06
El sol de la mañana entraba por las ventanas, iluminando el suave pelaje de Bella, la gatita de cinco años que dormía cómodamente en el sofá. Nayeon estaba sentada en la alfombra del salón, hojeando un libro mientras Mina, la omega, la observaba desde la cocina. Con una taza de té caliente entre sus manos, Mina se acercó con una expresión pensativa, lista para abordar un tema que había estado rondando su cabeza durante días.
—Nayeonnie, ¿puedo preguntarte algo? —dijo con un tono dulce mientras se sentaba junto a su alfa, apoyando la cabeza en su hombro.
—Claro, mi amor, lo que quieras —respondió Nayeon, dejando el libro a un lado para prestarle toda su atención.
Mina jugueteó con los bordes de la taza, un leve rubor en sus mejillas. —Estaba pensando... Bella ha estado con nosotras mucho tiempo, ¿no crees que tal vez le gustaría un compañero? Otro gatito con quien jugar y no estar sola cuando estamos ocupadas.
Nayeon ladeó la cabeza, observando a Bella, que ahora se estiraba perezosamente, como si entendiera que estaban hablando de ella. —No suena mal, creo que sería bueno para Bella. Pero... —Nayeon arqueó una ceja, sospechando que había algo más detrás de la propuesta—. ¿Eso es todo?
Mina sonrió nerviosa y miró hacia otro lado. —Bueno, también pensé que podríamos tener un... hámster.
Nayeon parpadeó, procesando lo que acababa de escuchar. —¿Un hámster? Mina, Bella es un gato. ¿No crees que podría... ya sabes, verlo como un bocadillo?
—¡No sería así! —protestó Mina, haciendo un puchero mientras tomaba la mano de Nayeon—. Bella es muy dulce, nunca le haría daño a nadie. Además, siempre quise un hámster cuando era pequeña, pero nunca tuve la oportunidad. ¿No sería lindo tener una bolita de pelo tan pequeñita con nosotras?
Nayeon suspiró, observando los ojos brillantes de Mina, llenos de ilusión. Sabía que su omega no se rendiría fácilmente, y aunque no estaba completamente convencida, tampoco podía resistirse a verla tan emocionada.
—De acuerdo, pero con una condición —dijo finalmente, levantando un dedo—. Si adoptamos un hámster, tú serás la encargada de cuidarlo. Y si Bella muestra el más mínimo interés en convertirlo en su juguete, tendremos que ser muy cuidadosas.
—¡Prometo cuidarlo bien! —exclamó Mina, abrazando a Nayeon con fuerza antes de dejar un beso en su mejilla—. Eres la mejor, Nayeonnie.
Al día siguiente, ambas se dirigieron al refugio local, donde habían visto algunos gatos y hámsters en adopción. La emoción de Mina era palpable mientras caminaba de la mano con Nayeon, hablando sin parar sobre nombres posibles para las nuevas mascotas.
—Si adoptamos un gatito, tal vez podríamos llamarlo Luna, para que haga juego con Bella —sugirió Mina—. Y al hámster... ¿qué te parece Choco?
—Luna suena bien, pero Choco... —Nayeon rió suavemente—. Bueno, supongo que es mejor que "Pelusa" o algo parecido.
Cuando llegaron al refugio, una voluntaria las recibió y las llevó a la sección de gatos primero. Allí, una pequeña gatita de pelaje gris y ojos brillantes captó inmediatamente la atención de ambas. Era juguetona, pero tenía un aire tranquilo que les recordó a Bella.
—¿Qué opinas? —preguntó Nayeon mientras observaba a Mina interactuar con la gatita.
—Es perfecta —respondió Mina, acariciando suavemente al animalito que ronroneaba bajo su mano.
Después de firmar los papeles para la adopción de la gatita, se dirigieron a la sección de pequeños roedores. Mina casi dio un pequeño salto de emoción al ver a los hámsters en sus jaulitas, moviéndose con energía o acurrucados para dormir.
—¡Mira este! —dijo Mina, señalando a uno de pelaje marrón claro con manchas blancas—. Es tan pequeño y adorable.
Nayeon se agachó a su lado, observando al diminuto animal. Aunque aún tenía sus reservas, no podía negar que Mina parecía inmensamente feliz. Eso era suficiente para ella.
—Está bien, Choco será entonces —dijo Nayeon con una sonrisa, rindiéndose por completo.
Cuando llegaron a casa, Bella las recibió en la puerta con su característico maullido. Mina colocó la transportadora del gatito en el suelo y se sentó junto a Bella, hablando con ternura.
—Bella, quiero presentarte a Luna, tu nueva compañera. —Abrió la puerta de la transportadora lentamente, permitiendo que la pequeña gatita saliera y explorara el espacio.
Bella observó al nuevo miembro con curiosidad, acercándose con pasos cautelosos. Nayeon y Mina las miraban desde el sofá, esperando ansiosas el primer contacto. Para su alivio, Bella simplemente olfateó a Luna antes de sentarse tranquilamente a su lado, aceptándola con gracia.
Luego, Mina sacó a Choco de su pequeña caja de transporte y lo colocó en su nueva jaula, asegurándose de que estuviera cómodo. Bella observó al hámster con cierta curiosidad, pero no mostró señales de agresión.
—Creo que todo salió bien —dijo Nayeon, abrazando a Mina desde atrás mientras ambas miraban a sus nuevas mascotas.
—Gracias, Nayeonnie. Eres increíble —susurró Mina, girándose para besarla suavemente.
Nayeon sonrió, dejando un beso en la frente de su omega. —No hay nada que no haría por ti, Mina. Ahora tenemos una familia un poco más grande, pero igual de perfecta.
Pasaron el resto del día disfrutando de sus nuevas responsabilidades, compartiendo risas y momentos tiernos mientras sus mascotas comenzaban a adaptarse. Mina no podía evitar sentirse más enamorada de Nayeon, agradecida por todo el amor y cuidado que siempre le daba.
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