#4 Mía
Por favor, no metas de nuevo tus dedos en tu garganta.
Estás delgada.
Tu reflejo te engaña, una vez más.
Sé que siempre te digo lo mismo: "Estás delgada".
Pero, es la verdad, Mía.
Si tan solo te sentaras a escuchar, entenderías la verdad.
Ignora a esos idiotas.
No veo nada de "gorda" en ti.
Estás bien.
Lo único que está mal es tu mente.
Escúchame por una vez.
Te repito una y otra vez: "Estás MUY delgada".
Mía, no quiero que acabes en una camilla de hospital.
Me importas, no quiero verte mal.
Dicen que no encuentras la talla correcta de los vestidos.
Y piensas que es porque te sobra piel.
Pero la verdad es que...
Cariño, te quedan muy grandes.
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