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LXI. Monstruo

Cuando al escuadrón de Uchihas le pidieron que cuidaran de una mujer rica que se casó con un miembro de su clan, esperaban muchas cosas.

Cosas malas.

Elise no fue ninguna de ellas, tenía un corazón demasiado grande para su propio bien y no temía en desnudar su alma ante las amenazas que la rodeaban.

Los Uchiha se sintieron inclinados a protegerla, era como un pequeño niño inocente que no sabe nada sobre el mundo y tiene que mostrar su amor hacia todo y todos o si no, se enojaría y lloraría amargamente.

Cuando la pelirrosa decidió rescatar a un par de Uzumaki, los Uchihas estaban dudosos. Eso no formaba parte de su trabajo y no les iban a pagar por ello, tampoco debían de inmiscuirse en los asuntos de otras aldeas, pero a su vez, eran Uzumakis, personas de un clan aliado que fue erradicado y al cual no pudieron brindarles ayuda cuando alguna vez habían jurado protegerse los unos a los otros, cuando el clan Uzumaki había sido quien les brindó todos los pergaminos de sellados y Fuinjutsu de todo tipo para ellos.

El complejo de salvadora que tenía su clienta era extremadamente basto, la vieron jugar con esa niña, cuidar de la madre y mimar a su esposo sin perder el ritmo de nada, la mujer tenía un corazón demasiado grande para su propio bien y cuando aceptaron este plan loco para cuidar de las dos mujeres Uzumaki, los Uchiha se sintieron avergonzados cuando Elise expresivamente les mostró cuan agradecida estaba, abrazándolos, agradeciéndolos y preparando comidas exóticas y deliciosas para ellos.

Shisui claramente estaba amargo, pero después de que se acostaran en la misma habitación parecía de nuevo un ser humano alegre y Elise parecía querer destruirlo todo, no cuestionaron, y si vieron los chupetones, mordidas y marcas en alguna parte de Elise, no dijeron nada.

El escuadrón esperaba un matrimonio político y en vez de eso, recibieron un matrimonio demasiado apasionado que parecía querer quemar todo el mundo con su pasión y repoblarlo con su descendencia, lo cual era gracioso, porque esos dos no eran más que un par de mocosos y el clan Uchiha es bastante fértil, aunque la tasa de natalidad haya disminuido drásticamente desde la creación de sellos anticonceptivos, aunque eso no afectaba a los civiles Uchiha que tenían más de un par de hijos.

Y Elise era una simple civil sin el sello anticonceptivo dedicado a los shinobis y kunoichis de Konoha, por ende, ambos eran dos jóvenes extremadamente apasionados con cuerpos muy fértiles...

Cuando el líder del clan los apartó para decirle que su prioridad siempre sería la protección de la mujer pelirrosa por el bien de todos, lo descartaron como algún tipo de política de clan o comercio, como referente a la fragilidad de los civiles o algo así y lo dejaron estar, sintiendo que eran solo exageraciones que su líder de clan llegara a decir que, si esa mujer se lastimase, el infierno caería en tierra y el mundo podría quizás ser borrado.

Se rieron a sus espaldas, burlándose un poco de las palabras exageradas del hombre.

Ahora, no podían más que estar aterrorizados mirando como el pequeño mocoso calenturiento destruyó a todos en el hospital en menos de un puto minuto, creando un escenario de terror en donde ríos de sangre inundaban los pasillos y creaban sus propios caminos por todo el suelo del lugar. Pero quizás eso no fue lo peor, no, sino que lo peor fue como ese mocoso lentamente susurró algunas palabras en la pobre niña afectada por la falsa muerte de su madre y, presionando los botones correctos, Shisui logró convertir a una pequeña mocosa inocente y risueña en un monstruo que destrozaría todo con sus brillantes cadenas doradas.

Monstruo.

El mocoso mostró ojos malditos que se supone que no deberían existir mientras una expresión similar a una sonrisa que se aventuraba en sus ojos y boca, mientras barría todo el centro de la aldea con el legendario Susanoo, capturando a algunas personas en Genjutsus de tortura, por los horribles gritos que soltaban y el cómo se suicidaban o los controlaban con su Mangekyo florecido, mirando con diversión como todos esos lamentables ninjas de Kusagakure intentaban hacerle frente a alguien con el legendario Susanoo que solo se transmiten en las leyendas entre los Uchiha.

Todo fue una horrible masacre.

¿Y lo peor?

Lo peor fue que todo sucedió tan rápido que ni siquiera podían hacer nada más que proteger a la Elise inconsciente de los daños de su loco marido mientras que le quitaban rápida y seguramente la aguja senbon a la señora Uzumaki para que no sufriera ningún daño permanente por su corazón detenido y ralentizado.

Temblorosos, el escuadrón Uchiha se preparó para luchar o huir en cualquier minuto, pero nada les sucedió mientras tenían a Elise bajo su cuidado.

Los ojos rojos los miraron, se contorsionaron y giraron una y otra vez hasta que-

—Salgan de la aldea, no quiero que mi adorable esposa vea este escenario cuando despierte —habló suavemente con una voz tranquila el hombre, como si no estuviera causando una masacre mientras sostiene a una niña en sus brazos que le guía el camino a seguir para continuar su masacre—. No dejes sus cosas, Elise se preguntaría porque no están y odiaría tener que meterla en un genjutsu para que deje de preguntarse cosas innecesarias.

Fríos, obedecieron. Almacenaron ese costoso carruaje en un pergamino de almacenamiento para que las ruedas no se mancharan con la sangre en las calles y huyeron a unas tres horas de distancia en donde aun escuchaban los gritos y el horror de la masacre causada por dos mocosos aterradores.

Elise no se despertó hasta que fue de tarde y el sol se estaba ocultando, fue difícil inventar una excusa creíble, pero de alguna manera lo hicieron y ella tontamente aceptó sus respuestas obviando los huecos en la información errada que le daban.

Que miedo.

Esa tonta mujer tenía a un maldito monstruo aterrador detrás de ella y ella ni siquiera lo sabía.

—Tomen, estas mantas harán que no pasen tanto frio por la noche —habló suavemente Elise abrigándolos con gruesas mantas—. Lamento todos los inconvenientes que causé, espero que puedan descansar bien —Elise les sonrió suave y avergonzadamente, pero ellos lo descartaron descuidadamente y le dijeron que lo mejor es que comiera algo y se fuese a dormir para que cuidara bien del bebé en su útero.

Que miedo.

Incluso varias horas después, todos ellos seguían temblando horriblemente por las brutales vistas que provocó ese hombre loco.

Shisui ladeó ligeramente su cabeza, habían pasado horas desde que empezaron la masacre y actualmente estaban jugando con sus presas, pero inesperadamente, aparecieron otros insectos a interrumpir su juego.

El clan Kaguya.

Shisui sonrió felizmente y le dio una pequeñas palmaditas a Karin.

—Déjalos entrar, ellos aman las matanzas —habló alegremente y Karin dejó que el domo de cadenas se abriese lo suficiente como para que los bélicos amantes de la matanza entraran y se deleitaran con su espectáculo de horror, pero no lo suficiente como para que cualquier otro insecto escapara de su jaula.

—¿Por qué dejarlos entrar? —preguntó Karin mirando como esos locos desquiciados se bañaban en la sangre derramada con júbilo.

—Porque podemos culparlos de la matanza ocurrida y resurgir como afortunados sobrevivientes o, en su defecto, podríamos decir que logramos escapar a duras penas, matamos algunos del clan Kaguya aquí y allá, que los únicos sobrevivientes fueron tú y tu madre. Con tu aldea destruida, no seriamos culpables por iniciar posiblemente una cuarta guerra ninja y dejando evidencias del clan Kaguya aquí, podemos tomarlas en Konoha como refugiadas más fácilmente y meterlas en un programa de protección de testigos, de esa manera, ustedes podrían estar bajo mi cuidado viviendo bajo el mismo techo que Elise y yo.

—Pero mamá está muerta... —habló con un hilo de voz.

—Lo habría estado —habló indiferentemente—. Llegue justo en el momento para hacer que pareciera que colapsó por falta de chakra y murió, pero en realidad era una aguja senbon bien colocada. Ingenioso, ¿No?

—¡¿Me hiciste...?!

—¿Te engañe? ¿Te hice matar a todas estas personas porque sí? —preguntó con frívola indiferencia y una sonrisa de mierda apareció en su rostro— Tu madre habría muerto realmente si me hubiera demorado un segundo más, tú serías la próxima, te morderían hasta la muerte al igual que a tu madre. Para esta aldea, no son más que fuentes de sangre y chakra andante, a nadie le importa si viven o mueren, la única forma de que hubieran escapado de esta aldea, hubiera sido en ataúdes.

—...

—Tu madre está viva, ¿No te alegras? —preguntó confundido Shisui y miró a la niña temblorosa en sus brazos, pero sus cadenas no titubeaban.

—...

—Si te sientes mal por matar a tantos, puedo borrar este recuerdo y reemplazarlo como si los miembros del clan Kaguya hubieran provocado esta masacre, no tienes que preocuparte por una conciencia culpable —continuó el Uchiha mirando a la pelirroja con sus ojos rojos—. Recuerda esto Karin, a veces es necesario matar para proteger aquello que amas.

—...

—Veo que los del clan Kaguya son buenos sensores, atacan directo a las personas con gran precisión —habló para sí mismo Shisui mirando el infierno que se desataba debajo de él—. O tal vez es solo su sed de sangre lo que los hace buenos rastreadores para cazar a sus presas —Shisui soltó una risita burlona.

El Uchiha desvió su mirada hacia la pelirroja en sus brazos.

—Entonces, ¿quieres que borre los recuerdos de este día? Podría incluso borrar el hecho de la masacre, ya ves—habló tranquilamente mirando a la pelirroja sin expresión alguna.

—Y-yo... yo... —los ojos de Karin se entrecierran con lágrimas en sus ojos y mira determinada a Shisui—. No, los conservaré. Hoy protegí a mi madre, no borraré esto de mi corazón.

—Bien dicho —Shisui le sonríe alegremente y revuelve su suave cabello rojizo.

—¿Mmm? —Karin ladeó su cabeza confundida y un poco aturdida.

—¿Qué sucede?

—Este chakra... es un chakra enorme y muy poderoso, pero se siente un poco enfermizo y reacio a la muerte, incluso un tanto temeroso —habló Karin mirando con duda hacia abajo hasta que sus ojos rojos se fijaron en un niño siendo empujado por alguien del clan Kaguya.

—Mmm... tal vez ese niño es una paria, quizás él no quiere asesinar, ¿Mmm? —preguntó Shisui mirando con ojos indiferentes al niño pequeño.

Ese niño era brutal, tenía grandes habilidades si lo presionaban un poco, pero parecía que no tenía motivos para seguir con vida, perdido en la oscuridad intentando encontrar una razón para vivir.

Casi... casi como si nunca hubiera sentido afecto en su vida.

Algo en Shisui se revolvió y una voz oscura en su mente le susurró, algo hizo clic en su mente y él sonrió alegremente.

—¿Lo llevamos con nosotros? —preguntó alegre y despreocupadamente Shisui.

—¿Estás seguro...? Todos ellos parecen... dementes —Karin señaló a todos los miembros del clan y los niños incluidos.

—Pero su chakra se siente diferente, ¿Cierto?

—Mmm... ¿Creo? ¿Tal vez?

—Si quiere venir con nosotros, nos lo llevaremos, si no, lo dejaremos aquí o, en su defecto, lo mataremos. No veo problema en ello, ¿Y tú? —preguntó Shisui tranquilamente.

—No.

Se acercaron al niño.

Hablaron con él.

Mataron a quienes intentaban matarlos.

El niño aceptó ir con ellos fácilmente.

Aterrorizaron al clan Kaguya de alguna manera y los hicieron retroceder, el clan bárbaro cambió su rumbo a Iwagakure luego de ser echados por ellos.

El Uchiha volvió con dos niños en sus brazos, pero limpiaron la sangre de sus cuerpos y se cambiaron de ropa para no aterrorizar a la linda mujer embrazada que yacía esperando al cruel asesino Uchiha en el camino.

Ah... ser el mejor en genjutsu siempre es algo bueno.

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