𝗼𝗻𝗲. the new world
chapter one. ★ ㅤso it goes
rachel norris.
Las gotas de champagne empapaban sus ojos, nublándole la vista al joven castaño. Sin embargo, la amplia sonrisa no se desvanecía de su rostro emitiendo risas cálidas.
La joven Rachel observaba a su querido hermano mellizo tras la pequeña pantalla de su dispositivo. Con todo fervor deseaba estar disfrutando de ese maravilloso momento junto a el y con sus compañeros de equipo.
—Fue asombroso Rach. —Exclama con felicidad mientras me dirige una mirada nostálgica. —Joder, deberías haberlo visto.
Sabía lo que implicaba para el, era mas que una significante victoria, ademas de ser la primera. Era la ambición y orgullo de mostrar al mundo de lo que el era capaz y asimismo cerrarles la boca a cualquiera que opinase lo contrario.
Lando siempre fue un niño extravagante. Para nada similar a los demás y lo mas diferente comparado a su melliza. Siempre aspiraba alto y se proponía metas inalcanzables, que el ambiente lo obligaba a que bajase de las nubes, pero siempre hizo caso omiso.
No fue hasta que descubrió su ilógica pasión por el karting, que empezó a enfrentar dificultades. Ilógica, porque nadie en la familia fue amante de los autos hasta que el trajo esa pasión a la casa. No paro hasta conseguir lo que realmente quería, insistiéndole a mama y papa, recaudando hasta el ultimo centavo, y practicando una y otra vez hasta que saliese victorioso.
—Lando créeme que es lo que mas deseaba —Rachel había sido colapsada de tareas y exámenes en el ultimo mes provocando un quiebre en su vida social y todo lo que implicaba.
Hace días que no lograba inhalar aunque sea un poco de aire natural debido a los exhaustos deberes. Había cancelado todos los extraordinarios planes con amigas, hasta citas medicas tan solo por aprobar esta materia. Deseaba hacer todo lo posible por terminar cuanto antes para así poder visualizar en vivo y en directo la carrera en el circuito de Miami.
No obstante la vida no fue como lo planeo, y decidieron poner su último examen el día que podría haber estado volando hacia la ciudad calurosa de los Estados Unidos.
—La risa de su hermano hace ruido en sus oídos. —Me imagino que ahora que estas libre, ya has tenido tiempo de hacer tu maleta ¿verdad?
—Lando, dejate de tonterías. ¿Te piensas que he tenido tiempo como para hacer una maleta?—responde mientras se acerca a la habitación aun con el aparato movil en sus manos.
Por la noche McLaren realizaría su fiesta de celebración por la primera victoria del piloto vestido en naranja, lo cual el mismo había casi forzado a muerte a la a joven para que asista. No solo a pedidos oficialmente de Lando sino que de todo el equipo. Rachel remarca que el evade el hecho de que no ha tenido ni un minuto de relajación de lo que va del mes, y cuando lo consigue, es obligada a ir a una fiesta donde no conoce a absolutamente nadie.
Suspira levemente abriendo el placard, al observar, sus pupilas muestran agotamiento al tan solo pensar el duro trabajo que se venía.
—Vamos hermanita, todos estamos emocionados por tu llegada. Y ya sabes a que me refiero cuando digo todos. —Hace un levantamiento de cejas y la morocha jura querer asesinarlo en ese instante.
Lando sabe que hace ya un tiempo, Rachel sostiene severas sensaciones hacia su compañero de equipo, Oscar Piastri. Todo comenzó cuando lo visualizo en el podio por primera vez, unos meses atrás, y no dudo en marcar el teléfono de su complice.
Era el único que reconocía de la parrilla, y el que mas le había llamado la atención. No le interesaban los otros.
Suena absurdo que aunque no conociera a los otros pilotos sabía que el sería el mas atractivo de todos ellos. Nunca se han conocido y joder, Rachel estaba esperando con ansias ese momento.
Tanía claro que ha oído hablar de ella, por inevitables fuentes, pero nunca ha tenido la oportunidad de saber que piensa de ella misma. Según Lando, gusta en conocerla, pero se replantea al saber como es su mellizo, completamente exagerado y agregando que saca absolutamente todo de contexto, entonces no es una fuente fiable.
—Cállate, por favor. No vaya a ser que te escuche. —Un sonrojo se hace notable en sus suaves pómulos, mientras trata de abrir la valija con dificultad.
—Ten cuidado esta noche, no voy a estar para vigilarte si te escapas con Oscar. —comenta Lando a su vez que remueve las triunfadoras gotas de champagne de su preciado trofeo.
—Si quieres que tu trofeo y tu salgan con vida te recomiendo cortar la llamada ahora mismo.
El pelinegro no tuvo momento para dudar, cuando ya se había desconectado de la llamada. Un suspiro resonó por la espaciosa habitación de la morocha. El amor por su mellizo era tan inmenso que sufriría la tortura de empacar un día antes solo por el.
Realmente te detesto, Lando Norris.
. . .
El ruido hacía eco en los oídos, provocando muecas de irritación en su rostro. Odiaba que las distracciones interrumpieran sus horas de descanso.
Una voz tras el parlante de su asiento resonó en su oído, comentando que el aterrizaje comenzaría pronto. Las luces amenazan a sus ojos con abrirse, pero ella aun se resiste como si de miedo se tratara.
A medida que respira puede sentir los pequeños pero pesados movimientos que irradiaba su cuerpo debido a la turbulencia. No tuvo mas remedio que despegar sus ojos y abrir rápidamente sus pupilas para despertarse.
Su cabeza se inclina ligeramente hacia la pequeña ventanilla que permitía que la radiante luz entrara y encandilara los bellos poros de la joven. El atardecer se hacía presente detrás del vidrio, mientras que las nubes robaban el protagonismo debido a que se aun se encontraban en el aire.
Había sido un vuelo rápido, pensó. Una sonrisa aparece en su rostro a medida que un tiñe en sus mejillas amenaza con salir al tan solo pensar que en unas pocas horas se reencontraría con su hermano.
Lo extrañaba inmensamente, terriblemente. Y nada la ponía más orgullosa que acompañarlo a celebrar sus méritos y victorias. No podía aguantar las ansias de apretar sus mejillas en símbolo de ternura y cariño hacia su mellizo, y escuchar como lanzaba maldiciones a la vez que se avergonzaba de su hermana.
Las memorias siguen reproduciendo en su mente, a la vez que sus emociones se expresan debido a los vividos recuerdos. Un sentimiento de angustia la llena al saber que la vida los ha mantenido separados demasiado tiempo. Cada uno haciendo lo que le gusta en diferentes partes del mundo.
No logra recordar cuando apenas fue la ultima vez que asistió a una carrera del joven. Pero asegura ser en la época en donde Lando competía en la categoría de Formula 3. Era tan solo un pequeño adolescente ganando diminutos trofeos y celebrando podios. No sabía lo que se le vendría unos años mas tarde.
Recuerda cuando fue elegido para ser parte del mundo de la Formula 1 junto a la clásica escudería McLaren. Rachel adoraba al equipo, adoraba el trato que tenían con Lando y como siempre apostaban por el hasta el final. Nunca dudaron de su decisión de convocarlo y eso enorgullecía a la morocha.
El equipo les daba seguridad, conformidad y sobre todo, cariño. Le emocionaba saber que pronto conocería a todos y cada uno de los miembros que hicieron realidad el sueño de Lando.
La adrenalina la presiona mientras la turbulencia la invade a medida que el avión logra llegar a tierra firme, sacándola de sus pensamientos.
Una vez pasado el momento de tortura, las indicaciones son dadas para que los pasajeros puedan retirarse del avión. Entre movimientos, Rachel recoge sus pertenencias, tomando su maleta por la parte superior del estante.
El ambiente caluroso y refrescante de la bella ciudad de Miami le recorre de pies a cabeza. Agradecía estar viajando con ropa apropiada para el clima, sino sufriría de este.
Sujeta fuerte su valija mientras recorre los enormes pasillos del aeropuerto. Una sonrisa no se despega de su cara al notar que estaba solo a unos pocos pasos de su hermano.
Al finalizar las migraciones y entrega de documentos, aumenta la velocidad sus pasos para llegar cuanto antes a la puerta de salida. Al llegar intenta enfocar la mirada en los distintos carteles que la gente a recoger sostiene, pero no logra encontrar el indicado.
Un silbido se hace presente en los tímpanos de sus oídos. Por un momento creyó que estaba alucinando, y se dejo engañar por si misma al reconocer que lo había imaginado.
Pero solo unos segundos mas tarde, volvió a reconocer el sonido. Era exactamente el mismo sonido cuando que sonaba cuando quería llamar su nombre o molestarlo a Lando por lo aturdente que era.
Su vista se levanta localizando el proveniente del sonido y su sonrisa se ensancha al leer el pequeño cartel que decía: "Chofer de la niñata que lleva pantalones rayados y una blusa blanca"
Me conocía tan bien. Una carcajada brota de la garganta de la joven al notar que había acertado con el código de vestimenta. No dudo en correr a sus brazos para lanzarme sobre el pelinegro.
—¡Danny Ric!
Las risas inundaban el aeropuerto. La joven no podía creer que el haya tenido la amabilidad de venir a buscarla hasta aquí.
—Niña Norris, ya nos hacías falta.
—Una vez que se separan, aunque las risas no cesaron, la morocha comenta. —Cuando Lando dijo que mandaría a su chofer, ¡nunca me hubiese imaginado esto!
—Que puedo decir, soy un hombre con muchas sorpresas. —La morocha ríe antes las palabras de su mejor amigo.
—¿Cómo estan todos para hoy?
—De maravilla, todos están ansiosos por tu llegada. —ambos se mueven hacia el coche del morocho.
—Rachel levanta una ceja pensativa. —¿Todos?
—Oh si cariño, los pilotos se mueren por conocerte.
Un pequeño rubor aparece en los pómulos de la morocha, a la vez que sus dientes capturan su la io inferior. El recuerdo de Oscar se le vino a la mente y ella deseaba que el este interesado en conocerla.
—El sol esta fuerte, Lando acaba de obtener su primera victoria, la genial de su melliza esta en la ciudad y Miami nos regala una noche alocada en un bar. ¿Estas lista? Tienes que aprovechar tu primera noche con los chicos de la parrilla, guarda, no todos tienen ese privilegio. —le guiña el ojo a la fémina mientras la antes mencionada ríe de la emoción que sus ojos expresan aguas.
Esto va a ser emocionante.
. . .
Su cara de decepción amenaza con expresarse en su rostro al no encontrar que atuendo ponerse para el evento. Quería lucir especial, distinta, elegante, sensual.
Era la celebración de la victoria de Lando, quería lucir relevante sin opacar a su hermano. Él era la estrella en este momento y tenía que brillar mas que nunca.
No ha tenido la oportunidad de verlo ya que ha tenido reuniones con los ingenieros para próximas carreras. Eso le amargó tanto el apetito que no pudo terminar el plato que ahora descansaba en la mesa del cuarto de hotel.
La frustración llega a su sistema y se mezcla con el nerviosismo. No llegaría, faltaban solo unas horas para el comienzo de la fiesta y estaba asustada. No sabía con que o con quién se podría a llegar a topar. Iría mucha gente, no era fan de ese tipo de lugares.
No tenía amigas cercanas, estaba sola en esta guerra. Solo podía contar con su hermano y Danny. Sin embargo ellos serían el centro de atención del evento, lo cual estarían repletos de gente cada segundo.
Se recordó a si misma que si quería aprovechar este año con su hermano, debía enfrentar lo nuevo y apropiarse al mundo de la Formula Uno. Tenía que adaptarse a su mundo.
Saliendo de sus nubes temerosas, finalmente logra decidirse por un vestido strapless, de color azul marino, con una doble capa en la parte superior. Es el vestido perfecto para la ocasión, pensó. Le daba un toque corto, llamativo, elegante y fino.
Decidió dejar su largo cabello suelto de las ataduras, aunque sabia que terminaría recogiéndolo en cualquier momento debido a calor intenso en la ciudad de Miami.
Rachel deseaba no arrepentirse de su decisión. No estaba con ánimos para salir de fiesta y mucho menos con gente desconocida. Todo le decía que se echara para atrás, mientras que su corazón solo podía pensar en que ha venido hasta aquí por Lando y no podía decepcionarlo.
Tenía que afrontar el miedo. Por eso todas las opciones de escapar se esfumaron cuando dos golpes en la puerta sonaron.
La joven Rachel, suspira, visualizándose una vez mas en el espejo antes de sonreír, tomar sus pertenencias y acercarse precavidamente a la puerta. Al abrirla se encuentra con su mejor amigo. —¿Lista?
—No.
—¡Genial, vamos!
La piel se le erizaba del pánico y su cuerpo temblaba. Iba a ser una dura noche. Eso fue lo que pensó Rachel al ingresar al club espacioso con una inmensa cantidad de personas.
Las luces iluminaban el ambiente encandilando a la joven por el fuerte del neon. La música suena casi tras sus latidos debido a la alta tonalidad de esta. Rachel no lograba asimilar la intensidad y adrenalina que se proyectaba en el lugar. La gente bailaba, gritaba, saltaba con una energía enorme.
Definitivamente la victoria de Lando había significado algo.
Y lo pudo notar al ver la amplia sonrisa y el cálido brillo en sus ojos. Estaba en la parte superior del escenario, siendo el encargado de manejar la música. Llevaba unos auriculares alrededor de su cuello mientras bailaba al ritmo de la música. Típico de Lando, pensó
Junto con Daniel deciden entrarse al club, tratando con dificultad de llegar hacia Lando. Tras evitar unos cuántos cuerpos y multitud de personas, consiguen llegar hacia su lugar de destino.
—¡RACHEL NORRIS!
Un gritó desprevenido resuena en los labios de el joven ruloso cuando divisa la figura de su melliza a su lado. No tiene segundo para dudar cuando esta ya estaba encima de el, asfixiandolo en un gigante abrazo.
La emoción del reencuentro se sentía en la atmósfera de aquel bar. Los corazones de ambos latían a una frecuencia totalmente irreal. Pequeñas lagrimas escapaban de los párpados del joven al tener a su hermana en sus cálidos brazos luego de tanto tiempo.
Una vez separados, la fémina logra remover aquellas gotas de felicidad afuera del rostro de su mellizo —Estoy extremadamente orgulloso de ti, Lando Norris. Eres increíble.
La suave mano de Rachel adora los curiosos mechones de pelo de Lando, en un gesto de ternura y amor eterno hacia su hermano. No le alcanzaban las palabras para describir lo bien que se sentía en este momento.
—No sabes la falta que me haces Rachel. Joder, te he extrañado tanto. —una leve risa se escapa de los labios del moreno, contagiando a la chica.
—Estas tan borracho Lan —bromea Rachel a la vez que recibe un leve golpe por parte del hombre. Murmullos y voces frecuentes se hacen presentes alrededor del ahora, nuevo ganador de Miami, incitándolo a que sea su compañía. —Ve, diviértete. Ojo con lo que haces.
El chico es regañado por su melliza, lo apunta con un dedo mientras lo mira seria. —Tu no te quedas atrás. ¡Cuídate, te quiero! —agrega gritando a lo lejos, ya que había sido llevado por sus amigos.
La morocha mueve su cabeza de un lado hacia el otro, negando mientras ríe. ¿Qué se supone que haría ahora? No conocía a nadie y no se atrevería a ni siquiera intentar una conversación con alguien.
Necesitaba un trago.
Tras pasar, nuevamente, por el diminuto espacio que existía entre los cuerpos, logra visualizar la barra, a tan solo unos metros de ella. Pero una imagen la hace frenar en seco a lo lejos.
La boca se le hace agua y le cuesta respirar en el momento que divisa a el hombre de McLaren coqueteando, mas bien, casi besando a una mujer. Ella se recostaba en la dura pared mientras sus preciosos ojos lo envolvían suavemente, a medida que el colocaba un mechón de pelo tras su oreja.
No quería mirar, pero no podía evitar como su mano se aferraba a la cintura de la fémina mientras ella tenía su mano en su bello rostro.
Las aguas amenazan con liberar sus ojos, mientras un mareo la invade. Sin embargo, no lo permite. Aleja su mirada, como si el recuerdo le quemara viva, y desea extinguirlo de su mente al instante.
Era obvio, se replanteó. ¿Cómo ni siquiera pude pensar que se fijaría en mí? Se consideraba una idiota por dejar que semejante pensamiento la invadiera por tanto tiempo. Creando falsos escenarios en donde solo podía pensar en como se sentiría su mirada con la de ella. En como sus bellos ojos apreciarían sus labios y tal vez, solo tal vez, se atrevería a probarlos.
Nunca debió hacerle caso a Lando, se arrepiente de haber sido tan ilusa con el compañero de equipo de su mellizo. Actualmente la frustración la invadía, quería desaparecer, urgente. Definitivamente necesitaba un trago, o un milagro que la ayudara a sobrepasar esta noche.
. . .
ANNE'S NOTE 🌟🪽
heeeeelllooo! primer cap, btw los caps van a ser largos, porque no puedo terminarlo sin detallarlo bien, sin embargo nunca escribí tan largo, proud of myself!!!
esta es la introducción para que conozcan un poco el panorama y eso, pero en el siguiente se viene lo interesante😏
te agradecería si me dejas una estrellita o comentas, sino te es molestia.
los amo, bye :)
— sainzanne.
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