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Soberbia: The Series.

Escogan su historia, de nuevo.

El anciano observó el final de esa historia anterior a través de la bola mágica de cristal sobre la mesa y frente a las tres cartas seleccionadas.

El rubio observó al hombre azabache, quien este último le susurro que lo sentía mucho por la historia en la que ambos fueron protagonista y el contrario negó con una sonrisa. No tenía que perdonarlo, está bien, había sido solo una elección que no podían controlar, si no, vivirla.

—No es hora de hablar. Acepto que se disculpen mutuamente entre ustedes pero debemos continuar. ¿Piensan tener sus brazos cruzados y no luchar por una historia correcta? Son almas en pena que luchan por regresar a la vida.

—Me gustaría disculparme por mis actos de ira hacia él.—Dijo el azabache arrepentido por ser tan malvado sin elección, si no, por lo que las cartas desearon.

—No tienes que disculparte, te perdonaré siempre y lo sabes.—La sonrisa cálida del rubio hizo que el azabache recobrará su buen ánimo y su positividad.

—¿No es maravilloso disculparse y luego volver a otra historia sin saber cómo será? No se disculpen antes de tiempo. Mejor sigamos...

El anciano chasqueo sus dedos dos veces y luego las cartas sobre la mesa se quemaron con un fuego ardiente, demasiado alto pero luego se apagó por si solo y nuevamente los lugares para nuevas cartas se dieron a la luz.

—Es tu turno ahora, puedes ser quien tú desees para recompensar tu derrota anterior. Elige con cuidado.—Dijo el anciano cuando se giró levemente para dirigirse al rubio, quien asintió decidido.

El rubio acercó su mano al mazo de naipes de tarot y tembló un poco antes de tomarla. Su mirada se movió rápido hacia el azabache curioso pero luego observó su carta escogida que presionaba contra su pecho minutos antes, deseando tener una oportunidad de encontrar su vida perfecta.

El rubio sonrío cuando vio un mago con su vara mágica, usando todo su poder con ella y encantando todo a su alrededor.

El mago.

—En tu segunda historia, obtendrás el poder absoluto, sabes que tienes un poder demasiado grande del cual nadie puede juzgarte y lo utilizarás a tu favor. Recuerda estas palabras, eres tan fuerte que los humanos temen a tu poder.

El rubio observó como la mano arrugada de ese anciano se alzaba por el aire y señalaba al rubio con emoción de ver una carta como esa en la primera tirada de tarot. Luego se giró hacia el hombre de cabello azabache y esperó que este mismo tomara una carta mientras colocaba la carta del mago sobre la mesa.

La carta del mago brilló y dejó una marca debajo de ella, indicando que esto sucedería si o si.

La próxima carta que el azabache tomaría sería la carta que le brindaba demasiadas cosas a su favor pero realmente falló cuando está carta salió invertida y por lo tanto, todo lo que debía estar a su favor, sería en contra de él.

La fuerza.

—¡Oh chico has tenido mala suerte esta vez!—El anciano río un poco por su mala suerte y tomo la carta para luego colocarla sobre la mesa pero también a lado de la carta anterior.—Parece que en esta historia todo será en tu contra, nadie puede ayudarte y realmente te sientes solo por más amigos que desees tener. Vida perfecta pero nada es como tú quieres, chico. Buena suerte.

La última carta de la tirada determinaría que tipo de pecado capital se poseía en la historia. Uno de los dos hombres debía escoger una de las siete cartas de siete pecados capitales y demostrarla al anciano.

El azabache tomó valor y luego escogió la carta que su intuición le dijo pero falló rotundamente.

Realmente quería escapar de allí en cuanto observó la carta y escuchó las palabras del anciano emocionado por ver la carta.

Soberbia.

—La suerte en ti en esta tirada ha sido cruel pero recuerda que es la segunda, aún existe una tercera oportunidad. Ten cuidado con esta nueva historia de tu vida, se aproxima la soberbia en ti y por escoger una carta invertida, pierdes ante él...—El anciano señala al rubio y los ojos del azabache se dirigen a este con algo de curiosidad.—Parece que él ha ganado la segunda ronda de tirada de esta segunda historia.

Y el anciano aplaudió dos veces para luego ver cómo la habitación oscura dejaba entrar nuevamente una niebla completamente negra y pronto esta los rodeó del todo.

Está es la historia.

𝐒𝐎𝐁𝐄𝐑𝐁𝐈𝐀: 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐄𝐑𝐈𝐄𝐒

Jeongguk corrió alrededor del campus de fútbol, cada vuelta que daba en este mismo, su cuerpo se comenzaba a sentir más pesado y cansado. Pronto llegaría a las duchas para darse una ducha refrescante y quitar todo el sudor que lo incomodaba al correr.

Realmente siempre trataba de bajar de peso aunque se mantuviera en el peso ideal y sano. Siempre pensaba en adelgazar y quemar grasas de un cuerpo que estaba realmente trabajado sin descanso pero el simple hecho que la grasa de la comida se estanque en las zonas musculosas de su cuerpo, le hervía la sangre a más no poder.

Odiaba ver lonjas en su torso aunque realmente no las tenía. Solo odiaba subir de peso y la comida chatarra.

—No tienes que estar aquí hasta tarde para bajar de peso, te ves genial.

Su mejor amigo, Taehyung jugó con su pelota de básquet y la golpeó contra el suelo para luego tomarla entre sus manos. Observó al azabache soltar un gemido de cansancio y luego tomar una botella de agua que colocó minutos antes en una banca cerca de ambos.

— No tienes que decirme que hacer, no quiero subir de peso y no lo haré. ¿Entiendes?

Taehyung rodó los ojos y observó hacia su pelota para luego hacerla rebotar contra el suelo muchas veces mientras el silencio entre ambos amigos parecía ser eterno.

Pero el silencio fue interrumpido por un tercero que se acercaba a ellos en la distancia. Su ropa holgada algo descolorida y lentes indicaban que tipo de chico era en ese instituto. Un nerd.

Jimin corrió hasta ellos con la tarea hecha del azabache. Siempre debía hacerle la tarea, realizar sus exámenes, estudiar por él y prácticamente era un sirviente cuando Jeongguk lo necesitaba.

Apretó el cuaderno de tareas contra su pecho con una mano y en la otra llevaba una toalla seca para el popular azabache, quien lo miró con asco cuando ambos estuvieron frente a frente.

—Mierda, corre más rápido. ¿Dónde has estado mientras corría aquí? Tuviste que traerme mi toalla hace minutos atrás. —Jeongguk tan pronto terminó de quejarse, le arrebató la toalla a Jimin de su mano y procedió a secar su sudor.

El rubio no pudo evitar contemplar el cuerpo y el rostro de azabache. Realmente estaba obsesionado con Jeongguk y su carácter. Nunca se sentía mal si el chico soberbio lo maltrataba con sus actos o palabras, él estaba feliz de saber que para Jeongguk, él existía ante sus ojos malvados.

Salió de su trance y su contemplación hacia el azabache cuando este mismo llamó su atención con chasquidos de dedos para luego hacerle una pregunta.

—¿Has hecho mi tarea? Más te vale o si no todos en este instituto sabrán que eres un sucio nerd. —Su dedo lo señalaba con cada palabra que sus labios finos expulsaban con malicia y Jimin jamás se sintió asustado ante eso, solo feliz con una sonrisa en su rostro.—Ni siquiera eres tan santo como aparentas. ¿Realmente crees en Dios cuando tu mente es solo pensamientos sucios?

Taehyung observó todo tan extraño que arqueo una ceja no estando seguro de lo que ocurría y que era raro que Jeongguk utilice a Jimin de esa forma cuando siempre solía confesar que odiaba verlo y lo mejor era ignorarlo. Pero solo lo utilizaba para su conveniencia.

—N-no volveré a llegar tarde.—Jimin tenía un tono muy tierno y dulce que no funcionaba con Jeongguk pero si con los profesores cuando le tenían ternura.

—¿Como sabes que tiene esos pensamientos?

La pregunta del castaño hizo desviar la mirada del azabache sobre el rubio para observar a su mejor amigo con una expresión de burla.

—Él me ha dicho todo lo que piensa, soy él único que habla con él en este lugar. Tiene que estar agradecido de tener a alguien con quién hablar. ¿No crees?

Taehyung deseó negar con su cabeza pero sus palabras fueron otras cuando los ojos de Jeongguk lo presionaban con la intención de que diga la verdad frente a Jimin. Hacerle creer que estaría solo si Jeongguk se olvida de él algún día.

—No- si tienes razón.

—¿Ves, Park? Siempre tienes que negar la verdad. Siempre hablamos de esto y niegas que el día que deje de hablar contigo, no estarás solo aunque si lo estarás. —Y el azabache elevó su mano, colocó su dedo índice sobre el pecho del rubio y como si lo señalará tan cerca. Volvió a hablar separando las palabras.—Estaras-solo-siempre.

El rubio solo bajó la mirada y no se movió en ningún segundo mientras Jeongguk era llamado por su nombre gracias a su amigo, quien no soportaba ver lo que sus ojos le demostraban a su mente, está lograba pensar en algo como una respuesta.

Pero alguien más le ganó primero y se sorprendió que fuera Jimin por primera vez.

Él era una persona más de callar que responder y verlo responder era algo no de todos los días. Jeongguk demostró asombro por primera vez y luego se molestó como su expresión en su rostro demostraba.

—Al menos estaré solo y no mal acompañado como un idiota engreído como tú al que sus novias lo dejan por ser tan soberbio con aires de superioridad.

Jeongguk frunció al ceño al escucharlo y el fuerte impulso de que querer golpear invadió toda su mente. No pensaba en otra cosa que golpear su cara repetidas veces.

Intentó avanzar y levantar su puño para chocarlo contra su mejilla pero Taehyung lo detuvo tomándolo de los hombros, haciendo que retroceda sobre su pasos, alejándolo de un Jimin que cambió su mirada de una de burla a una de miedo.

—No está bien, Jeongguk. Para.

—¿Sabes que carajo no está bien? Que este maldito nerd sin vida social tenga que decir mis cosas privadas en un lugar como este. ¿Se cree mejor que yo por decir algo de mi? Míralo ¿quien quería ser él?

—No hay nadie más aquí que yo y él. Nadie más puede escuchar lo que ha dicho. Es un campus.

—Voy a matarte tan pronto tenga la oportunidad, tú ni siquiera tienes amor propio como el mío como para atacarme de esa manera. Estoy seguro que desearías una vida tan activa como la mia.—Jeongguk señaló a Park. El azabache lo observó a los ojos con molestia en esa mirada que no paraba de penetrar su alma.—Me largo de aquí.

Con el enojo recorriendo todo su cuerpo y sus fuertes impulsos por golpearlo, se largó del lugar dejando a un Taehyung atrás que sonrío amable a Jimin y luego siguió a su mejor amigo fuera del campus, dejando finalmente a un rubio que poco a poco comenzó a cambiar su sonrisa de una amable a una diabólica.

Solo tenía un plan para Jeongguk que todo iba a la perfección.

[...]

Jeongguk miraba en la distancia a un Jimin comienzo su almuerzo en una mesa lejos de la suya con sus amigos populares del campus. Solo podía oír como estos se reían del rubio mientras el azabache no tenía ganas de reír cuando lo observaba con enojo.

—Maldito Nerd.—Susurro entre dientes mientras en una mano apretaba la manzano roja que no deseaba comer cuando todo su hambre se sació con el enojo que sentía en ese momento.

Taehyung lo observó de reojo mientras devoraba su manzana y luego movió sus ojos hacía el pequeño Park que comía tímido cuando siempre podía sentir la mirada de Jeongguk sobre él.

—Jimin dará una fiesta esta noche.—Eso llamó la atención del azabache cuando uno de sus amigos confesó emocionado y observando a este mismo.

—Eso está muy bien, supongo que quiere reconciliar su amistad contigo, Jeongguk.—Taehyung intentó ser bueno uniendo a ambos pero el azabache se negaba.

—No tenemos una amistad.

Y con la molestia en su rostro, Jeongguk se alejó de la mesa de sus amigos para irse de la cafetería en busca de un lugar tranquilo.

Cuando la noche llegó, muchos sabían que debían llega pronto a la fiesta de Park, cuando esté les dijo que los invitaba a su mejor fiesta. Era algo extraño que un nerd solitario, al que nadie quería, invitará a todo el instituto a su casa para una fiesta descontrolada.

Taehyung realmente estaba feliz de estar en la fiesta de Jimin, cuando lo vió entre la multitud de personas, en la sala principal de la casa, pensó que era otra persona totalmente. Sus lentes no estaban en su rostro y su ropa no era la misma de siempre. Era una bella vestimenta y parecía lujosa realmente combinada con aretes brillantes como el collar que colgaba de su cuello. Una camisa negra algo abierta, jeans ajustados, buenos zapatos y el cabello rubio peinado hacia atrás le daba una apariencia más elegante y sensual.

Su rostro estaba más encantador con eso labios rojos y esos ojos hipnotizantes que los lentes ocultaban todo el tiempo. Era como un ángel pero con una belleza que dominaba la atención de cualquiera que lo vea.

Jimin empujó un tipo borracho que intentó sobrepasarse con él y intentar besarlo pero el tipo insistió hasta que Taehyung lo sacó de ese problema jalando su brazo.

—¡Jimin! ¡Eres otra persona! Jamás espere verte así de bien. —Taehyung se le notaba asombrado y conmovido por el cambio de apariencia.

—Creo que todo tiene un cambio ¿No crees?

Sentir susurrar los labios gruesos de Park en su oido era algo irresistible pero no podía verlo más que un chico bueno aunque intentará pensar en algo más allá de un abrazo. Él solo lo veía como un amigo aunque no lo había dicho aún a este.

Tae asintió ante su susurro y bebió un poco de alcohol de la botella que sostenía de su mano mientras disfrutaba de la buena música pero jamás sintió o escuchó como su móvil sonaba en el bolsillo trasero de su pantalón cuando solo pensaba en fiesta y no en atender una llamada.

Jimin sonrío cuando lo vió pasarla tan bien,  luego retrocedió sobre sus pasos con la mirada seria en el castaño, asegurándose que este no se percatara de que se estaba alejando de ese lugar en busca de alguien en especial está noche.

Buscó por todo el sitio, sus ojos se movieron por todos los rostros de la sala y luego pensó en ir al piso de arriba para posiblemente encontrarlo allí pero jamás lo vió. No lo vio por ningún lado de la casa como él esperaba que fuera.

Bufó molesto y algo decepcionado mientras tomaba asiento en un escalón de las escaleras mientras bebía un sorbo de cerveza de su botella, ignorando que algunas parejas pasaban por su lado subiendo las escaleras en busca de un lugar donde tener sexo en su casa. Eso le causó algo de asco que su rostro no pudo evitar expresar mientras le daba un sorbo y otro  su botella.

Mientras tanto, Taehyung solo podía hablar con una chica con la cual pensó que estaría bonito entablar una conversación más allá de un hola. Solo sonrío con cada palabra que la chica le respondía de sus preguntas y jamás atendió en móvil de su bolsillo al pasarla bien.

Desde el otro lado de la línea telefónica, que no paraba de llamar a su móvil, se encontraba un Jeongguk realmente enojado y algo aburrido de su rutina de noche. En una casa silenciosa y solo su televisor encendido con una película aburrida mientras marcaba una y otra vez el número de su mejor.

Recostado sobre el sofá de la sala, no podía negarse a maldecir cuando su mejor amigo no respondía a sus llamadas.

—Maldito ¿Qué demonios es más importante que yo en este momento? Deberías atender mis llamadas.

Realmente Jeongguk se creía lo único del mundo. El sol de la tierra o el oxígeno de los humanos cuando siempre creía ser lo primero más importante en la vida de las personas. Siempre decía que él debía ser la prioridad de todos.

Si él necesitaba algo de alguien, siempre quería que ese alguien cumpla con él pero siempre que ese alguien necesitaba a Jeongguk, este mismo solo ignoraba.

Jeongguk no le importaba perder amigos si tenía que decir que él era mejor de todos en un grupo de amigos. Realmente adoraba demostrar que era el mejor en todo cuando a veces no todo el tiempo podía ser bueno en algo.

—¡Atiende mis llamadas, Taehyung!—Dijo el azabache mientras aún tenía su móvil en su oreja esperando que desde el otro lado de la línea pueda escuchar la voz de su amigo y no el molesto contestador de voz.—¿Quien demonios te crees para no responderme?

Él se cree superior a todos, se cree el rey que no es. Siempre con su ego, su superioridad, su egoísmo y su desprecio hacia las personas.

Tanto enojo sin sentido por no ser atendido como él quería, lo hizo pensar en dónde posiblemente estaría su mejor amigo ahora mismo. Sonrío y luego su lengua se abultó contra su mejilla en un acto de molestia reflejada en su rostro.

Por casualidad, tenía una vestimenta de ropas anchas y negras. Solo tomó sus llaves de su vehículo y salió de la casa tan rápido como era posible antes de que la fiesta terminará.

Por suerte, conocía dónde encontrará la casa de Park cuando Taehyung lo llamó horas antes para decirle dónde estaba la casa por si cambiaba de opinión antes de tiempo. Definitivamente no ha cambiado de opinión, si no, buscaría a su mejor amigo y lo sacaría de la fiesta.

[...]

Pensó que era realmente aburrido esperar por su invitado especial. Ni siquiera quería hacer una fiesta descontrolada cómo está con el pretexto de ver a Jeongguk en ella. Solo quería ser discreto y no llamar la atención de los demás con su plan.

Solo quería ser lo más discreto posible mientras observaba como todos bailaban en la sala principal con la música realmente alta mientras el rubio observaba desde las escaleras.

Una vez más antes de darse por vencido y terminar la fiesta por no ver a su invitado pero su cuerpo se detuvo al bajar apenas un escalón cuando sus ojos se movieron rápidamente hasta un cabello azabache que se movía rápido entre la multitud de gente como de una serpiente se tratase.

Parecía enojado cuando sus brazos empujaban levemente a las personas de su camino hasta que sus ojos observaron a su mejor amigo hablar con una chica contra una pared.

Lo tomó del hombro cuando casi lo observa besar los labios de la chica y lo empujó lejos de ella con su rostro molesto.

—¡¿Que demonios sucede contigo?! ¡¿Prefieres estar en esta maldita fiesta que responder mis llamadas?!—Los gritos del azabache eran fuertes pero no tan fuertes como la música que ayudaba que la conversación de ambos amigos no fuera escuchada por las demás personas.

Taehyung lo observó asombrado y intentó formular alguna respuesta pero no podía cuando solo balbuceaba sin entender como fue tan repentina la visita de su amigo allí.

Jeongguk arqueó una ceja cuando un tipo borracho se acercó a él por la espalda y pasó su brazo sobre sus hombros, atrayendolo contra su cuerpo y bromeando sobre su repentina visita a la fiesta.

El azabache sonrío falsamente mientras observaba a Taehyung sin quitar su mirada de él y luego empujó lejos al tipo de su lado.

—¿Que demonios es todo esto? ¿Realmente Park hizo esta maldita fiesta? No-

—¡Relajate, Jeon! Es solo una fiesta. No he respondido tus llamadas porque realmente estaba pasándola muy bien aquí. No deberías ser tan rudo.

Jeongguk asintió un poco mientras su ceño fruncido combinaba con el bulto de su mejilla, producto de su lengua contra esta. Realmente estas expresiones solo hacían que evitará sus impulsos de gritarle a Taehyung por su atención como amigo.

—Relajate, ¿Si?

Taehyung tomó una botella de cerveza que se encontraba en una mesa cerca de ambos y se la extendió al azabache, quien se la arrebató con fuerza mientras que con su otra mano sacaba un cigarrillo y lo colocaba entre sus belfos finos. Luego sacó su mechero y encendió la punta del cigarrillo para luego calar un poco, este no sin antes guarda su mechero primero.

—Pides que me relaje pero realmente tú me desesperas cuando realmente no atiendes mis llamadas.

—Solo fue por esta vez. —Taehyung chocó levemente su botella contra la del azabache en un brindis antes de continuar la charla.

El azabache le dió un trago largo su botella, no sin antes quitar su cigarrillo de sus labios.

Jimin observaba todo con detalles desde las escaleras y sonrió lascivo con cada movimiento que Jeongguk daba o cada expresión que hacía al hablar con su amigo. Seguramente no era una buena conversación cuando el soberbio chico solo hacia gestos con su mano algo molesto pero luego se relajaba con cada contención que le daba Taehyung.

El rubio no perdió el tiempo cuando sus ojos le echaron un vistazo rápido a la botella abierta de Jeongguk y sonrió con malicia.

Tan rápido como pudo, bajó las escaleras y se mezcló entre la multitud de las personas para no ser visto por Jeongguk, quien le daba la espalda a la multitud mientras se relajaba en el ambiente que nunca se esperó estar está noche.

Le dió una calada a su cigarrillo mientras que en su otra mano su botella era sostenida libremente y sin sospechas de que alguien realmente se acercó por detrás de él.

El siguiente acto solo fue visto por quién lo cometió perfectamente. Una mano se extendió hacia la botella de Jeongguk y dejó caer una pequeña píldora roja dentro de esta de manera rápida para luego alejarse cuando el azabache se giró rápido cuando pareció sentir algo detrás de él pero no encontró más que una multitud de personas bailando.

Taehyung le preguntó si ocurría algo extraño pero el azabache aún no respondía cuando sus ojos buscaban por todo el lugar lo extraño que lo hizo girarse algo curioso segundos antes. Pero negó hacia su amigo cuando nada ocurría.

Perfectamente todo fue malévolo como la mente de alguien lo planeo todo.

El azabache bebió un sorbo realmente largo después de otra calada de su cigarrillo mientras escuchaba hablar a su mejor amigo. En medio de la conversación, Jeongguk elevó la botella a la altura de sus ojos para observarla pero solo para saber cómo era su nombre cuando era muy deliciosa al tomar. Realmente no tenía idea de lo que la hacia tan rica.

—Oye ¿No es muy deliciosa está cerveza? —Jeongguk estaba a punto de ofrecerle su botella a Taehyung pero alguien empujó al castaño un poco, llamando su atención.

El castaño se volvió agresivamente cuando ese empujón solo lo molestó pero no encontró a nadie detrás de sus espaldas y Jeongguk no pudo ver a nadie cuando solo bebía sorbo tras sorbo como si la cerveza fuera adictiva para él. Algo de lo que nunca sospechó.

Taehyung solo bufó mientras regresaba su mirada a su mejor amigo acabar su cerveza completa y luego sonreír cuando comenzaba a sentirse extremadamente más relajado.

Pero no todo puede ser relajante. Su visión se ve alterada con muchos colores alrededor de Taehyung y extrañamente piensa que posiblemente estaba drogado.

—¿Jeongguk?—Taehyung lo observó extraño cuando el nombrado no podía mantener su equilibrio y solo se tomaba la cabeza.—¿Jeon-

Pero llamarlo por su nombre es casi imposible cuando todo lo que es escucha es inteligible a su alrededor. Se alejó tomándose la cabeza mientras se empujaba contra las personas para pasar entre ellos en busca del baño. Algo ácido le quemaba el estómago y solo quería vomitar cuando todo le daba vueltas.

Por suerte, sus manos encontraron las escaleras y pensó que posiblemente el baño puede estar seguramente arriba.

Cada escalón era tan difícil para él en ese estado que si no se sujetaba bien de la barra de la escalera, quizás podía caer en cualquier momento.

Se recargó sobre las paredes, abrió muchas puertas encontrando muchas personas besandose y teniendo sexo en diferentes habitaciones pero jamás encontró un baño hasta pensó en darse por vencido y finalmente encontró una última puerta.

Cómo pudo, su mano se extendió y la abrió con la poca fuerza que aún su cuerpo tenía bajo el extraño efecto que estaba sufriendo. Cerró la puerta del baño tras sus espaldas y se arrodilló rápido como también torpemente frente al inodoro para comenzar a intentar vomitar lo que había ingerido sin saber.

Llevó dos dedos dentro de su boca para tratar de forzar a su cuerpo a vomitar pero no funcionaba tan bien cuando solo tenía arcadas.

Realmente no podía vomitar, sus dedos realmente no lo ayudaban demasiado. Su cabeza dolía tanto que tuvo que recargarla en el borde del inodoro observando hacia la puerta y tan pronto tenía su mirada hacia está, un pequeño sobre se introdujo por debajo de la misma.

El pequeño sobre del tamaño de un pulgar fue tomado por Jeongguk a duras penas que casi cayó al suelo pero se arrastró un poco hasta la puerta para tomarlo.

Sus ojos parpadearon repetidas veces cuando abrió el sobre pequeño y lo volteó hacia bajo para dejar caer una píldora roja al suelo.

No comprendió de que se trataba cuando los efectos comenzaron a ser más fuertes y el dolor de cabeza era un dolor tan punzante que deseaba gritar del dolor. Apenas observó el sobre cuando unas letras rojas llamaron la poca atención que tenía sobre las cosas. Y leyó como pudo cada palabra que el sobre tenía escrito antes de gemir de dolor y deslizarse sobre el suelo poco a poco hasta desmayarse bajo el efecto de la droga.

Las rojas palabras que realmente decían; «Un conejo soberbio en una pequeña trampa inesperada.»


Continuará..

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