Cada vez y ha más muertos y menos espacios por eso hoy todo el mundo excepto los niños echaremos en los cuerpos al agua para poder aprovechar el espacio, aprovechamos que los niños están durmiendo para hacerlo.

 Entre 7 personas, Júlia y yo nos deshacemos de la mayoría de cuerpos, no es una escena agradable para una niña de diecisiete años, pero es el que tengo que hacer si no quiero que  Mia observe más cuerpos muertos a su lado.

Poco después los pequeños se despiertan y empieza una rutina donde todo el mundo llora y sufre hambre.