Las estrellas brillan en el cielo danzando con la luna y enviando polvo celeste a mis manos.

Sabes que soy un ser de letras y manos inquietas, aunque un verso o una palabra nazca en mi pecho, ellas ganan la guerra y acaban por jugar en tu cuerpo antes que los labios rompan el silencio.

Como ninguna otra mujer logrará jamás, echas a mi mente y alma a cantarle a la luna... ¿Qué hago yo con tanto amor insaciable de ti con un simple abrazo o beso? ¿Qué haré con mi sed de beberte todas las mañanas al amanecer en tus brazos?

Mis ojos tampoco se cansan de ti pidiendo todo el tiempo mirarte cuando los kilómetros de estrellas nos separan en la distancia física. Ellos te buscan dentro y fuera de mis sueños.

Si mis pensamientos fuesen galaxia, entrarían a tu piel para rociarte lentamente en tiernas caricias, tardando la vida entera para jamás dejarte ir.

Si las estrellas a kilómetros nos separan hoy, juro que astralmente te estaré arrullando todas las noches hasta que pueda volver a verte.