「10」𝔣𝔞𝔱𝔥𝔢𝔯
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CAPÍTULO DIEZ
padre
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Cuando Lucerys todavía era un niño, se convirtió en hermano mayor dos veces más.
Sus medios hermanos menores fueron recibidos en este mundo con vítores y sus nombres fueron Aegon y Viserys en honor a las personas más amadas de sus padres (un hermano pródigo y un padre con la carne pudriéndose de adentro hacia afuera).
Esos dos niños habían nacido con la coloración correcta a diferencia de él y sus hermanos Jace y Joffrey; eran afortunados. Ambos tenían los cabellos plateados y ojos violetas que caracterizaban a los Targaryen y aunque a veces lo hacían sentir inadecuado, no podía evitar amarlos.
(Envidiarlos también)
A veces la mirada generalmente dulce del muchacho Velaryon se agriaba cuando los veía corretear con Valerius detrás de ellos. Le recordaba el horrible hecho de que Laenor ya no estaba (no más cuentos para dormir) al igual que Harwin (no más miradas amorosas) y que Valerius en realidad no era su padre.
Era difícil separar la verdad de la ilusión en algunas ocasiones.
Quedarse con la ilusión tendía a ser más fácil
Los recuerdos en donde Valerius solo había sido su tío favorito con sonrisitas de superioridad y los recuerdos en donde Valerius se cernía sobre él y Jace mientras les transmitía todos los conocimientos que Ser Criston a su vez le había conferido se mezclaban más a menudo de lo que Lucerys hubiera preferido.
(Un tío que rodaba los ojos cada que él lo seguía por todas partes como un pollito perdido, pero aún así lo dejaba acompañarlo y un padre que acomodaba sus manos alrededor de la empuñadura de la espada)
Aquellas dos imágenes que el muchacho tenía en su mente se trasponían y se volvía difícil no querer envolver sus brazos en torno a su tío de cabellos oscuros y ocultarlo de todos los demás para que no se lo quitaran.
No sabía si Jace también pensaba o sentía lo mismo que él, pero Luke había cachado a su hermano mirando a Valerius con un sentido de pertenencia y admiración. Supuso que se debía a que el cabello oscuro de Val consolaba a Jace en los momentos más oscuros al fabricar una fantasía de su propia vida: ambos eran los hijos legítimos de Valerius y por eso tenían el cabello oscuro.
Cuando Val llegó a sus vidas era demasiado joven y era todo ojos melancólicos y bromas tontas. Pero desde que pegó su estirón (desde que sacrificó a su familia por ellos) su disposición con todos y todo el fue más seria.
—Pronto iremos a Desembarco para defender tu reclamo.
Luke frunció el ceño a su padre. Era imposible distinguir cuándo el pelinegro hablaba en serio y cuándo se burlaba de Luke. Parte de su encanto, le gustaba decir a mamá. Luke no lo encontró encantador ahora mismo.
—Aemond me sacará un ojo y te clavará un cuchillo a ti—señaló.
—Rhaena Targaryen alimentó a su dragón con su marido. Dicen que ella lo amaba a su manera.
Luke se quedó mirando a padre. En una noche como ésta, no podía estar seguro de si Val era un loco o un romántico. Estudió al muchacho. Valerius estaba inquieto, a pesar de que estaba apoyado en el poste más alejado de la cama. Había en él un despiste que hablaba de una mente que lidiaba con un rompecabezas.
—Aemond es un desgraciado—le dijo Luke. —Pero no hará nada, así que no preocupes a tu cabecita con eso.
—¿Mi cabecita? —Valerius se rió. —¿Así es como Rhaenyra lo llama en compañía?
—Madre te llama tonto. El abuelo te llama tonto con una cabeza bonita.
—A Corlys le gustan sus causas perdidas—dijo Valerius, riendo aún.
Al abuelo le gustaban sus causas perdidas. No había renunciado a Luke, Jace o Joffrey. Los había reclamado como hijos de Laenor, como sus herederos, a pesar de las burlas que le habían hecho los señores y el reino.
Lucerys no deseaba pensar en aquello, no cuando los ánimos de Valerius se agitaban con ligereza. La alegría le sentaba bien. Últimamente había estado silencioso y sombrío, preocupado, aunque todavía no se enfrentaba a sus hermanos. Volaba con frecuencia de Rocadragón a la capital en busca de la compañía de su hermano gemelo, aunque Luke sospechaba que Aegon rara vez estaba lúcido debido a los vinos que tomaba.
—No deberías venir con nosotros si te aflige—añadió Luke bruscamente.
Valerius lo miró de reojo. — Si no voy, ustedes serán masacrados en la corte. — Una sonrisa conspiracional comenzó a formarse en sus labios. — Además, quiero presentar a Aegon y Viserys en la corte, ¿bien?
— ¿Crees que tu madre se sienta ofendida por el nombre elegido para nuestro Aegon? — preguntó Lucerys, retorciendo las manos en su regazo.
Valerius lo observó con cariño, como Alicent Hightower observaba al propio Valerius. Luke sabía que el pelinegro se arrastraría desde el pozo más oscuro hasta su lado, como Alicent se había arrastrando hasta Aemond cuando Luke le había sacado el ojo.
(Hijo por hijo)
— Tal vez — el pelinegro se encogió de hombros —. Pero mi hermano lo adorará, estoy seguro. —Una sonrisa esperanzada iluminó su rostro.
Valerius volaba de Rocadragón a la capital para ver a su hermano aunque siempre era rechazado. La pena se había posado sobre su frente como una corona. Tal vez Luke debería abordar el asunto. Madre no podía. El embarazo la agotaba. Si iba a hablar, debía encontrar la oportunidad adecuada. No se podía hablar de repente de algo como eso. Valerius se asustaba fácilmente con los sentimientos.
El prospecto de ir a Desembarco del Rey con Daemon también era poco favorable, supuso Lucerys.
El príncipe canalla nunca había perdonado a Valerius por haberse robado lo que no era suyo para tomar, pero aun así había comprometido a una de sus hijas con Jace. Era un comienzo o al menos eso le gustaba decir a Rhaenyra. A decir verdad, Lucerys se ponía nervioso en su presencia.
Fuera como fuera, llegaron a Desembarco como un frente unido ante las adversidades porque era claro que la Fortaleza Roja era el hogar de los dragones, pero Lucerys Velaryon tenía claro que entre sus muros sólo había víboras.
—Vergonzoso—se burló Daemon, señalando el patio vacío.
—Calla, tío —susurró su madre. —Las paredes tienen oídos.
Hacía años que no venían por aquí, pero Lucerys se encontró una vez más a la sombra de los secretos de la corte.
—¿Por qué crees que nos ponen el cebo? —preguntó Jace, cuando su madre se apresuró a entrar con Daemon y Valerius, llevándose consigo a sus hijos de pelo plateado.
—¿Quiénes? —preguntó Luke, con los ojos vueltos hacia arriba y mirando al cielo.
—Los Hightower—siseó Jace. —Se niegan a recibirnos. Se esconden en sus torres, esperando a que acudamos a ellos. Nuestra madre es la heredera del trono de hierro y nuestro padre es de su misma familia. El único Hightower con honor.
—¿Crees que eso les importa? —preguntó Luke, dirigiendo sus ojos a las ventanas que daban al patio. Vio una figura en la esquina del cristal, vigilándolos.
Los ojos violetas de Aegon no se despegaron de ellos.
Y solo se llenaron de envidia cuando la espada de Valerius partió la cabeza de Vaemond Velaryon bajo las órdenes de su madre.
BREN'S NOTE: en el libro, rhaenyra es la que da la orden de decapitar a vaemond, así que me pareció adecuado que val lo haga por esa razón y no por sus propios medios como daemon en la serie. ¿pov de quién quieren ahora?
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