IX. Mousses
Obito, oficialmente, se ha vuelto un cerdo codicioso.
Desde que volvió al pasado, su meta había sido siempre mejorarse a sí mismo y hacer planes para el futuro, enmendar sus errores, proteger a los suyos, evitar tanta muerte innecesaria y, definitivamente, matar a Black Zetsu a toda costa, eliminando por completo de la faz de la tierra y luego sellando en Gedo Mazo y metiéndolo dentro de su Kamui, para que cuando muera, Kaguya jamás pueda ser revida en el futuro.
Pero desde que Jin empezó a prepararle almuerzos todos los días al notar que él no traía nada para merendar, Obito ha sido guiado por su estómago para desviarse un poco de sus planes originales de simplemente hacerse el más fuerte, jugar a ser el idiota más amable y decidido a cumplir sus sueños a un imbécil que ha sido arrastrado por Jin a jugar con otros niños como un infante normal y sin preocupaciones del futuro a cambio de comida.
Obito culpa a Jin porque su cocina es demasiado buena, si no fuera por ella, tal vez no le dedicaría tanto tiempo a jugar con los otros niños. El temor de que le quiten esas comidas de lujo era demasiado grande como para sus planes no se vieran ligeramente interrumpidos.
Obito lamenta el día en que probó ese platillo de los dioses por primera vez, desde entonces, la comida de su abuela sabe insípida, sino que tirando de malo a una basura incomible. No es culpa de su abuela, es solo que sus papilas gustativas están siendo constantemente mimadas y acariciadas por las delicias de Jin.
Nunca imaginó que algún día diría que estaba tan ansioso por ir a clases cuando llegaban los días viernes e iniciaba sus días de descanso.
Si no fuera porque tenía que ceñirse a su personalidad desesperadamente enamorada de Rin, Obito estaría siguiendo a Jin durante todo el día para ver si ella le daba un poco más de esa deliciosa comida.
Lo peor, fue el efecto devastador que tuvo para él ser testigo de cómo los compañeros de juego de Jin recibían algunos dulces después de jugar, incluso el ver como Jin mimaba específicamente a la -futura- estudiante de Tsunade y al bastardo de los senbons.
No es que Obito tuviera nada en específico contra Genma, pero el bastardo estaba recibiendo más dulces deliciosos como Shizune y Obito solo quería ir y arrebatar esos preciosos dulces que no son debidamente apreciados.
Al menos, intentaba consolarse Obito en su corazón, Jin parece tener un gusto peculiar por él y no solo le entregaba un almuerzo especialmente elaborado para él, sino que también le daba una bolsa más grande de dulces y, últimamente, ella empezó a traerle pequeños refrescos de fruta pura y dulce, lo que simplemente acentuaba aún más la deliciosa comida.
Obito, no por primera vez en su vida, ni mucho menos por ultima, maldice a Zetsu en su corazón.
Al menos Rin rechazó que salieran y él podría usar eso de excusa para venir a un bonito día de picnic con Jin, la cual había traído más de esa deliciosa comida -y dios, ¿Ya dijo que estaba buenísima? Obito no puede tener suficiente de esa comida de los dioses, ¿Jin era secretamente una diosa de la cocina o algo? Porque ese nivel de habilidad no era putamente normal- hecha especialmente por ella para que pasaran todo un día juntos -dios, se le hacía agua la boca, ¿Qué clase de nueva maravilla gastronómica le cocinaría esta vez? La paciencia nunca fue su fuerte y ahora tiene que refrenarse por algo que realmente le apasiona, ser catador de la comida de la pequeña Jin-.
—Jin-chan... realmente cocinas delicioso, ¿Cómo pudiste hacer algo así? —preguntó Obito casi derritiéndose por la rica comida mientras Jin estaba enganchada a su brazo y se apoyaba contra él.
A Obito no le importaba en lo absoluto lo que hiciera Jin o cuan cerca estuviera de él, su entera y completa atención estaba centrada en esta deliciosa comida de la cual no podía tener suficiente.
Había pasado meses desde que la comió por primera vez y, sinceramente, era un completo adicto, no podía dejarla o sufriría de abstinencia severa y toda la comida del mundo le sabría a mierda.
—Mi abuela dice que mientras la comida se cocine con amor, sabrá mejor —Jin se sonrojó ligeramente y ocultó su rostro en su brazo, él no lo evitó—. No hice la gran cosa, solo seguí las instrucciones de mi abuela.
—¿Bromeas? He intentado cocinar, ¡Pero es prácticamente imposible que me quede una milésima del sabor de la tuya! —dijo Obito con indignación en su voz— Jin-chan, no sé quién te dijo que tu comida no era la gran cosa, ¡Porque necesita seriamente una paliza! Sus papilas gustativas deben estar atrofiadas, ¡Porque cocinas muy bien! Dime nombres y yo patearé traseros.
Obito estaba ardiendo en ira ante los paganos que le hayan dicho a Jin que su cocina no era la gran cosa, ¡Mataría sin piedad a esos bastardos! No, espera, mejor que le digan eso y así él puede acaparar toda la deliciosa comida de Jin y ella cocinaría específicamente para él, ¡Obito no se avergüenza de ser un egoísta! Si desprecian a Jin constantemente, él puede aprovecharse y recibir generosas recompensas.
Hum, eso no quiere decir que él vaya a ignorar si alguien lastima a la niña, la pobre chica parece que ha sufrido mucha discriminación y abuso por parte de los civiles y alguno que otro compañero de clase, puede que tenga que estar en su papel de tonto ciego, pero él aun podía ver las cosas claras mientras usaba su mascara de ingenuidad.
Al menos Genma y su grupito hacen algo bien y apartan a esas molestias escorias que se atreven a despreciar a la pequeña cocinera prodigiosa, no había sido infrecuente que él había visto como algunos bastardos hablaban mal de Jin o se burlaban de ella por su aparecían, los mismos tipos intentarían burlarse de los Hyuga por sus ojos blancos si no fuese porque son un Gran Clan que podrían comérselos vivos.
Je, incluso había visto a algunos intentar molestarlo, pero después de una bonita paliza -en donde él desquitó toda su frustración pasada ya sea por las burlas a su cocinera favorita o por el hecho de que estaba irritado con su inútil y joven cuerpo en crecimiento- ellos jamás volvieron a molestarlo a él o a nadie.
-principalmente puede que casi los haya dejado lisiados, pero no se metió en muchos problemas porque esas escorias eran menores y, ¿Quién creería que el última muerto puede lastimar a niños mayores y más fuertes? Aparte, provenía de un gran clan, incluso si era una molestia en general y lo despreciaban, si vieran como un miembro de su clan era humillado, los Uchihas no se quedarían quietos y lo apoyarían fervientemente incluso si luego lo regañarían hasta en su tumba cuando no haya otros no pertenecientes al clan-.
-Eeerrrgg... son como, "¡Solo yo puedo hacer sentir miserable a alguien de mi clan!" Y se pelean con todos o se amargan y son lo suficientemente mezquinos como para respirar en tu nuca hasta que cometas un crimen menor y te arrastrarían a la comisaría con la excusa de que hiciste algo malo-.
-Je, como se nota que son un clan de Odio-.
—Oh, no, nadie me ha dicho que cocino mal —Jin se sonrojó ligeramente por la protección en el tono de voz de Obito y la amenaza oculta en su frase.
¡Estaba siendo protegida por un personaje principal! ¡Por uno de los antagonistas-villanos más fuertes y geniales de todo Naruto! Dios, si no puede expresar su fangirleo, se siente asfixiada.
Aaahhh... ya puede entender a Sakura pequeña, ¿Cómo podía mantener su cara cuando Obito era tan inconsciente de sus palabras y acciones? Solo tenía los huesos para actuar como Hinata y pensar como Sakura e Inner Sakura.
Tal vez, si fuera más bonita y no tan diferente o cumplir con el estándar de belleza, ella podría actuar un poco más atrevida como Ino.
—¿Entonces porque piensas que cocinas regular? —preguntó confundido Obito.
—Bueno, aún estoy aprendiendo a cocinar, a veces se me pasan los tiempos o quedan muy cortos, así que no quedan perfectamente como deberían quedar —confesó humildemente Jin—. Y en más de una ocasión he tenido que botar comida que se me ha pasado...
—¿¿Aaaaahhh?? —exclamó Obito con toda la indignación del mundo, casi como si Jin hubiera cometido la peor de las injusticas o un pecado imperdonable— ¡No puede ser, Jin-chan! ¡No puedes botar la comida que haces, cocinas muy bien! Incluso si se te quema un poco, no debería ser tan malo, ¿Verdad? Y si te queda un poco crudo, solo tienes que cocinarlo un poco más, no hay mucho problema.
—No es tan simple, estoy intentando crear mis propias comidas y no me salen como quiero —suspiró Jin abatida.
—¿Intentas crear nueva comida? —preguntó sorprendido Obito— ¡Oh, ya veo! Como Muffins o los panqueques que hiciste antes, ¿No? —preguntó Obito mirándola con sus grandes ojos negros llenos de curiosidad.
—Si —asintió Jin sonrojada por la atención el Uchiha, la comida occidental no es muy conocida en este mundo, así que para ellos eso es casi como que ella hubiera "creado" una nueva comida.
—Entonces, ¿Qué cosas quieres hacer? —preguntó Obito curioso y casi babeando por las infinitas posibilidades.
—Bueno, quiero intentar hacer dulces por sobre todo —Jin confesó tímidamente—. Tal vez hacer pasteles, tartas y mousses.
—¿M-moosees? —preguntó extrañado por la palabra extranjera.
Se sentía extraña en su boca, pero no le importaba si era delicioso.
—Los mousses son una preparación cremosa y esponjosa que puede ser dulce o salada que es a base de puré de diversos ingredientes que pueden ser mezclados con claras de huevo montadas o gelatina. Se pueden comer fríos o calientes.
—Ohh... veo... —Obito, siendo un adulto responsable de la casi destrucción del mundo, no entendió ni un carajo aparte de que es crema esponjosa.
—Si quieres puedo preparar mousses de Frutilla o chocolate como postre para el almuerzo del día lunes —ofreció Jin amablemente.
—¿No pueden ser ambos? —preguntó decepcionado y Jin sonrió divertida.
—¿Qué le agregue un Mousse de vainilla también, escuché? —preguntó divertida.
—¿Acaso eres dios? —preguntó Obito mirándola con admiración y aprobación, Jin se sonrojó y apartó la mirada ligeramente.
—N-no, solo sé cocinar cosas básicas —tartamudeó Jin sin mirar a Obito.
—¿Bromeas? ¡Sabes preparar almuerzos y postres! Yo considero básico aprender a cocinar arroz, tallarines, huevos y salchichas, lo demás es secundario —Obito miró seriamente a Jin.
—N-no es la gran cosa —Jin se tocó la nuca avergonzada y ligeramente apenada, mirando al suelo—. Solo es aprender a cocinar.
—Bbfff... díselo a quien quema el agua —bufó Obito rodando los ojos y cruzándose de brazos.
—¿Cómo quemas...? —preguntó Jin y luego suspiró— Olvídalo.
—¡Hum! —Obito sonrió con suficiencia al haber ganado la discusión, incluso a costa de sus inexistentes habilidades de cocina.
—Mmm... ¿No es ese el Colmillo Blanco de Konoha? —preguntó Jin mirando con curiosidad a cierto albino con el rostro ligeramente bajo y las personas susurrar a su alrededor, Obito se tensó ligeramente y desvió su mirada hacia donde Jin apuntaba tan rápido, que casi pudo haber tenido un latigazo cervical de lo rápido que volteó su cabeza.
—¿El colmillo blanco? —preguntó con una voz más alerta y sus ojos inconscientemente observaron los ojos apagados del hombre y las ojeras debajo de esos orbes oscuros sin alma— ¿A cuánto estamos?
—A seis de junio, ¿Por qué? —preguntó extrañada Jin, pero la mirada de Obito se profundizo.
Ah... con razón sentía que se le olvidaba algo, se había concentrado tanto en entrenar y mejorarse a si mismo, mientras actuaba como un niño de su edad y en ayudar a la mayor cantidad de ancianas a su alrededor, que se le había olvidado el asunto de Kakashi y su padre.
Bueno, tampoco es como si hubiera podido evitar que el hombre fuese a la misión o ayudarlo entre las sombras.
Obito no sabía que hacer, su boca era una fina línea recta mientras sus cejas estaban fruncidas y sus ojos miraban complicadamente al hombre.
—¿Admiras al Colmillo Blanco? —preguntó Jin con curiosidad al ver al Uchiha en ese estado Obito asintió distraídamente sin prestarle atención a la niña y, más que nada, para sí mismo intentando convencerse de que tal vez, debería estar más allí para Kakashi y no rendirse con el espinoso albino cuando inevitablemente su padre se suicide.
Jin miró con curiosidad a Obito, cuando hablaban de Obito en su infancia, realmente lo que hacían era mostrar su obsesión/amor por Rin sin decir nada más de él o su vida, aparte de que tenía una abuela y una ligera conversación en donde se dice que él es huérfano, no hay nada sustancial en Obito aparte de Rin.
Ni siquiera se mencionan sus gustos o pasatiempos, solo Rin y Kakashi.
Ah... entonces tal vez Obito admiraba a Sakumo desde antes de que Minato le dijera sobre su muerte o algo así...
Bueno, es normal que muchos niños admiren a Sakumo, después de todo, Sakumo es famoso desde incluso antes de los tres Sannin, mientras que el equipo bajo Sarutobi había ganado su título recién a los veinticuatro años después de sobrevivir a Hanzo la salamandra y semi dios Shinobi, el nombre de Sakumo había resonado desde antes, casi a principios de la segunda guerra mundial debido a su chakra especial de color blanco.
—¿Por qué no vamos y le pedimos un autógrafo? —preguntó Jin curiosa y tomó la mano de Obito mientras revisaba su canasta y encontraba un cuaderno que utilizaba para dibujar, junto con un lápiz grafito, una goma y una pluma de tinta, con su respectiva tinta almacenada en un pequeño frasquito
—¿Eh? —Obito parpadeó aturdido antes de ser arrastrado por Jin hacia donde el albino estaba ligeramente parado con una mirada un tanto perdida.
—¡Disculpe, señor! —llamó Jin tomando suavemente el bordecillo del chaleco antibalas estándar de Konoha.
—¿Mmm? —Sakumo abrió ligeramente los ojos dejando que su mirada perdida se disipara un poco y mirara hacia la niña que sostenía un trozo de su ropa y tenía de la mano a un niño Uchiha.
—¿Es usted el Hatake Sakumo-sama? —preguntó Jin con las mejillas ligeramente sonrojadas y él asintió suavemente— ¿El Colmillo Blanco de Konoha? —la mirada del hombre se oscureció ligeramente.
—Si... soy yo —su voz era ligeramente grave, una tonada más baja de la original y un toque de pesadez y profunda tristeza.
Jin lo ignoró olímpicamente por su objetivo.
—¡¿Enserio?! —los ojos de Jin se iluminaron— ¡Hatake-sama, soy una gran admiradora suya y Obito-kun también! —exclamó Jin con las mejillas sonrojadas, entonces pensó en pedirle su autógrafo e irse, pero mirando la mirada oscurecida y decaída del hombre decidió que no lo haría.
Esa mirada...
—¡Obito-kun y yo estamos en un picnic! —exclamó Jin y tomó descaradamente la mano del hombre, sorprendiéndolo— Traje mucha comida, ¿quiere acompañarnos? ¡Sería un gran honor para nosotros! ¡Nos alegraría todo el día! ¡No, toda la semana! ¡El mes!
—Eh... yo... —Sakumo dudó ligeramente, pero Jin no le permitió decir nada antes de arrastrar al hombre adulto y Obito hacia donde estaba la manta con su canasta.
Hey, incluso en épocas feudales, los japoneses eran muy respetuosos con las cosas ajenas, ¿Quién sabía si esa inofensiva canasta estaba en realidad llena de papeles bomba?
—Se te cayó el cuaderno —señaló Sakumo y Jin se sobresaltó.
—¡Ah! ¡Qué torpe! —exclamó avergonzada Jin y Sakumo recogió suavemente el cuaderno junto con el lápiz que supuso que eran de la niña con la mano que no había sido secuestrada por Jin— ¡Muchas gracias, Hatake-sama!
—Eh... no fue nada... —Sakumo sostuvo el cuaderno en su mano mientras era arrastrado nuevamente por esta hiperactiva niña que sostenía su mano y la del niño Uchiha, el cual estaba mirándolo fijamente, pero luego apartó su mirada hacia la comida.
______________________--------
Porque seis de junio? Porque supuestamente Sakumo se suicidó un día 7-8 de junio
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro