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Llevarme al cielo y traerme de vuelta.

Otro de esos extraños pensamientos inundaban su mente con intenciones de acabar con todo lo que había creado. Lo peor de todo era que evolucionaron y ahora no solo llegaban a su mente de golpe sino que también soñaba cosas referentes a ello. Hace unas noches no pudo conciliar el sueño porque cada vez que cerraba los ojos veía la misma imagen una y otra vez. Creía se estaba volviendo loco pero la dulce voz de Jimin lo traía a la realidad. Le agradecía tanto.

—Aquí estoy, cariño. Aquí estoy, no iré a ninguna parte —repetía una y otra vez en su oído para calmarlo. 

Había empapado las sabanas con su sudor. Jimin se levantó y fue a la cocina por un vaso de agua y un pañuelo. Cuando el chico estaba de regreso se sentó a un lado.

—¿Estás mejor? —el reloj marcaba las cuatro de la mañana. El frió se filtraba por la ventana haciéndolo temblar un poco.

Asintió y tomó todo el contenido del vaso sin medir. Le agradeció con la mirada.

—Puedes estar tranquilo, nunca me iré de tu lado —con su mano acariciaba la espalda del contrario. Jimin parecía un ángel, ese que lo venia a salvar en sus peores momentos. Podía jurar que una luz iluminaba a su alrededor como si fuese un alma del cielo.

Jungkook lo observó embobando olvidando todo lo sucedido minutos antes. Efecto Jimin le llamaba.

Cuando los pajaritos cantaban en la ventana y el sol le sonreía a todos, Jimin se encontraba preparando el desayuno favorito de su chico. 

Lo primero que sus ojos vieron al despertar fue a su lindo novio cocinando algo que olía muy bien mientras meneaba las caderas al ritmo de una canción un tanto antigua. Su descansar no había sido ameno pero Jimin siempre se encargaba de alegrarle el día.

Sin que el rubio lo notase, se acercó por detrás con su mirada fija en su culito. Todo de Jimin era perfecto. Sin esperar más pegó su entrepierna en esa zona y con sus manos controlaba el movimiento de las caderas del contrario. Al principio, Jimin se sorprendió pero luego cedió a los juegos de su novio. Momento después empezó a simular fuertes embestidas. Sus manos apresaban la cadera del rubio con dureza. Se restregaba ahí sin pudor y de forma descontrolada, ya quería enterrar su miembro en ese estrecho agujero. En lo que menos pensó gruñidos salieron de sus labios. 

De pronto sintió como Jimin empujaba hace atrás el trasero en busca de más contacto.

—Eres lo más sexi que alguna vez he visto —sus labios pasaban por el cuello del rubio, mordisqueando y succionando sin parar. Ocasionando que la respiración del chico se entrecortara.

—K-Kook —cerró los ojos disfrutando del momento.

Jungkook lo volteó y lo besó en los labios.

—Shh, tu novio te hará sentir mejor.

Con sus manos hurgó en el cuerpo de Jimin tocando por todo el contorno de su torso. Se estaba tomando su tiempo pues una obra de arte así había que admirarla con lentitud, con la misma que su lengua utilizaba mientras pasaba por su cuello para luego succionar sin remedio.

Jimin tocaba los glúteos ajenos por sobre la tela, era una habito que había creado ya que según él no había trasero más sexi que el de su novio. A la vez , con la boca semi abierta creaba una orquesta la cual era la favorita de los oídos de Jeon. 

Se separaron para despojarse de sus ropas las cuales solo hacían más que estorbar.

Las atrevidas manos de Jungkook se metieron dentro de su propio pantalón y se acariciaba poco a poco allí mientras observada descaradamente como Jimin se quitaba la ropa, no podía despegar su vista del espectáculo que tenia en frente. Pasó la lengua por sus labios saboreando con antelación el sabor que el cuerpo de su novio poseía. El sube y baja que habita en sus partes bajas fue detenido por el causante de ello quien lo tomo de los hombros y se lanzo hacia él posicionando sus piernas a ambos lados.

Gracias a ello el contacto entre el las nalgas de Jimin y su entrepierna se intensificó a medida que caminaban hacia la habitación donde tenían planeado llegar al paraíso sin necesidad de salir de ahí. 

La desesperación era la mejor amiga de la excitación que los dos chicos estaban sintiendo en ese momento. Jungkook se lanzó en la cama junto a Jimin y ahí comenzaron una guerra de besos que ninguno estaba dispuesto a perder.

—Maldita sea,  Jimin —exclamó cuando el chico se empezó a mover en su entrepierna como si esta fuera una pista de baile —Te necesito tanto.

Sin advertencia lo tomó de las caderas y lo giró quedando con su trasero expuesto solo para él y  vaya que lo disfrutaría. De un rápido movimiento le quito la ropa interior y metió la mano entre el estomago para alzarlo a su altura. 

Nunca estuvo tan agradecido de poseer manos grandes, estaba agradecido con el de arriba pues encajaban perfectamente en el culo de su novio. Separó con osadía los glúteos del contrario abriendo así las puertas del paraíso. Con uno de sus dedos contorneaba el circulo que tenia delante, solo podía imaginar que dentro de poco su polla iba a entrar y salir de ahí sin medidas. 

Dejó la acción para humedecer sus labios antes de atacar su entrada. Su lengua era muy ágil dentro del lindo agujero que tenia en frente. 

Los jadeos de Jimin salían sin control, podía sentir sin dificultad como Jungkook metía y sacaba la lengua de su interior. Empujó su cadera hacia atrás para que entrara más, si es que eso era posible. Jungkook estaba utilizando todas sus fuerzas ya que sabia lo mucho que eso le gustaba. 

Con ayuda de una de sus manos separó más su culo. No era suficiente, necesitaba más.

—Jung-Jungkook —apenas si podía hablar. La almohada era la receptora de todos sus gemidos.

Jungkook sabia lo que eso significaba, era la magia que los dos poseían. Dejó el rico agujero para buscar el lubricante que siempre guarda en la mesa de noche y empezó a prepararlo, aunque su legua ya había hecho todo el trabajo. Con ayuda de sus dedos expandía la zona para que pudiera recibirlo sin problemas. Luego de unos pocos segundos estaba listo.

—Quiero ir arriba —declaró el rubio con esa sexi boquita que lo incitaba a cometer los peores de los pecados.

—Estoy a tu disposición, nene.

Se tiró a la cama con los brazos y piernas estiradas, ofreciéndose al contrario. Cerró los ojos esperando.

Colocando las piernas de lado a lado, Jimin se sentó en la entrepierna de Jungkook, tomó el miembro entre sus manos dándole una lasciva mirada antes de dirigirlo a su entrada. Jungkook encajaba tan bien en él, tan placentero. Fue  bajando poco a poco hasta que sintió como su agujero había succionado todo el falo.

El leve gruñido que emitió Jeon fue señal para empezar a moverse de arriba a abajo de manera lenta y sensual. Sus caderas eran las protagonistas del día.

Jungkook lo sostenía fuerte. Quería tomarlo y moverlo a su antojo, pero Jimin sabia lo que hacia, lo tenia en la palma de su mano y estaba a punto de enloquecerlo.

Sin advertencia comenzó a moverse rápidamente, lo estaba montando como solo él lo sabia hacer. Subia y bajaba sin control ocasionado que sus pieles chocara y generaran sonidos obscenos.

La respiración de Jimin le estaba causando un problema en esos momentos, pero si era hora de morir estaba feliz de hacerlo con el miembro del hombre más sexi dentro de él. Lo disfrutaba tanto.

—Respira —en medio del desenfrení, Jungkook todavía se preocupaba por él.

Tomó una calada de aire y continuó.

Subió su pelvis un momento y tomando una fuerte respiración volvió a bajar con todo lo que tenía. Sintió como sus piernas temblaron.

—¡Demonios! —Jungkook no aguantaría mucho tiempo.

Empezó a mover sus caderas hacia arriba para entrar más profundo. A ese punto eran un desastre de movimientos desesperados. 

Las piernas de Jimin estaban un poco cansadas pero el placer era más fuerte que todo, sus gemidos salían sin control formando un dúo con los gruñidos de Jungkook.

—Vamos, bebé, más rápido —Jungkook estaba a punto de llegar y es que la vista que tenia arriba de él era digna para hacerlo venir con facilidad. 

Jimin se hundía a él mientras el sudor recorría su cuerpo. Los gemidos que salían de sus labios hacían que el pene de Jungkook se activara. Llevó su vista hacia abajo y observó como su miembro se perdía en la rica entrada de su novio. Jodidamente increíble.

Jimin hizo lo que dijo y todo su cuerpo empezó a moverse con rapidez y dureza. Abrió su boca y pasó su lengua por esta, cediendo por el jugo de su novio. Él también esta por venirse.

Unos saltos más y Jimin sintió un liquido caliente que lo llenaba, embriagando su interior, en ese instante pensó en lo que bien que se hubiera sentido si en vez de correrse en dentro de él, Jungkook lo hubiera hecho en su boca, se moría por sentirlo en su paladar pero tenían tiempo para hacerlo después. A los pocos segundos el liquido del rubio se esparció por todo el torso de Jungkook.

Dejo caer su cuerpo hacia él sin sacar el falo de su interior. Permanecieron abrazados por un tiempo con el espeso semen de Jimin entre ellos, realmente no les importaba.

—Solo tú puedes llevarme al cielo y traerme de vuelta, nene —Jungkook besó sus labios —Eres tan sensual. Demonios, Jimin, te amo.

Jimin dejó salir un leve risa para dejarle un pequeño beso en el cuello. 

Con ayuda de uno de sus dedos Jungkook tomó un poco de la esencia del chico para llevarla a su boca y degustarla.

—Sabes tan bien —se veía tan erótico la forma en la que el dedo entraba y salia de sus labios —Pruébate. 

Realizó la misma acción para luego besar los labios de Jimin dándole a probar de sus propios.

—Te amo —pronunciaron al unisono antes de que sus ojos se cerraran.





































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