Capítulo 2| Una estrella en tu cama
A Z U L
⭐⭐⭐
La primera noche me costó mucho dormir, primeramente, por el dolor y segundo porque no estoy acostumbrada mucho a dormir, es algo que no necesitamos las estrellas. Anker me dejó dormir en su cama, pero lo escuché moverse toda la noche, es bastante inquieto para dormir o no se acostumbra a la cama. Cuando los rayos del sol salieron yo llevaba despierta hacía mucho, un pitido despertó a Anker que se levantó aún adormilado y estirándose un poco salió de la cama. Se giró para verme y estuvo un rato mirándome como si no recordara que anoche le había gritado.
—Buenos días, bajaré por el desayuno y te traeré algo. No hagas ruido aún no le dije nada a mis padres, están un poco estresados por el trabajo y no quiero sumar algo más a sus preocupaciones —las palabras de Anker se sintieron casi como un reproche hacia mí, yo no quería causar problemas y mucho menos por bajar a la tierra cuando nadie me lo autorizo. Mis ojos se llenaron de lágrimas al pensar que estaría perjudicando al príncipe y la princesa del inframundo, no los conocía, pero mis hermanas me habían mostrado su relación. Siempre que los veía me traían tanta felicidad, ambos se demostraban amor de una manera que me causaba mucha curiosidad, ellos no eran como los otros dioses. Sentí como comenzaron a correr por mis mejillas mientras continuaba viendo a Anker, él se acercó rápido a mí con el frasco que le dio la princesa Mar anoche. —¿Te duele la espalda? —niego con la cabeza secando las lágrimas que se me escaparon, de todas mis hermanas soy la más sensible, explosiva y curiosa. Por todas estas cosas terminé atrapada en el mundo humano sin posibilidades de volver a mi mundo hasta quién sabe cuándo.
—No quiero causar molestias —pegando mis piernas a mi pecho las abrazo tratando de esconderme de la mirada del príncipe, este mundo me era familiar, pero siempre había sido una espectadora, jamás una protagonista. —Quiero volver a casa —susurro contra mis rodillas y las manos del príncipe sobre mis brazos me hacen levantar mi cabeza, él estaba allí con una sonrisa amable y un paquete de pañuelos.
—Lamento mucho haberte tratado tan mal anoche, me siento culpable porque estés aquí de no ser por mis sentimientos quizá jamás hubieras bajado del cielo y no tendrías esas heridas en tu espalda. No eres ninguna molestia, puedes quedarte cuanto quieras solo déjame hablar con mis padres. Son algo excéntricos y un poco exagerados con todo —responde él con una pequeña sonrisa de lado, mira la puerta y vuelve a observarme con el vestido que tenía puesto anoche. —Te daré algo para que te pongas mientras esperamos que Mar venga con ropa para ti, luego pueden ir juntas al centro comercial por algo de ropa para chicas —levantándose de la cama el príncipe busca entre sus cosas hasta que saca una remera que me la lanza un buzo abrigado y unos pantalones.
Todo me iba a quedar un poco grande, pero era mejor esto, que seguir con este ajustado vestido y debía cuidar mi herida del sol. Iba a quitarme el vestido cuando Anker se apresuró a detenerme antes de que lo hiciera, no entendía por qué me estaba parando, es decir vi que muchas veces los humanos hacen eso se desvisten frente a otras personas para cambiarse. ¿Estaba haciendo algo mal?
—Azul debes saber que no puedes quitarte la ropa como si nada, primero debes estar sola y segundo este no es el lugar adecuado primero deberías darte una ducha. Ven te llevaré ahora que no están mis padres y hermana, vamos te prepararé el baño —tomando la ropa que me prestó Anker me guía por la casa hasta uno de los cuartos con artefactos un tanto peculiares. Espere a que preparara todo y el príncipe me hizo esperar hasta que trajo algo que estaba en una pequeña caja de color rosa. No hacía falta que sea un genio para identificar que aquellas eran un par de bragas nuevas, que supongo le sacó a su madre. —Bien está listo solo debes meterte dentro pasarte esto con cuidado por todo el cuerpo y en cuanto salgas te secas con esto, luego te pones la ropa —sin decir más se fue del cuarto y yo me quité la ropa dejándola donde me había indicado y me metí en aquella fuente con agua caliente y espuma blanca.
Me sentí al principio un poco extraña, pero luego esa sensación se pasó y el dolor en mi espalda casi había desaparecido. Estuve en aquel lugar por un largo tiempo y cuando me decidí a salir mis dedos se habían arrugado como los de una anciana. No me molestó para nada me sequé como me habían dicho y me puse la ropa del príncipe que en verdad me iba un poco grande, pero no podía quejarme después de todo me estaban ayudando. Salgo del cuarto encontrando al príncipe en el pasillo que nada más verme se me acercó para llevarme hacia abajo.
Me senté frente a una mesa y me puso comida de humanos delante, algo dudosa me llevé aquella cosa a la boca, era la primera vez que probaba comida de mortales. Para mi sorpresa no sabía para nada mal, me gustaba su sabor y el aroma que tenía. Me lo comí todo pidiéndole más al príncipe que me sirvió otra cantidad que no tardé mucho en devorarla por completo. Anker a pesar de sonreír viéndome comer con aquellas ganas continuaba estando algo decaído y las palabras que le dije ayer en la noche se me vuelven a la cabeza. Fui demasiado dura con él, no conozco las emociones del amor, pero tampoco debería haberlo juzgado de aquella manera.
—Anoche mis hermanas se burlaron de ti por llorar por la hija de Selene, les grité que no podían burlarse de emociones que no entendemos y ellas me dijeron que tú eras un debilucho comparado con tus padres. No recuerdo muy bien cómo, pero en un momento de enfado termine viajando a la tierra y te grite. Lo siento, no debí haber hecho eso —hablo dejando mi plato de lado, extraño a mis hermanas, pero existen momentos donde son tan asfixiantes que me hacen enfadar muchísimo. Llevando hacia atrás las mangas del buzo que me quedaban enormes apoyé mis manos en el borde de la mesa sin atreverme a mirar al príncipe a la cara. Por impulsividades como estas es que mis hermanas siempre me tratan como si fuera una bebé, dicen que debo madurar y que me faltan miles de años para comprender cómo ellas ven el mundo.
A N K E R
💀🔮💀
Durante el desayuno no hablé mucho con Azul, no quería incomodarla y seguía pensando en cómo decirles a mis padres que ahora teníamos una invitada que dormía en mi cama. Si mi padre se paniquea porque mi mejor amiga venía por las noches a mi cuarto no me quiero imaginar lo que pensaría sabiendo que le había tocado la espalda a una desconocida y le abrí mi cama sin siquiera consultarle al respecto. La rubia continuaba estando algo decaída y el brillo que estaba en ella se estaba apagando, era algo que le diría a Mar en cuanto ella viniera. Estábamos ambos esperándola en mi sala donde deje a Azul viendo la televisión, no sabía qué más hacer para que ella se sintiera cómoda ya le había pasado el ungüento en su espalda y fue un tanto difícil ahora porque el sujetador que llevaba puesto le tocaba las heridas y eso le dolía. No me lo dijo, pero pude notar como se tensó cuando toqué su espalda le estaba doliendo mucho, traté de ser lo más cuidadoso posible y la deje descansar en mi sala.
El sonido del timbre se escuchó en toda la casa y fui rápidamente a abrir encontrándome a Mar y a Colín que venían con un gran bolso. Ingresaron en mi casa caminando hasta la sala donde estaba Azul esperándolos de pie, mi ropa le quedaba enorme y sumado a que era pequeña, parecía que se había caído dentro de mi ropa. Ambas chicas se fueron a mi habitación mientras mi prima le hacía muchas preguntas por su estado y cuando quise ir detrás de ellas Colin me tomó del hombro. Deteniéndome mientras veía a ambas rubias perdiéndose en las escaleras que daban a la segunda planta, me gire a ver a mi amigo y este tenía una ceja alzada.
—¿Puedes explicarme cómo diantres término una estrella durmiendo en tu cama? —susurro mi amigo, Colín jamás había sido un genio a la hora de hacer las preguntas, pero esta vez pude captar que realmente estaba preocupado por mí. Colín había sido mi confidente en las penas amorosas que estaba pasando por la relación de Bunnie y Tadeus. Me alegraba porque mi amiga estaba enamorada y al fin podía ser feliz, pero la parte egoísta de mi ser estaba destrozada por verla con otro. Mi corazón sangraba, me sentía como el ser más miserable del planeta y aun estando destrozado sonreía cuando veía a Bunnie besar a Tadeus en el estacionamiento, aunque por dentro me quería esfumar de la faz de la tierra.
—Estaba lamentándome en mi miseria y de repente ella apareció de la nada gritándome cosas, luego se desmayó y termine en casa de Mar —la verdad es que no había mucho misterio con que él sepa que estaba pasándola mal por mi mejor amiga, pero si es cierto que él no aprueba que siga estando mal por eso.
—Hermano ya te dije que tienes que soltar lo que paso con Bunnie, sé que duele, pero no puedes seguir martirizándote con el pasado. Cambia de página, coquetea con otras chicas, fuma, bebe, lee un libro, no lo sé has algo, pero deja de pensar en el pasado. Intenta hacer cosas nuevas, no sigas enterrándote en ese hoyo profundo en donde planeas morir, Anker no eres al primero que dejan en la fridenzone. Ahora ponte los pantalones y sal adelante que el amor de tu vida no es Bunnie, tienes un mundo por recorrer como para tirarte al abandono —responde intentando animarme Colín palmeando con su mano mi espalda, sus palabras eran ciertas, pero aún seguía doliendo.
—¿Qué les parece? —la voz de Mar me detiene de hablar y ambos miramos a las escaleras donde ambas chicas estaban paradas viéndonos. Azul llevaba zapatos bajos con medias un poco largas de color blanco al igual que sus zapatos, una falda tableada del mismo color. Una camisa blanca y encima de eso un buzo de color terracota holgado que la hacía lucir pequeña.
—Wao —logré exclamar viendo a la estrella que sonrió y Mar lo hizo a su lado viendo a la rubia que se estaba viendo con aquella ropa.
—Te ves estupenda Azul, te dije que te quedaría bien esta ropa tenemos casi el mismo físico —hablo de nuevo Mar terminando de bajar los escalones para acercarse a Colín que pasó su brazo por encima de los hombros de mi prima. —Ahora podemos irnos a casa de Mel nos necesita a todos y le dije que iríamos con una invitada más dijo que no había problema —las palabras de mi prima me hicieron recordar el mensaje que me envió mi tía Melione diciéndome que si no llevaba mi trasero a su casa me iba a tener que cuidar la espalda.
Sin tener posibilidades de faltar a aquella reunión, me cambié de ropa y bajé yendo con Azul hasta el auto de la pareja. La estrella estaba un tanto emocionada de viajar por primera vez en un auto, por mi lado no estaba de ánimos de salir, pero si no iba sabía que Melione era capaz de hacerme alguna broma y ella es peor que Damián o mi padre en sus mejores tiempos. Los cuatro juntos viajamos hasta la casa de mis abuelos mientras Azul se maravillaba de todo, ella conocía muchas cosas, pero era diferente verlo en persona que desde el cielo. Finalmente llegamos a la mansión de mis abuelos donde pudimos ver que no éramos los únicos en la casa, algo que me hizo ponerme aún más incómodo fue ver el auto de Tadeus y recordando las palabras de Colín intente que ese hecho no me importara.
Azul se bajó del auto viendo maravillada todo, esta era una nueva visión de todo lo que había visto antes desde lejos, pero ahora lo tenía enfrente. Entramos en la casa donde rápidamente pudimos saber dónde estaban todos por el grito que pegó Red desde la sala.
—¡Joder Kevin dame mis malditos chetos! —el grito de la pelirroja no me asombro en lo absoluto, había algo con lo que no te podías meter para Red y eso era su comida.
💀🔮💀
#FelizViernesDeHechiceros
Hola llamitas, ¿Qué les parece la actitud de Anker con Azul? ¿Cómo les cae Azul?
Teorías de lo que pasara cuando Diana y Apolión se enteren que tienen a una estrella en su casa. Pero por sobre todo que duerme en la cama de su hijo 😳.
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