Capítulo 15| Bebé llorón
A N K E R
💀🔮💀
—Sam estará bien, quizá falte a la escuela algunos días, está bastante afectada —nos dice Mar leyendo uno de los mensajes que le envió Becca. La mesa continuaba en un ambiente de tensión a pesar de que la comida es buena nadie puede comer pensando en lo que pasó no hace mucho. Nos hubiéramos marchado de no ser porque la parejita aún estaba sentada en su mesa hablando, riendo y tocándose las manos o los brazos.
—Iremos a verla más tarde, pobrecita fue un susto de muerte —alega Lila entrelazando los dedos con los de Kevin que se encontraba más concentrado en acabar su tarta de frutas que en lo que le estaba diciendo su novia.
—Es hora de movernos se están yendo —interrumpe Melione dejando un puñado de billetes suficientes para pagar la cuenta y dejar una cuantiosa suma de propina a la camarera que nos atendió. Nos levantamos saliendo antes que la pareja y nos escondemos nuevamente en el auto de Mel, vemos como Azul sale con Zay tomados de la mano y caminan hasta una bicicleta que está aparcada en el estacionamiento. Sube primero el rubio y detrás de él lo hace Azul montando los posapiés de la rueda trasera y aferrando sus manos a los hombros del chico.
—Tenemos que seguirlos —exijo abriendo la puerta del copiloto del coche de tía Mel que estaba impaciente por arrancar, los demás se apretaron en el asiento trasero cinco personas y otros cinco en el auto de Colín. Seguimos a la pareja que va rápido por la calle esquivando autos y pasando semáforos en rojo cuando no se ven autos cerca que se interpongan en su camino.
—Que predecible, la está llevando al punto y de seguro es para darle un beso —espeta Melione frenando en la pista de patinaje de la ciudad donde un montón de adolescentes y niños estaban jugando. Bajamos del coche viendo a lo lejos a la pareja aparcar la bicicleta, se acercaron a la pista de obstáculos donde se veían a algunos jóvenes practicar skateboarding y otras parejas sentadas en bancas besándose como si su vida dependiera de ello.
—Que me parta un rayo de Zeus, ¿Estás celosa Black? —se burla Calí señalando a mi tía y posteriormente a Zay, quien estaba demasiado ocupado explicándole a Azul lo que estaban haciendo los skaters.
—No estoy celosa, ¿estás drogada o la ambrosía te está afectando el cerebro? —ataca la morena mirando por encima de su hombro a la menor que ni siquiera se inmutó ante sus palabras y con una sonrisa burlona respondió a la pregunta de Melione.
—No me drogo y la ambrosía no afecta mi cordura, pero de lo que sí estoy segura es de que a ti te gusta Zay. Estás tan obstinada en que nadie pueda entrar en tu corazón para lastimarte de nuevo que te deja ciega y sabes que Zay desde el primer día te atrajo. Fenómeno o no te atrae Black y si te consideras una buena amiga alejaras a ese chico de Azul sin herirla —dictamina la platinada girando a ver a Azul y al cazador, la rubia está riendo de algo que dijo el chico y este se acerca un poco más a la estrella.
Ignorando su pleito observó a la estrella se acercó a un grupo de chicas que estaban practicando y habló con ellas hasta que una le tendió su tabla y comenzó a explicarle cómo funcionaba. Zay ayudo a la rubia a montarse en la tabla y a comenzar a desplazarse con elegancia por la parte plana de la pista, la ideal para los principiantes. La rubia comenzó a usar una pierna para darse impulso, soltó la mano de Zay y siguió los consejos que le gritaba la chica dueña de la tabla. Estaba tan metida en mantener el equilibrio y aumentar la velocidad en la que iba que cuando levanto la mirada maravillada por los pequeños logros que estaba teniendo me vio.
Perdió el equilibrio enviando el skate del otro lado y cayendo sobre su trasero en el suelo, quise correr en su ayuda, pero vi a Zay llegar a su lado y ayudarla a ponerse de pie. Note como Azul evitaba darle la mano derecha, la intentaba ocultar lo que me hizo pensar que algo malo pasó y mis sospechas aumentaron cuando la chica del skate le tendió un pañuelo y la estrella lo utilizó para cubrir su mano. Ambos se alejaron de la chica para irse de nuevo a la donde estaba la bicicleta de Zay, Azul subió sosteniéndose con una sola mano y ocultando la otra todo el tiempo del cazador. Como buenos acosadores que estábamos siendo nos montamos en el auto de Mel para seguirlos, nos dimos cuenta de a dónde se dirigían cuando entramos en el complejo residencial de mis abuelos.
Melione estaciono el auto unas casa antes para no levantar sospechas y nos aconsejó agacharnos, detrás de nosotros apareció el auto de Colín también se agacharon esperando que Zay se fuera. El cazador frenó enfrente de la mansión de los Black y la estrella se bajó algo apenada por lo que se lograba ver. Solo se despidió saludándolo con su mano que no estaba cubierta por el pañuelo y camino hacia la entrada donde las rejas se abrieron dejando pasar a la estrella sin problemas. Zay se quedó en la entrada por otros diez minutos esperando que Azul entrara en la mansión suponemos y se giró en su bicicleta pasando por nosotros sin voltear a vernos, en cuando su silueta se perdió en la calle Mel encendió el coche y condujo como alma que Hermes al inframundo.
Siguiendo estaba el auto de Colín, las rejas se abrieron dejándonos pasar y de inmediato frenarnos ante la mansión, mi tía bajó del auto preocupada corriendo al interior de la casa. La seguimos segundos después y la encontramos sentada en las escaleras de la entrada con Azul, le estaba revisando la mano que tenía un tono verde en ella. Se raspó la mano al caer y su sangre pudo haberla delatado con el cazador de su verdadera identidad, por eso huyó tan rápido del punto. Los ojos claros conteniendo las lágrimas de Azul se cruzaron con los míos y solo pude preocuparme por ella y lo que estaba sintiendo en estos momentos.
—Lo siento —murmuro bajito despegando su mirada de mis ojos, agachando la cabeza se cubrió el rostro con una cortina dorada de sus cabellos.
—Vamos a curarte primero, luego hablamos.
A Z U L
⭐⭐⭐
Mar limpio mi herida, tan solo era un raspón, pero debía cubrirla para que Zay no vea mi sangre verde o la coagulación oscura de esta, mi caída en la pista de patinaje fue un garrafal error que casi me cuesta la vida. Zay no se dio cuenta de nada, gracias a la chica que me prestó la tabla para patinar pude cubrir mi herida con la excusa de que le tengo fobia a ver sangre y amenazar con que me desmayaría fue suficiente para que el cazador me trajera a casa.
—Ya está, el ungüento que utilice ayudará a sanar la herida más rápido en pocos días vas a poder dejar de usar esta molesta venda —aclara Mar soltando mi mano, las escasas lágrimas que se corrieron por mis mejillas las seque para ver a los demás, todos estaban esperando a que hablara. Querían saber qué sucedió con Zay, en especial Anker que no dejo de caminar por la sala mientras Mar me estaba curando la mano y Calí le pidió en más de una ocasión que dejara de caminar porque me ponía más nerviosa a mí, tenía mucha razón en verdad.
—¿Qué pasó con el fenómeno? —pregunta primero Melione dejándome como el centro de miradas, aún no entendía por qué lo llamaba fenómeno, Zay es un chico tranquilo y por lo que estuvimos hablando no dañaría a nadie, humano al menos no quise arriesgarme mostrando mi sangre verde.
—Hablamos de porque se mudó con su familia, su padre cuestionaba lo que hacían dentro de su "comunidad cerrada" y por eso los echaron, no me dio demasiados detalles. Pero al parecer él y sus hermanos no estaban del todo de acuerdo con abandonar todo lo que conocían como su mundo —respondo recordando las cosas que nos dijimos —Zay quiere comenzar de nuevo al igual que su familia, no quieren regresar a su comunidad y... —mi voz se fue perdiendo a medida que me di cuenta de lo que estaba a punto de decir, no quería aceptarlo o decirlo en voz alta porque lo volvía real. Y eso para mí era un problema. —Y le gusto a Zay —finalizó con las mismas palabras que el cazador utilizó antes de que me cayera del skate, escuchar esas palabras viendo a Anker mirándome me desconcentro y me caí. Otra vez.
—Okay —escuchó decir a Calí levantándose en su lugar para comenzar a caminar ella alrededor de mí, como si fuera un planeta orbitando a mi alrededor. —Es un buen chico, no sabe que eres una estrella y le gustas. ¿Te gusta a ti? —la platinada fue tan directa como siempre, sus palabras no me afectaban, pero no quería herir a nadie en especial a Zay luego del momento tan íntimo que compartimos antes de que Sam gritara.
—No me gusta, es agradable como amigo y no creo que pueda verlo con otros ojos —confieso sintiendo que mis mejillas se calentaron, no me daba vergüenza admitir eso delante de tantos pares de ojos, en el cielo te acostumbras a compartir lo que piensas y que muchas de tus hermanas te juzguen, pero aquí en la tierra estaban Colín, Kevin y Anker viéndome. Se sintió extraño confesar eso frente a ellos. —Yo iré al jardín de Perséfone no me estoy sintiendo muy bien —de un salto me levanté del sillón para escapar al jardín trasero de la mansión, el único sitio en toda la casa donde reina la paz y el único ruido que se oye es el de la naturaleza.
Atravesé su entrada viendo como algunos árboles se movieron a mi paso, este jardín tenía vida propia, los árboles desprenden sus hojas para recrear siluetas danzantes que me hacen reír y me rodean haciendo una ronda invisible donde todos bailan a mi alrededor. Era como sentir por unos minutos estar en casa, danzando en los cielos con mis hermanas y una lágrima rodó por mi mejilla perdiéndose en mi cuello. Por primera vez desde que estoy en la tierra no llore a mares por extrañar a mis hermanas, no es que lo esté superando, solo aprendí a vivir con ese vacío.
—Azul —me llama una voz masculina y las hojas con siluetas danzarinas de doncellas se caen al suelo, la magia que había en el lugar se detiene para abrir paso al príncipe del inframundo.
—Hola Anker —saludo sin girar a verlo, seguí contemplando las flores en los árboles y el hermoso paisaje del jardín de la diosa de la primavera. Una mano firme se apoyó en mi cadera haciendo que gire a ver al príncipe, nos encontrábamos tan cerca que nuestros alientos casi que podían mezclarse y podíamos escuchar el corazón acelerado del otro.
—Yo... quería saber si te encuentras bien, después de lo que pasó en tu cita y eso —soltando mi cadera observó como el príncipe se aleja un poco de mí, dándome espacio para pensar en sus palabras y no seguirme embriagando en su perfume.
—Estoy bien Anker, como ya lo dijo Calí sé defenderme muy bien sola —protestó por su obsesivo acoso durante toda mi cita y él parece captar la indirecta porque agacha su cabeza avergonzado —Pero aprecio que quieras cuidarme y sé que la próxima vez no me trataras como a una princesa que necesita ser rescatada —finalizó besando su mejilla. El príncipe se puso rojo como una cereza, contuve mi risa cuando el beso también mi mejilla antes de envolverme en un abrazo que me levantó del suelo.
—Lo lamento y la próxima vez no te vigilaré, porque espero que tu próxima cita sea conmigo, ¿si quieres aún ir conmigo a la cafetería que te recomendó Calí? —pregunta bajándome al suelo, sin soltarme me miro a los ojos y pude ver en ellos los mismos ojos del rey del inframundo, grises como una tormenta.
—Lo pensaré —sus manos me sueltan como si mi cuerpo quemara, tuve que morderme la mejilla para no reírme en su cara cuando intentó disimular que mis palabras le afectaron —Ya quita esa cara bebé llorón, si quiero ir contigo a esa cafetería —después de todo no tenía nada que perder, mi tiempo en la tierra se estaba acortando mis heridas sanaban sin problemas pronto regresaré a casa.
Bueno este capítulo reveló muchas cosas y lo más importante, Azul saldrá con Anker. Ahhhhhhhh gritos de perra loca.
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