Soberbia: The True.
Taehyung buscó por toda la casa cuando apenas la fiesta terminó y las personas comenzaban a irse del lugar con una sonrisa en sus rostros ebrios.
Nunca encontró a Jeongguk en ningún lado, insistió en cada llamada hacia el móvil de este pero no lo escuchó desde el otro línea telefónica.
Movió la uña de su dedo pulgar cuando solo respondía su contestador de voz y no el Jeongguk verdadero. Llamada tras llamada y nada era de parte de su mejor amigo.
Mientras observaba a su alrededor de en busca de él, el contestador de la línea telefónica de Jeon le dió un espacio para que pueda dejar su mensaje libremente y como se había rendido en llamarlo, prefirió dejar un mensaje donde su tono de voz dónde demostraba estar preocupado.
—Jeongguk, si ya te has marchado sin mi, dime si te encontras bien y en dónde. Responde mi mensaje de regreso, por favor. Me preocupas.
Y cortó su mensaje. Volvió a observar a su alrededor en la sala principal pero ya casi no habían personas y tampoco se encontraba Jeongguk allí.
Con una expresión de tristeza y preocupación, decidió que era lo mejor marcharse sin percatarse de la mirada del rubio sobre él hasta que salió de la casa de este.
Taehyung estaba perdido en sus pensamientos que caminó hasta fuera de la casa con la mirada en el suelo y cuando quiso ver la luna de la noche se dió cuenta que se veía realmente extraña, de color algo rojo pero quizá era el efecto del alcohol que había bebido pero no fue todo efecto del alcohol cuando su mirada bajó y se enfocó en un vehículo aparcado frente a la casa de Jimin.
Fue ahí cuando comprendió que Jeongguk aún se encontraba allí y que no había manera de que se fuera del lugar sin conducir su vehículo de regreso a casa.
Se volteó rápidamente hacia la casa del rubio al escuchar el fuerte estruendo de una puerta cerrar bruscamente y rápido cuando supo que Jimin cerró la puerta cuando él se percató de algo.
Corrió hasta la puerta llamando por el nombre al rubio repetidas veces y luego golpeó la puerta muchas veces rogando que abra la puerta ahora mismo pero las respuestas desde el otro lado no existían.
Jimin sonrío mientras retrocedía sobre sus pasos y observaba como la puerta era golpeada con fuerza por el contrario pero jamás era abierta por más fuerte que sean los golpes. Esta estaba con seguro.
—¡Jimin! ¡Tienes que abrir la puerta! ¡Jeongguk no se siente bien y estoy seguro que aún se encuentra dentro de tu casa! ¡Déjame entrar y buscarlo!—Taehyung intentó abrir la puerta al girar el picaporte una y otra vez mientras con su otra mano golpeaba la puerta.—Me iré tan pronto encuentre a Jeongguk, lo prometo.
Y cuando intentó golpear nuevamente la puerta, esta fue abierta bruscamente y un Jimin diferente lo observó con frialdad.
—¡Dios mío, Jimin! Gracias por abrir la puerta.
El castaño intentó pasar por su lado y adentrarse en la casa pero el rubio se interpuso en su camino con una mirada que no era el típico color de ojos que siempre tenía. Este era algo rojizo como la luna de la noche pero nuevamente creía que eran los efectos del alcohol cuando la sonrisa peligrosa del rubio tenía colmillos largos y amenazaban con herir alguien.
—¿Jimin?
—No puedes entrar, solo él puede hacerlo. La fiesta se acabó, Kim. —Jimin intentó cerrar la puerta pero el contrario la sujetó para que no pueda cerrarla y insistió.
—Dejame entrar, Park. Jeongguk no está bien, se que lo sabes cuándo se que lo has visto caminar por la casa en un estado grave. Estaba bajo efectos.
—¿No has escuchado? La fiesta terminó.
Otra vez intentó cerrar la puerta pero cada vez más el castaño luchaba para que eso no suceda pero Jimin estaba comenzando a sentir enojo por su insistencia.
—Llamare a la policía, Park. Te niegas a dejar salir a Jeongguk cuando estoy seguro que se encuentra aquí. No sabes lo que haces.
—Se perfectamente lo que hago y estoy seguro que esos humanos no pueden saber que tan poderoso soy. Tú no tienes idea cuánto tiempo espere volver a la vida y estar aquí. No me molestes.
Sus ojos rojos atormentaron a Taehyung, quien retrocedió rápido cuando los colmillos del rubio fueron enseñados listos para morder y luego la risa maldita erizó la piel del castaño, quien observaba como la puerta se cerró fuertemente en su rostro.
Se congeló en su lugar por unos segundos hasta que buscó su móvil en su bolsillo. Lo encendió, buscó el número de la policía para luego llamar con desesperación mientras corría de regreso al vehículo de Jeongguk, al que subió sin saber porque no tenía seguro en sus puertas y recordó que no puede encenderlo sin las llaves.
La línea telefónica de la policía no respondía después de tantos intentos y solo cortó aquella llamada para buscar algo para encender el vehículo pero cuando palmo en todos los bolsillos de su ropa encontró las llaves de vehículo.
Rápidamente recordó que Jeongguk antes de marcharse, decidió dejarle sus llaves con algo dificultad bajo los efectos que aturdían su mente y no dejaban que pensará con claridad.
Colocó las llaves y encendió el motor. Su siguiente tarea en la noche era buscar ayuda a la policía lo más rápido posible antes de que ocurra algo más dentro de esa casa cuando sabía que Jimin siempre podía pensar en una venganza por la forma que Jeongguk se comportaba con él.
Se alejó de la casa a gran velocidad mientras sus ojos le echaban un vistazo a la misma a través del espejo retrovisor y observó como las luces de la casa de Jimin tenían un efecto parpadeante agresivo hasta que cambiaron de color a rojo como la sangre.
—¡¿Que carajos?!
𝐒𝐎𝐁𝐄𝐑𝐁𝐈𝐀: 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐄𝐑𝐈𝐄𝐒
Su cabeza puede doler como antes de caer en el desmayo que provocó que nunca supiera dónde se encontraba ahora y como había llegado a donde su cuerpo se recostaba.
Estaba en una habitación desconocida, la cama debajo de su cuerpo era tan cómoda pero no tanto como para calmar su preocupación de no saber dónde se había metido ahora.
Solo recuerda que intentó vomitar algo que provocó sentirse extraño por unos largos minutos pero su lucha, por expulsar lo que provocó esos efectos, fue totalmente en vano.
Por primera vez se sintió como un inútil por no poder evitar sentirse así y ahora acabar en una cama que no era suya junto a una habitación que desconocía.
Todo el alrededor de la habitación se encontraba oscuro excepto la lámpara de la mesa de luz a su lado que iluminaba levemente su cuerpo y su rostro confuso.
Se llevó una mano a su frente intentando calmar un poco su dolor de cabeza que aún persistía pero poco a poco fue desvaneciendo el dolor cuando presentía que no se encontraba solo en ese habitación y que algo de ojos rojos lo acechaba desde el oscuro rincón de la misma.
Le dolía la cabeza mirar a esos ojos rojos que lo perseguían en cada movimiento que hacia. ¿Que demonios era eso? ¿Por qué mierda mueve sus ojos rojos hacia donde se mueve una de sus manos?
Jeongguk observó una de sus manos y en el torso de esta se encontraba un sello o un pentagrama de color rojo oscuro que no dejaba de parpadear como si indicara algo.
Elevó su mano y cada vez parpadeaba más rápido hasta que la extendió un poco en dirección de los ojos rojos y ese pentagrama comenzó a quemar su piel. La sensación fue tan horrible que soltó un fuerte gemido de dolor mientras se tomaba la mano.
Los ojos rojos que lo acechaban parecían sonreír a través de ellos por lo que al azabache le acaba de ocurrir. Sin dudas, el pentagrama estaba conectado con el ser de ojos rojos de la oscuridad y cada vez que se acercaba, provocaba dolor, confirmando que ese sello pertenecía a ese infernal y no a otro.
La puerta de la habitación se abrió rápido y alguien desconocido se adentró pero con la poca iluminación de la lámpara a su lado, pudo ver qué era alguien similar a Jimin.
—¿Jimin?—Su tono de duda jamás pensó que sería parte de él algún día cuando aquel chico era idéntico al rubio pero con algunos retoques en su apariencia como en su ropa.
—Realmente soy él pero diferente.
Sus pasos fueron lentos pero sensuales como su rostro con esa expresión coqueta que poco a poco se observaba con claridad gracias a la iluminación una vez más.
Los ojos rojos que observaban a Jeongguk desde el rincón oscuro aún permanecían allí pero cuando el azabache los señaló para llamar la atención de Jimin de ellos, los ojos rojos se cerraron y luego el rubio cerró los suyos. Ahora quien tenía los ojos rojos era Jimin, quien tomó los ojos rojos de la oscuridad y por eso estos desparecieron mezclándose con los ojos del rubio.
Jimin ahora podía enseñar sus ojos rojos y Jeongguk jamás entendió porque de repente ese nerd tenía una mejor apariencia que la suya y un rostro bello que jamás vió antes por culpa de esos lentes molestos.
El soberbio humano tragó duro cuando el rubio se subió a la cama y gateó hasta él. Jeongguk intentó retroceder pero su espalda golpeó contra el respaldo de la cama y no tuvo escapatoria cuando Jimin finalmente llegó hasta su cuerpo y sus rostros estaban demasiado cerca.
Era realmente de no creer si Jeongguk confesaba que ahora tenía un poco de miedo de Jimin con esa nueva faseta.
—¿Que eres? Un humano no tendría ojos de ese color.—Susurro el azabache mientras observaba hacia otro para que el rostro de Park solo pueda observar su cuello. Evitando la mirada roja.
—Quizá soy alguien a quien no puedes desafiar ahora.
Jeongguk soltó una risita con burla en ella y era algo que no debía hacer si quería sobrevivir pero el azabache no tenía ninguna pizca de respeto hacia lo desconocido.
—No eres más que un maldito nerd con su estúpida locura de verse diferente para asustarme con esas lentillas de colores en tus ojos. ¡Vamos Park! Eres patético.
La mano del rubio tomó su rostro y lo hizo mirar sus ojos fijamente. Todo el rostro del rubio estaba serio y algo molesto cuando enseñaba como fruncía su ceño con fuerza.
—Es verdad lo que los demonios cuentan debajo de la tierra. Algunos humanos no tienen respeto sobre nosostros cuando están por perder sus miserables vidas.
—Tú no puedes hacerme daño más del que yo te he hecho y el que puedo seguir ejerciendo en ti.
—Esta bien, hablemos de daño, Jeon. Pero es mejor que no comiences a llorar luego.
Cada vez que observaba sus ojos rojos, un profundo dolor en el pecho lo invadía y era como si alguien introducia su mano allí en busca de algo...
Jeongguk bajó su mirada cuando desde sus labios expulsó una tos con un líquido carmesí que bajaba desde sus belfos hasta su mentón. Supo que su pecho fue atravesado por la mano de Jimin quien removió en su pecho en busca de lo que era su corazón, quien palpitaba más fuerte cada vez y cada movimiento de la mano del contrario dentro de su cuerpo le provocaba fuertes gritos de dolor.
—¡De-detente! ¡Duele demasiado! De-
Entre lágrimas, súplicas y gritos de dolor, Jimin jamás escuchó a Jeongguk suplicarle hasta que este mismo cayó sobre la cama sin señales de querer seguir con vida.
Pero todo fue una pesadilla de la que escapó en cuanto sus ojos se abrieron rápidamente y intentó salir de la cama en la que se encontraba cuando despertó.
Sabía que fue una pesadilla pero su momento de analizar la situación no era lo indicado ahora. Intentó moverse como pudo pero sus brazos estaban atados sobre su cabeza en el respaldo de la cama y nunca supo que su pecho estaba descubierto con rasguños en su piel pálida como si alguien con uñas largas le dificultaba abrir su ropa desgarrada.
—Has despertado. ¿Fue un buen sueño? Creí que habías muerto y pensé en darte un lindo sueño.
El rubio demostró su presencia al estar sentado al final de la cama con una sonrisa coqueta.
—¡Jimin, tienes que sacarme de aquí!
Jeongguk le suplicó junto con su mirada de bambi, que por primera vez era enseñada en el rostro de este mismo. El rubio sonrío aún más cuando esa mirada no hacía más que excitarlo y nunca sentir empatía por él.
—No es lo que pienso hacer, no me digas que hacer, humano.
—¡Maldita sea! ¡DEJAME IRME!
Pero Jimin le enseñó lo que era capaz de hacer. Sus ojos rojos observaron hacia arriba, en el techo de la habitación.
Jeongguk observó como él lo hacía y se encontró con algo que en sus sueño jamás observó antes. Se asombró tanto que su cuerpo se quedó paralizado por segundos.
Un rostro de una mujer comenzó a salir del techo junto al cabello oscuro que colgaba se este con cada vez que intentaba salir del lugar para atacar a Jeongguk. Iba a devorarlo cuando enseñó sus dientes hambrientos. El rostro no poseía ojos y las cuencas de sus ojos solo eran oscuras mientras su olfato y audición era perfecta para encontrar sus víctimas.
—Puedes salir de aquí de dos maneras. Tú escoges, puedes elegir al demonio de el techo, quien no se ha alimentado por siglos y es capaz de devorarte en menos de diez minutos o puedes escogerme a mi, puedes vivir conmigo pero realmente no se de qué manera pero al menos no voy a devorarte.
—No deseo a nin-ninguno.—Sus ojos le dieron un rápido vistazo al rubio y luego regresó a mirar al demonio del techo que cada vez colgaba de este al salir de allí con ansias de comerse al humano.
—Entonces puedes morir gracias a ese demonio.
Park iba a marcharse de la habitación para que ese demonio se alimentará pero Jeongguk gritó su nombre en ayuda y el arrepentimiento se podía oír en su voz.
«Por favor, te escogí a ti ahora, sálvame.»
Fue suficiente para que Jimin hiciera desaparecer al demonio con un chasquido de dedos. Y aproximó a Jeongguk gateando mientras sus ojos ahora creaban un efecto hipnotizante para el contrario.
—¿Que puede ocurrir ahora?
El rubio escuchó su pregunta pero nunca le respondió con palabras cuando lo hizo con un beso que chocó entre ambos belfos pero el azabache jamás pensó en resistirse aquel beso cuando el Jimin que lo besaba era tan atractivo que nunca se imaginó que le comenzara a gustar. Jamás se imaginó ese cambio y por primera vez dudó si era tan hetero como para fijarse en el contrario.
[...]
Sus pasos se alejaron del vehículo tan pronto se bajó de este en busca de ayuda para su mejor amigo.
Corrió hasta la estación de policía y se adentró en ella con desesperación. Todos los ojos de los oficiales se posaban en él con preocupación y hasta que no gritó por ayuda, ninguno se acercó a él.
Un oficial se acercó a él con preocupación mientras lo sujetaba de los hombros intentando calmar su respiración agitada y expresión de desesperación por salvar a su mejor amigo.
—Jovencito, ¿Que ocurre? Puede decirnos.
—Dios no, alguien quiere asesinar a mi mejor amigo, por favor alguien ayúdeme a rescatarlo de una casa, tienen que venir conmigo, por favor.
El oficial intentó calmarlo mientras escuchaba todo lo que el castaño le decía pero si no se tranquilizaba completamente era imposible saber mejor.
—Espere, tranquilo. Ven a mi oficina, cuéntame todo allí.
El hombre intento llevar del brazo a Taehyung a su oficina para oírlo mejor pero el nombrado se safo del agarre con desesperación y enojo.
—¡No tengo tiempo para ir a una oficina cuando mi mejor amigo necesita ayuda!
—Joven, es mejor relajarse antes de-
—¡MI MEJOR AMIGO VA A MORIR!
Fue lo que Taehyung gritó en toda la oficina y en el rostro del oficial. Solo quiera ayuda para salvarlo de una vez. No saben lo que había visto en Jimin en esa noche y algo no le daba buena espina.
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