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XLVI. Falso

Cuando aceptó la misión con Obito, Shisui no tenía planeado nada de lo que sucedió en ella, creía que iba a ser algo tan fácil como simplemente matar a los rezagados de raíz y tal vez, volver una semana antes de lo esperado para acurrucarse con su dulce novia, enterrar su polla gustosamente en su dulce coño y vivir tranquilamente como una pareja casada.

Ahora han pasado tres semanas desde el inicio de la misión y ambos Uchihas están jadeando en la dimensión de Obito a la vez que se encuentran muy heridos y bastante jodidos.

—Joder —gimió Shisui mirando su pierna, el corte era bastante profundo y esos bastardos zetsus parecían casi interminables—. ¿Realmente querías asociarte con esos monstruos?

—¡Eso fue en el pasado! ¡Agghh! —Obito presionó su ojo con dolor mientras apretaba fuertemente su costado humano para no desangrarse.

—Eres más material monstruo que humano, ¿Por qué no te curas mágicamente? —gimió Shisui haciendo un torniquete en su pierna sangrante.

—¡Curarse lleva tiempo, idiota! ¡Aparte, bastante tengo con que mis intestinos no salieran disparados con el corte que tengo! —gritó enojado Obito con una vena sobresaliendo de su cabeza— ¡Y tú! ¿¿No se supone que tienes células de Hashirama? ¡¿Por qué no te regeneras, eh?!

—¡Sus células son una completa estafa, solo sirven para no quedar ciego y estar cachondo todo el tiempo! —gimió Shisui molestamente.

—¿Cachondo todo el tiempo...?

—Si.

—Comprendo, acepto que es un dolor en el culo —asintió Obito de acuerdo.

—Yo sé, ¿Verdad? ¿Cómo es que no hay más Senju aparte de Tsunade-sama?

—¿Verdad? Con la cantidad de calentura provocada y la resistencia, uno creería que tendrían más hijos, ¿Tal vez Mito-sama le puso una correa o algo?

—Tal vez se creó el sello anticonceptivo porque Mito-sama no quería seguir teniendo niños.

—O porque no quería que su pareja estuviera cachonda todo el tiempo, el impulso sexual es bastante retenido por el sello —agregó Obito y Shisui parpadeó.

—¿Lo tienes?

—¿Por qué no lo tendría? —preguntó extrañado Obito— Claro, después de mi "muerte" el sello se anuló, pero una vez que volví oficialmente a Konoha, me lo volví a poner y santo remedio, ¿Tú no lo tienes?

—No —habló Shisui y miró extrañado al Uchiha mayor.

—¿Cómo es posible que no lo tengas? ¿No te lo pusieron en la academia? —preguntó incrédulo Obito mirando sorprendido al menor.

—Me gradué antes de la academia, muy joven. No lo vieron como algo bueno para mi salud —habló Shisui y miró al Uchiha mayor con interés.

—Típico, genios y sus mierdas —Obito rodó su ojo con fastidio.

—Entonces, ¿Cómo se siente ese sello?

—No lo sé, ¿Normal, supongo? —respondió extrañado— ¡Espera un minuto! Si tu no tuviste el sello anticonceptivo porque te graduaste joven... ¿Eso significa que Bakakashi tampoco lo tiene? —una realización lo golpeó— ¿Acaso es ese motivo por el cual es un adicto al porno?

—Tiene sentido para mi —razonó mientras asentía Shisui.

Obito abrió la boca sorprendido y miró a Shisui como si le hubiera revelado todos los secretos del universo.

—Espera un momento, ¿No deberíamos estar pensando en cómo resolver toda esta mierda en la que nos metimos? —cayó en cuenta Obito.

—¿No se supone que con tu Sharingan puedes transportarte a donde sea o algo así? —preguntó extrañado Shisui— Creí que por eso nos absorbiste en esta dimensión sin siquiera avisar.

—Oh, es cierto... yo... yo supongo que lo olvidé —Obito se tocó la nuca y rio tímidamente.

—¿Deberíamos ir al hospital primero o a la torre Hokage?

—Donde Minato-sensei, los Zetsus pueden copiar cuerpos y chakra, si se hicieran pasar por nosotros sería una mierda absoluta de caos —decidió Obito.

—Tienes razón —asintió de acuerdo Shisui—. Aparte, si nos atacaron tan descaradamente, ¿Quién dice que no atacarán Konoha?

—Minato-sensei estaba planeando hacer un ataque a donde se encontraba el Gedo Mazo para sellarlo y, tal vez, atrapar a Zetsu negro que se hace llamar la voluntad de Madara, ¿Tal vez por eso nos atacaron...? —Obito se calló y se puso extremadamente pálido— Konoha puede estar en peligro.

Mi Elise... —jadeó Shisui y su mirada se posó el Obito el cual asintió y dejó de jugar para transportarse a Konoha.

Elise respiró profundamente mientras pintaba a los cuatro kages -menos a Hiruzen el cual fue reemplazado por Tsunade-, a la vez que Itachi e Izumi estaban a su lado mientras ella pintaba en el parque. Los tres hablaba de algunas cosas y de nada, pero a veces ella se concentraba mucho mientras pintaba por lo que se quedaba en silencio el cual los dos Uchihas comprendían y la miraban con curiosidad para continuar su conversación.

Elise hizo un puchero mientras el cabello de Tobirama y de Minato no le salían, ¡Eran malditos pichos, por el amor de dios! ¿Cómo no le salían esos malditos pinchos? Con el rostro fruncido en irritación, Elise saltó directamente a los imponentes chorros de agua de Tobirama, los interminables ríos de madera de Hashirama, las corrientes ominosas de aire de Minato y las inmensas rocas voladoras por culpa del monumental golpe de Tsunade.

—¿Por qué Nidaime-sama y Yondaime-sama siguen... calvos? —preguntó extrañado Itachi mirando la pintura.

—... porque sus cabellos son difíciles —admitió Elise.

—Pero si son... pinchos, ¿Cómo pueden ser tan difíciles? —preguntó confundida Izumi.

—Si los haces muy delgados, ya no son ellos, pero si los haces muy gruesos, tampoco —suspiró cansada Elise y, en otro lienzo, les mostró una comparación de Tobirama y Minato con cabello más delgado o grueso en sus pinchos y los dos Uchihas miraron inexpresivamente los dibujos.

—¿Quiénes son ellos? —preguntó inexpresivamente Izumi mirando como a pesar de que tenían el mismo rostro, reacciones y características, si no tenían el pelo exactamente como deberían, eran otras personas completamente diferentes.

—Yo sé, ¿Verdad? Cambian demasiado si no tienen el mismo peinado —suspiró devastada.

—Tampoco son tan diferentes —intentó consolar Itachi, solo para recibir las miradas de las mujeres y callarse.

Bueno, sus palabras no fueron apreciadas.

Elise frunció el ceño mientras miraba al azabache frente a ella. La ligera conversación de los cabellos de Nidaime-sama y Yondaime-sama se había convertido en que Itachi terminó siendo regañado por Izumi y ella sobre lo importante de este, solo para que finalmente el Uchiha terminara con un rápido henge y les concediera la razón, para luego pasar a ser el modelo de la pelirrosa.

No estaba mirando a Itachi de mala manera, es solo que algo en el Shisui frente a ella le gritaba que no era él y no parecía haber nada de malo en este.

Y bueno, no era exactamente su miedo a decirle que estaba embarazada lo que la hacía resistente a ir con el Uchiha, porque ella no le había contado a nadie sobre su estado porque quería que Shisui fuera el primero para que la ayudara a luego a decirle a sus padres y hermanos sobre... bueno, sobre su estado.

Claro, tenía nervios y estaba abrumada por las emociones. La primera semana que empezó a mostrar síntomas de embarazo estuvo alerta y paniqueada por las posibles implicaciones de las náuseas y vómitos, pero lo ocultó bastante bien, en especial porque su familia justamente no estaba en aquellos momentos; Asher continuaba haciendo grabaciones en Kiri, Natsuo quería empezar a expandirse hacia la nación de agua, sus padres estaban haciendo algunos tratados comerciales en Suna y Kiriya fue designado a una misión.

Por lo tanto, ni siquiera se le pasó por la cabeza ir al médico de la familia y rápidamente fue a las aguas termales en donde ya la conocían y le pagó extra a la recepcionista con tal de que le trajera una prueba de embarazo en secreto. La recepcionista estaba encantada, hizo lo que se le pidió y discretamente, cuando le entró la comida a su habitación, también le metió al bolcillo tres pruebas de embarazo por si acaso y recibió felizmente otro poco más de dinero junto con una hermosa y cara pulsera que le encantó.

Elise confirmó sus sospechas ese mismo día y estaba horrorizada porque bueno, su cuerpo tenía solo quince años y aunque el embarazo adolescente en este mundo no estaba exactamente mal visto, estaba muy mal visto el estar embazada cuando no estabas casada.

Pero lo que más le aterraba, era el hecho de que Shisui era muy joven como para hacerse cargo, ¿Qué sucedía si el Uchiha no quería al niño? ¿Y si la abandonaba porque no quería hacerse cargo? Izumi era mitad Uchiha y el mismo clan alineó a toda su familia, llegando al punto en que ni siquiera podían pisar el distrito Uchiha hasta que ella despertó el Sharingan en el ataque del Kyubi y se le permitieron poder usar su propio apellido.

Tenía mucho miedo, porque ambos eran muy jóvenes. Claro, Elise tenía recuerdos de una vida anterior y todo eso, bien podría hacerse cargo de su hijo como madre soltera y le importaría mil hectáreas de mierda el que la sociedad pensara de ella, pero su bebé no debería de crecer sin un padre y si, dios no lo quisiera, despertara el Sharingan, no quería que los Uchiha lo alinearan por ser un mestizo.

—¿Vamos a casa, Elise? —preguntó suavemente Shisui y ella miró fijamente la mano que se extendía hacia ella junto con la dulce sonrisa enamorada que tenía.

—No —Elise no tomó la mano de Shisui.

—¿No...? —preguntó desconcertado Itachi y miró a la mujer con interrogantes.

Elise nunca le diría que no a Shisui, incluso si no quería, solo desviaría al mayor con cosas como "antes de eso debemos..." y luego pasearían por toda Konoha antes de irse a casa o harían algo para tomarse el tiempo y estar juntos.

Izumi frunció el ceño a su amiga y meditó ligeramente antes de ponerse decididamente detrás de la chica de ojos celestes. Si su amiga estaba actuando un poco más dura y desanimada con su novio, significaba que estaba sucediendo algo e Izumi jamás abandonaría a uno de sus amigos porque sí.

—¿Por qué no? Se está haciendo tarde, tus padres van a estar preocupados —habló suavemente Shisui e intentó tomar la mano de Elise, pero ella lo evitó frunciendo el ceño.

Este no era Shisui, no su Shisui, las señales de alarma estaban gritando en su cabeza.

—¿Quién eres tú? —preguntó directamente Elise y el azabache se congeló por un segundo.

—¿Qué quieres decir, Elise? Soy yo, Shisui, tu novio —respondió el Uchiha y la mujer arrugó aún más su ceño en compañía de Itachi, el cual no mostró alguna reacción además de su ceño fruncido— Vamos a casa, se está haciendo tarde.

Shisui nunca obligaría a Elise a ir alguna parte, incluso si insiste en algo, nunca sería de esta manera.

Pero su chakra era igual, Itachi estaba confundido.

—No iré contigo, me niego —Elise se empujó ligeramente contra Izumi la cual se puso a su lado y la abrazó tentativamente por la cintura en señal de apoyo silencioso y miró desafiante al Uchiha mayor.

—¿Por qué te estás comportando así? Es extraño, ¿Tal vez te sientes mal? Deberíamos ir a casa y comprobar si estás bien —Shisui dio un paso, pero Itachi se puso enfrente evitando que el azabache alcanzara a las dos mujeres— Itachi, ¿Por qué hiciste eso? Muévete.

—Tú no eres Shisui, incluso si tu rostro, voz y chakra son iguales, no eres mi amigo —habló tranquilamente Itachi y sacó un Kunai el cual el azabache mayor evitó exitosamente— ¿Quién eres tú...?

—¿De qué rayos hablas, Itachi? Yo... —el Shisui con el que estaban hablando fue quemado hasta las cenizas por una bola de fuego.

Shisui, con una expresión asesina, apareció en escena mientras se apretaba el costado y se paraba frente al impostor tambaleándose ligeramente.

—Aléjate de Elise —siseó venenosamente Shisui mientras el Mangekyo Sharingan brillaba con rabia apenas contenida y su cuerpo gritaba agresión.

—¡Shisui! —exclamó Elise mirando al Uchiha herido.

—¡Espera, Elise! —exclamó Izumi y tomó a la nombrada por el brazo, evitando que fuera corriendo a su pareja.

Esto parecía peligroso y este Shisui asesino que acaba de aparecer proclamando su posesividad ni siquiera se parecía al alegre y despreocupado Shisui habitual, algo estaba pasando e Izumi prefería morir antes de que le sucediera algo a su amiga civil.

Ella era una shinobi.

Los shinobis protegen a los civiles y Elise era una civil, pero aún más importante...

Izumi era una Uchiha.

Los Uchiha protegen ferozmente a los suyos.

—¡Shisui! —gritó preocupada Elise mirando a su pareja ensangrentada y se liberó del fuerte agarre protector de Izumi, evitando la mano de Itachi a por centimetros y corriendo hacia el nombrado.

—Elise... —Shisui se aferró a su novia, una de sus manos estaba apoyada en la cintura de la mujer, pegándola a su cuerpo, mientras que su otra mano agarraba la nuca de la pelirrosa, tirando de la peluca falsa que tenía y pegando el rostro de su pareja contra su pecho mientras sus labios estaban presionados contra la coronilla de la mujer.

Los ojos centellantes del Uchiha miraban con intensiones asesinas apenas controladas el entorno en el que se encontraban, casi paranoico y sus ojos brutales y asesinos se fijaron en la pareja. Itachi se puso delante de Izumi con su instinto de protección gritando ferozmente, mientras que la castaña dio un paso atrás y cayó contra el suelo aterrorizada por el aura y aspecto que emitía el Uchiha mayor.

Nunca había sentido un instinto asesino tan feroz y brutal.

Itachi desvió la horda de Kunais que iba directamente para asesinar a Izumi con profesionalidad, pero cuando menos se lo esperó, escuchó un grito de dolor de la mujer a sus espaldas. Dándose la vuelta bruscamente, la vista que saludó al Uchiha fue de dos Izumis, una la cual estaba en el suelo sangrando y otra sosteniendo un kunai ensangrentado en sus manos. Antes de que siquiera pudiera pensarlo, la Izumi con el kunai fue atravesada con una horda de Kunais y shurikens, revelando un cuerpo blanco monstruoso.

—¿Qué fue eso...? —preguntó Itachi mirando los papeles de sellado que Shisui le lanzó al falso Shisui carbonizado y al individuo que masacró con Kunais y Shurikens.

—Zetsus o algo así —habló Shisui mientras Elise se paralizaba en sus brazos—. No tengas miedo de nada, Elise, yo te protegeré y destrozaré a cualquiera que quiera hacerte daño —habló suavemente el Uchiha mientras separaba ligeramente a la mujer de sus brazos y empezaba a besar su rostro con dulzura.

—Shisui... —murmuró.

—Dame unos besitos, ¿Sí? Eh estado tan solo sin ti durante este horrible y desesperante casi mes—gimió Shisui y empezó a besar lentamente los labios de Elise con desesperación, mordisqueando el labio interior para acceder a su boca.

La pelirrosa se sonrojó ligeramente y correspondió tímidamente al beso. Shisui suavemente paseó sus manos por el cuerpo de Elise hasta detenerse en su cintura baja y pegarla más a él, intensificando incluso más el beso.

—S-shi... —jadeó Elise, siendo interrumpida por otro beso.

—Mmm... mi bella Elise —murmuró entre besuqueaos Shisui y aprovechó para agarrar el trasero de Elise con ambas manos mientras metía su lengua en la boca de Elise.

La cantante se sonrojó aún más mientras sentía el apasionado beso de Shisui, sus lenguas danzaban en su boca a la vez que Shisui parecía apunto de arrimarse contra ella.

—Ejem... —tosió Itachi mirando a su amigo el cual desvergonzadamente se encontraba apretando y masajeando el trasero de su amiga.

—Mi Elise... —murmuró roncamente Shisui y besuqueó el cuello expuesto de Elise dejando algunas marcas.

—S-Shisui... ya basta, estamos en público —habló Elise sintiendo su rostro arder y la mirada de desaprobación de Itachi.

—No importa... eres mía —murmuró contra su cuello y Elise le dio un ligero golpe en la cabeza— ¡Auch! ¿Y eso por qué? Vino de gratis así como así —se aquejó ruidosa y desagradablemente Shisui.

—Por ser un pervertido —bufó Elise cruzándose de brazos y miró el puchero del Uchiha.

—Por cierto... ¿No deberías estar llevando a Izumi al hospital, Itachi? —preguntó Shisui con curiosidad y Elise se volteó sorprendida, solo para horrorizarse al ver a Izumi desangrándose en el suelo.

—¡Izumi! —gritó Elise mirando la sangre.

—Izumi... —los ojos de Itachi se abrieron al darse cuenta de que momentáneamente había olvidado a la castaña y sintió su pecho doler mientras sus ojos ardían fuertemente. Sin decir nada, cargó a la mujer y desapareció en un rápido Sunshin.

—¡Shisui! ¡Tienes que ir a ver a un médico, ahora! —exclamó Elise mirando el cuerpo del Uchiha— ¡Estas horriblemente herido! ¡Puedes desangrarte! ¡O morir! —exclamó horrorizada Elise.

—Nha, no te preocupes, tampoco es para tanto —descartó fácilmente Shisui—. Eh tenido cosas...

Shisui decidió sabiamente callarse ante la mirada que le estaba dando Elise y luego la tomó por la cintura antes de reaparecer en el hospital de Konoha tambaleándose, pero Elise lo ayudó a estabilizarse y lo dejó apoyarse en su cuerpo mientras gritaba preocupada por un médico.

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