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LIX. Plan

Kaira Uzumaki estaba alerta contra los dos extraños, pero en el momento en que su hija se aferró a sus faldas con suavidad, como diciéndole que ellos no son peligrosos, la mujer miró a ambos con sospecha hasta que se fijó en el suave cabello rosa de la mujer y su cuerpo de destensó ligeramente.

Inconfundible.

Un cabello con tonalidades rojizas sin duda pertenecía a un Uzumaki y, tanteando su chakra, era obvio que sus reservas no eran cortas, no podía ser tampoco un civil cualquiera a menos de que fuese un civil Uzumaki. Tal vez la mujer sea una mestiza Uzumaki o su madre sea una mestiza Uzumaki, pero incluso si sus cabellos no eran del mismo color, ni sus ojos, ni tenían rasgos similares, Kaira Uzumaki podía saber exactamente que esa mujer compartía sangre con el clan Uzumaki.

Llámalo instinto o algo extraño entre miembros de clan, pero los Uzumaki son ferozmente protectores a su familia y reconocen a familia.

Familia no ataca familia.

Era como si tuvieran un sello integrado en su alma como para reconocerse.

-como si lo hubieran dictado sus tratados con Shinigami-sama, como si el Dios de le muerte al que adoraba su clan fuesen bendecidos con un instinto innato de protección familiar.-

Entonces, sabiendo que esa mujer tenía algo de sangre Uzumaki, Kaira se relajó y, al profundizar sus sentidos en la mujer, el diminuto chakra formándose en su estómago le pertenecía al hombre a su lado, el cual, ante su instintiva pose de lucha o huida, se había puesto imperceptiblemente frente a la mujer para protegerla.

Eso dos eran pareja.

Familia no daña a familia.

Karim se relajó, pero no se confió.

—H-hum... lo siento por entrar sin cita previa o aviso —se disculpó primero Elise torpemente—. Es solo... vimos a su hija sola y triste, por lo que nos preocupamos de que le pasara algo.

—...

—Y-y bueno... supongo que mis instintos maternos se activaron en ese momento —intentó explicarse torpemente Elise y se rascó la nuca nerviosa—. V-verá, voy a ser madre dentro de unos meses, ya ve, soy nueva en todo esto y...

—Y los instintos te golpearon fuerte al ver a un niño vulnerable —continuó por ella la mujer y Elise la miró sorprendida, pero se sonrojó avergonzada y asintió.

—S-si... yo... lamento si la incomodé con todo esto, no era mi lugar y...

—Está bien —descartó Kaira—. Karin está bien, no le hicieron nada.

—¡Por supuesto que no! ¡¿Qué clase de monstruo lastimaría a una niña pequeña e indefensa?! —gruñó ferozmente Elise mirando enojada a la Uzumaki y, para su gran desconcierto, la mujer asintió satisfecha con su respuesta.

—Veo...

—M-mamá... ¡Ellos no son malos! —intentó defender Karin ante el extraño estado de su madre— ¡Mi día fue muy divertido! Y la señorita Elise me compró muchos dulces y juguetes, comí muchas cosas diferentes, ¡T-también me compraron ropa nueva y-y con el señor Shisui jugamos a las escondidas! ¡Pero él es muy rápido! ¡Y es un tramposo porque puedo sentir su chakra y él huye cuando estoy a punto de alcanzarlo! —Karin hizo un puchero, irritada con el azabache.

Maldito tramposo, siempre está un paso delante de ella y escapaba velozmente, ¡Ya verá cuando lo atrape!

—¿E-enserio? —habló un poco indefensa la mujer y miró rápidamente a las grandes bolsas que se amontonaban en su mesa.

—O-oh... s-supongo que me descontrolé un poco —admitió avergonzada Elise con las mejillas sonrojadas y rascándose la nuca con nerviosismo—. Gasté... ejem... gasté un poco más de dinero del previsto...

—Oh... ¿Eso está mal...? —preguntó desanimadamente Karin— ¿Tendré que devolver al señor conejo y al señor oso?

—¡Por supuesto que no! —Elise se sonrojó por la ternura de Karin— ¡Si quieres te puedo comprar la ciudad, tu dime y tiraré dinefnnfau!

—Elise, ¿Qué hablamos sobre derrochar dinero descuidadamente? —Shisui le tapó la boca a su esposa mientras sonreía amigablemente.

—Majnjdnfjla —murmuró contra su mano.

—¿Mm? ¿Y? ¿Y qué si tus padres pueden comprar una nación, eh? ¿No sabes que a la gente común le asustaría la cantidad de dinero que gastas como si fuera agua? ¿Mm? ¿Quieres provocarles infartos? ¿Mmm? —Elise se encogió ante el aura de su esposo y miró derrotada el suelo—. Hum, no te digo que no gastes tu dinero, solo que, si vas a hacer algo, gástalo a espaldas de las personas para no infartarlos, ¿De acuerdo?

—¿Cómo cuando mis papás nos organizaron la boda sorpresa?

—Eh... supongo.

—¿O como cuando compraron el país de las aguas termales?

—Eh... creo...

—¿O como cuando mamá compró las disqueras del país?

—Eh... t-tal vez.

—¿Cómo cuando papá compró la chocolatería que producía el primer chocolate que me diste?

—...

—¿Oh cómo cuándo...?

—Si, si, ya entendí. Tú y tu familia de gastos desmedidos, ya lo sé —Shisui rodó los ojos.

Kaira se quedó en silencio mirando toda la interacción en silencio.

La mujer Uzumaki de alguna manera se sintió estafada y no sabe cómo, la conversación con la pelirrosa se movió demasiado rápido y, antes de que pudiera seguirle el ritmo, ya habían acordado que Elise sería la niñera de Karin durante una semana completa y le habían sacado las medidas de su cuerpo, solo para que cuando terminara de procesar todo, la pareja ya se había ido.

Al día siguiente, cuando volvió de trabajar, tenía muebles nuevos y un armario renovado.

Al siguiente día, Karin tenía un pequeño vestido de princesa que valía más que su propia casa.

Al día siguiente de este, de alguna manera, ella tenía costosas joyas en una caja que valía más que todo lo que hubiera ganado en su miserable vida.

Y al final de la semana, Kaira, sin darse cuenta, había aceptado huir con estos dos locos que no conocen el valor del dinero.

Kaira no sabe en qué se metió cuando dejó que esos dementes entraran en su casa, pero al menos Karin se veía muy feliz con sus nuevos lujos y era una pequeña princesita mimada como siempre debió ser. Puede que esos dos estén dementes y no les falte un solo tornillo, sino que les falte la ferretería completa, pero al menos su linda hija tiene todo lo que se merece y ellos prometieron brindarles una vida mejor.

Y, sinceramente, cualquier cosa era mejor que morir a mordidas en el hospital, así que Kaira se aferra a que este plan salga bien.

Elise es muy ingenua si cree que el Kage de mierda de esta aldea la soltaría tan fácilmente, pero con solo leer un poco del chakra del hombre, Kaira pudo darse cuenta de la profundidad de la malicia del azabache que estaba claramente obsesionado con su linda y pequeña esposa.

En este punto, Kaira no dudaría en apostar que Shisui embarazó a Elise a propósito para atarla a su lado para siempre.

Elise salió de la oficina de este pseudo Kage dando un portazo y con humo saliendo de su cabeza. Estaba total y completamente furiosa, ya sea que el dinero, por primera vez en su vida no le funcionó o por el hecho de que literalmente la denigraron, objetivaron y sexualizaron durante todo el transcurso de la reunión haciéndola parecer una mujer ridícula o el hecho de que simplemente casi intentaron forzarla a ir al hospital porque creían que era una Uzumaki o media Uzumaki si no fuese porque su esposo literalmente molió a puños a todo aquel que se atrevió siquiera a hacer un movimiento en contra suya.

—Shhh... tranquilízate, tanto estrés y enojo no le hará bien al bebé —habló suavemente Shisui abrazándola por la espalda y acariciando suavemente su abdomen ligeramente abultado.

Y no era suave y blando como cuando estaba rellena de su semen, no, era ligeramente duro y firme.

—¡Pero esos idiotas...! ¡Son todo lo que detesto! —chilló Elise fuertemente pisoteando con enojo— ¡Egocéntricos, misóginos, machistas y unos aprovechadores! ¡También son maltratadores, nos subestiman y son unos asquerosos! ¡¿Cómo se atreven a tratar la vida de Karin y Keira de esa forma?! ¡Literalmente les cobran con su vida para estar aquí y cuando ellas quieren irse a un lugar mejor, no las dejan! ¡Las ven como putos objetos y...!

Elise continuó despotricando enojada mientras Shisui sonría suavemente con una pequeña gota de sudor en su cara, estando atento a cualquier movimiento brusco de su pareja para evitar que se hiciera daño.

—¡... ojalá se murieran todos esos cerdos asquerosos que se atrevieron a hacer cosas tan feas a ellas! —gritó con frustración Elise y Shisui se detuvo durante unos segundos con una sonrisa tensa antes de que su cuerpo se relajase y una sensación burbujeante apareciera en su pecho.

—Yo también lo creo así, ellos te trataron muy, muy mal —habló suavemente Shisui apoyando una de sus manos en la espalda baja de Elise—. Merecen la muerte por todo lo que han hecho, así es.

—¡Hum! Aunque odie todo lo que dijeron esos bastardos sobre mí, estoy más furiosa por el hecho de que no permitirían, bajo ninguna circunstancia, que ni Karin ni Kaira escaparan de este pueblo maldito —Elise se cruzó de brazos debajo de su lujoso busto y Shisui soltó una pequeña risita pervertida.

—Vamos cariño, si no nos dejan llevárnoslas por las buenas, aun podemos llenárnoslas por las malas —habló suave y melosamente Shisui en un tono bajo mientras acariciaba suavemente los hombros de Elise.

—Mmm... ¿Cómo...? —Elise sintió que se relajaba bajo el maravilloso masaje que le daba su esposo.

—Solo tenemos que secuestrarlas —Shisui soltó una pequeña risita mientras Elise se apoyaba más en sus manos y él descendía lentamente por sus hombros a través de su espalda, deteniendo sus manos en los costados de Elise a la altura de sus senos.

—No, seriamos muy obvios —Elise negó con su cabeza ligeramente.

—Entonces solo tenemos que fingir la muerte de ambas, ¿No crees que sería eso lo mejor? Un par de agujas senbons bien colocadas en puntos no vitales, pero que ralenticen su organismo lograrían que Kaira-san pudiera fingir su muerte en el hospital "por falta de chakra" y, cuando esos cerdos sin escrúpulos vayan detrás de la pequeña Karin, plantar pruebas de que la pequeña Karin accidentalmente comió algunos hongos venenosos, cuando en realidad las agujas senbons bien colocadas detienen su corazón y fingen su muerte —los bordes de los dedos de Shisui tocaron los inicios de los senos de Elise.

—¿Pero no sería peligroso? ¿No tendrían efectos secundarios? —preguntó Elise preocupada.

—Nah, solo estarán más lentas e inmóviles durante una semana completa, pero vivirán —descartó despreocupadamente mientras apoyaba su mentón en el hombro de Elise.

—¿E-estás seguro...? —preguntó dudosa.

—¿Dudas de mis habilidades? —devolvió la pregunta.

—¡Por supuesto que no! Eres un gran ninja, con habilidades geniales y cosas wuah woosh y son realmente emocionantes —descartó emocionadamente Elise y sus ojos rodaron cuando sintió las manos de su travieso esposo tomar sus senos por debajo y elevarlos un poco— ¡Shisui! —se quejó Elise ante las manos del hombre sobre sus senos— ¡Estamos en público! ¡Espera hasta que estemos en el hotel o al menos en el carruaje donde nadie nos vea!

—Pero son tan suaves y cálidos, no puedo resistirme —se quejó mientras apoyaba su mejilla contra la de Elise y frotaba suavemente ambas mejillas.

—¡Estate quieto! —Elise le dio un suave golpe en las manos a Shisui para que dejase sus pobres senos en paz— ¡Shisui! —Elise exclamó en un tono quejumbroso alargando las vocales— ¡Oh, hombre! Mis senos están muy sensibles, es casi doloroso, ¿Podrías soltarlos ya?

—¿No te ayudaría que sorbiera los excedentes de leche? —gimoteó Shisui aprovechado para pellizcar uno de los pezones sensibles de Elise, la cual se estremeció.

—¡S-Shisui! —gimoteó Elise y le dio una mirada que hizo que el hombre alzara las manos en señal de derrota— T-tal vez... tal vez más adelante —murmuró Elise bajamente con las mejillas sonrojadas y el Uchiha se iluminó como árbol de navidad.

Si tuviera una cola, la estaría moviendo de un lado a otro como si fuese un Golden Retriver emocionado y apunto de saltar a jugar.

—Entonces... ¿Quieres que finjamos nuestra muerte...? —preguntó suavemente Keira mientras sorbía una taza de té tranquilamente y Karin jugaba con Elise.

—Exactamente —asintió Shisui tranquilamente—. No morirás, solo detendré tu corazón durante unos minutos y luego, al no ser de utilidad para ellos, serás fácilmente rescatada por nosotros.

—¿Y si queman el cadáver...? —preguntó Kaira con desconfianza y Shisui la miró con una mirada plana.

—¿Por qué desperdiciar preciosos recursos en un recurso roto e inútil? —le devolvió la pregunta con crudeza—. Para ellos ni tú, ni tu hija son humanas, son solo bancos de sangre con patas. Una vez que muestras ser inútil, te tiraran al lado de una carretera sin siquiera darte un entierro digno ¿Y a tu hija? Si no les sirve, bien podrían dejarla podrirse con esta casa.

—...

—Uzumaki-san, con todo el respeto del mundo, pero no le importas a nadie aquí y solo te ven como un objeto. En el momento en que mueras, irán tras tu hija y, si ella heredó tu misma habilidad, ya sabes lo que le espera, ¿Verdad? —con ojos planos, Shisui miró con tranquilidad a la pelirroja.

—... —Kaira miró con desesperación a su hija cuando escuchó las palabras del frio azabache.

—Podemos ayudarte. Konohagakure formó un pacto con Ushiogakure en los primeros años de fundación de la aldea, Mito-sama se casó con el Shodaime y tuvieron hijos e incluso nietos, la descendiente directa de Mito-sama es Senju Tsunade-sama, que se encuentra actualmente en el hospital de Konoha y Mito-sama extraoficialmente adoptó a Uzumaki Kushina-sama, quien es la esposa del Yondaime Hokage, los Uzumaki no serán mal vistos ni mucho menos recibirán malos tratos de parte de la aldea —habló suavemente Shisui dejando el té humeante de lado.

—¿Por qué llegarían tan lejos por mí y mi hija? ¿Qué ganan con todo eso? —preguntó desconfiada Keira.

—¿Konoha? Limpiar un poco su fracaso sobre los sobrevivientes de Ushio —habló con indiferencia Shisui—. La masacre de Ushiogakure fue una gran vergüenza para Konohagakure, incluso si estábamos rodeados y con las manos atadas en la segunda guerra mundial shinobi, se supone que Ushio era un país aliado, uno de nuestros clanes fundadores incluso si no compartíamos la misma patria. Konoha tiene en su protector de frente un remolino en honor a Ushio y los mismos uniformes de Chunin y Jounin tienen en su espalda el símbolo del clan Uzumaki, aun así, fallamos en proteger a una patria hermana, lo que mancha profundamente el historial de Konoha con los clanes fundadores.

—... eso no es todo, ¿Verdad? —Kaira no podía creer que alguien con ese chakra y tipo de mirada realmente pudiera pensar en algo que no sea él mismo y su propio beneficio.

—¿Qué gano yo? Nada, a excepción de ver a mi linda esposa feliz —Shisui esbozó una sonrisa pequeña y sus ojos brillaron mientras miraba a Elise hablando de cosas mientras Karin le haría un lío en el cabello en un intento patético de intentar crear una trenza.

Falló miserablemente.

Pero Elise y Karin estaban felices, incluso si Elise seguramente se horrorizaría cuando le tocase desenredar su cabello.

Shisui soltó una pequeña risita ante la imagen de Elise llorando en sus brazos por tener que cortar su cabello, solo para hacer un ultimo intento desesperado para que la ayudase a desenredar el lío que tenía en sus largas hebras rosadas para intentar salvar lo que más pueda de su hermoso cabello.

—¿Elise? Bueno, tal vez complacer su deseo de salvadora o bajar un poco la fiebre de niños que tiene por culpa de su embarazo, no lo sé —Shisui se encoje de hombros despreocupadamente.

—¿No quieren... nada de nosotras...? —preguntó con cautela y Shisui arqueó una ceja.

—Elise podría comprar el mundo con dinero si quisiera, no hay nada de ti que nos parezca agradable como para pedir lo escaso o nada que tienes —habló con franqueza y la mujer tembló ante la dura muestra de frívola verdad.

—¿Y nuestras habilidades...?

—Tenemos a la Sannin legendaria en nuestra aldea, la mujer que es la mejor médico del mundo, la única persona que es sabia de las babosas, la nieta del mismísimo Shodaime Hokage, quien fue apodado como el Dios Shinobi, la única que ha podido hacerles frente a los terribles venenos de Chiyo la titiritera de Sunagakure. Dime exactamente, ¿Por qué elegiríamos tus... "servicios" cuando tenemos a esa montaña inamovible? —preguntó Shisui arqueando una ceja.

—¿Disponibilidad...? —habló suavemente la mujer en un hilo de voz.

—Si Elise diera un pase libre al hospital de Konoha para el invernadero de raras plantas medicinales que hay en su mansión, la misma Tsunade la atendería, ¿Y las máquinas de última tecnología en el rumbo medico? Dios perdone si Tsunade-sama es una friki de la medicina, no saldría nunca más del ala medica en la mansión de mi pequeña esposa —habló con sinceridad Shisui y miró a la pelirroja—. No hay nada que puedas darnos o queramos de ti, pero si es precisamente eso lo que te molesta... entonces gasta el dinero de Elise —Shisui puso una cara en blanco—. Mi pequeña esposa es un poco tonta, adora mimar a otras personas, pero está rodeada de personas que no se dejan mimar o que son indiferentes al poder de su dinero.

—...

—¿No me crees? —Shisui señaló la pequeña habitación de Karin saturada de cosas de princesa.

Kaira puso sus ojos en blanco.

Shisui la siguió.

Ambos miraron a la niña y la mujer jugar.

Intercambiaron miradas.

Miraron con lastima al otro.

Asintieron deseando la felicidad de sus propias personas deseadas.

Juntaron sus manos en un trato silencioso.

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