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LXXXVII. Mañana

Miren, iba a publicar esto ayer, ¡Pero wattpad no cooperaba y no me aparecían mis historias!
Adjunto pruebas:




Por lo tanto, se actualiza hoy. Bien, sin más preambulos, les dejo esta cap!

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Cuando Jin despertó, sollozó ligeramente al sentir como si su cuerpo hubiera pasado por un tifón y luego este la hubiera escupido violentamente contra el pavimento, estrellándola como un huevo frito, solo para que luego la atropellara un camión y le pasaran tres autos más encima. Su vientre se sentía hinchado y pesado, le molestaba como si se hubiera atragantado con dos búfalo a lo pobre, tres chorrillanas, cuatro salchipapas y de postre, un litro de helado y una leche asada, ¡Maldita sea! Se sentía tan llena, Jin cree que va a vomitar si es que no revienta como palomitas primero.

Honestamente, Jin estaba total y completamente muerta, su alma quería salir por su boca, sentía sus ojos ligeramente hinchados por el largo sueño y, como si no fuera suficiente, siente que su cabeza le duele un poco y está ligeramente mareada.

Se sentía como la mierda total, como si le hubieran reorganizado los intestinos o algo.

De mala gana, más adolorida que la chucha, intentó levantarse de su cálida, firme y dura cama, era un poco incomoda, pero no demasiado, incluso su almohada era cálida y un poco más blanda que el resto de su cama, por lo que inconscientemente apretó su mejilla contra la cálida almohada y movió su cabeza enterrando su rostro en su almohada.

Fue entonces cuando sintió brazos rodear su cintura y cadera mientras que unas ásperas, cálidas y grandes palmas acariciaban suavemente la piel de desnuda de su espalda baja, por lo que instantáneamente todo el sueño se esfumó y abrió sus ojos alarmada, alejando su rostro de la almohada, solo para ver dos grandes, llenos y firmes pectorales bicolores.

El rostro de Jin instantáneamente se volvió carmesí mientras su cerebro intentaba procesar lo que había visto.

—Buenos... —una voz profunda y ligeramente ronca la saludo, haciendo que ella viera rápidamente al causante de tan conmovedora voz que hizo que sus muslos se pusieran a llorar y....

El corazón de Jin salió instantáneamente de su garganta al reconocer el rostro del hombre que le sonreía tímidamente. Cabello negro como la noche sin estrellas, ojos tan oscuros que se confundirían con el temido abismo, piel ligeramente bronceada y besada por el sol, oscuras pestañas largas que serían la envidia de cualquier mujer, nariz recta con una mandíbula fuerte y firme, un cuello grueso que denotaba su musculatura... y esas características cicatrices fáciles que se han vuelto su distintivo...

—Días... —Obito suspiró derrotado al ver como Jin se desmayaba sobre su pecho, sus ojos se habían vuelto literalmente corazones antes de que todo su rostro estallara en un furioso sonrojo, el cual provocó que humo saliera sobre su cabeza y una hemorragia nasal escapara de la pequeña naricita de Jin.

Cuando Jin se despertó nuevamente -esperando que todo sea un sueño y a la vez que no lo fuera, ¿Quién no daría todo su dinero para despertar sobre el pecho de un vato chichón y, mejor aún, el vato chichón que le gusta? Jin sentía que era demasiado fantasioso como para ser real-, Obito tenía una ajustada camisa de compresión negra que se ceñía perfectamente a sus abultados pectorales y abdominales, por lo que lentamente, Jin se fue sonrojando -porque aún estaba apoyada sobre el amplio y trabajado pecho de su crush- y un hilo de sangre empezó a caer -nuevamente- de su nariz.

Obito la miró con una expresión de Póker.

—Jin... —habló lentamente Obito, como si estuviera tratando de ser suave y cuidadoso contra un pequeño animalito asustado y temiera que su apariencia atroz y feroz espantara sus pequeñas posibilidades de acercarse a su pequeña contraparte.

Realmente no quería que Jin se volviera a desmayar en sus brazos, no es que le molestara, de hecho, no le importaría que ella se quedara durante otra hora en sus brazos, presionando su bonito y seductor cuerpo desnudo contra el suyo, suspirando y murmurando entre sueños cosas estúpidas como gatos mágicos con alas o sobre encontrar el One Piece.

Claro, si es que de la nada no empezaba a murmurar sobre posibles sellos que podrían alterar el propio tejido de la realidad mismo -eso es un poco aterrador, ¿Vale? Ella tiene la capacidad de hacerlo y si se le unen los otros dos locos (y claramente se le unirán, incluso puede que arrastren a Minato-sensei a ello), ese pequeño sello que podría desgarrar la propia realidad y existencia mismas, incluso podría terminar atrayendo o poniendo en riesgo a multiversos o algo por el estilo, Obito no quiere ni imaginárselo-.

—¿Cómo te sientes? —preguntó suavemente Obito, su mirada estaba un poco preocupada y otro poco angustiada, ¿Qué tan lejos podría llegar Jin con sus sellos? ¿No estaba también enseñándole cosas a sus ratones? ¿Los ratones en el futuro dominarían el mundo con sus sellos? ¿O serían exterminados por las otras invocaciones y lugares sabios como lo hicieron las naciones ninja con los Uzumaki?

Jin parpadeó ligeramente mientras fruncía el ceño concentrándose, intentando reconstruir lo que había pasado para terminar despertando en los cálidos y musculosos brazos de Obito, el cual está claramente muy preocupado por ella e incluso se encuentra un poco -adorablemente- angustiado por ella.

Mmm... reconstruyamos, empecemos por lo más básico y lo primero, ¿Cómo se sentía? Bueno, obviando el hecho de que estaba en el puto paraíso de músculos y se sentía más viva que nunca -porque despertó en los musculosos brazos de su crush y apoyó su rostro contra sus grandes pectorales-, en realidad su cuerpo se sentía como la mierda, incluso si cargara cien ballenas, se sentiría menos adolorida de lo que se encontraba.

¡Jin podría apostar dudosamente de que se sentiría mejor incluso después de entrenar con Guy!

¿Acaso le atropellaron o que mierda? ¿O es que esta es la temida vejez, que una vez llegas a los 18 te empiezan los dolores en la rodilla? No, tacha eso, ¿No se supone que los dolores empiezan cuando eres más viejo?

Uh, no, espera, ¿La edad mental influye? Si es ese el caso, ¿No tendría ella unos treinta y tantos? Ya saben, murió a los dieciocho, sin haber comenzado sus estudios universitarios o siquiera dar la prueba de admisión... y ahora tenía dieciocho...

Oh... ¿No eso la hacía terriblemente vieja para estos jovenzuelos más buenos que el pan? ¿Eso significaba que ahora era una pedófila porque se había acostado no una, sino dos veces con Obito? Jin se asustó... pero luego recordó que en este mundo era algo casi normal que los Jounin-sensei salieran con sus alumnas... y Jin se sintió un poco enferma, después de todo, las edades de los sensei usualmente rondaban como máximo 13 o 14 años de diferencia, ya que en el mundo en que viven, era normal que... bueno, murieran antes de los veinte...

Es más, todos los compañeros que tenían fuera del canon, ellos... habían muerto en guerra -y seguramente si ella no fuera una reencarnada con el conocimiento de los personajes canon y como ganárselos, también habría muerto horriblemente con su equipo como uno de las carnes de cañón anónimas de la guerra-. Jin nunca se molestó en conocer a estos extras civiles por el simple hecho de que todos eran pequeñas mierdas que siempre se burlarían de ella, pero eso no quiere decir que quiera que niños menores de 15 años murieran sin siquiera saber lo que pasó.

Peor aún, que supieran lo que sucedió y tuvieran una muerte horrible, siendo impotentes ante su destino y el poder abrumador.

Uh... dejando de lado sus pensamientos desviados y su desconcentración mañanera, Jin intentó concentrarse en lo que estaba sucediendo actualmente en vez de ponerse a divagar y perderse en preguntas existenciales, por lo que se planteó otras preguntas, ¿Qué era lo suficientemente preocupante como para que Obito la mirara ligeramente angustiado? Y, sobre todo, ¿Cómo llegó a los brazos y Obito y terminaron en la misma cama?

Jin sintió como si su cabeza se fuera a partir, como si fuese una resaca particularmente mala -odia el alcohol con pasión, lo quemaría todo si eso prácticamente no significara hacer explotar el mundo-, por lo que se agarró la cabeza y una inundación de recuerdos golpeó su duro cráneo hasta llegar a su cerebro con dolorosas imágenes y videos.

Golpeada por un trueno, Jin se sonrojó hasta las orejas ante los recuerdos picantes y candentes que se desarrollaron en su mente, que implicaban desde Obito declarándose de una manera ligeramente Yandere a Obito prácticamente reorganizando sus entrañas con su enorme polla y llenándola de su semen durante toda la noche hasta el desmayo. Humo blanco salió de la cabeza roja de Jin y sus ojos ahora eran espirales, por lo que Obito temió ella se volviera a desmayar.

El agarre en las caderas de Jin se intensificó, haciendo que ella soltara un ligero quejido, ¡Porque Joder, Obito era una bestia en la cama! Su pequeña hermana estaba adolorida porque la follaron demasiado intenso sin descanso. Desde cintura para abajo, Jin ni siquiera podía sentir algo que no sea incomodidad, ¡Ni siquiera cree poder caminar decentemente!

¡Olvídate de caminar! ¡El solo mover los dedos de sus pies era un gran esfuerzo!

Temblorosa, Jin miró hacia abajo para ver si realmente habían ocurrido todos esos recuerdos picantes y escandalosos que saturaban sus recuerdos de cosas lujuriosas y obscenas, solo para encontrarse con la vista de sus senos desnudos presionando exquisitamente contra los abdominales vestidos del hombre al cual ama.

Sus senos estaban llenos de chupetones y mordidas, Jin sintió como su alma iba a escapar de su cuerpo.

—¿R-realmente te confesaste? —pero antes de perder el conocimiento de la vergüenza, debe preguntar cosas importantes como esta.

—Si —asintió Obito y se sonrojó ligeramente apartando la mirada.

Seguir la mirada de Jin no fue una buena idea, podía sentir como su "madera matutina" se levantaba para un nuevo día de trabajo.

¡Que vergonzoso! ¡Solo miró los senos de Jin y se le paró! Obito quiere llorar, pero no encuentra lágrimas para ello.

—¿R-realmente? —preguntó Jin y Obito hizo un ligero puchero porque Jin no le creía, por lo que besó todo su rostro hasta finalmente detenerse en sus labios, los cuales besó tierna y dulcemente.

—¿Ahora me crees? —preguntó contra sus labios y, cuando ella asintió sonrojada, él besó su frente con mimo— Realmente te amo mucho —ronroneó Obito y besó tiernamente el cuello de Jin haciéndola estremecerse y gimotear ligeramente.

Jin sintió que un sueño se hacía realidad, su crush le había correspondido.

Lo único malo, es que su chico era demasiado intenso en la cama, ¡Ni siquiera podía caminar! ¡No sentía sus piernas! Jin se siente un poco estafada, creía que Obito sería Capitán Vainilla y terminó siendo el escritor del Kamasutra, ¡Que cruel choque de realidad! ¡Era un lobo vestido de oveja!

Jin parpadeó ligeramente al sentir un par de manos apretar su trasero y amasarlo mientras su cuello era mordido y besado hasta sus clavículas, tragando saliva ligeramente, Jin notó algo duro, cálido y pesado contra su abdomen, por lo que miró a Obito con incredulidad.

Este hombre... ¿No tuvo suficiente con anoche? ¿Estaba criando a una pequeña bestia? ¡Olvídate de corromper a este hombre, él era una bestia!

¡Un lobo vestido de oveja! ¡De oveja! ¡Un lobo de ojos blancos!

Jin llora lagrimas mentales mientras Obito besa, lame y chupa uno de sus senos, él parecía muy concentrado con su tarea mientras frotaba su dura madera contra su abdomen.

¿Era muy tarde para retractarse de su amor hacia él?

Una hora después, Jin tenía la mitad del rostro oculto en la cálida y tibia agua de su ducha mientras apunta a Obito con la regadera de la ducha, su mirada era de desconfianza mientras el Uchiha alzaba las manos de manera impotente y resignada, pero sabía muy bien que se lo merecía.

Después de todo, no solo rodaron por la cama durante tres rondas más, sino que incluso en la ducha se aprovechó un poco más hasta que Jin aprovechó una brecha en su unión y lo mojó en la cabeza con agua fría de la regadera.

—Te estoy observando, Uchiha —Jin le miró sonrojada y con los ojos entrecerrados.

Bien, podría permitirle jugar todo lo que quisiera con ella después de que recibiera una confirmación real de sus sentimientos, sin estar desnuda ni bajo los efectos de alguna sustancia que le impidiera el razonamiento normal.

Enserio, las únicas dos veces que se acuesta con Obito, ambas son bajo situaciones desfavorables para ella, la primera borracha y la segunda envenenada.

Bueno, si cuentas esta tercera, ella estaba semidormida y aun un poco inmersa en ese lado yandere que tenía Obito.

Jin se sintió un poco incomoda con ello, no por el lado yandere de Obito y el hecho de que sea un asesino, demonios, duda que alguno de sus amigos no sea un asesino, ¿Saben? Incluso ella lo era, el problema que la incomodaba era simplemente el hecho de que no le molestara tener aun yandere como pareja, ¿Sabes?

Incluso lo encontraba un poco excitante.

¿Quién no querría una pareja que pudiera darte el mundo? El problema radica en que Obito realmente podría darle el mundo sumiendo a todos en la esclavitud del Tsukiyomi Infinito...

Sus tendencias yandere... Jin ni siquiera las notó, simplemente creyó que Obito había vuelto a su vida luego de huir cobardemente después de acostarse juntos porque extrañaba la atención que ella le daba -porque Obito era un hombre hambriento de atención y tacto, estaba demasiado necesitado de ello y Jin duda si este hombre pudiera pasar mucho tiempo sin el reconocimiento que tanto anhela-, pero ahora sospecha que quien la siguió durante el tiempo que estuvieron separados no era un asesino como creía al principio.

Conectando los puntos, era fácil darse cuenta de que la cola que los había estado siguiendo a Kisho, Atsushi, Sora y ella en realidad era un Obito Yandere que la estaba acosando y era por eso que cada vez que alguno de los tres nombrados se acercaba demasiado a ella, una espesa intensión asesina se volvería sobre ellos.

¿Qué tipo de yandere permitiría que su querida estuviera tan cerca de otros?

No era de extrañar que Atsushi fuera atacado, si tenía un yandere detrás de ella, después de que el hombre de ojos azules la besara y manoseara un poco con su permiso -y quizás se hubiera acostado con él, si no fuese por la interrupción-, ¡Era un milagro que él continuara con vida!

Ah, tal vez tendría que pedirle a Obito que no lo matara...

Jin entonces se dio cuenta de algo.

Obito era demasiado buen actor, incluso si se lo pidiera y él aceptara, ¿Realmente no lo mataría a sus espaldas? Parece que tendría que sobornarlo un poco y llenarlo de mimos si ese fuera el caso...

Esto es complicado, ¿Cómo un personaje Canon -y uno de los antagonistas principales, en eso- se volvió yandere por ella?

—¿Obito-kun...? —Jin entrecerró sus ojos al Uchiha que se secaba el cabello mientras tenía una toalla alrededor de su cintura.

—¿Sí? —preguntó Obito mirándola fijamente, sus ojos brillantes mientras la miran como si fuera el centro del universo.

De su universo.

—Las cosas que me desaparecieron... ¿De casualidad...? —Jin le preguntó de forma vaga y Obito desvió la mirada.

Atrapado.

—¿De qué cosas estás hablando? —el tono de Obito realmente parecía genuinamente confundido y Jin realmente creería que Obito había desviado la mirada porque él estaba tomando su secador de pelo para conectarlo al enchufe y secar su cabellera azabache, pero luego de la confesión semi yandere de él, no podría estar tan segura de eso— ¿Te desaparecieron cosas? Si necesitas ayuda, puedes pedírmela.

—Mmm... —Jin empezó a cuestionarse ligeramente si se estaba equivocando, pero era una shinobi y tenía que ver lo que hay debajo de abajo, por lo que presionó un poco más—. Si, durante el tiempo en que no nos vimos, me empezaron a desaparecer algunas cosas, ¿Sabes? Al principio eran cosas pequeñas, pero luego...

Jin fue vaga a propósito y miró de reojo a Obito que estaba secando su cabello con su secador de pelo rosa.

—Ya ves, parece que hay algún pervertido por allí —Obito tarareó ligeramente en señal que estaba escuchando—, porque me desaparecieron algunos conjuntos de bragas...

Los movimientos de Obito se detuvieron y, aunque le daba la espalda, Jin podía ver a través del espejo su mirada fría y mortal, casi asesina en sus ojos.

—¿Un conjunto de bragas...? —preguntó Obito lentamente mientras apretaba sus dientes.

Eso es imposible, él había estado vigilando a Jin durante todo ese tiempo en que estuvieron separados, tampoco había tomado nada de su ropa interior, a lo máximo, algún top o polera que estuvieran empapados con su dulce aroma, pero aparte de pequeñas cosas como perfumes, labiales, aretes, delineadores, pulseras y cosas por el estilo, él no había saltado a un robo tan grande como para violar la intimidad de Jin.

Solo... tomó objetos que había dejado desentendidos.

—Si, ya ves... —Jin miró la ira en los ojos de Obito y se preguntó que estaría pasando por su mente, después de todo, realmente no le habían robado ropa interior, pero estaba intentando observar si al provocar su ira, podría verlo cometer algún error estúpido.

Pero él no lo hizo y Jin asintió para sí misma, cada vez más convencida de que Obito en realidad era un muy buen actor.

No reveló ningún indicio de su estupidez habitual, por lo que era un poco sospechoso si su personalidad era fingida o no, pero para su desgracia, ella ya estaba enamorada y, a menos de que Obito la decepcionara muy fuertemente, duda que deje de estar enamorada de este hombre.

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