Una ronda de sexo
Algo húmedo y cálido pasaba por su pecho llenándolo de confort, no sabia qué o quién era el causante, sin embargo no quería descubrirlo. Con sus ojos cerrados disfrutaba las caricias que era repartidas entre su pecho y cuello, era como estar en el paraíso, bueno siempre se sentía así cuando estaba con el chico que amaba.
Una melodiosa risa llenaba el lugar y sus oídos lo agradecían, era la mejor sinfonía que había escuchado jamas.
Los besos dejaron de ser sutiles para ser dados con más fuerzas, si la intención de Jimin era que abriera los ojos y despertarse del todo pues no lo conseguiría ya que estaba muy augusto como se encontraba.
Así como las caricias, la armoniosa risa fue subiendo de tono, ocasionando que sus labios se curvaran hacia arriba, mostrando una encantadora sonrisa.
—¿Qué es tan gracioso para mi querido Jiminie? —abrió los ojos por fin sin quitar la sonrisa de su rostro.
El chico volvió a reír y le proporcionó un beso de buenos días.
—Buenas días al chico más hermoso de todos —dijo Jimin acariciando su rostro.
Jungkook estiró los brazos y las piernas. Atrapando a Jimin en sus brazos a la vez que repartía besos por todo su rostro. Luego de eso fue por sus labios, ese trozo de carne que tanto necesitaba para vivir día a día. Se besaron lentamente disfrutando del otro, nunca se apresuraban pues sabían que se tenían para siempre. Jimin era su todo.
—Buenos días para ti entonces. ya que eres el chico más guapo que he visto en todo mi vida.
—Lo sé, lo sé —respondió con arrogancia.
—Nunca lo olvides —finalizó sincero.
Se besaron por última vez antes de levantarse de la cama e ir juntos hacia el baño. Allí hicieron su respectiva rutina para luego dirigirse a la cocina a preparar el desayuno. Aunque Jungkook no fuera el mejor cocinando se repartían la tarea de cocinar de forma igualitaria exceptuando las veces que necesitaba estudiar y Jimin sin problema alguno cocinaba. Trabajaban realmente bien juntos.
No eran una pareja de tener grandes discusiones, solo cosas simples como Jimin reprendiendo a Jungkook por no querer ir a la Universidad o por dejar algo desordenado lo cual casi nunca sucedía porque a los dos les gustaba tener todo limpio y se encargaban de las tareas de la casa juntos.
Cuando empezaron a vivir juntos, lo cual sucedió cuando cumplieron un año de relación, no tuvieron ningún problema en adaptarse a la rutina del otro y si algo no iba bien intentaban hablarlo para que no hubieran problemas.
—Hoy amanecí de buen humor, Kook —Jimin estiró los brazos y los enrolló en el cuello del contrario.
Una significativa luz iluminaba el rostro del rubio haciéndolo ver más lindo de lo normal.
—¿Eso quiere decir sexo todo el día? —sonrió ampliamente. Jimin nunca lo había sonreír tanto en la mañana. Era un descarado.
Rió entre sus labios negando gracioso.
—No, significa que quiero hacer palomitas, comprar muchas golosinas y ver una película con mi lindo novio —con su diestra acariciaba los cabellos de Jungkook — Y tal vez, luego de que la película termine... podemos tener una ronda de sexo.
Jungkook lo miro enternecido y lo sostuvo de la cintura para lo siguiente que iba decir.
—Nunca me arrepentiré del día que nos conocimos —lo besó repetidamente en el rostro ocasionando carcajadas por parte de Jimin.
Ingresaron al supermercado y sin meditarlo mucho fueron directamente por las golosinas.
Metieron todo lo que querían. No eran millonarios, sobrevivían gracias al dinero que los padres de Jimin le dejaron antes de morir en conjunto con el dinero que los padre de Jungkook le mandaban constantemente. No era lo mejor pero buscar trabajo no era una opción que hayan hablado con anterioridad ya que por parte de Jungkook la Universidad le consumía mucho tiempo y cuando estaba libre prefería estar con Jimin. Si, un poco exagerado pero estaba bien hasta los momentos; claro tenia planes para conseguir trabajo pero por alguna extraña razón se había olvidado de ello.
Por otro lado los padre de Jimin tenían una empresa la cual generaba dinero constantemente, no tanto pero si lo suficiente como para vivir dignamente y de allí se abastecía de cosas. Dividía el dinero en dos, una parte para comprar las cosas necesarias y la otra para ayudar a Jungkook a pagar la Universidad, aunque los padre de él se encargaban de eso sabia que no lo harían por siempre y si así llegase a suceder, dejaría el dinero para cumplir el sueño que en conjunto compartían: Vivir en algún lugar tranquilo de Europa.
—Creo que ya tenemos todo, es hora de ir a pagar —siguiendo las indicaciones de Jimin fueron hacia la caja y pagaron por todas las compras las cuales eran en su mayoría golosinas.
Jungkook tomó todas las bolsas y caminaron juntos a la salida, cuando estaban por salir completamente del lugar, un niño, el cual venia entrando junto a su madre, arrojó un vaso con medio jugo a acabar hacia la papelera de basura. Jungkook vio en cámara lenta como el contenido del vaso se esparcía por todo el cuerpo de Jimin generando una mancha en su camisa blanca del mismo color que el liquido.
—¡Hey! —reprendió Jungkook rápidamente —Fíjate mejor en lo que haces. Discúlpate —señaló con su dedo hacia Jimin, quien para su parecer parecía muy tranquilo porque no decía una solo palabra.
El niño lo observó sin entender. Como si no hubiera hecho nada y Jungkook era el que estaba mal.
Estúpidos niños irrespetuosos.
—Debería educarlo mejor —le dijo a la mujer con molestia —Después crecen y son un desastre para la sociedad.
Okey, tal vez su palabras no eran del todo ciertas pero se encontraba muy enojado.
No entendía porque madre e hijo lo miraban como si fuera un loco, él sol quería que le pidieran disculpas a Jimin ¿Era mucho pedir?
Ash, de tal palo tal astilla. Pensó para sus adentros.
—No nos iremos de aquí hasta que le pidas disculpa —volvió a señalar hacia Jimin ya que el niño mantenía su vista en él y no en su novio, ignorando todo.
Se cruzó de brazos esperando, moviendo su pierna derecha mientras lo miraba duramente. No se iría de ahí sin escuchar las disculpas que tanto debía ofrecer, no señor. Después de unos cuantos segundos el pequeño hablo.
—Lo siento —dijo incómodo hacia Jungkook, como si Jimin no existiese.
Jungkook hizo un sonido en desacuerdo y tomando la mano de Jimin salió del lugar sin mirar atrás.
Estúpidos padres que no sabían como educar a sus hijos. Definitivamente él haría un mejor papel a su momento.
(...)
Ya en casa Jimin se dispuso a preparar todo para ver la película. Jungkook había olvidado el incidente anterior como si nunca hubiera pasado, eso no era importante en ese momento. Ademas, pareció no afectarle al contrario ya que no había mencionado nada.
Jimin estaba de espalda concentrado en lo que estaba haciendo, eso fue oportunidad para Jeon para abrazarlo y repartir besos por su cuello. Con ayuda de su mano levantó un poco la camiseta del chico y acariciaba la piel expuesta con cariño y delicadeza. Sus labios bajaron hasta los hombros de Jimin dónde se encargó de dejar leves mordiscos combinados de suaves besos. Subió un poco más su mano para atrapar entre sus dedos una de los pezones de Jimin, el cual hacía sonidos gustoso y cerraba sus ojos disfrutando.
—Algún día nos casaremos, Jiminie y seremos los esposos más felices que alguna vez hayan existido.
La sonrisa de Jimin le daba años de vida. Con sus ojos aún cerrados se permitió abrir su boca y un leve gemido salió de esos peligros labios.
—¿Cómo estás seguro de eso? —se giró para verlo al rostro. Jungkook aún mantenía su diestra dentro de su camiseta, ahora lo sostenía de las caderas y daba leves caricias.
—Porque se que nadie más te podrá amar en la manera de la que yo lo hago.
Extendió sus brazos sujetándose del cuello de Jungkook. Sonrió y besó sus cálidas mejillas.
—Nunca habías estado tan acertado en algo, mi querido novio.
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