II. familia
La primera vez que Elise abre sus ojos, no vio una mierda.
Su cuerpo se sentía pesado, como su estuviera envuelto en fango, sus extremidades se sentían como plomo y Elise temía seriamente haber tenido un Burnout. Luego, cuando tienes estos extraños fragmentos de memoria, entiende que tal vez renació o alguna mierda por el estilo.
Sabe que no es su vida, ella era una trabajadora común en... ¿en qué trabajaba...? Bueno, no importaba... o tal vez sí, pero tampoco podía decir que fue feliz en su anterior vida, así que es un ganar-ganar, supone.
Claro, una persona normal estaría aturdida intentado buscar razones o algún motivo, emoción, tristeza, desesperación o algo, pero extrañamente, ella se sentía... llena, mmm... ¿Cómo explicarlo? ¿tal vez como que su cerebro estaba lleno de algodón o algo así? ¿Qué sus sentimientos estaban bajo el agua?
No podía discernir bien sus sentimientos, pero las sensaciones en su cuerpo eran demasiado estimulantes como para poder concentrarse en su anterior vida y los huecos que había en sus recuerdos.
Su cuerpo le picaba, como si hubiera algo incomodo debajo de su propia piel, como si hubiera hormigas o algún tipo de bicho moviéndose libremente entre sus venas causando todo tipo de estragos a su paso y no podía hacer nada más que llorar amargamente porque nada de su cuerpo le correspondía.
Meses de esta tortura y comprendió que era un bebé.
Y tenía una familia.
Elise había sido huérfana en su anterior vida, la habían abandonado en un orfanato y tuvo que crecer para sobresalir de alguna manera en lo académico. Fue a la escuela, se graduó con unas de las mejores notas y asistencia perfecta, luego fue a la universidad y empezó a trabajar rápidamente para pagar su agotadora deuda estudiantil.
Trabajó, trabajó y trabajó hasta que, de alguna manera murió.
Sinceramente, recordando todas las veces que estuvo a punto de morir por x o ye motivo, está sorprendida porque no haya muerto antes.
Su primera experiencia cercana a la muerte, fue cuando empujó a un niño fuera del camino y un camión le pasó por encima, aparte de raspaduras en sus rodillas y manos, la ropa sucia, el cabello despeinado y el susto de muerte, nada grave le sucedió.
Tal vez en una vida pasada que no recordaba, había hecho cosas buenas.
Luego fue en un día agotador de trabajo, había dejado el gas de la cocina encendido porque la manilla no se cerró bien y ¡Bum! Su casa explotó, pero su vieja puerta que seguía sosteniendo la había salvado y solo terminó con desagradables morenotes en su espalda, piernas y culo, junto con un dolor sórdido en el cuerpo, una ligera sordera en conjunto con una cojera imperceptible, pero nada que pudiera en peligro real su vida, solo incomodidad.
La próxima vez, fue cuando estaba caminando y la asaltaron, como buena persona obediente, entregó todas sus cosas, teniendo un día de mierda y pateando rocas, salvó a un niño de una maceta que casi le rompió el hombro.
Creía seriamente que los niños serían su muerte...
Aun así, adoptó a dos pequeños perros callejeros y les dio ropa, techo y comida para que estudiaran, pateándolos en el trasero para que se fueran a la universidad y se graduaran.
Lindos mocosos, agradables, pero cascarrabias.
Uno estudió medicina y el otro estudió alguna clase de ciencias que su cerebro de maní no pudo alcanzar a procesar del todo.
Y luego murió, ni siquiera sabe cómo murió.
¿Se ahogó con su propia saliva mientras dormía o qué demonios?
Con su vida lo suficientemente agitada, decidió que en esta ida solo sería una dulce y linda niña de casa que no se arriesgaría en lo más mínimo, en especial ahora que tenía a dos cariñosos y atentos padres junto con tres adorables hermanos mayores que adoraban el suelo por donde caminaban sus pequeños piecitos.
A los cuatro años, su cerebro registró que había renacido en una especie de Narutoverse o algo así y sus padres eran comerciantes ricos y despiadados. No, no eran crueles... bueno, sus competidores ciertamente no pensaban lo mismo, pero al menos ellos no eran violentos físicamente ni nada, solo dos comerciantes demasiado buenos para sus trabajos.
Y luego de ver a las mujeres de Naruto, comprendió que su madre era extremadamente rara y afortunada por casarse con un esposo que alentaba su desarrollo personal en vez de confinarla a la casa.
Narutoverse era extremadamente machista y misógino, se esperaba que las chicas de trece ya tuvieran pareja, que a los dieciséis ya se casaran y que a los diecinueve ya tuvieran a su primer hijo, si pasabas los veinticinco sin pareja, eras una solterona.
Y los matrimonios concertados eran tan abundantes como las estrellas, no solo en los clanes nobles o en los ricos, sino que incluso entre la población civil. Era común que los padres o tutores legales de la niña hicieran los arreglos para el compromiso sin siquiera preguntarle o importarle la opinión de la chica.
A excepción de las Kunoichi, como estaban en un estado tan militarizado y casi dictatorial, una vez que alguna mujer se graduaba de la academia y se volvía una Kunoichi en el rango más bajo, genin, era, según la vista de este régimen militar, considerada una adulta independiente que puede manejar su propia vida, junto con que no se les obligaba a casarse o se les imponía esta mentalidad de "tienes que casarte antes de los 25 o tu valor se pierde" porque en sí mismas, ellas son el activo valioso y el matrimonio y el embarazo puede "arruinarlas" a menos de que sea pareja de otro shinobi y sigan con su tradición de una "familia shinobi".
Nuevamente, agradeció a su suerte en esta vida, porque sus padres no permitirían la mierda de nadie sobre ella y sus hermanos eran peor que sus padres en ello, una mirada incorrecta, la insinuación de un comentario malsonante y sus tres hermanos estarían en el cuello de la persona, sin importarles que fueran hombres o mujeres.
Su primer hermano, Natsuo, decidió seguir el negocio familiar, su segundo hermano, Kiriya, decidió ser un shinobi y su tercer hermano, Asher, decidió que sería un shinobi, pero luego de graduarse como genin decidió cambiar de rumbo y empezó a seguir el camino de Natsuo en el camino empresarial.
Asher, que era el menor de los tres hermanos varones, era mayor que ella por diez años.
Ella había sido un accidente.
Bendición, según su nueva familia.
Siendo la niña mimada de su familia, ni siquiera tendría que trabajar durante toda su vida y podría ser la mujer más vulgar del planeta, pero sus padres y hermanos la defenderían con su vida, jurando ante el universo que ella era completa y totalmente inocente de cualquier crimen que le adjudicaran.
Demonios, podría asesinar a alguien frente a sus padres y hermanos y ellos tendrían un agujero cerebral tan grande con respecto a ella que culparían al muerto por haberla asustado y haber causado que manchara sus manos con su asquerosa sangre, luego, limpiarían el lugar como si nada y Kiriya le miraría con ojos adoloridos preguntándole el porqué no le dejó el trabajo a él, puesto que su trabajo de shinobi en sí le pide que mantenga constantemente sus manos sucias.
En fin, con una familia que la corrompía y mimaba de tal forma, Elise decidió que debería mimarlos de igual forma y todo el amor que le dieran, ella se los multiplicaría y, como resultado, eran una familia extremadamente pegajosa a puertas cerradas y "perfecta" frente a los extraños.
Teniendo conocimientos de una vida previa, Elise decidió dedicase a la música porque en este mundo no existían los derechos de autor y todas las músicas que ella recordaba y le gustaban no existían. Por supuesto, su familia la alabó como un pequeño genio y la incentivó a hacer lo que quisiera.
La primera canción que "escribió" Fue Rosa pastel, ¿Por qué? Porque es la música que siempre escuchaba mientras hacía pan ya que su pan le quedaba esponjoso y blando a diferencia de aquel que le vendían en la panadería, pero por sobre todo, ¡Es porque es un himno! ¿Quién no se sabe esa icónica frase?
Pasar de un efusivo "¡Sí, yo quería ser, esa mujer! ¡La madre de tus hijos! Y, juntos caminar, hacia el altar, directo hacia la muerte" a un rotundo "¡No, no quiero ser, esa mujer, ella se fue a un abismo! ¡Y tú, no eres aquel, que prometió, sería mi superhéroe!"
El día que se le ocurrió la grandiosa idea de vender sus canciones, empezó una semana infernal de escribir grandes éxitos que se acordaba.
Extrañamente, siempre que estuviera involucrada la música, ella recordaría todo.
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