[39] LA CASA CRAIN
John B había pasado unos días en la sala de observación del hospital St. Holis. Afortunadamente, había sobrevivido a la caída con solo una conmoción cerebral y una muñeca rota.
Cuando le dieron el alta, le envió un mensaje de texto a sus amigos para decirles que los encontraría en The Wreck para contarles lo que había sucedido mientras estaba allí.
—Lo siento —dijo Kiara, agarrando unas bebidas—. ¿Te quedarás dónde?
—En Tannyhill —respondió John B.
—Así que vives con Sarah Cameron —dijo Kiara.
—Mira, la única razón por la que vivo ahí es porque su papá me rescató —dijo John B, sentándose junto a June—. Es mucho mejor que un hogar de acogida que, por cierto, es a donde iba a ir si Ward no...
—¿Tienes una membresía para los clubes ahora? —preguntó Pope, interrumpiéndolo.
—No sé, Pope.
—¿Qué hay de esos carritos de golf? —preguntó JJ.
—¿Tarjetas de crédito? —añadió June.
Pope sonrió—. ¿El carrito viene con chaleco, o debes comprarlo?
—Mira, lo prometiste —espetó Kiara—. Dijiste que no estabas con ella.
—Hermano, acéptalo —dijo JJ mientras John B se encogía de hombros—. Te atrapó.
Kiara lo miró—. Si quieres salir con ella, está bien. Pero, ahora, te digo que no haré nada con Sarah.
—¿La ven aquí? —preguntó John B—. No. Bien. Un poco de concentración sería fantástico. Tenemos el mapa, ¿no?
—Es confuso: el tipo estaba drogado cuando lo dibujó —dijo JJ, observando el mapa en la mesa.
—Es porque la costa cambió —murmuró June.
—Busquemos puntos de referencia que no hayan cambiado —sugirió Pope.
—¿Y los fuertes antiguos? —preguntó John B.
Kiara señaló un punto en el mapa—. Battery Jasper.
—Encontramos nuestra primera parada —dijo June, poniéndose de pie.
—¿Listos para ser ricos? —preguntó JJ mientras comenzaba a caminar hacia la salida.
Los demás lo siguieron, y Pope se giró hacia June para tomar su mano antes de salir apresuradamente del restaurante. Cruzaron el estacionamiento hasta llegar a donde estaba estacionada la van, y Kiara tomó el asiento de copiloto, dejando a JJ, June y Pope en la parte trasera.
JJ fue el primero en subir, seguido de Pope, quien se sentó en el medio para dejarle un lugar a June. Cuando estaba a punto de subirse, June tropezó con una piedra y cayó sobre su regazo, soltando una risa.
—Mierda, lo siento —rió June, levantándose.
Pope sonrió—. Está bien, no me molesta.
—Por favor, sepárense. No quiero vomitar lo que desayuné —murmuró JJ.
June rió divertida, sentándose junto a Pope y entrelazando los dedos con los suyos mientras le sacaba la lengua a su hermano. Una vez que estuvieron listos, John B arrancó el motor y condujeron a Battery Jasper.
Encontraron las ruinas del fuerte y se pararon en la cima de la colina, mirando al horizonte. JJ estaba en una pared haciendo equilibrio, y June se quedó a su lado por si daba un paso en falso, mientras Pope colocaba el mapa sobre otra pared.
—Estamos en Battery aquí —dijo Pope, señalando el mapa—. Así que si esta es la parcela nueve, está al noroeste de aquí.
—En algún lugar allí —dijo Kiara, señalando a la distancia.
—Sí.
—¿Allí? No es Tannyhill, es una subdivisión —dijo June.
—La plantación Tannyhill era la isla —explicó John B—. Se vendió en partes con el tiempo.
—Así que buscamos un viejo muro de piedra —dijo Pope, volviendo al mapa.
John B asintió—. Vamos Pope, serás mi guía.
Volvieron a la carretera y condujeron a través de lo que solía ser la plantación Tannyhill. June se sentó en la parte trasera con JJ y Kiara mientras Pope sostenía el mapa y le daba indicaciones a John B.
—El camino debería dividirse aquí.
—Bien.
—Dobla a la izquierda —dijo Pope.
John B dobló la esquina de forma brusca, y June cayó encima de Kiara. Haciendo una mueca mientras se levantaba, miró a John B—. ¿Puedes conducir como una persona normal?
—Lo siento, June —respondió John B.
—Eso parece un muro de piedra —dijo JJ, captando la atención de sus amigos.
Pope asintió—. Aquí está.
—Oh, no —murmuró June mientras salían de la camioneta—. No la casa Crain.
—¿Es un chiste? —preguntó Kiara, observando la casa.
—El peor de los casos —dijo JJ.
—¿Por qué tenía que ser aquí? —preguntó Pope—. De todos los lugares.
—Oí que la Sra. Crain enterró la cabeza de su esposo en la propiedad —dijo JJ mirando a Pope.
Kiara lo miró—. JJ, detente.
John B se acercó al muro y comenzó a trepar con agilidad, mientras sus amigos lo seguían de cerca. Uno a uno, cruzaron el jardín de la casa, y avanzaron juntos cuidadosamente.
—Ustedes saben de quién es esta casa, ¿no? —preguntó Kiara.
JJ asintió—. Sí. No, yo sé.
—La verdad, no creo en las historias sobre este lugar —dijo John B.
—¿Qué historias oíste? —preguntó JJ.
—La de que mató a su esposo con un hacha y está escondida desde entonces —respondió Kiara—. Algunas noches, cuando hay luna llena —susurró—: ¡la ves en la ventana!
—No, Kie, no es gracioso porque es verdad —dijo JJ, girándose para mirar a sus amigos—. Lo juro por Dios, es real. Conocía a Hollis —cuando se volvió, se asustó con una estatua—. ¡Cielos!
Pope lo miró—. Espera, ¿conocías a Hollis Crain?
—Sí, amigo —respondió JJ.
—Amigo, ¿cómo conoces a Hollis Crain?
—Era nuestra niñera, ¿no, June?
June asintió—. Nos contó todo. Nos contó la verdad sobre su madre y lo que pasó en esta casa.
—Por favor, June. No lo alientes —dijo John B.
—Amigo, es verdad —dijo JJ—. De niña, escuchó las historias de que su madre había matado a su padre, y de que era una asesina.
—Hollis no lo creía —añadió June—. Hasta esa noche.
—¿Qué noche? —preguntó John B, mirándolos.
—Todo volvió a ella —contó June—. Cuando Hollis tenía seis años, escuchó a sus padres discutir. Así que bajó y vio cómo su mamá se lavaba las manos en un fregadero lleno de sangre. Su madre dijo que se había cortado el dedo. Al día siguiente, dijo que su padre y ella se separaron.
—Pero, luego, Hollis notó algo —continuó JJ—. Su madre entraba a la sala constantemente, entraba y salía con bolsas de plástico. Las semanas pasaron, y Hollis decidió usar la letrina. Y mientras la usaba, miró abajo, y ahí, en la letrina, estaba la cabeza de su padre mirándola.
—Dios, están llenos de mentiras —dijo John B.
JJ negó con la cabeza—. Lo juro por Dios.
—¿Por qué mentiríamos? —dijo June.
—¿Llamó a la policía? —preguntó Pope.
—No tuvo tiempo.
John B puso los ojos en blanco y comenzó a caminar hacia la casa. JJ lo persiguió—. ¡Aguarda! ¡Espera! ¡Amigo!
—¿Qué? —dijo John B, deteniéndose.
JJ lo miró—. ¿Seguro quieres hacerlo? Es una asesina con hacha —miró su brazo—. Tienes un yeso.
—No me importa si es una asesina con hacha, ¿sí? —exclamó John B—. No tengo nada que perder —miró a los demás—. Vienen, ¿o qué?
—Vamos —dijo Kiara, caminando junto a JJ.
June comenzó a caminar pero notó que Pope no la seguía. Se giró a verlo—. ¿Qué pasa?
—Bueno, no sé, después de escuchar esa historia, no estoy tan seguro de querer hacer esto —respondió Pope.
June rió, acercándose a él y tomando su mano—. Vamos, yo te protegeré.
Caminaron hacia dónde estaban sus amigos, y John B les hizo un gesto con la cabeza—. Oigan, vengan. Este es el plan: necesitamos buscar el trigo cerca del agua como decía la carta de Denmark.
—¿Qué clase de agua? —preguntó Pope.
—¿De un estanque? —añadió June.
—¿Una pipa de agua? —dijo JJ.
—No. Solo decía: "busca el agua", ¿sí? —dijo John B.
—Es el mensaje secreto más horrible del mundo —murmuró Kiara, alejándose.
—¿Quieres quejarte un poco más, Kie? —preguntó John B, siguiéndola—. Nadie dijo que sería fácil.
Pope miró a JJ—. Nosotros buscaremos en el cuadrante noreste, y tú, en el noroeste.
—¡El cuadrante de la decapitación! —exclamó JJ—. No es justo. Si quieres que busque allí, entonces June tiene que venir conmigo.
—¿Qué? Claro que no —dijo Pope—. No la enviaré al cuadrante de la decapitación.
—¿Pero me enviarás a mí? —preguntó JJ, indignado—. Fuiste mi amigo primero, Pope.
Pope lo miró con una sonrisa—. ¿Tienes miedo?
—Claro que no tengo miedo —respondió JJ.
—Lo tienes.
—Amigo, te digo que...
June puso los ojos en blanco, decidiendo intervenir—. ¡Basta! —ambos se callaron—. Tengo una mejor idea, yo iré al cuadrante noreste y ustedes irán juntos al de la decapitación. Nos vemos luego.
Sin darles una oportunidad de contestar, June se alejó apresuradamente hacia el cuadrante que tenía que investigar. No había muchas fuentes de agua a decir verdad, el jardín estaba repleto de estatuas oxidadas y demasiada vegetación como para ver algo más.
Mientras avanzaba, un crujido rompió el silencio, haciéndola dar un salto tan brusco que terminó chocando contra una estatua. Apenas tuvo tiempo de recuperar el aliento cuando una rata pasó rápidamente frente a sus ojos, y sin pensarlo dos veces, salió corriendo de allí.
Corrió unos metros antes de detenerse abruptamente al chocar contra un cuerpo. Su corazón dio un vuelco, pero al reconocer a John B, dejó escapar un suspiro de alivio y se llevó una mano al pecho.
—Dios mío, casi me matas de un susto —murmuró, todavía con la respiración agitada.
—Lo siento —respondió John B—. ¿Encontraste algo?
—No —respondió June—. A menos que una rata cuente de algo.
John B hizo una mueca—. Definitivamente no. Vamos, buscaremos juntos.
Se acercaron un poco más a la casa, y June notó algo extraño en un costado. La madera estaba visiblemente podrida, con un pequeño agujero que dejaba entrever la oscuridad del sótano.
Le dio un codazo a John B, captando su atención—. Allí.
John B miró hacia donde señalaba y sonrió—. Bien hecho, June.
Escucharon pasos acercándose, y se giraron para encontrar al resto de sus amigos caminando hacia ellos.
—¡Oigan! ¡Vamos! —exclamó John B, señalando el agujero—. ¡Es el único lugar donde no buscamos!
—Eso se ve terrorífico —dijo Kiara.
JJ miró a Pope y dijo—: ¿Y si volvemos al cuadrante de la decapitación?
June rió—. Miedosos.
—Aquí vamos —dijo John B, encendiendo la linterna y entrando.
June fue la siguiente con Kiara detrás de ella mientras Pope y JJ entraban últimos. Caminaron agachados hacia el centro del sótano, y June no pudo evitar sentir un escalofrío mientras se detenía junto a John B.
—Bajó la Sra. Crain y nos cortó la cabeza —cantó JJ mientras se unía a ellos—. Salió el sol y secó la sangre...
—¿Puedes parar? —dijo Pope.
June miró a su alrededor—. ¿Ven agua?
—Ni siquiera hay agua en las tuberías —murmuró JJ.
—No hay agua aquí —dijo Pope.
—¿Otro callejón sin salida? —preguntó June.
JJ asintió—. Ni una gota.
—¿Sabes por qué no la encontramos? —le dijo Kiara a John B—. Mal karma.
—Dios. Aquí vamos —murmuró John B.
Kiara lo miró—. Teníamos algo bueno. Y, luego, decides meter a Barbie cuando el rastro se secó. ¿Coincidencia? Quizá no.
—Por esto no quería hablarte de Sarah —dijo John B.
—¿Sí?
—Sí. ¿Qué pasa entre ustedes?
—Nada —respondió Kiara.
—¿Nada? —repitió John B.
—Pst, June —susurró JJ, parándose entre Pope y ella—. Tú lo sabes, ¿no?
June asintió—. Sí, pero no voy a contárselos.
Por supuesto que June lo sabía. Ella y Kiara eran muy unidas, siempre lo habían sido, y se contaban absolutamente todo.
—¿Es porque te besé? —preguntó John B—. ¿Ese es el problema?
Kiara le dio una bofetada, dejando a los demás en estado de shock.
—¡Mierda! —dijo Pope.
—Buen golpe —añadió JJ.
—Deja de tratarme como si fuera una chica obsesionada contigo en vez de tu mejor amiga que intenta cuidarte —dijo Kiara.
—¿Me golpeaste? —preguntó John B.
Kiara levantó su mano—. Un mosquito.
—¿Un mosquito? —preguntó John B.
—Sí, ¿ves?
—Sí —dijo John B antes de darle una bofetada.
JJ dio un paso adelante—. Bueno, es hora de calmarnos.
—¿Y la prueba? —preguntó Kiara.
John B levantó la mano—. Un mosquito.
Comenzaron a pelearse entre ellos, golpeando al otro con el fin de "matar a los mosquitos" y June vio como JJ le pegaba a Pope en el brazo mientras gritaba "mosquito".
—En tu frente —dijo Pope, golpeando a JJ.
—¡Amigo!
—¡Hay un montón de estas cosas! —dijo June, matando a uno que se había posado en su brazo.
—¿Por qué hay tantos mosquitos en el sótano? —preguntó Pope.
—Amigo, lo sé —dijo JJ—. Los murciélagos pequeños se los comen.
June frunció el ceño mientras reflexionaba sobre lo que Pope había mencionado. Sabía que los mosquitos solían agruparse cerca del agua, ya que sus larvas se desarrollaban en ella, y eso solo podía significar una cosa; en algún lugar del sótano, había agua estancada.
Miró a Pope—. Estamos cerca.
—Sí —dijo Pope, alumbrando el suelo.
—¡Dios mío! Bien, ¿podemos irnos? —preguntó JJ—. Porque me muero por irme.
Pope comenzó a patear las tablas de madera—. Aquí hay algo.
—Encontré la muñeca vudú de la Sra. Crain —dijo JJ, sosteniendo una muñeca.
June agarró una piedra del suelo y miró a Pope, quien asintió con su cabeza. La dejó caer entre las grietas de las tablas y la escucharon golpear con otras rocas antes de que sonara un "plop" cuando golpeó el fondo. Pope la miró sorprendido, y le hizo un gesto para que lo ayudara a sacar la basura que había sobre las tablas.
—Chicos, ¡ayúdennos a mover esto! —susurró Pope.
—¡Shh! —dijo John B, acercándose a él.
—Ayúdennos a moverlo —repitió June.
—Bueno, silencio —murmuró John B.
Movieron las tablas a un lado, revelando un pozo escondido debajo de ellas. June sonrió mientras iluminaba el mismo con la linterna de Pope.
—Agua —susurró June.
—Vaya, vaya —murmuró Pope.
—Fue un buen chiste de papá —dijo John B.
—Construyeron esta parte de la casa sobre esto —dijo Kiara en voz baja.
JJ los miró—. Aquí es donde escondió los cuerpos.
June sintió un escalofrío recorrer su cuerpo—. JJ, vamos.
—Basta —susurró Pope.
—No, hablo en serio —dijo JJ—. Nunca hubo una letrina.
—No debe saber que esto está aquí —exclamó Kiara.
Pope miró a John B—. Así que... encontramos agua.
John B sonrió—. Necesitaremos una cuerda muy grande.
—Vamos a ser tan ricos —murmuró June, y sus amigos rieron.
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