Amor y roma
Dices que no eres para mí y que no eres lo que busco, pero la verdad te resultará graciosa, pues sinceramente no te buscaba ni te estoy buscando, tú solo estás llegando a mi alma, tú solo te metes en mis pensamientos y en las pupilas de mi corazón.
Llenaste mi vida de discrepancias y del estúpido "nunca digas nunca". Me prometí jamás caer en las redes de tu género, me juré jamás enamorarme de tu peculiaridad... y leeme ahora... no sé si escribo letras de amor o de roma, sin embargo, lo cierto es que te quiero sin querer, te escribo con tinta roja y con letras astrales, todo lleno de mi oxígeno verbal.
Dices que eres un desastre, que las de tu antónimo te odian y por esa razón no quieres darme una luz (aunque francamente, presiento otras razones), pero atiendeme bien; que seas o no un tornado oscuro no te hace menos o más ante la belleza que observo en ti, porque para mi eso eres, nada menos a un maravilloso color carmín cálido y lleno de sorpresas.
Mentiría si dijera que no me importas pese a ser una constante que no esperaba y pese a que, para mis manos, eres la manzana de Adán y Eva, erraría si me muestro con despreocupación frente a tu presencia, al pie de cruce de miradas que no entiendo si son o no para mí... mentiría si te dijera que no me importa verte con alguien más... por ti he escondido y engañado tanto que hasta a mi persona le he dado más que mitomanía, eres todo lo que jamás creí posible, eres una persona majestuosa.
Me lo creas o no, vales más que cualquier ser humano medianamente promedio. Rompes muchos tabús y estereotipos que cumplen el conformismo actual, has roto la barrera de mi reproche y me regresaste ilusiones que había perdido, me has devuelto la ilusión de avergonzarme y sonreír sin razón aparente, me coloreaste después de haberme teñido de grises tristes, por lo tanto, te agradezco no ignorar mi silencioso llamado visual.
Estoy consciente de mi realidad, estoy consciente de a dónde van tus veloces pasos, así que sólo me queda dedicarte algo de mi ser para formular una tregua y desenredar mi hilo rojo del tuyo, el cual hizo nudos por accidente durante unos días, pero descuida, así como entré a tu vida en silencio, me iré de la misma manera.
Para mí ha sido una hermosa experiencia que no volveré a vivir dos veces y de hecho no es para más, no quiero que otra persona me retorne, fuiste tan especial que nada ni nadie te quitará el titulo de mi único amor platónico, mi único imposible y mi única fantasía.
Lo que siga después de esta dedicatoria estará abierto a tus elecciones, que sea un final feliz de cuento es gracias a ti.
- anónimo
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