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CIII. Detalles

Me duele y molesta una parte de la cara 😭😭😭  y tragar me duele porque me tira un poco de la herida y mi lengua siempre quiere tocar la herida la desgraciadaaaa

En un factor más positivo, no tengo la cara TAAAAN hinchada como temía, pero supongo que es más porque son las muelas superiores...

¿Que cosas se pueden comer cuando te quitaron las muelas del juicio, aparte de Helado, gelatina y puré? Compotas? Tengo hambre 😭

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Obito, mirando a Jin mientras los suaves rayos del sol pintaban su bello rostro de perfil, no pudo evitar sentir su corazón latir con fuerza y su respiración estancarse.

Sus ojos grabaron cuidadosamente el rostro suave y relajado de su querida pareja, desde el conjunto de sus facciones hasta cosas tan pequeñas como los pequeños pelitos de sus largas pestañas, viendo las ligeras tonalidades negras, blancas, azules y celestes.

Jin era como toda una obra de arte, desde los suaves hilos que entretejían sus hermosos ojos, los tres pequeños corazones en sus iris y el gran corazón que formaba su pupila. Había detalles tan pequeños que otras personas pasarían por alto, incluso en situaciones normales él mismo pasaría por alto, pero había algo en el día de hoy que no le permitía dejar pasar aquellos pequeños detalles.

Tragando saliva, decidió que necesitaba tener su respuesta hoy.

Él debía de proponerle matrimonio.

No iba a ser nada impresionante y mucho menos elaborado, dios, incluso él sabía que esta era una mierda demasiado rápida y que no tenía preparado absolutamente nada, ni desde el Yuino no Gui (es el anuncio oficial del compromiso que se realiza entre los progenitores de cada parte) o la preparación de una cita previa con un sacerdote para establecer las fechas auspiciosas de su boda, etc.

No importa, lo vería en el camino, solo necesitaba la respuesta de Jin.

Apretando suavemente la mano de su querida novia, sabiendo que lo más probable es que ella no hubiese comido nada por culpa de su insalubre obsesión sobre crear sellos -y en parte el hecho de que tanto Orochimaru como ella son bichos raros que se descuidaban a sí mismos en sus obsesiones-, la guío hacia un restaurante para que comiesen algo antes de hacer una cita improvisada.

Tomando asiento, ambos pidieron la comida y se dieron un corto beso antes de separarse para ir al baño y lavarse las manos, después de todo, Jin estuvo mucho tiempo haciendo sellos e inevitablemente el borde de su mano y parte de sus dedos estaban manchados con tinta -Obito lo encontraba adorable, sus bonitas manos sucias por la inmensa pasión que le dedicaba a su trabajo lo hacían sentir orgulloso de tener a una mujer tan comprometida y dedicada a una causa-.

Dentro del baño de hombres y fuera de vistas indiscretas, Obito rápidamente convocó a siete clones y los miró profundamente, todos sabían para qué habían sido convocados y la importancia de la perfección de su misión, ¡Necesitaban completar esa misión sin fallo alguno! Compartiendo miradas serias y graves con sus clones, Obito empezó a ladrar órdenes y administrar el tiempo y acciones de cada clon.

—Suerte... —habló por última vez Obito mientras sus clones hicieron una pose militar y se dispersaron para cumplir con su misión.

Mirándose en el espejo mientras terminaba de lavarse las manos, Obito asintió para sí mismo. Distraería a Jin lo suficiente, tal vez unas cuatro o cinco horas para darle un espacio de tiempo considerable a sus clones para organizarse y crear un ambiente adecuado para continuar una cita en casa.

Hablar con Jin nunca fue un problema, por lo que, sentados en la mesa, la conversación fluyó sin problema alguno, sus miradas se encontraban y de vez en cuando uno que otro coqueteo escapaba de los labios de ambos antes de que desviaran sus rostros sonrojados por la vergüenza de sus palabras y tímidos ante el efecto devastador que tenían las palabras del otro en ellos mismos.

La conversación mientras comían fue trivial, ambos hablaron de diversos temas, Jin incluso tocó el tema de cómo sus ratoncitos estaba progresando aterradoramente rápido en su aprendizaje de los sellos, el único problema que encontraba era su... incuestionable devoción y lealtad hacia ella, en algún momento de su conversación Jin empezó a llorar porque sus queridos ratones más que estar agradecidos con ella, parecían una secta religiosa ultra fanática con tendencias un poco cuestionables sobre realizar... días conmemorativos.

Obito la miró con suavidad y empezó a darle palmaditas de consuelo.

Si, sus ratones estaban un poco locos, ¿Pero quién no? Este mundo era una locura en sí mismo, incluso hay aliens encerrados en lunas, no debería haber nada sorprendente.

Jin se apoyó devastada en el hombro de Obito mientras jugaba con su comida y lloraba porque sus ratones nuevamente le hicieron una estatua, Jin estaba segura de que había destruido las anteriores seis, ¿Es que acaso no lo entienden? En este punto, Jin teme que creen un altar de sacrificios para ella o algo así.

Lo peor es cuando cuestionaban su relación con Obito, pero esa parte no se la dijo a su querido hombre o de lo contrario, el Uchiha iría directamente a su tierra de invocación y soltaría una horda de diez mil gatos para que se comieran a sus ratones, quizás incluso le haría hacer un sello inhibidor de sellos.

Pensando en ello, Jin no cree que sus ratones merezcan ese destino... incluso si estaban un poco locos.

Jin sonrió mientras Obito, caballerosamente, pagaba la comida a pesar de que ella se ofreció a pagarla -puede o no que hubiera pedido todos los platos del menú-, pero él fue obstinado y pagó toda la cuenta -Obito encontraba adorable que su mujercita comiera una cantidad cuestionable de comida, principalmente porque sospechaba que Jin comía demasiado en algunas ocasiones para luego utilizar esa energía sobrante para transformarla en sellos (Si los Akimichi convierten su grasa en chakra, ¿Por qué Jin no en alguna energía mágica de sellos o algo así?) o, por otro lado, sería como los osos, que comen, se llenan de energía e invernan, solo que Jin en vez de invernar, se encierra en su cueva de sellos hasta que la arrastren afuera-.

Jin abrazó suavemente el brazo de Obito, recompensándolo con un sonoro beso en la mejilla y otro en los labios por si acaso y lo dejó guiar el camino, feliz de estar con su precioso, cariñoso y romántico novio, el cual la guio a un parquecito el cual tenía pocos niños debido a que estaba anocheciendo.

Ambos siguieron conversando de todo y nada, inmersos en su propia burbuja rosa de romanticismo y cursilerías, incluso crearon teorías conspirativas ridículas que podrían hacer que las personas a su alrededor cuestionaran sus inteligencias y crearon ideas tan locas y con grandes sonrisas que honestamente, si alguien los escuchara, pensarían que necesitaban ser internados en el manicomio o que eran un peligro para la seguridad nacional.

Cuando los niños se fueron, Jin sonrió traviesamente antes de correr hacia los columpios y sacarle la lengua a Obito, guiñándole un ojo traviesamente, actuando como una niñita mimada. El Uchiha sonrió divertido y la persiguió antes de abrazarla por detrás, derribándola sobre el pasto mientras reían.

Jin besó suavemente los labios de Obito, el cual rio ligeramente entre dientes y le dio otro beso, ambos acostados en la hierba empezaron a tontear un rato hasta que Jin se levantó y se sentó en un columpio.

—Empújame —Jin miró al azabache y él cerró un ojo pensativamente.

—Mmm... ¿Qué debería hacer? —Obito se puso en una juguetona pose pensativa.

—Te doy un beso —Jin miró a Obito el cual sonrió zorrunamente.

—¡Trato hecho! —Jin rodeó con sus brazos los hombros de Obito y besó tiernamente los labios de Obito nuevamente.

Obito, suavemente envolvió sus brazos alrededor de las caderas de Jin, abrazándola contra él y pegándola más a su cuerpo mientras intensificaba ligeramente más el beso, levantándola de su cómoda posición sentada en el columpio y obligándola a levantarse. Separándose con las respiraciones agitadas, sus ojos se miraban con ternura mientras sus narices se rozaban en un beso esquimal antes de que Jin besara castamente a Obito en los labios y se sentara nuevamente en el columpio, sacándole la lengua.

Con una sonrisa divertida, Obito empujó suavemente a Jin hasta que tomó más vuelo y podía mantenerse por sí misma, por lo que se sentó en el columpio a su lado.

—¡Vamos, Obito-kun es divertido! —Jin le sonrió feliz mientras sentía el aire acariciar con dulzura su rostro y desordenar sus cabellos.

Obito soltó un bufido divertido y empezó a columpiarse lentamente hasta que ambos llegaban a la misma altura.

—¿No es divertido? ¡Es tan relajante! —Jin cerró sus ojos sin dejar de sonreír.

—Mmm... —Obito tarareó—. Si... definitivamente... —a Obito no le importaba en absoluto el aire acariciar su rostro o las vistas del cielo tiñéndose de hermosos colores, sino que centró su mirada en el hermoso perfil de la mujer que amaba riendo felizmente, disfrutando de la sensación de columpiarse como una niña pequeña.

Pasaron quizás media hora columpiándose antes de que Jin se aburriera y se acostaran en la hierba, contando las estrellas en el cielo y diciendo posibles formas de las nubes nocturnas, era una noche pacifica mientras los grillos sonaban a su alrededor y de vez en cuando una ráfaga de viento hacía sonar las hojas de los árboles.

Era un paisaje tranquilo.

Cuando llegó la hora de irse, Obito recibió los recuerdos de sus clones y sonrió para sí mismo antes de tomar la mano de Jin y que ambos caminaran tranquilamente hacia su casa (la de Obito). En un silencio cómodo y acogedor, Obito no pudo evitar sentir como su corazón dio un ligero latido.

Amaba tanto a esta mujer.

Inconscientemente, apretó la mano de Jin y ella lo miró suavemente.

—¿Sucede algo, Obito-kun? —preguntó Jin con esa voz que tanto amaba Obito y él sintió su corazón derretirse.

—No, solo me preguntaba si quisieras quedarte a pasar la noche en mi casa —habló suavemente Obito mientras una sonrisa se manifestaba en sus labios.

—Me encantaría... —Jin se sonroja ligeramente sintiendo su corazón latir contra su pecho.

Cuando aceptó ir a la casa de Obito a pasar la noche, honestamente esperaba cualquier cosa menos una cita súper romántica y hogareña luego de haber tenido una corta cita improvisada.

Jin se sonrojó mirando como había un camino de rosas en el suelo, la tenue iluminación de las velas le daba un toque mágico y encantador hasta llegar al centro de la pequeña, pero encantadora, casa de Obito. Una romántica cena a la luz de las velas, flores e incluso un vino caro, mirando a Obito con lágrimas en los ojos, Jin se abalanzó a él y le dio un apasionado beso en los labios.

¿Cómo es que tenía un hombre tan perfecto, cariñoso, amable y dulce?

Jin sentía su corazón temblar.

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El próximo capitulo estará un poco oscuro... no se preocupen, es solo un poco de angustia, nada realmente oscuro o grave, solo contradicciones de reencarnados, ya saben.

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