Dejen su comentario y voto plis, estoy tratando de publicar más seguido, el siguiente capítulo viene con suspenso! Sorry!

Siganme si pueden preciosuras!

Curieux Fille se va a escribir! Besitos! :)