capitulo 20
Kalika
Mi corazón se estrelló en mi pecho. Killian acercó mi cabeza lo
suficiente para que sus labios tocaran los míos. Sabía que le dolía la cara,
así que le devolví el beso suavemente. No quería lastimarlo.
—kali, te deseo —susurró contra mis labios.
Esas no eran las dos palabras que quería escuchar, pero estaban
bastante cerca del segundo lugar. Salí de su regazo y me coloqué delante
de él, mientras alcanzaba mi espalda, abría la cremallera de mi vestido y lo
dejaba caer.
—Dulce Jesús —susurró killian.
No me había puesto un sujetador y tenía las bragas más reveladoras
que poseía. Me hallaba doblada quitándome las botas, cuando killian se
inclinó y agarró mi brazo.
—Déjatelas puestas.
—¿Cómo voy a sacarme las bragas?
Me lanzó una sonrisa maliciosa, luego agarró mis piernas y me metió
entre las suyas. Acariciándome con las manos, las deslizó bajo las finas
cuerdas que sostenían mis bragas y me las sacó con un fuerte tirón.
—Ni siquiera quiero saber cómo aprendiste a hacer eso.
—Las reemplazaré. Te compraré un montón igual a esas —prometió,
llevándome a su regazo mientras se quitaba la ropa mojada
Killian
Podemos hacerlo así? —preguntó Kalika con nerviosismo
mientras se sentaba a horcajadas sobre mi regazo.
Dios, era tan malditamente inocente. Saber que he sido el único que
la ha tocado, estado dentro de ella, que la ha probado, empeoró mi loca
posesividad. Quería mantenerla cerca. Lejos de todos los demás.
—Sí, cariño, se siente muy bien de esta forma —le aseguré mientras
sostenía sus caderas—. Tendrás todo el control.
Me incliné hacia adelante y atraje uno sus pezones a mi boca. Se
hallaban justo ahí, provocándome. No podía ignorarlos. Estaba
jodidamente seguro de ser adicto a ellos. Arqueó la espalda y dejó salir un
suave gemido.
—Lo quiero dentro —suplicó.
Le sonreí.
—Entonces ponlo ahí.
Sus ojos se abrieron con sorpresa y luego lentamente bajó su cuerpo
hasta que la punta de mi erección tocó la entrada que los dos queríamos
tanto.
—¿Sólo bajo? —preguntó, mirándome de nuevo.
Si no estuviera tan increíblemente encendido, me hubiera reído.
—Sí, sólo baja.
Me gustaba la forma en que sonaba.Mordió su labio inferior mientras se movía.
—Ah, es tan bueno —gemí mientras nos atormentaba con su ritmo
lento.
—Sí —jadeó—, lo es.
Se detuvo, y quería tanto empujar hacia arriba, pero me contuve.
Esto iba a ser todo para ella.
—¿Sigo adelante? —Respiraba rápido y duro,
haciendo que sus tetas brincaran suavemente en mi cara. Dios, nunca
tuve algo tan bueno como esto
—Sí —le aseguré.
Se hundió por completo y mis caderas se sacudieron por voluntad
propia, haciéndola gritar.
—Joder, nena —gruñí, mientras sus músculos internos apretaban
mi polla.
—Oh Dios, se siente tan bien —dijo, lanzando la cabeza hacia atrás y
dándome acceso total a su bonito cuello. Me incliné, besé y lamí muchospuntos suaves antes de que comenzara a moverse. Levantando las caderas, dijo
—: Quiero moverme.
—Arriba y abajo, nena. Tan rápido o tan lento como quieras. Es tu
cabalgata.
—Oh —suspiró y sus ojos se expandieron ante mis palabras.
Se relajó y tuve que poner las manos en puños a mis lados para
contenerme de tomar el control. Esto me ponía jodidamente loco. Era muy
tentador ponerla sobre su espalda y bombear dentro y fuera de ella hasta que los dos gritáramos la liberación. Pero entonces, mirarla experimentar esto por primera vez, era algo que nunca olvidaría.
—killian —jadeó.
—¿Sí, nena?
—¿Puedo ir más rápido? Quiero ir más rápido.
Ah, infiernos, sí. —Móntame tan rápido y tan duro como quieras. Si
se siente bien para ti, se siente increíble para mí. Lo prometo. No puedes
hacerlo mal.
Asintió y puso las dos manos sobre mis hombros, luego se elevó
sobre mí y se hundió de nuevo rápido.
—¡AH!
Lo hizo de nuevo, más duro esta vez. Era lo más increíble que había
sentido alguna vez. Era más caliente dentro que antes y más suave…
¡MIERDA!
No usaba un condón. Mierda, mierda, mierda.
Agarré su cintura cuando comenzaba a tomar ritmo y la detuve.
—No, por favor —rogó, hundiéndose otra vez en mí—. Sí, oh Dios,
Killian .Jódeme
¿Cómo iba a detener esto?
Levantó sus caderas y se hundió de nuevo en mí, duro y luego gritó.
Se encontraba tan cerca. Si no estuviera tan seguro que yo dispararía
como un maldito cañón cuando se viniera, la dejaría terminar.
—kalika , tengo que ponerme un condón.
No se detuvo como esperaba. Levantó las caderas más rápido y se
sacudió adelante y atrás mientras hacía pequeños gemidos sexys que me
ponían al borde.
—Kalika , un condón, nena. Olvidé el condón.
—Está bien. Estoy con la píldora —dijo antes de presionarse de
nuevo y balancear las caderas adelante y atrás.
¿Por qué coño tomaba la píldora?
—Killian , ¡AH! Killian —gritó, agarrando mis hombros y
acercándose mientras comenzaba a temblar en mi regazo.
No podría contenerlo. Envolví los brazos a su alrededor y enterré mi
cara en su hombro mientras disparaba mi liberación en su interior.
Kalika
Caímos sobre la cama y nos quedamos abrazados killian hacia cosquillas en mi espalda era algo que no quería olvidar, pero sabía que duraría poco pues el me había olvidado.
me senté en la cama dispuesta a vestirme no quería mirarlo me moría de pena intente levantarme pero me sujeto de la muñeca y me obligó a mirarlo
Su mirada estaba fija en mi sería sin expresión podía sentir el color en mis mejillas y miré mis dedos
—¿Que pasa? – pregunté por fin pero no respondió segia mirándome—killian estás bien
— eres tú
"Mierda
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