Capítulo 17| Manos y pantalones
A Z U L
🌟🌟🌟
Caigo contra el suelo en un duro golpe que fue amortiguado por las colchonetas del suelo, pero aun así las heridas de mi espalda lo sintieron bastante feo. Blake al notar mi mueca de dolor suelta el brazo por donde me sostuvo para tumbarme y me ofrece su ayuda para ponerme de pie. En esta clase no puede derribarlo ni siquiera una vez, mi cuerpo estaba en el entrenamiento, pero mi mente, ella se encontraba rememorando mi salida con Anker.
—Azul concéntrate en lo que estás haciendo, no puedes confiarte de que esto es un entrenamiento, el día de mañana te llega a pasar algo de vida o muerte y tú no sabrás ni como defenderte porque no te concentras —dice enfadada Calí acercándose a nosotros dos, tenía algunos mechones de cabellos sueltos pegados a su frente por el sudor y las mejillas rojas por el esfuerzo.
—Lo siento, tenía la cabeza en otro lado —me disculpo con mi amiga que solo atina a asentir y dirige su gélida mirada azul hacia su amigo que parece estar más serio de lo normal.
—Practica con ella técnicas de ataque, ya has tenido a suficientes chicas debajo de ti como para que sigas practicando con Azul —comenta la platinada girándose para volver a su entrenamiento con Oliver, desde que llegué a entrenar únicamente he pasado el rato con Blake y la tensión en el momento en que mi amiga le dijo esas palabras al descendiente de la muerte me hizo sospechar de que algo pasaba entre ambos. —¡No los veo practicar! —grita la rubia golpeando la espada contra la de su hermano, Blake se posiciona detrás de mí enganchando su mano sobre mi cuello y presionando hacia atrás despacio enseñándome cómo será el ataque y de qué manera debo defenderme.
El verdadero entrenamiento empieza y como me enseñó Blake con firmeza y rápido logró librarme de su ataque y lo inmovilizó en el suelo. Soltando su mano continuamos con las otras técnicas hasta que un grito femenino nos hace detenernos, girando vemos a Calí en el suelo apretando su pierna que tiene un corte profundo. Nos acercamos rápido, pero la herida se cerró antes de que podamos pensar en cómo actuar, la platinada se puso en pie tirando su espada a un costado y se fue sin respondernos si estaba bien.
—¿Qué le pasa a Calí? Está con más mal genio de lo habitual —preguntó a los dos chicos que continuaban observando por donde se fue la rubia, Oliver tira su espada secando su rostro del sudor que lo cubría y miro a Blake con una ceja alzada.
—Estábamos hablando en el punto, ella estaba practicando en la patineta con Red y coincidimos con una de mis exnovias. Tuvimos una breve charla, pero Calí se acercó a nosotros y el momento se volvió muy incómodo. Cuando nos quedamos solos ella me preguntó quién era y no quise mentirle, le explique quien era y que fuimos. Calí me ignoró hasta que estuvimos solos y me hizo una pregunta que no pude evitar responder, si bien es muy personal no puedo mentirle —confiesa derrotado Blake dejándose caer al suelo sentado, yo no estaba comprendiendo nada, pero Oliver pareció darse cuenta de todo y hablo por su hermana.
—Calíope pasó toda su vida en el tártaro, en un lugar oscuro, donde los condenados se la pasan gritando y con unos padres como los que ella tiene es difícil tener lo que se dice una infancia normal. Fuimos entrenados para una guerra que no se llevó a cabo, sus padres le dieron la espalda por revelarse y lo único que le queda son los escasos amigos que antes eran sus enemigos y yo. No entiende muchas cosas humanas todavía, sigue en un constante aprendizaje aunque parezca que no es así y sigue estando confundida por lo que pasó con Colín. Dale tiempo —aclara el pelinegro pasando una toalla por su rostro, se gira dándonos la espalda, pero alzando su mano derecha con el dedo índice en alto grita —¡Confundida o no mantén tus manos alejadas de sus pantalones Blake! —amenaza el mayor haciendo que el pelinegro a mi lado se ponga blanco como una hoja y luego el color rojo tiñó su rostro.
—¿Qué tienen que ver tus manos con sus pantalones? —Estaba confundida, los humanos son seres extraños, pero los dioses les ganan en extrañeza y Blake rojo como un chilli me miró con los ojos muy abiertos.
—Azul no me hagas explicarte a qué se refería, es incómodo que mi primo sepa de lo que hable con Calí como para sobre todo esto tenga que decirte con manzanas de que habla —se queja el chico girando para ir por su toalla, me dejaron sola en la sala de entrenamientos y sin tener compañero para entrenar fui a sentarme en la banca para llamar a Melione para que venga por mí.
—Hola, Azul —me contesta al tercer tono, me senté en la banca junto a las espadas que había recogido del suelo para dejarlas en su sitio.
—Hola, Mel. Terminó el entrenamiento antes ¿puedes pasar por mí a casa de Styx? —cuestionó dejando el armamento en su sitio con un sonido de metales chocando, me estaba doliendo todo el cuerpo y ni siquiera había completado el tiempo entero de mi entrenamiento.
—Estoy algo ocupada, llama a Anker y si no me ves llegar a la casa en dos horas ven a la ubicación que te envíe al celular. Adiós —me colgó. Resignada terminó por enviar un mensaje a Anker, de inmediato recibo una respuesta de su parte y con quince minutos de sobra me fui a las duchas, apestaba a sudor y la espalda me palpitaba por los golpes que había recibido entrenando con Blake.
Al salir de las duchas bañada me sequé con cuidado la espalda y me puse una remera roja con letras amarillas con el nombre de una universidad, un short de jean azul, borcegos negro a conjunto con el cinturón y sequé mi pelo lo mejor que pude con la toalla. Peinándolo con los dedos recojo mi bolso y salgo de la casa encontrando a Anker aparcando la moto en la entrada de la mansión. Sentí un nudo en el estómago que me fue un tanto inusual, ¿tanta hambre tenía?
A N K E R
💀🔮💀
—Papá voy a salir —comentó corriendo escaleras abajo mientras me pongo mi campera negra, apenas recibí el mensaje de la rubia salte de la cama para correr escaleras abajo. Si Melione no pudo ir a buscarla es porque seguramente está metida en problemas o está cerca de ello y tendré que ir a ayudarla si no quiero que mis abuelos la descubran.
—¿A dónde y por qué tanta prisa? —cuestiona mi progenitor apareciendo en la sala con un libro que estaba leyendo, mi hermana Nina no estaba en casa fue a jugar con mi prima Bianca y no volvería hasta en la noche. Nos encontrábamos los dos solos, a mamá le tocaba doble turno en el hospital por lo que la vería en la tarde del día de mañana o quizá pasado si no surge ninguna emergencia.
—Voy a ver a Azul, necesita mi ayuda para unos proyectos, le está costando entender una clase y como ya pase esas clases el año pasado le voy a dar una mano —comentó abriendo la puerta de la casa, pero mi padre con sus poderes la cierra antes de que pueda poner un pie fuera, me gire viendo a mi padre verme con cara de poker y fue difícil pensar en alguna buena mentira para que me deje salir.
—La verdad Anker, tu viejo a tu edad mentía mejor por todas las almas —se jacta en mi cara dejando caer sus brazos a los costados de su cuerpo, el sonido sordo del libro golpeando su pierna hace que tenga más presión por no tener una respuesta rápida a su pregunta. La verdad es que ni siquiera sabía que iba a contestarle cuando baje de las escaleras, solo estaba pensando en Azul y con eso en mente opte por una verdad a medias.
—Azul está en casa de Styx, terminaron su entrenamiento antes y Mel no puede pasar a recogerla ahora por lo que me pidió a mí si podía ir por ella —aseguró tratando de poner mi mejor mirada de que estoy diciendo la verdad, mi padre entrecerró los ojos analizando mi postura y con la mirada intente parecer sincero. Él pareció satisfecho con mi respuesta, se giró para ir a la sala a continuar con su lectura y me dejó abrir la puerta disponiéndome a salir.
—Saluda a Azul de mi parte —fue su única respuesta antes de que me fuera corriendo por mi motocicleta, apenas me monte en ella sentí la adrenalina correr por mis venas y esa libertad que solo podía proporcionarme andar en dos ruedas sintiéndome el jodido rey de la carretera.
La mansión de la diosa Styx estaba un poco alejada de las demás locaciones, por no decir que era la que casi se situaba encima de una de las colinas más alejadas del complejo de viviendas de personas adineradas. Era de conocimiento público que a la diosa del odio no le agradaba estar cerca de los mortales, pero necesitaba tener un refugio seguro para su hijo por lo cual se compró una mansión que estuviera cerca de la casa de mis padres para mayor seguridad. Vivimos cerca por lo que en menos de quince minutos me encontraba aparcando en la mansión de Styx. Azul vino a mi encuentro con una sonrisa y un bolso a cuestas que parecía pesar por lo que trote hasta ella para quitarle esa carga de los hombros.
—Perdón por pedirte esto, Mel me dijo que te pidiera el favor —se escucha la rubia con un leve tono rojizo en sus mejillas —Aún no me sé manejar sola y el rey Hades tampoco me deja ir a ningún sitio a menos que la princesa me acompañe. Mucho menos sé cómo tomar un autobús —se ríe ella apartando un par de mechones mojados de su rostro, se veía muy apenada por haberme pedido que la regresara a casa de mis abuelos. Algo que en lo absoluto no era una molestia para mí y muy por el contrario hacía por gusto para que esté a salvo.
—No es ninguna molestia, además me diste una excusa para usar mi moto —le guiño el ojo viendo como ella ensanchó su sonrisa antes de mirar hacia atrás por un segundo y volver su atención a mí.
—¿Me puedes explicar algo que no entendí qué le dijo Oliver a Blake? —interroga ella mirando al suelo y nuevamente a mis ojos, como si esperara una respuesta afirmativa, veía en sus ojos la curiosidad por lo que sin saber de qué temas quería hablar tontamente le respondí.
—Claro, dime que dijo.
—Oliver le dijo a Blake que mantuviera sus manos lejos de los pantalones de su hermana, ¿a qué se refería con eso? —su tono me dijo que en verdad me estaba haciendo una pregunta con seriedad, lo que hizo que mi respuesta fuera a demorar un poco más. Como le explico esto sin que suene vulgar o la deje traumada, aunque con la cantidad de parejas que hacen sus amoríos a la luz de las estrellas dudo mucho que ella no haya visto esas cosas antes y no solo una vez.
—Bueno... se refería... se refería a que... —no podía pensar ni formular las palabras con coherencia, esto fue lo que sintieron mis padres cuando les toco darme la charla de sexo. —Azul sabes mejor que nadie que los humanos se demuestran amor de diferentes formas, entre ellas es utilizado el medio de la reproducción y si vamos al contexto de las palabras de Oliver, él no quiere que Blake se acueste con su hermana. A la hora de intimar, muchas veces las parejas meten sus manos entre la ropa interior y los pantalones del otro para estimularse antes del acto sexual. Por eso es que Oliver le dijo eso a Blake, lo que seguro fue en un contexto de amenaza —me detuve delante de mi moto y me gire a ver a la estrella que pareció unir los cabos y ahora estaba más roja que el pelo de Red o la tía Alida juntas.
—Los humanos son raros, no entiendo por qué les gusta tanto eso sí se nota que les duele cuando lo hacen —comenta con cierto tono de desagrado en la voz la rubia.
—Existen momentos en que el dolor es bueno y si a ambos les causa placer es un buen dolor —subiéndome a la moto la enciendo sin esperar respuesta por parte de la estrella, no seguiría hablando de sexo con ella y mucho menos frente a la mansión de Styx.
💀🔮💀
#FelizViernesDeHechiceros
La inocencia de Azul me mata ¿y a ustedes? Y Anker hablo como sus padres con términos médicos jajajaja pobrecito no sabía ni qué decirle. Ya tienen disponible el prólogo de Secretos corran a leerlo.
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